Sandman: Obertura

 

Edición original: The Sandman: Overture
Edición nacional/ España: ECC Ediciones May 2014 – Feb 2016
Guión: Neil Gaiman
Dibujo: J.H. Williams III
Entintado: J.H. Williams III
Color:.
Formato: Grapa, 28 págs. A color.
Precio:.

2,50 euros x 6

 

Han pasado 20 años. Fue en 1996 cuando muchos lectores pasaron la última página de la serie que definió, por si sola, toda una línea editorial. Veinte años en los que ha pasado de ser una serie magnífica a ser un mito dentro del género y del noveno arte en general. Veinte años que no son nada para Morfeo, Señor de los Sueños, de tez pálida, ropas oscuras, actitud altanera y prepotente… Y es que veinte años no son nada para un eterno que durante los setenta y cinco números que duró su serie regular, nos llevó por los tortuosos caminos del infierno, su propio reino heredado, su atemporalidad y sus relaciones con su familia, donde destacan Muerte y Destino como eternos que rigen nuestras tristes vidas de mortales.

Sandman fue fruto de la mente privilegiada de Neil Gaiman, que fue capaz de dar forma a un concepto abstracto, como es el sueño, y dotarlo de personalidad dentro de uno de los universos más imaginativos y oníricos de cuantos se han creado a lo largo de la historia del cómic. Leer Sandman es dejarse llevar por algo muy distinto a lo que uno puede esperar, porque no se trata de la historia de un personaje, que lo es al mismo tiempo, sino que se trata de la historia de todos nosotros, de cada lector que se dejó atrapar por el puñado de polvo que nos mostró cuales eran nuestros sueños.

Y tras veinte años Gaiman consideró relevante volver a dejarse atrapar por su propia creación escribiendo un preludio, una precuela, a su propia serie, en la que Morfeo todavía no ha sido capturado por el ocultista Roderick Burguess, en la que tendrá que recorrer en compañía de su propio yo con forma felina y una estrella llamada Esperanza un camino lleno de dificultades, cargado de revelaciones del pasado de Morfeo, luces y sombras, destellos de una vida eterna donde nada es lo que parece y todo es polvo de estrellas.

Esta obertura que nos describe Gaiman responde a un capítulo interno de su propia persona. Un capítulo que se quedó sin contar y que complementa a todo este clásico contemporáneo que en Sandman en su conjunto. Obertura es la llave de un pasado cargado de preguntas y vacío de respuestas, donde es el lector el que debe ser capaz de poder encontrar la clave que le permita seguir moviéndose entre los intrincados pasadizos que el Señor del Sueño se empeña en recorrer.

La serie se publicó a un ritmo descorazonador, siendo su primer número publicado en España en mayo de 2014 y el último de los seis que componen esta miniserie, en febrero de 2016. Casi dos años para poder disfrutar en conjunto de esta obra que debe ser leída en pequeñas dosis, como si de diminutas gotas de néctar se trataran, pues los conceptos que en ella se desarrollan exceden nuestra capacidad de comprensión. Gaiman retuerce la historia para mostrarnos a un Señor del Sueño desconcertado por su situación, incapaz de encontrar un sentido a lo que está pasando a su alrededor. Para nada es el Morfeo que conoceremos más adelante, implacable y seguro de sí mismo, sino que estamos ante un personaje claramente diferente, no físicamente, sino emocionalmente y psicológicamente. Gaiman arranca con milimétrico cuidado la serie para no dejar pasar nada y que las coincidencias no sean fruto del azar.

El universo se enfrenta a su destrucción total. Una estrella enloquecida amenaza con el apocalipsis a toda la existencia y Morfeo necesita ayuda para poder afrontar esta crisis. Ayuda que llega, o no, de los miembros de su familia menos esperados por los lectores. La fértil imaginación de Gaiman es capaz de encerrar entre las páginas de la serie una amenaza de tal proporción que hasta Morfeo se ve superado. Y no hay mejor manera que afrontar los problemas que apoyándose en la familia. Claro está que la familia del Señor de los Sueños no es precisamente la más normal de las familias.

En Obertura se pueden observar varias lecturas en función del tipo del lector que se sea. Se puede ver como un relato onírico cargado de fantasía e imaginación. Se puede percibir una profunda reflexión sobre la propia existencia del ser. Un alegato de la soledad como el mal a extirpar de nuestros corazones. Un grito de esperanza que nos salva de la desesperación y la perdición final. Un final de todo lo conocido y un resurgir interno lleno de grandeza. Una forma de analizar la compleja red emocional de la que somos esclavos. O simplemente un deambular sin rumbo en compañía de un gato, mientras se intenta evitar que el universo deje de existir.

Sea como sea, se sienta lo que se sienta, se sea el lector que se sea, Sandman Obertura es sobre todo un cómic multiemocional capaz de trasportarnos a otro estado que no es ni la realidad ni la fantasía, sino algo mucho más cercano y lejano al mismo tiempo: nuestros propios y anhelados sueños.

Pero de nada sirve poseer el talento de Gaiman y su capacidad para la prosa lírica, si esta obra es ilustrada por un artista menor o con menos talento que J.H.William III. Empezar a describir lo que hace William en este cómic es virtualmente imposible. Sus imágenes, estilo, capacidad para innovar, romper las viñetas, retorcer la narrativa y modificar su propio estilo para adecuarlo a la historia es tan solo arañar una pequeña porción de lo que su lápiz es capaz de reproducir. Solo abusando de imágenes extraídas del propio cómic se puede uno llegar a hacer una idea de la inmensa labor llevada a cabo por el dibujante. No se trata de narrativa, ritmo, trazo, estilo o belleza, se trata de arte puro capaz de plasmar algo que existe en nuestras mentes pero que no se puede dibujar, salvo que seas J.H. William III. Es como intentar dibujar el aire que rodea a los personajes. Así de especial y titánico es su trabajo en esta miniserie. Pocos adjetivos pueden hacerle justicia y lo único que hay que hacer es dejar que sean sus dibujos los que hablen por él.

Sandman Obertura es un cómic para todos aquellos que en 1996 mandaron al sueño eterno a Morfeo y ahora quieren despertarlo de nuevo. Es un cómic para descubrir a Sandman por primera vez y lanzarse de lleno a recuperar sus historias posteriores, sin importar el formato, porque al final lo único que importa es que a cada página que pasamos nos adentramos un poco más en ese profundo mundo que llamamos sueño y del que nunca nos gustaría despertar.

Han pasado 20 años, pero no nos importa.