Alex Toth fue uno de los que, en esto de explicar historias mediante dibujos, iban siempre un paso por delante del resto. Como pocos pueden decir en esta profesión. Toth, abriendo caminos, aún de mayor. Siempre un paso por delante y, quizás por eso, fueron pocos los que pudieron seguirle. Sólo los mejores. Mazzucchelli, Bernet, Milazzo, Rude, Barreto, Pellejero…
En la recopilación de sus historietas del Zorro publicada por Azake en nuestro país, explicaba Jesús Yugo, el siguiente rumor:
«Dicen que un directivo de una importante editorial norteamericana (¿DC?) propone cada año a las altas esferas un libro que recopile algo del numeroso material que Alex Toth produjo para esa empresa. Y cada año el proyecto es rechazado; dicen que la excusa es: Éste es un libro que sólo interesa a los profesionales, pero éstos lo reciben gratis como servicio de prensa ¿quién más lo compraría?»
Su estilo depurado, sintético y sin artificios, al servicio de la narración, sólo podía ser apreciado por aquellos que intentaban imitarlo y descubrían, sorprendidos, que no era nada fácil conseguirlo. La escasez de líneas, su juego de sombras, el uso del espacio en blanco… todo ello, en manos de muchos otros, carece de vida. Una vida que en los dibujos de Toth se desborda por todas partes, puesto que pocos personajes sonríen como los que él dibuja, con ese encanto aventurero y galán que, quizás y por desgracia, pertenece ya a otro tiempo.
Hace poco descubrí que Toth había participado en el apartado gráfico del tebeo que hizo que me enganchara a esto de los cómics, supongo que para siempre. Aquel añejo número de la Patrulla X en el que aparecía por primera vez Cain Marko, hermanastro de Charles Xavier. Supongo que algo de la magia de Toth, encorsetado entre los bocetos de Kirby y el entintado de Colleta, debió de subyugar aquella capacidad de maravilla que nos es propia cuando niños. Pero claro, yo no sabía de Toth. Ni entonces ni cuando ya unos años más tarde me compré aquel World’s Finest suyo entintado por Austin y editado por Zinco. El trabajo de Alex Toth me atraía, pero yo no era consciente del autor que había detrás de esa obra.
Bien al contrario, lo primero que supe explícitamente de él fue que, por «mojigatería», había desestimado encargarse de la serie de Torpedo 1936 después de haber realizado ya dos historias de la misma. El humor gamberro y violento de Luca Torelli no era de su gusto y, por eso, renunció a una serie que se convertiría en uno de los grandes éxitos del cómic mundial. Creo que entonces tampoco supe valorar lo que significaba aquella decisión. Una decisión que, aún hoy, hace que algunos dibujantes de agencia se pongan las manos en la cabeza. A mí Torpedo me hacía reir y para sustituir a Toht entró uno de mis dibujantes preferidos, Jordi Bernet, al que perseguía desde aquellas historietas de un karateka en el oeste llamado el Cuervo (creo… que no queda nada en mis estanterías de aquello).
No fue hasta algo más tarde que empecé a entender cuál había sido la apuesta de Toth. Una apuesta por mantener su integridad. Por ponerse al servicio de lo que creía y no vender aquello que nos es más propio, nuestros principios. Toth siempre quiso ser fiel a sí mismo. A sus valores. A su manera de concebir la historieta… y el arte a través de ella. Aunque quizás buscase la fama y el éxito, nunca los antepuso a sus convicciones. Por eso, hasta ahora, ha sido un autor enorme apreciado por pocos y de obra difícil de conseguir… mientras nadie, en la línea de la labor realizada por Azake, ponga remedio a eso.
Alex Toth nació en Nueva York en 1928 y murió este sabado 27 de Mayo de 2006 a la edad de 78 años ante su tablero de dibujo. Murió trabajando en aquello por lo que vivió. Con la coherencia, la integridad y el arte que eligió como elementos indispensables para una vida con sentido.
Esa cita/rumor que mentas es la razon por la cual se necesitan caballeros tipo Mark Waid en las editoriales. Estan llenas de «usureros».
Descanse en Paz, Mr.Toth.
Era uno de los grandes.
Un gran ilustrador.
Querido Toni,
hace tiempo que no participo en tus posts –me sale el trabajo por las orejas– pero no podía dejar pasar la oportunidad de rendir homenaje a uno de los mejores narradores que han conocido los cómics.
Toth es sinónimo de elegancia, síntesis plástica (nada de expresionismo ni tonterías similares que comenta todo el mundo cuando ve una viñeta a contraluz), su maestría en la reducción de los volúmenes a contrastes de «figura-fondo» son tan buenos que han alimentados a muchos dibujantes, pero lo que más he apreciado de las pocas historietas que he leído de Toth és su narratividad, las historias de aviones de Frontline Combat no tienen desperdicio. Son relatos sin rostro, las caras de los pilotos son masas negras en un cielo blanco impoluto, las maquinas dominan el cielo y los hombres se ven sometidos al imperio de la violencia tecnológica. y pese a todo las viñetas despliegan la historia con una agilidad pasmosa.
En definitiva, un maestro. Descanse en paz.
Pues bien desde Chile solo quiero comentar que este es uno de los mas grandes dibujantes a mi parecer y que despues de volver a leer el zorro uno se da cuenta que son pocos los que saben plasmar en dibujos una historia.
Que gran Alex Toth por lo menos nos quedan sus comics para volver a leer. Grande maestro
PD: El diario el clarin de argentina edito tambien a muy bajo precio el zorro de toth por si alguien le interesa conocer su trabajo
Gracias, Daniel, por la información y a ti, Josep, por la didàctica.
Daba autentico placer, leer y disfrutar de un cómic suyo.
Descanse en paz.
Era uno de los más grandes. Incluso con los guiones más simples lograba «pequeñas obras maestras» Se le acusaba de frío como artista y como persona, de precuparse más por el diseño que de la narración… paparruchas!
Era grande donde cualquier dibujante de comics quisiera llegar Toth ya había estado Toth
Por cierto ese annual con Superman y Batman con entintado de Austin y guión de Maggin era el Superman Annual # 9 ( 1983 )
http://superman.ws/tales3/villain/?page=1
Gracias Julián, ahora mismo está en la mesita de mi hijo mayor para que aprenda a disfrutar de un buen cómic.
Una vez mas impresionante Toni… por cierto… yo también leí las historias del Cuervo… o por lo menos tengo vagos recuerdos de ellas…
te amo