John Byrne y el Increíble Hulk
«¡Hulk es libre de nuevo! ¡Y Hulk te aplastará, Banner!»
El increíble Hulk fue creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1962. Su primera colección tan solo duraría seis números, la que menos éxito cosecharía de la primera hornada de series Marvel lanzadas tras el estreno de Los 4 Fantásticos un año antes, en 1961. Mucho se ha especulado sobre cómo Lee y Kirby se basaron en ciertos personajes famosos de la literatura como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde o el monstruo de Frankenstein, para crear a Hulk. Esta creación entroncaría con el recurso, tan utilizado en la Marvel de los 60, de usar los efectos de la radiación para explicar los orígenes del héroe. El doctor Bruce Banner es un científico cuyo trabajo ha sido fundamental para desarrollar una nueva arma destinada a ser usada en la Guerra Fría contra la URSS: una bomba Gamma. En un test llevado a cabo en Nuevo México, Banner descubre que un joven, Rick Jones, se ha colado en la zona de pruebas y, al apartarle del peligro, es golpeado por la explosión de la bomba. Como resultado, la radiación le transforma en un monstruo gris, de gran fuerza y pocos escrúpulos que pasará a conocerse como Hulk.
¿Qué razones llevaron al fracaso de la serie? Principalmente la incapacidad de Lee a la hora de darle un propósito coherente al personaje. Al contrario que un héroe a priori no tan diferente, como era la Cosa en los 4 Fantásticos, Lee escribe a Hulk por momentos como un héroe incomprendido y otras como un antihéroe por momentos indistinguible de un villano. Resulta muy difícil empatizar con Hulk en estas primeras historias, donde bascula entre soliloquios sobre la soledad y maquinaciones malvadas, siendo en un momento muy inteligente y al siguiente casi incapaz de engarzar dos frases seguidas. Las contradicciones a la hora de desarrollar al personaje eran constantes, una tónica de la forma de trabajar de Lee en muchas de sus series, puesto que improvisaba según iba escribiendo, estando siempre atento a las cifras de ventas para detectar lo que más gustaba al público. Por ejemplo, en un número Hulk salva a la tierra de los hombres sapo para, a continuación, amenazar a la humanidad con las armas de los seres a los que acaba de derrotar. Además, un personaje cuya principal objetivo es que le dejen en paz, como no se cansa de repetir, acaba siendo, para el lector, un actor pasivo en sus propias historias, sin más propósito que el de huir. Por otro lado, tenemos a Bruce Banner, que ve a Hulk como una maldición de la que se lamenta constantemente a la vez que busca la manera de “controlarlo”, como por ejemplo encerrándolo en una especie de búnker. Es a través de Banner por donde conoceremos a los principales secundarios de la serie, el General “Trueno” Ross y su hija Betty, además del ya mencionado Rick Jones, todos ellos parte fundamental de la historia de Hulk. El final del 6º número de esta primera etapa, dibujado por Steve Ditko en sustitución de Kirby, nos dejaba al Hulk verde que nos será tan conocido hoy en día en una situación de incertidumbre de cara al futuro.
Casi dos décadas después, en marzo de 1980, Bill Mantlo se estrenaba como guionista de Hulk, en una etapa que duraría cinco años, abarcando del número 245 al 313 de la colección americana. Mantlo heredó un Hulk muy influenciado por la serie de televisión de los años 70, un personaje en huida constante, perseguido por el ejército de EE.UU, específicamente por el Teniente Glenn Talbot. El guionista de Nueva York estableció un Hulk “humano” en cuanto a su capacidad intelectual, capaz de razonar pero que prefería dejarse llevar por sus emociones, sobre todo la rabia. En cuanto a sus historias, Mantlo, acompañado en gran medida del clásico dibujante Sal Buscema, lanzó al personaje a territorios diferentes, alejándolo en cuanto podía de las ciudades y llanuras que había recorrido en su huida, durante las historias de los años inmediatamente anteriores. Así, el gigante esmeralda regresaba a K’ai para enterrar a su amada Jarella, era llevado al espacio por culpa de Bereet y acababa perdido (y encontrado por Mapache Cohete), y, finalmente terminaba varado en la Encrucijada, un nexo interdimensional que permitirá al guionista llevar a cabo historias de gran importancia para el futuro del personaje, como ha destacado el mismo Al Ewing en su etapa actual con el personaje. El tira y afloja entre Banner y Hulk daría para mucho en los años de Mantlo en la colección; en un primer momento el péndulo oscilaría hacia un Banner capaz finalmente de controlar a Hulk, para después pasar al extremo opuesto con el suicidio psíquico del mismo Banner, dejando un Hulk completamente salvaje. Antes de abandonar el título, Mantlo recuperará al Banner encerrado en el cuerpo de Hulk y rescata al héroe de la Encrucijada merced a la intervención de Alpha Flight.
Y llega John Byrne. Y no uno cualquiera. El Byrne superestrella que, tras abandonar la colección que le lanzó a la fama, La Patrulla X, se había convertido en un autor respetado y de éxito, especialmente gracias a su etapa en Los 4 Fantásticos. En 1983, Byrne había lanzado Alpha Flight, serie dedicada a narrar las aventuras de un grupo de superhéroes canadiense, basándose en personajes ya presentados en sus años en La Patrulla X. Llegado 1985, el guionista y dibujante sentía que ya había contado todo lo que quería contar sobre los personajes y se presentó la oportunidad de “cambiar cromos” con la colección de Hulk. De tal manera que el equipo creativo al completo que estaba trabajando en la colección del gigante esmeralda – Bill Mantlo, Mike Mignola y Gerry Talaoc – pasaban a Alpha Flight mientras que Byrne se hacia cargo, como autor completo, de Hulk.
Como venía siendo habitual (y lo que sería casi una constante en su carrera), la idea de Byrne con respecto al personaje era volver a las raíces, a esos seis números originales de Hulk. Para empezar, el canadiense consideraba que había que abandonar escenarios como la Encrucijada, extraños y ajenos a la historia del personaje. El desierto de Nuevo México volvería a ser el lugar principal donde tendrían lugar las aventuras escritas por Byrne. Además, Hulk sería ahora una versión más salvaje y animalizada, nada de monstruo bonachón, sino una fuerza de la naturaleza con la que más valía no cruzarse, tal y como le ocurre al ciervo que se encuentra con el monstruo en las primeras páginas de Byrne. Los seis números (misma cantidad que la serie original, ironías del destino) de la serie regular que realizó Byrne suponían un cambio de paradigma pero sobre todo una manera de sentar las bases de lo que se prometía una etapa larga del artista canadiense en el título. Se recuperaba a Betty Ross primero y a Rick Jones después. Hulk volvía a ser perseguido por parajes desérticos, sí, pero había un importante giro que suponía un salto diferencial con respecto a las historias antiguas de las que bebía el nuevo guionista.
Byrne recupera al Doctor Leonard Samson y le convierte en el “culpable” de conseguir separar físicamente a Bruce Banner y Hulk. En este nuevo estatus, Hulk será la presa acosada por el mismo Banner, al frente de una unidad llamada Hulkbusters. El resto de la trama se divide, por un lado, en enfrentamientos de Hulk con los Vengadores, Doc Samson y los Hulkbusters; y por otro, con el desarrollo de la relación entre Banner y Betty que culminará en su matrimonio, en el último número firmado por Byrne. Nos encontramos ante una historia de “Introducción” en la que se presentan a las piezas más importantes y el tablero en el que interactuarán. Como guionista, Byrne se esfuerza por dar coherencia a parte del caótico legado de Hulk, incluyendo su cambio de color de gris a verde y el porqué de su recurrente atracción por la zona de Nuevo México. Al canadiense le gusta trabajar a partir de una tábula rasa y prefiere remontarse a las historias de Lee, Kirby y Ditko, sin contradecir lo hecho antes de su llegada por Mantlo, Roger Stern o Lein Wein, pero obviando todo aquello que, simplemente, no le interesa. Aún así, Stan Lee nunca escribió un Hulk tan salvaje como el de Byrne, un Hulk que en sus peleas solo se comunica a través de gruñidos y gritos, como un animal. No es tanto que el personaje quiere que le dejen en paz, es que actúa como ser sin conciencia alguna. En contraposición, estos cómics también están repletos de densas conversaciones que permiten desarrollar tanto a los diferentes personajes humanos como sus relaciones.
En cuanto al dibujo, Byrne es acompañado a las tintas por Bob Wiacek y Keith Williams, y todos ellos nos regalan momentos ciertamente espectaculares como Hulk luchando contra visiones de algunos de sus enemigos más conocidos o, sobre todo, el enfrentamiento contra los Vengadores y la estela de destrucción que deja a su paso. Quizás nos encontramos ante uno de los mejores, si no el mejor momento, de Byrne como dibujante, mostrando un dominio de la narración apabullante y una espectacularidad sobresaliente.
De forma abrupta y sorprendente, tras tan solo los mencionados seis números y un Anual, dibujado por Sal Buscema, John Byrne abandonaría el título y no mucho despúes la propia Marvel en 1986, para acabar recalando en DC y encargándose del relanzamiento de Superman. ¿Qué ocurrió? Hay distintas teorías al respecto. En la primera de ellas, Byrne se sentiría traicionado por el Editor en Jefe de Marvel, Jim Shooter, al ponerle problemas en lo referente a la nueva dirección de la serie. Byrne planeaba tener dos Hulks al mismo tiempo, el Hulk salvaje y un nuevo Hulk-Banner similar al original de Lee y Kirby. Ambos se enfrentarían y el segundo mataría al primero llevando hasta sus últimas consecuencias el retorno a las raíces del personaje. Se supone que Shooter había dado el visto bueno a estas ideas antes de la salida del primer número de Byrne pero, de alguna manera, se arrepintió y no hizo más que poner problemas de ese momento en adelante. La segunda teoría se refiere a The Increíble Hulk #320. Byrne presentó un número totalmente compuesto de splash-pages y, aparentemente, esto enfureció a Shooter, quien prohibió la publicación del cómic de esa manera, lo que fue la gota que colmó el vaso en una relación, Byrne–Shooter, ya muy deteriorada por los años. Tiempo después, con Shooter ya fuera de Marvel, se añadiría un giro a esta segunda teoría, al declarar el antiguo Editor en Jefe de la Casa de las Ideas que él nunca rechazó aquel número sino que fue el editor de la serie en aquel momento, Denny O’Neil, el que lo hizo; diciéndole a Byrne que Shooter jamás aprobaría su publicación. Curiosamente, el #320 que sí se publicó no solo contaba con un nuevo guionista-dibujante, Al Milgrom, sino también con un nuevo editor, Bob Harras.
Lo único seguro es que ese fatídico número acabaría siendo publicado en la cabecera Marvel Fanfare y quedaría como epitafio, no solo de la interrumpida etapa de Byrne en la serie, sino de su primera estancia en Marvel. Panini, al publicar en este tomo tanto el Anual dibujado por Buscema como el ejemplar de Marvel Fanfare, nos presenta un auténtico “Integral” de Hulk por John Byrne. Es curioso cómo las dos breves estancias en la serie, de Byrne primero y de Milgrom después, se enmarcan entre las que se suelen considerar como las dos mejores etapas del personaje hasta el día de hoy, la de Bill Mantlo y la de Peter David. Por su brevedad, no podemos hablar de que los números de Byrne supongan una gran etapa en la historia del personaje, pero sí que podemos referirnos a ellos como grandes cómics que además dejaron, en algún caso, como en el matrimonio de Banner y Betty, una huella duradera en la leyenda del personaje.
Lo mejor
• Un John Byrne al 100% de sus capacidades
Lo peor
• El regusto amargo que deja pensar en lo que podría haber sido una larga etapa de Byrne con el personaje
Guion - 8.3
Dibujo - 9.5
Interés - 9
8.9
Excelente
A pesar de su abrupto final, la etapa de Byrne sigue siendo un gran cómic de superhéroes
Por acá en Argentina (allá por el ’93) un tal Pavón editó en forma pauperrima (3 números en todo un año) este Hulk, junto con X-Men de Claremont-Lee y Spiderman de McFarlane. No parece una mala selección, pero era tan pedorra la edición, y en papel higienico…a este Hulk supongo que lo eligieron (pese a lo viejo del material) porqué lo hacía Byrne, y Ed. Perfil la estaba pegando con su Superman. Bueno la cosa es que el primerisimo (y creo qué único por muuucho tiempo) comic Marvel que tuve fue el n°2. Obvio lo compre por Byrne. No recuerdo nada y ya no lo tengo, pero supongo que no estaba mal…
Recuerdo muy ibne esa época y lo que fue esa Editorial, terrible las ediciones, el papael a la tercera lectura quedaba destruido; aunquesi mal no recuerdo ahí también hubo un tema con las licencias.
Lo de Byrne es para escribir un libro sobre la cantidad de veces que termino mal en algún proyecto, no es su mejor trabajo pero así y todo me gusto, tengo la edición de Panini y vale la pena leerla.
Totalmente, todas los conceptos y semillas que planeaba introducir (y desarrollar) Byrne durante su estancia en Hulk aparecen en este puñado de números, una lástima que la dejara a medias. Incluso la edición de Panini trae una entrevista hecha al propio Byrne (creo que en Marvel Premiere si mal no recuerdo) en la que concede detalles jugosos de lo que se traía entre manos para el goliat esmeralda.
Además tuve (y me parece que todavía las tengo guardadas por ahí) esa ediciones de la editorial Pavón que comenta el Dr Kadok (empecé por el N⁰ 2 también), y si bien eran bastante deficientes, me marcaron a fuego: la separación de Hulk de Banner, el Doc Samson arrepentido de lo que hizo liberando a Hulk para dar lugar a una pelea súper épica en el desierto con los West Coast Avengers, en fin, no puedo ser objetivo con el bueno de John, a pesar de sus rabietas, fue, es y será un fuera de serie.
Como dato curioso añado que la editorial Columba continuó editando el arco argumental (ya con Byrne fuera de la colección) y luego hizo borrón y cuenta nueva, enlazando con el Hulk Gris del tándem David/McFarlane como bien comenta el Dr.
Cuántos recuerdos… Aquí otro que se inició en el universo Marvel de la mano de la editorial Pavon, con el #2 de Hulk (Hulk vs Doc Samson vs los Vengadores!!!), el X-Men #3 (#2 de la colección americana con los X-Men en Genosha vs Magneto y los acolitos!!!), y el Spiderman #1 de McFarlane (una bosta…jajaja). Estas colecciones posteriormente las retomó la editorial Columba, publicando X-Men hasta el #14 USA, en Spiderman recuerdo la saga vs el Hobgoblin con Ghost Rider de invitado, y de Hulk no recuerdo más allá del casamiento con Betty Ross (último número de Byrne).
Qué locura!!!! Yo conocía a Spiderman y a Hulk de las series de televisión, y no más, de los X-Men no había siquiera escuchado. Para un chico que se crió leyendo solo DC, de pronto descubrir que había otro Universo fue como un flash total, recuerdo la sensación de asombro como si fuera hoy. Me encantaba Byrne (de Superman) y sus números de Hulk me gustaron mucho, pero ver los dibujos de Jim Lee en X-Men fue una explosión. Era MUY distinto a lo que venía acostumbrado (Byrne y Ordway en Superman, Larocque en Flash, Maguire/Templeton/Hugues en JLI, Aparo y Breyfogle en Batman). El aspecto de los X-Men fue un antes y un después que recuerdo con claridad, muy rupturista para mí. Hoy le tengo cariño a esos comics, les encuentro sus evidentes fallos y me quedo toda la vida con Byrne, Ordway o Larocque (amaba la colección de Flash), pero en ese momento esos X-Men eran algo marciano para mí!!!!
PD: hace unos años me di el gusto de comprar el TPB yankee con el material de Hulk de la reseña y releerlo en una edición como la gente, buenos comics
Para otro día de recuerdos quedará la posterior irrupción de Editorial Vid mexicana en Argentina, que a pesar de promediar una calidad deficiente, de pronto llegaron (agarrense del asiento e imaginen un pibe de 10/11 años que de repente se encuentra con lo siguiente): La saga de fénix oscura!!!, Dias del pasado futuro (y presente), Weapon X!!!, Wolverine: Honor!!!, Hulk vs Batman!!!, Spiderman vs Superman!!!, El regreso del caballero oscuro!!!, Crisis en Tierras Infinitas!!!, Qué sucedió con el hombre del manaba!!!, Hora Cero!!!
Era un WTF semanal, ir al kiosco y lo que aparecía me volaba la peluca, no me daban las manos para comprar y leer jajaja. Una verdadera explosión de comics uno mejor que el otro, y el que no era bueno, era lo último, así que era todo impresionante…
Después a Argentina llegó Forum y ahí BOOM!!!! Creo que compraba todo lo que salía, Ironman, Thor, Capitán América, Vengadores, toda la línea X-Men, era demencial…Mis viejos pobrecitos cómo me bancaban… Hoy los voy a llevar a comer para agradecerles XD
Nuuu que buenas anécdotas..! Yo todo eso lo fui agarrando con saldos que por supuesto estaban discontinuados, pero al menos sirvieron para empaparme de muchas historias hoy consideradas clásicas y no fue hasta ser mucho más grande que pude recuperarlas en mejores ediciones y apreciarlas en toda su dimensión.
También es cierto que había una diferencia abismal entre lo que hacían Lee, McFarlane y cía en cuánto a lo visual y en relación a artistas de corte más clásico, aunque personalmente quien más me impactó fue el Romita Jr. del crossover Batman/Punisher, creo que en su mejor momento (’93 o ’94, más tarde descubrí su virtuosismo con Daredevil).
Tantísimas historias que nos marcaron y un merecido reconocimiento a nuestros viejos que son serios responsables de nuestra afición al habernos bancado tanto!
Yo creo que ya lo conté por acá varias veces…estaba tan fanatizado con DC/Perfil que cuando se cortó de golpe (los argentinos de treinta y pico todavía estamos preguntando al kiosquero cuando sale Hora Cero), sumado a que terminaba la primaria, pasé de 1000 a cero: apenas de la invasión Vid compré algunos infaltables que con Zinco no llegaron (TDKR, Arkham Asylum, Crepúsculo Esmeralda y cositas) y nada de Marvel (me parecía repavote…sin haber leido casi nada). Recién con la ola de peliculas y de los blogs con scaneos volvi con todo, bien entrado el s XXI. Pero la sensación única de 20 años atrás nunca será igual…
Hola Clint, Dr Kadok, está muy bueno compartir estas impresiones y experiencias ya que evidentemente fuimos muchos los marcados por la editorial Perfil… Yo también sigo esperando Hora Cero jajaja. No sólo eso, se publicitó toda la nueva línea que incluía un salto en el tiempo en la publicación de Superman y Batman y se sumaba Outsiders y Mujer Maravilla si no recuerdo mal… Nada de eso llegó a ver la luz… Para más info les recomiendo el blog de Andrés Accorsi (365 comics x año) que tiene varias entradas dónde cuenta cómo fue toda esa movida…
Con respecto a Romita Jr. es un autor que me encanta aún en horas bajas, es posible que lo primero que haya leído de él fuera el crossover Batman Punisher o sus números en Uncanny X-Men de la segunda etapa (a partir del #285 más o menos), siempre me pareció muy bueno, me gustaban sus héroes macizos
Hombre, yo tengo un tomo del Increíble Hulk de David y Keown, de una colección de «novelas gráficas Marvel» que se venden por aquí en tapadura (tal vez en España también, no sé). El tomo es buenísimo y en los extras vienen incluidas prácticamente viñetas de los sucesos aquí descritos, sobretodo la boda. Me entraron ganas de releerlo :).
A mi esta mini etapa me gustó muchísimo. La batalla de los Vengadores (de ambas costas) a tortazo limpio con Hulk es de las más espectaculares que he leído nunca.
Justo acabo de volver a leer estos números y es una auténtica pena que no pudiese desarrollar sus ideas. Ya en su último número juega con dividir la narración a media página.
Una nota bastante inflada.
Byrne es experto en tener ideas geniales, desarrollos eficaces y finales bastante discutibles, cuando no inexistentes porque se marcha antes de tiempo. Aquí además empezaba a entrar en su época de “100 páginas al mes”, por lo que el apartado gráfico, sin llegar a las cotas de vergüenza ajena que alcanzó en años siguientes, sí está bastante lejos de sus mejores tiempos.
Es un buen tebeo, pero apenas estábamos en la presentación. Sin nudo ni desenlace se me antoja que ponerle un nueve es todo un exceso.