¿Para quién escribe usted? Escritores, guionistas y demás esclavos de la irrefrenable urgencia de dejar marchar las palabras, cuando se les hace este tipo de pregunta, suelen hacer oscilar su respuesta entre dos polos: el del público y el de uno mismo.
Seguramente pocas son las veces en las que esa “voluntad de auditorio” se decanta de manera absoluta por uno de los dos polos mencionados. Rara vez uno escribe sólo para sí mismo y rara vez también no deja algo de sí mismo en un trabajo dirigido al gran público. Incluso cuando toca trabajar con personajes que no interesan, bajo directrices que no se comparten, el escritor, ser moral como cualquier otro, siente la necesidad de no traicionarse a sí mismo. De no contradecir sus convicciones, ideales y creencias.
Ilustra lo mencionado el interesante “Artefacto Perverso” (Planeta/Top Comics) de Felipe H. Cava y Federico del Barrio, donde un maestro de izquierdas se veía obligado a escribir, en la España de la dictadura franquista, las aventuras fascistoides de un sosias indisimulado de Roberto Alcázar.
Pero todo eso parece no poder aplicarse a Mark Millar.
En diversos foros he podido leer que este guionista escocés se considera a sí mismo de izquierdas. Muestras de ello diríase que ofreció en aquella historieta para el Sunday Herald que tiempo atrás nos facilitaban en Bushi comics. En ella asistimos a una hipotética charla informal entre Bush y Blair con motivo de una reunión del G8 celebrada en Escocia. Los dos decidiendo el destino del mundo al tiempo que contemplan una manifestación de oposición a sus políticas beligerantes con Oriente Medio. ¿Estaba entonces Millar escribiendo desde sí mismo? Suponemos que sí.
Por eso mismo parece claro que otras veces escribe, exclusiva y muy conscientemente, con la única intención de agradar al público estadounidense. Porque aunque no conozco a fondo la obra de Millar, ha habido dos páginas suyas que me han llamado poderosamente la atención con respecto a todo esto que estamos comentando.
En la primera vemos como, después de que el líder Chitauri (Ultimate Skrulls) tache de cobarde al Capitán América de los Ultimates y le conmine rendirse, “el héroe” le responde chulesco si por un casual se ha creido que la A que lleva en la frente hace referencia a Francia. Aunque siempre puede alegarse que nuestro Capi se esté refiriendo al papel que jugaron nuestros vecinos de allende los Pirineos en la 2ª Guerra Mundial, no deja de ser curioso que dicha historia se publicara durante la época en la cual Francia vetaba, en las Naciones Unidas, la guerra del “Mundo Libre” contra Irak y fuera entonces cuando una campaña de desprestigio contra lo francés se desatara en Norteamérica.
La segunda página pertenece a la etapa del escocés en Wolverine que justo se está publicando ahora en nuestro país. Contemplamos como el avión del presidente de los Estados Unidos “aterriza” en el helitransporte de Shield mientras que Nick Furia y todos los que le rodean manifiestan una reverencia cuasirreligiosa ante lo que acontece.
¿Para quién escribe esto un escocés de izquierdas que fuera del circuito de los cómics se muestra crítico con la política exterior de los Estados Unidos? Es por todos conocido el fuerte sentimiento patriótico de la gente de los USA y Millar, consciente de ello, usa todas sus bazas para agradar a ese público y vender sus cómics… quien sabe si, como decíamos antes, traicionándose a sí mismo.
Supongo que no será ajeno a todo esto el hecho de que este guionista se ganara antes la vida redactando parlamentos políticos. Quizás él considere que su propia perspectiva política no tiene porqué casar con lo que después haga para cobrar su sueldo, aunque se sirva de un discurso político contrario al suyo propio para ello.