V de Vigilantes: “BATMAN”, fuerzas especiales

“Aunque en otros tiempos la historieta fuera considerada como el pariente pobre de los medios de expresión artística más respetables, su riqueza plástica y narrativa la han convertido en una de las formas de comunicación más directas y espontáneas del siglo XX”, así comienza el libro Veinte años de cómic (1993), un volumen didáctico editado por Vicens-Vives y compilado por Toni Guiral. “Con un lenguaje específico y moderno que comprende toda clase de géneros y que integra las aportaciones más destacadas de la literatura, la pintura y el cine, los cómics han terminado por imponerse como un producto cultural de fuerte impacto popular”, continúa la introducción.

En los cómics destacan los personajes. Ellos son, en esencia, los que mueven los engranajes de los mecanismos de las industrias culturales. Cuando hablamos de “iconos culturales”, término que ya se ha mencionado por aquí en otras ocasiones, lo hacemos de algo que trasciende de su propio medio. Dentro del mundo del cómic muchos son los personajes que han transcendido y han dado al salto al cine, a la literatura, a la televisión… muchos se han transformado en eso, en iconos o símbolos culturales. Muchos se han convertido en marcas reconocibles en todas partes y capaces de vender hasta el producto más insospechado. Uno de los más reconocibles es el «hombre murciélago» de DC Comics.

No cabe duda de que Batman es un icono cultural con letras mayúsculas. “Qué otro personaje de ficción puede presumir de haber estado siempre de actualidad, qué otro puede jactarse de que durante 65 años hasta seis revistas no hayan dejado de publicar ni un solo mes sus aventuras. Su nombre es conocido en todas partes. Batman, creado en la década de 1930 por un Bob Kane todavía adolescente, reúne lo mejor de un buen número de héroes de ficción (y de algunos malvados). Es Sherlock Holmes, El Zorro, Pimpinela Escarlata, La Sombra y Drácula a partes iguales, y dispone de un sinnúmero de vehículos y artilugios que ni el mismísimo James Bond sería capaz de igualar”, explica Scott Beatty, especialista en literatura de ficción y autor de la Guía Definitiva de Batman.

Coincide con él, de alguna forma, Santiago García en su libro La noche del Murciélago (en la que firma con el pseudónimo de Trajano Bermúdez): “Batman es arquetipo del héroe popular que vino a sustituir a los caducos héroes novelescos decimonónicos tras la II Guerra Mundial. Heredero de aventureros como la Sombra, Sherlock Holmes, Doc Savage y el Zorro, Batman los supera a todos ellos por su mayor capacidad de transformación y de adaptación a nuevas formas, a nuevos medios, a nuevos tiempos”.

Quizá ha sido esa capacidad de adaptación la característica que ha animado a las fuerzas armadas norteamericanas a la hora de crear un programa militar inspirado en este superhéroe y denominado como él, que consiste en reunir las tecnologías más avanzadas y equipar con ellas a los soldados de las fuerzas especiales del siglo XXI. Sun Tzu escribía en su obra El Arte de la Guerra que “la acción militar es de importancia vital para un país; constituye la base de la vida y de la muerte, el camino de la supervivencia y de la aniquilación; por ello, es absolutamente indispensable examinarla”.

Este programa BATMAN (acrónimo de «Battlefield Air Targeting Man-Aided kNowledge«) comenzó en el año 2004 dentro de la Fuerza Aérea norteamericana con el objetivo de modernizar la acción de los comandos dentro de misiones encubiertas. El nombre surgió de las primeras etapas del programa, tal y como explica Reggie Daniels, uno de los ingenieros del proyecto: “Al principio, en esas primeras etapas, cuando estábamos pensando en el nombre, percibimos que tendríamos que usar un montón de artilugios, de gadgets. Los dispositivos que Batman usaba siempre le permitían tener cierta ventaja; eso es lo que estamos intentando hacer”. Por todo ello, y de forma bastante oportuna, el lema del programa es “más ligero, más inteligente, más mortal”; incluso utilizan el logo del personaje dentro de emblema. El término “batman” o “batwoman”, históricamente se usó en las fuerzas armadas para designar a un soldado o aviador asignado a un oficial como su asistente personal.

El primero de los objetivos a los que se han enfrentado dentro de este proyecto ha sido el de aligerar el equipo (ordenador, baterías, casco con cámara, engranaje de comunicaciones, auriculares…), que un miembro de las fuerzas especiales debe llevar en cada misión, que solían ser unos 73 kilogramos de peso. Además, muchas de las formas de cálculo en el propio campo de batalla eran algo obsoletas ya que se basaban en las mentes de los soldados y su rapidez de cálculos con papel y lápiz. Después de un desastre determinado en Afganistán, en el que hubo ciertas bajas por culpa de un aparato en mal estado, el Departamento de Defensa quería buscar una solución y que este tipo de incidentes no volvieran a ocurrir. Y así nació BATMAN.

En el programa también hay versión militar de la base de operaciones de Bruce Wayne, la Batcueva. Se trata de un laboratorio en la base aérea de Weight Patterson. Allí Daniels y el resto de sus colegas, los demás ingenieros e investigadores del proyecto, se las ingenian para probar e integrar las tecnologías que aumenten la eficacia de las fuerzas especiales.

Si hay Batcueva, también sería lógico pensar que hubiera un traje, pero no, aún no hay un traje de Batman al uso. De momento no veremos a soldados americanos disfrazados de murciélagos, aunque el equipo de Daniels denomina así a una especie de “chasis humano”, basado en la idea de que el cuerpo es el andamiaje sobre el que colocar todos los aparatos adecuados para la misión (las antenas de comunicación, por ejemplo, se encontrarían pegadas al torso del soldado).

Una de los logros conseguidos ha sido reducir un 25% del peso de las baterías transportadas. Esto se ha hecho gracias a un nuevo combustible basado en el metanol que se va aligerando a medida que el metanol se consume. Así la carga del soldado va disminuyendo con el tiempo. Además, BATMAN ha sido un programa pionero en el uso de un pequeño equipo montado sobre el pecho que proporciona a los combatientes información a tiempo real de apoyo logístico y táctico. También incluye un sistema de reconocimiento de voz y un apartado de indicaciones y órdenes directas.

Adam Hadhazy, periodista de la web TechNewsDaily, explica en su artículo sobre este programa militar que “hay otras tecnologías aplicadas a la iniciativa BATMAN”, entre las que se incluye “un dispositivo de líneas eléctricas de bajo voltaje para localizarles y un aparato que los soldados pueden lanzar”. Este dispositivo desarrollado por la DRA (Defense Research Associates), más conocido como el gancho de Batman (Bat Hook), fue inspirado, de forma similar, por la película El Caballero Oscuro. Dave Coates, otro de los ingenieros del proyecto, recuerda cómo surgió esta idea: “Un soldado de las fuerzas especiales que trabajaba en DRA dijo que sería genial tener algo como lo que Batman tenía en su cinturón, algo que se pudiera sacar y lanzar, y que estuviera unido a una fuente de energía de donde obtener la potencia”.

Otra de las tecnologías de DRA, un conmutador denominado KeCo, permite alternar manualmente su línea de visión mediante el uso de un satélite de comunicaciones habilitado en sus radios tácticas.

De todas formas, esto sólo es un pequeño paso armamentístico y táctico. Actualmente aún se sigue trabajando en nuevas tecnologías BATMAN, algunas de ellas han debutado con éxito, mientras que otras sólo existen en forma de prototipos de prueba. En este camino hacia la modernidad absoluta, los científicos del programa pretenden ir eliminando muchos de los cables que vinculan toda esta tecnología y la anclan al cuerpo del soldado. Al haber menos cables, hay más seguridad en las misiones ya que no hay riesgos de que el individuo se enganche en alguna parte o los cables se rompan por alguna circunstancia. Una empresa de San Diego, Torrey Pines Logic, está trabajando en ello. “A veces los problemas a los que se enfrentan las fuerzas especiales son tan simples como saber dónde se encuentran con total precisión, o conocer dónde están los chicos buenos y dónde los malos”, afirma Daniels.

Desde luego eso es algo a lo que se debería aspirar, algo que Batman hace tiempo que conoce, quizá gracias a que sus “chicos malos” son perfectamente reconocibles… Este tema de hoy, esta noticia que parece ficción, no lo es, es real, y es otro signo característico de que la globalidad está consiguiendo que los iconos culturales surgidos del mundo del cómic se trasladen a lugares inimaginables, incluso como referentes dentro del Arte de la Guerra.

El concepto de guerra es uno de los más antiguos que se conocen. “Guerra”, según la RAE, tiene cinco acepciones: “1. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias; 2. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación; 3. Pugna (entre personas); 4. Lucha o combate, aunque sea en sentido moral, y 5. Oposición de una cosa con otra”. Se trata de un concepto innato al ser humano, un concepto que se mantiene, aunque evolucionando, adaptándose a los lugares y a los tiempos; al igual que Batman, que se ha mantenido fiel en esencia, adaptándose, también, a los autores que se han encargado de él.

“Ejemplo de una obra que supera a sus múltiples y fugaces autores. Batman es como una pirámide impresa, una faraónica creación compuesta de rasgos tan simples y vértices tan afilados que no puede asociarse a una época concreta. Nacido en los abruptos y exigentes años 40, es igualmente actual en el caleidoscopio pop de los 60, la resaca hippie de los 70, el materialismo feroz de los 80 y el desorden referencial de los 90. Su coche cambia, se actualiza, pero él permanece inmutable, siempre nuevo, sin apenas necesidad siquiera de retocar su indumentaria característica”, especifica Trajano Bermúdez.

Batman es un maestro guerrero, así que no extraña que el ejército americano lo utilice como inspiración de este programa tecnológico orientado en mejorar la funcionalidad de las fuerzas especiales. En la preparación está la clave, ya lo dijo Sun Tzu en una de sus máximas: “Cuando tu estrategia es profunda y amplia, es mucho lo que llevas ganado mediante tus cálculos, de manera que puedes ganar incluso antes de empezar a luchar. Cuando tu pensamiento estratégico es superficial y de corto alcance, es poco lo que puedes ganar mediante tus cálculos, así que pierdes antes de entablar batalla. Por esto se dice que los guerreros victoriosos vencen primero y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos van primero a la guerra y después intentan vencer”.

Nos leemos.