La semana pasada comentábamos las posibilidades comunicativas de la página de cómic entendida como un todo. Como unidad estética y, sobretodo, narrativa.
Tal como nos ilustraba Josep Rom en los comentarios de ese post, esta particularidad del lenguaje de la historieta se hizo posible con el formato de página dominical USA y de álbum francobelga. He escogido traerlo a colación a tenor de la tendencia actual de reivindicar el formato “Novela Gráfica” como camino privilegiado para dignificar el cómic ante la ciudadanía y las elites culturales.
Creo que el cómic, negando la bastardía que le es propia como si de ahí arrancaran sus males y su falta de consideración, ha buscado ocasionalmente promocionarse cargando las tintas sobre algunos de los extremos que le son constitutivos.
Vicente Segrelles y Fernando Fernández son dos ejemplos de autores de cómic que han buscado prestigiar el medio haciendo evolucionar su apartado gráfico hacia aproximaciones más propias de la ilustración clásica y de la pintura que no del Noveno Arte.
La otra vía la abrió Will Eisner a finales de los setenta cuando publicó su Contrato con Dios. Originariamente la “novela gráfica” pretendía significar que la historieta era capaz de comunicar contenidos literarios adultos. Adultos en temática y estilo. Para ello, para mejor llegar a ese público culto que vivía de espaldas al cómic, el formato escogido recordaba al de una novela de prosa por empaque, presencia, grueso y tamaño. La forma expresaba el contenido.
El término cuajó en el mercado norteamericano y pronto grandes editoriales como Marvel y DC harían también uso de él. Pero trascendiendo las limitaciones de un formato reducido, referían la noción de “novela” a la pretendida calidad estética e intelectual del producto.
Pero es hoy que ciertas propuestas del mercado independiente norteamericano, junto con la inclusión de cómics en el catálogo de grandes editoriales generalistas y la voluntad de muchas editoriales de cómic de entrar en el circuito de librerías también generalistas, han propiciado que la noción de “Novela Gráfica” vuelva a verse asociada a productos de formato reducido… cuanto menos para los estándares habituales del cómic.
Estos nuevos formatos han probado seguir siendo eficaces para autores como Seth que apuestan por concepciones muy literarias de la historieta. Concepciones según las cuales se prescinde en gran medida de esas posibilidades narrativas que hemos visto le son posibles a la página de cómic.
Incluso si nos referimos a autores como Chris Ware, Paul Grist o el Eisner de sus últimos años, el formato reducido sigue siendo susceptible de posibilitar esa aproximación a la página gracias al estilo gráfico notablemente simplificado de estos dibujantes.
Pero cuando nos fijamos en los trabajos de gente como Andreas o Joe Kubert, esa combinación de tamaño reducido, uso de la página como un todo y estilo de dibujo detallado funciona mal, cuando no resulta imposible.
En este sentido se expresaba José Luis García López acerca de su aportación a On the Road to Perdition:
“Cuando haces una página de comic-book, si no tiene demasiada acción o movimiento, puedes intentar abocetarla de manera que al menos transmita cierto dinamismo. En el caso de On the Road to Perdition, publicada en tamaño Digest (5 1/2” x 8”), tienes dos o tres viñetas y no más. Tienes que contar la historia en esas viñetas y no puedes realmente jugar con el diseño de la misma manera. Si vas al cine o miras la televisión, todo se ve en un mismo tamaño de pantalla. Pasa lo mismo con este tipo de cómic: todo pasa más o menos en viñetas del mismo tamaño. No puedes superponer una viñeta por encima de las demás para destacarla de la misma manera que puede hacerse en un comic book.”
Aunque lo que expresa García López es discutible, lo que sí que queda claro es que este tipo de dibujantes – no muy frecuentes pero sí muy notables – que combinan un dibujo muy trabajado con una concepción integral de la página, ven muy mermadas sus posibilidades artísticas en el formato de “Novela Gráfica” tal como se le entiende últimamente.
Por lo tanto, difícilmente este formato podrá ser la panacea que algunos gustan de ver si resulta excluyente y castrante para un grupo de autores tremendamente valiosos para el noveno arte.
Como bien dices este tipo de obras puede resultar castrante ( y de hecho lo son), pero ese sacrificio que realizan no tiene fruto ninguno, y me explico: no consiguen ganar para el noveno arte un público con una presupuestas ambiciones intelectuales distinto al actual. Si acaso, consiguen ganarlo para otra cosa, pero no para el cómic.
Siguiendo tu analogía, no creo que sea el cómic el bastardo, sino esta novela gráfica que presentas, entendida como una alteración formal (y muy secundariamente conceptual) del cómic, que la hace cercana a la novela en cuanto a concepción narrativa y cercana al cómic en cuanto que se vale de ilustraciones.
Y eso es su principal defecto: no es ninguna de las dos cosas y es un producto que, bajo mi punto de vista, nace bajo el signo del fracaso. No altera el prejuicio del potencial consumidor de cómics en tanto en cuanto el mensaje subliminal que se lanza es que el cómic, perse, no puede satisfacer sus necesidades intelectuales, sino que hace falta reformarlo, convertirlo en lo que no es para poder hacerlo. Y aún así, el resultado es insatisfactorio.
Creo que la introducción del cómic en la sociedad no se introduce quebrando sus principios semióticos y estructurales, sino incorporando una nueva serie de principios conceptuales; proporcionando al lector una experiencia formal y estética distinta a la que obtiene leyendo una novela, pero conceptual y guionísticamente hablando equiparable o similar. En tres palabras: proporcionando buenos argumentos.
Muy interesante el artículo. Coincido con lo expresado.
Lo de García Lopez, ¿dónde se puede conseguir? ¿Ha sido publicado en España?
¿Quién opta por el término Novela Gráfica como panacea? En mi círculo nadie lo hace.
Tebeo, historieta, paquito, comic, bd, novela gráfica. La cosa está difícil, ciertamente.
No estaría mal rescatar el artículo de Jaume Vaquer titulado «el nombre de la rosa» que trataba de lo mismo, sólo que hará unos diez años ya, en Dolmen.
De momento, parece que el término comic es el lleva ventaja. Recuerdo cuando de pequeño ibas a una papelería y preguntabas por comics. El tendero decía no tengo comics, pero sí tengo tebeos.
¿Llegará un momento en el que quede definido no sólo el contenido, sino el lenguage y el continente (el soporte) de una manera similar a como ocurre en otros medios como la literatura o el cine?
Cada vez me gusta menos el término, pero habrá que apechugar con él. Ya lo he visto utilizado hasta para colecciones de ilustraciones, o historietas de pocas páginas, simplemente porque la edición resultante era de «gordota»…
Por otro lado, creo que a Ware le podríamos poner más del lado de los que trabaja la página como pieza narrativa básica.
–Petición: vale que el blog tenga pop-ups… pero ¿no se puede hacer algo para que no tenga SIEMPRE ese castigo musical?, de verdad que es un horror. Os leo siempre, pero a veces me cuesta salir del lector de RSS… lo siento, pero antes o después tenía que decirlo 😉
Lo de García López es de DC y no ha sido publicado en España.
No sé si llegará ese momento, Vagabundo. De todas maneras, este post reflexionaba más sobre el formato que sobre el nombre que le demos al noveno arte.
Diría que coincidimos en cuanto al fondo de todo lo que expresas, Ragnarok.
Sí, Enrique, a Ware lo ponía como ejemplo de autor que trabaja la página como pieza narrativa y cuyo estilo gráfico hace eso compatible con formatos reducidos de edición.
Perdona, no te acababa de entender.
De todas maneras, sobre todo en Ware, no creo que sea tanto una cuestión de estilo como del desarrollo que plantea para cada página en concreto.
Quiero decir, que páginas como la que repodruces del Jimmy C. estaban pensadas para pequeñas dimensiones, pero difícilmente podríamos empequeñecer algunas de las páginas de sus Acme formato tabloide.
–¿y el pop-up de la música? 😉
Ejem, a mí también me molesta 😉
Otra cosa, Enrique. Como bien dices, las páginas de Ware estaban pensadas para pequeñas dimensiones. También las de José Luis García López. De hecho eso es lo que comentábamos la semana pasada. Que el tamaño de página disponible, en cómic, condiciona el enfoque y la narrativa que vas a usar.
Pero estilos gráficos como el de Ware permiten seguir exprimiendo las posibilidades narrativas de la página global sea ésta pequeña o no. Mientras que los de otros dibujantes – cuyo grafismo le es igual de necesario al cómic -, hacen que sea más difícil.
Relativamente. Condiciona cuando la diferencia es enorme. Ejemplo. No es lo mismo un album europeo que una tira de prensa, un comic-book que un manga.
No cambia sólo el concepto tamaño, también la forma narrativa.
Pero entre un comic-book y un formato revista, la diferencia no existe. Y si con ella se aprecian mejor las formas…
Sí, sí, de eso no hay duda. Lo que discuto es el «formato novela» al que algunos editores de la mano de algunos críticos parecen haberle cogido tanto gusto y que en ciertos casos no abre un campo tan prometedor como algunos defienden.
pues…como bien han dicho, el formato condiciona, pero tambien creo que son los artistas con sus trabajos los que en un largo camino haran saber al publico que tambien el comic, en cualquiera de sus variantes formatos, es un elemento intelectual, y que de ahi que sea importante como medio expresivo,…y como en todos los ordenes de las cosas, hay autores que sirven o se adaptan mejor o peor a los requerimientos del formato en los que se veran publicados…
Queridos Toni y compañros de comentarios,
voy a permitirme ser un poco pesado (sí, sí, ya se que habitualmente ya lo soy) y tratar tres cuestiones distintas:
A)
!Toni eres una hacha!
Hace tiempo que quería decirte que a medida que has ido publicando textos en esta sección has logrado imprimirle una personalidad peculiar que convierte cada texto en una cadena de la que surgen nuevas propuestas y nuevos debates, pero lo mejor es la lógica interna de esta cadena. Poco a poco nos vamos adentrando en muchos aspectos técnicos y estructurales del lenguaje de los cómics y la comunidad de lectores de estos artículos se convierte en un grupo estable que sabe que el objetivo de los comentarios es mejorar nuestro conocimiento del medio. Dicho de otra manera: éste es un espacio pedagógico dentro de Zona Negativa,
B)
Qué molesto nos resulta el término «novela gráfica».
Creo que todos coincidimos en tú reflexión sobre el valor real del término. «Novela gráfica», pese a Buzzati, Eisner, Steranko o Gil Kane (en los años 70), es un concepto editorial. Es un formato específico que ayuda a crear una nueva categoría de producto (como los comic-books o los álbumes) y, por tanto a establecer nuevas vias de distribución de historieta (librerías) y una segmentación más adecuada a un público objetivo consumidor de productos literarios.
A los que nos apasiona el medio (tanto si son cómics infantiles como mangas) es un término que nos divierte pues sabemos que són historietas y punto.
C)
Formato y narración
Inevitablemente el formato afecta a los modelos narrativos. ¿Es menos estética una novela gráfica que un álbum gigante? No necesariamente, pero no se puede jugar con los mismos recursos. Los estilos minimalistas se prestan a estos formatos de novela. Por cierto, respecto a la narración me permito recordar que todas las historietas con voluntad de narrar una historia larga y que evoluciona en el tiempo, el espacio o en la psicología de los personajes es una forma de «novela gráfica». Hugo Pratt hacía «novelas gráficas» y «relatos breves», Tezuka realizó «series» y «novelas gráficas».
Bueno, perdonad la extensión y sigamos con el tema.
No creo que nos sintamos incómodos con el término novela gráfica cuando hace referencia a series temáticamente adultas. Por ejemplo, los TPB de DC tienen el título en inglés de «graphic novels» en la página inicial. Si por novela gráfica entendemos arcos argumentales de 100 balas o Sandman pues… bienvenidas las novelas gráficas.
Pero si nos referimos a un determinado formato editorial que coarta la libertad formal que le es propia al cómic pues lógico que nos resulte molesta.
(perdón, quería decir en la página oficial, no inicial; la página web oficial de DC en inglés)
Estoy de acuerdo con Josep…el aspecto editorial en todo comic publicado o que se vaya a publicar es basicamente la medula del asunto…segun lo que decida ésta, es como se presentará el producto…y esto no tan solo sucede con los comics en USA…tambien en el resto…si un autor tiene mas libertad que otro, es sencillamente por que el editor se lo permite…y si es así, es por que ese tipo vende,…es el unico argumento me parece que justifique algo como Dark Knight 2…por poner un ejemplo.
La novela grafica es simplemente una etiqueta, en donde ciertas reglas deben cumplirse, yu en donde los autores pueden ir mas allá de la mera anécdota a contar- si el termino incomoda o no, depende de cada consumidor, pero el que crea que el fenomeno de las novelas graficas o TPB no obedece al hecho del aumento de ventas de estos productos en librerias como Barnes & Noble, pues que se fije en las cifras que tiran las estadisticas simplemente.
Saludos!
Creo que lo que incomoda es su pedantería, su presunción, como si pretendieran ser más que el resto de cómics que se hacen.
No estoy de acuerdo con eso… en parte sí pero es una cuestión de matiz: si sólo fueran pedantes caerían en la ridiculez; el problema es que se consideren socialmente un producto más exquisito sólo por llevar ese nombre, cuando cómics que no lo llevan son superiores. No es la pedantería de la novela gráfica lo que me molesta (me parecería risible en todo caso), sino el snobismo del que la considera «lo más»
cierto..existe algo de snobismo en leer Novelas Graficas mientras se rechaza al comic book comun y corriente…pero bueno,…tambien desde las editoriales hay un poco de eso cuando hacen un producto a medida de ciertos publicos, que convengamos que se presumen superiores intelectualmente, por lo que leen la novelas graficas y no el comic que consume el tipo de la calle( lease lector con poco valor o entrenamiento intelectual que busca el mero entretenimiento, y lo que va mas allá de roscas entre tipos en calzas no lo entiende ),…como tambien hay gente que compra las NG por su valor como objeto y no por la historia que lleva a dentro…de ahí a que ciertos TPB tengan la presentacion que tiene ( tapas duras, hojas de mayour gramaje y satinadas, complementos en las ultimas paginas tipo Sketches o Layouts ) o sea, el comic del tipo de a pie pero para el consumidor de obras de caracter o valor superior ( del tipo coleccionista )…y si, es ridicula esa pedantería,…pero alguna vez has visto a un snob o a un yuppie que no lo sea??
Saludos!!
Muy bueno, prometheo!