¿Qué le pasó al Cruzado Enmascarado?

Gotham. Batman se pregunta si está soñando. Alguien le contesta que no.

Sin embargo, aunque la ciudad nos es familiar algo nos dice que no es la Gotham que conocemos… Selina Kyle corre por sus calles montada en su Catillac hasta llegar a la puerta de un bar de mala muerte en el Callejón del Crimen. Al pasar al interior el barman, un tal Joe Chill, le informa de que la gente está empezando a llegar. Él no asistirá, estará ahí mismo, indicando a la gente dónde ir. Selina se extraña, porque creía que Joe estaba muerto, pero él responde: «Estuve aquí al principio de todo, señorita Kyle. No me voy a perder el final».

En la trastienda se han empezado a reunir los asistentes a la ceremonia, y entre ellos vemos al primer Capucha Roja, y a Alfred, que recibe a Selina. Bruce, que ahora solamente es una voz fuera de plano, se sorprende al ver que se trata de un velatorio, y el que se encuentra en el ataúd es Batman…

Poco a poco van llegando más allegados: Dos Caras, en su coche desfigurado, Jim y Barbara Gordon, esta última en su silla de ruedas, el Acertijo… Eddie se encuentra con Selina, pero no parecen conocerse, aunque sí conocen a otro Acertijo y otra Catwoman. Mientras algunos ya están comiendo otros van llegando. El Joker llega en su Jokermóvil, Ra’s al Ghul, Damian Wayne… otro Joker y Harley Quinn, el Sombrerero Loco, el Pingüino, Manbat en su forma humana de Kirk Langstrom… Harvey Bullock explica su punto de vista del funeral a Renee montoya. La sala está repleta.

Dick Grayson se dirige a todos los presentes y pregunta si alguien quiere decir algo. Selina se adelanta. Pero no es la misma Selina que vimos al comienzo de esta historia, ésta tiene canas en su largo cabello, y no hay rastro de la Mujer Gato en ella. Se presenta y dice conocer al fallecido desde dos años antes de Pearl Harbour…

Selina vestía por entonces un traje de Catwoman con máscara felina, y se dedicaba a robar objetos relacionados con los gatos. Una noche entró en un museo para robar el diamante Kit Kat y se encontró con Batman. La subsiguiente persecución fue la primera de muchas, y dio pie a la extraña relación que mantendrían a lo largo de los años. En alguna ocasión Batman trató de convencerla para que dejase esa vida de crimen, pero ella le contestó diciendo que él también podría dejarlo, que juntos podrían tener vidas normales…

A partir de entonces Selina se dedicó a luchar contra el crimen, pero sus métodos eran más drásticos que los de Batman, y también más efectivos. En esta ocasión Batman le pidió que dejara es vida contra el crimen. Y esta vez Selina, enfadada, lo dejó, tanto las heroicidades como los crímenes, y llevó una vida tranquila como dueña de tienda de gatos. Los años pasaron y su negocio prosperó, mientras Batman proseguía con su lucha sin fin… hasta que una noche, herido de gravedad, acudió a la tienda de Selina en busca de ayuda. Aprovechando un desvanecimiento del enmascarado, ella le ató a un sillón y le dejó morir desangrado… porque le amaba.

Bruce se da cuenta de que esa fue la muerte de Robin Hood, pero su interlocutora le contesta que no, que esa fue la muerte de Batman. Aun así, el siguiente en hablar es Alfred…

Alfred Pennyworth trabajó como actor en una compañía de teatro hasta que su padre murió. Entonces comenzó a trabajar como mayordomo para la familia Wayne, quienes habían cuidado de su padre hasta el final. En agradecimiento, él se quedó con ellos. Una aciaga noche Jonathan y Martha Wayne fueron asesinados por un ratero que intentaba atracarles y Bruce, el jovencísmo hijo del matrimonio fue testigo de todo, quedando marcado de por vida. Guiado por una obsesión se entrenó años y años para convertirse en un gran luchador contra el crimen, pero no consiguió su objetivo hasta que comenzó a vestirse de murciélago.

Alfred es consciente de la locura que rodea a alguien que es capaz de comportarse así, pero también se dio cuenta de que el disfraz y sus salidas nocturnas le hacían feliz. Pero no era suficiente, los criminales que encontraba no eran muchos, y no bastaban para mantenerle ocupado, para darle una razón para vivir, para anclarle al mundo. Entonces Alfred contactó con sus antiguos compañeros de la compañía de teatro, y les convirtió en un reto para su amo: ahora el Pingüino, Catwoman, el Acertijo, el Espantapájaros… eran los nuevos enemigos de Batman. Pero tampoco fue suficiente, así que Alfred creó una némesis perfecta para Bruce…

Durante años fue el mayor enemigo de Batman, hasta que una noche Bruce lo descubrió. Alfred le explicó que lo había hecho porque él lo necesitaba, pero que ahora que lo había descubierto le podía dar fin. Bruce, sin embargo, le contesta que para él no hay elección, es Batman, y seguirá luchando.

La Batseñal le invoca y es conducido hasta el zoo, donde el Acertijo tiene a unos niños como rehenes. Batman intenta razonar con él, sabe que en realidad es un actor llamado Eddie Nash, pero el villano ya ha dejado esa personalidad atrás, ha sido engullido por la identidad del Acertijo, ahora lo es realmente. Batman pide que entregue su arma, y él se la tiende… y se dispara justo en su cara.

Tras eso, Alfred llevó el cuerpo de Bruce hasta el lugar de su velatorio. O eso dice…

El incorpóreo Bruce se da cuenta de lo ilógico de las historias que están escuchando, y se pregunta si está muerto. La mujer junto a él contesta que aún no…

Los asistentes al funeral siguen explicando historias sobre Batman, de diferentes vidas y diferentes muertes. Batwoman (otra Batwoman, ninguna que conozcamos) explica cómo murió luchando, sacrificando su vida para impedir que una bomba volase la ciudad. El Sombrero Loco relata cómo le mató. El Joker explica cómo una sobredosis de su toxina acabó con él. En ningún caso nadie se alegra de su muerte… Un Robin adulto echa de menos a su héroe y mentor… Clayface dice que murió salvándole la vida. Bullock cuenta cómo dio su vida al salvar a una niña en una riada. Ra’s al Ghul relata la historia de su enemistad, y cómo tristemente murió a causa del veneno de un escorpión que nada tenía que ver con él. Superman explica cómo se enfrentaba a una muerte segura y aun así plantó cara a sus enemigos…

Entonces Bruce se percata de una puerta al fondo de la sala, detrás del ataúd. Con sus fantasmales manos la abre y la atraviesa, dándose cuenta de que sabe que es Batman, pero no si han hablado de él en el funeral. Pero eso no es algo que importe… Allí, la mujer que le hablaba se revela, confirmando sus sospechas sobre su identidad y sobre la situación. Bruce está viviendo una experiencia cercana a la muerte, y quien se encuentra a su lado es su madre, Martha Wayne. El hijo explica a su madre que ha aprendido que nunca dejará de luchar, pase lo que pase. La muerte le puede llegar de mil formas, pero su persistencia es la constante que permanece. Y es evidente que morirá, su historia no puede acabar de otro modo, porque hasta entonces peleará.

Ahora se pregunta qué pasará, si despertará en algún hospital, pero su madre le contesta que esta vez no. Bruce le dice que todo esto lo hace su cerebro, que ella no está ahí realmente… y Martha le contesta que ella siempre esta ahí. Ahora ha de continuar, seguir adelante hacia el ciclo que le llevará a ser Batman de nuevo. Y es que ese es el premio que consigue por ser Batman: volver siempre, vivir unos años de perfecta felicidad con sus padres y convertirse en Batman. Pase lo que pase siempre volverá, siempre será Batman, pero para él éste es momento de descansar unos años.

Y así, Bruce se despide de su vida, al modo en que se iba a dormir cada noche cuando era un niño. «Buenas noches, casa. Buenas noches, Batcueva. Buenas noches, dinosaurio mecánico. Buenas noches, penique gigante…»

Y así, Batman muere.

Y así, Batman renace.