Space-opera versión Englehart
Con más de tres años de retraso, Panini nos sorprendió gratamente el pasado mes de diciembre con la publicación de la tercera entrega de la recopilación de la etapa de Steve Englehart como guionista de Estela Plateada a finales de los 80, inicio de la colección más longeva del antiguo heraldo de Galactus. No solo eso, para abril de este 2023 ya está anunciado el 4º tomo, lo que nos dejaría a las puertas de tener toda la etapa reeditada por primera vez en España.
Soy un admirador de la obra de Englehart en Marvel pero no puedo decir que su regreso a la Casa de las Ideas en los 80 pueda considerarse un éxito. Su etapa en Los 4 Fantásticos probablemente nunca sea reeditada y da la impresión de haber sido borrada de la existencia, mientras que -por mucho que tenga cariño a esos cómics- no se puede calificar de periodo histórico sus números de Los Vengadores Costa Oeste. El Englehart de los wackos es el más recordado, sí, el más loco y divertido también, pero el Englehart de Estela Plateada es el autor maduro con ingenio e inventiva que además aprovecha los puntos fuertes tanto de su escritura como de los dibujantes que trabajan a su lado.
Este tercer tomo de la colección incluye los #15-20 y el Anual #1, pero además las dos entregas que conforman Parábola, publicada en la misma época y realizada por las leyendas Stan Lee y Moebius. Los #15-18 consisten en una aventura espacial coprotagonizada por Reed, Sue y Franklin Richards en la que nuestros héroes tienen que salvar a Galactus de la indigestión sufrida por este tras “tragarse” a los Primigenios del Universo en el tomo 2. Para ello viajarán a lo que llamaremos la Dimensión “Steve Ditko”, no solo porque el dibujante Ron Lim homenajee los diseños del maestro cocreador de Spiderman, sino porque la propia historia nos revela que es la misma dimensión aparecida en varios números del Doctor Extraño de Stan Lee y el propio Ditko. En los #19-20, el guionista retoma varias de las subtramas que venía desarrollando en la serie como el enfrentamiento Kree-Skrull o el regreso de Mantis (que tiene lugar en una de las historias de complemento del Anual). Por último, el #19 tiene una buena ración de tortas entre Estela y el Señor del Fuego además de un uso bastante “problemático” de los poderes de persuasión de Starfox.
Englehart continua aquí con su particular space-opera con un punto psicodélico que gustará a los fans del lado más cósmico de Marvel. Como en tomos anteriores, el escritor no puede evitar hacer soltar en ocasiones a sus personajes largas parrafadas pseudomísticas -en este caso todo el tema de la relación entre Orden y Caos-, pero se le perdona por el ritmo y la acción que sabe imprimir a sus guiones. El uso de los 4F (y el pobre Franklin) permite notables interacciones entre los personajes aunque chirría bastante que los mismos Reed y Sue que abandonaron los 4F para intentar darle una vida normal a Franklin, aquí se lo lleven a una peligrosa dimensión. El juego de ver cómo la dimensión extraña afecta a los héroes y la recuperación de Malicia (concepto creado por John Byrne y que sería retomado en los 90 en la etapa de Tom DeFalco) es muy entretenido pero acaba sin tener repercusión real en la resolución de la trama de Galactus. A veces, a Englehart es complicado cogerle el punto como cuando está tres números explicando la relación Galactus-Intermediario en términos filosófico-trascendentales y termina con ambas entidades en una pelea a puñetazos.
Ron Lim inicia su colaboración con Englehart en el #15 y, para mí, supone el inicio de uno de sus mejores -si no el mejor- trabajos como profesional. De hecho, Estela Plateada fue la condición que le catapultó dentro de Marvel. Más adelante llegarían Capitán América o la Saga del Infinito. Lim tiende a lo cartoon exagerando la forma humana, sobre todo las caras, lo que le hace especialmente indicado para plasmar el imaginario cósmico de la Casa de las Ideas. Quizás Lim no sea un 9 en nada pero es un 7 en casi todo, con una narrativa fluida, mostrando mucha expresividad en los personajes y dibujando escenas de acción espectaculares con aparente facilidad. Con el tiempo, acabaría abusando de las splash-pages -saga del Infinito- pero aquí se nota que se está exprimiendo en la que consideraría una de sus grandes oportunidades profesionales.
Que nadie corra a echar pestes de Panini por incluir Parábola en este tomo. Al menos no es una idea únicamente de Panini puesto que la miniserie se incluía también en la Epic Collection de Estela Plateada en Marvel USA. En Zona Negativa ya hemos hablado de esta historia por lo que tampoco me detendré demasiado en ella. Para aquellos que no la hayan leído, merece mucho la pena revisar Parábola. Por un lado, Stan Lee hace un trabajo muy sólido y en línea con la tradición casi existencialista de Estela Plateada. El enfrentamiento entre Estela y un Galactus que vuelve a la tierra con intenciones más allá de devorar nuestro mundo, es más de argumentos que de puñetazos, y se nota que el bueno de Lee no quería meter la pata teniendo en cuenta a quien tenía de compañero. Este compañero no era otro que el celebérrimo Jean Giraud o Moebius, dibujante de varias obras maestras del cómic franco-belga como El Incal. El trabajo de Moebius es excepcional, con un uso del color especialmente llamativo para lo que se supone un cómic Marvel. Un cómic muy recomendable.
Tuit:
Lo mejor
• Parábola
Lo peor
• Es un tomo muy sólido. Quizás el Intermediario, un villano que promete mucho pero que nunca llega a colmar las expectativas