#ZNLibros Transcrepuscular

 

Edición nacional/ España: Gigamesh
Autor: Emilio Bueso
Formato: Edición doble/ Normal y Gold
Precio: 32€ Normal 42€ Gold
Páginas: 280

 

El Enfant Terrible de la literatura de género en España

Siempre me resulta difícil hacerle una reseña a Emilio Bueso. Transcrepuscular no va a ser una excepción. Me cuesta por dos razones: la primera, porque somos amigos (y ocultarlo a estas alturas me resultaría ridículo). La segunda, porque en los libros de Bueso suelen concentrarse cosas que me encantan y cosas que detesto; cosas que me sorprenden para bien y cosas que me sorprenden para mal. Transcrepuscular es la primera parte de una ambiciosa trilogía de ciencia ficción que juega a fantasía y fantasía que juega a ponerse una careta de ciencia ficción; todo bajo el lema de: Los ojos bizcos del sol.

En un mundo de fantasía donde los personajes son arquetipos bizarros que no tienen ni nombre, los insectos son monturas y vehículos y las babosas y caracoles funcionan como parásitos para los humanos que trastocan las químicas de sus cuerpos en beneficio de la situación; que alertan a sus dueños de peligros, de mentiras y les otorgan ciertos subidones de endorfinas. Como si fueran un Apple Watch biológico. En este contexto, un misterioso ladrón montado en una serpiente ha robado algo importante para la pequeña aldea en que su guardián veía pasar la vida con sopor. Esto le llevará a un viaje en busca de los límites de su mundo, de su realidad, y que le obligará a enfrentarse a la verdad sobre su propia existencia.

Me he decidido a escribir una reseña libre de spoilers porque será divertido que esta desconcertante sinopsis deje con la boca abierta a los lectores. La nueva novela del autor de Cenital y Ahora intenta dormir nos lleva por derroteros por donde nunca le habíamos visto moverse. Acostumbrado más al urban fantasy y alterror, a movernos por escenarios (su punto fuerte) sacados de recovecos de la realidad que parecen más de otro mundo, con personajes que funcionan como entidades sin personalidad, como arquetipos que representan una grotesca obra, ahora nos transporta a un mundo del que no podemos creernos nada, con el que no podemos conectar, pero que juega a estar escondido, igual que sus anteriores escenarios, en dobleces de nuestra realidad. Y los que lo lean, lo entenderán.

Empezaremos por las cosas que no me han convencido de este libro:

El título. Tanto de la saga como de esta primera parte. No voy a decir mucho de esto porque es una cuestión más personal que otra cosa, pero me parecen títulos que echan para atrás al lector mainstream. Claro que lo edita Gigamesh, y ellos no solo hacen lo que quieren, sino que lo van a seguir haciendo digamos lo que digamos. Conste que para mí Bueso no es un autor que titule sus libros al azar, suele ser más radical que otra cosa. A veces más efectivo, a veces menos.

Otro punto que no me ha terminado de gustar, es el giro final. Que ni es final, pues sucede más o menos a mitad de la novela, ni es un simple giro. Es un cambio de dirección total. Y aunque no es un spoiler, si prefieres no seguir leyendo para no condicionar la lectura, mejor. Solo diré que este giro juega al cambio de género, al cambio de roles, a dejar al lector con la mandíbula en el suelo. Pero no he conectado. Me estaba gustando mucho el libro hasta que ha decidido reírse de sí mismo y de mí y del género y dar vueltas sobre una serie de ideas mucho más buesianas. No he conectado con este giro y me he perdido un poco en la novela tras esto. Ni siquiera es un libro tan largo como para que este giro no descalabre los lazos que ya habías establecido con los personajes. Apenas acabamos de conocer este mundo, y ya tenemos que despedirnos de la concepción que teníamos de él.

Aparte de esto, el libro tiene una narración maravillosa. Probablemente la mejor conseguida del autor, sumada a unos personajes que, sin nombre y jugando a que son arquetipos, son mucho menos arquetípicos que otros de Emilio Bueso. Realmente he llegado a conectar con el protagonista y con los secundarios y el mundo que crea el autor, antes de ese giro, es tan imaginativo y tan lleno de matices que me ha sorprendido. Es un mundo de fantasía retorcido, mugriento y bello a partes iguales, lleno de imaginación desbordada pero de elementos reconocibles. Como si pasáramos las historias de fantasía por un filtro. Como si El señor de los anillos entrara en decadencia y cambiaran los caballos por garrapatas; a Gandalf por un demento demasiado drogado y el anillo por un vibrador.

Quizás la más arriesgada de cuantas novelas de género españolas he leído. Emilio Bueso se ha atrevido a meterse en un género que no es el suyo, en el que pareciera que no va a sentirse cómodo, y lo convierte en su novela más completa en muchos sentidos. Transcrepuscular, con sus aciertos y errores, es una novela arriesgada. Otro autor se hubiera movido en un género como la fantasía tirando de convencionalismos; de innovar desde la seguridad. Bueso no es un autor pusilánime. Bueso se la juega y se lanza al vacío, sin paracaídas. Transcrepuscular es una novela rara. Pero rara de cojones. Que por momentos maravilla y por momentos desencanta; que juega consigo misma y con toda concepción de género que podamos tener. Una primera parte de una trilogía que se pone la daga en el cuello y nos obliga a mirar. No sé cuál será el futuro del autor ni del libro, pero el presente rompe con todo lo que ha hecho antes y sus lectores lo agradecemos.

Y como para muestra, un botón, aquí podéis descargar gratis los tres primeros capítulos.