En 1991 el pasado de Lobezno todavía era un misterio del que conocíamos pocos datos que nos habían sido suministrados con cuentagotas a lo largo de sus por aquel entonces casi veinte años de historia en viñetas. Pero ese mismo año el editor
Desde sus primeras páginas Arma X hace despliegue de una construcción secuencial impropia para lo que en principios de los años 90 era el cómic adscrito al género superhéroico. La consecución de viñetas por parte de Windsor-Smith, su diseño con dos líneas temporales, lo críptico de su narración y un tono opresivo o claustrofóbico en lo referido a Logan ejerciendo un conejillo de indias en el laboratorio sientan en las ocho páginas iniciales (todo un acierto este formato en el que el británico se esfuerza al máximo para que cada final de capítulo contenga un cliffhanger que deje al lector con ganas de leer inmediatamente el siguiente) la base narrativa y argumental que imperará a lo largo de toda la serie en la que encontramos una estética que apela en no pocas ocasiones a un «horror vacui teconológico» en el que las viñetas se ven inundadas por cableado, maquinaria, ordenadores y material quirúrgico que ayudan a transmitir una sensación de deshumanización que no es ajena al lector. A medida que se van sucediendo los números el trazo hermético de Windsor-Smith va desapareciendo gradualmente dejando paso a viñetas más amplias, en las que resalta la profundidad de campo, las splash pages protagonizadas por Logan y las secuencias en las que este es puesto a prueba al enfrentarse en los exteriores del laboratorio a todo tipo de animales salvajes que despiertan su instinto de supervivencia.
En cuanto al color es de recibo mencionar el uso tan atípico que hace Windsor-Smith del mismo en la serie. El autor de Clavos Rojos o La Hija del Gigante de Hielo utiliza una amplia gama de colores vivos que nos confirman que la prolicromía no está reñida con la crudeza, de este modo los tonos azules, amarillos y rosados de los aparatos del laboratorio realizan un potente ejercicio de compactación con el imperante rojo de la sangre derramada en las no pocas secuencias de violencia explícita que pueblan gran parte del esqueleto que sustenta el relato y en las que el dibujante da lo mejor de sí mismo. Ese choque entre fría tecnología y la descarnada brutalidad física que sufre y posteriormente inflige Logan es uno de los mayores hallazgos de la obra con reminiscencias al cyberpunk y a autores tan dispares como el
A parte de a Logan tenemos tres personajes secundarios importantes en Arma X. El «Profesor», el Doctor Abraham Cornelius, Carol Hines ofrecen tres perspectivas diferentes en cuanto a retratar a los implicados en el Proyecto Arma X. El primero es una figura misteriosa de la que no recibimos dato alguno, un sociópata que no duda en torturar a su cobaya para convertirlo en la máquina de matar definitiva incluso sacrificando a sus colaboradores en el proceso, el segundo se plantea más dudas a la hora de llevar a cabo su labor y aunque siempre acata las órdenes de su superior no serán pocas las ocasiones en las que sea consciente del acto de salvajismo que están ejecutando con el protagonista, la última ejerce como ayudante de laboratorio y ofrece el punto de vista más humano y compasivo del triunvirato aunque la revelación final con la que se cierra la serie nos deje con dudas acerca de su personalidad. Pero como es evidente el personaje de Logan es el que lleva todo el peso de la historia y aunque él es el objeto pasivo en cuanto a su interacción en la narración su progresiva toma de conciencia sobre la situación en la que se encuentra y el calvario por el que sus captores le están haciendo pasar aumenta la vulnerabilidad psicolígica del personaje en contraposición a su fiereza en el plano físico que es la que vascula en la serie.
Arma X es una obra imprescindible dentro del universo mutante en general y de la historia editorial de Lobezno en particular que ahora nos llega en el formato 100% Marvel HC con tapa dura, prólogo de Julian M. Clemente, la serie original completa, portadas originales y bocetos e incluyendo las pocas páginas del Wolverine Vol 2 #166 USA en las que
Guión - 9.5
Dibujo - 10
Interés - 9.5
9.7
Barry Windsor Smith como autor total sentó cátedra con esta historia clásica de Lobezno en la que descubrimos por primera vez su implicación en el Proyecto Arma X. Un relato imprescindible del mutante de las garras de adamantium que ningún fan debe obviar.
Imprescindible.
Si no la mejor obra que ha dado el universo mutante, a mi parecer sí que es la mejor obra centrada en un único personaje.
De cuando las mini series, anuales y especiales no eran meros sacacuartos, sino que importan (y mucho)
En cuanto a esta edición, ¿qué tal la reproducción del color? ¿Windsor-Smith estaría contento y se dignaría a firmarla?
Me temo que no, porque es básicamente el mismo coloreado que utilizó la edición de BoME, y los colores sobre este papel satinado siguen siendo bastante chillones, diferentes a los que Windsor-Smith diseñó para ser impresos en el papel barato, poroso y de baja calidad del Marvel Comics Presents. Muchos ya conocéis la historia de que, cuando en Marvel dijeron de sacarlo en tomo con mejor papel, el artista propuso hacer unos ajustes de color para compensar el brillo y la saturación, etc… y lo mandaron a paseo. Podéis comparar la diferencia en este enlace:
http://barrywindsor-smith.com/studio/wxbio23.html
Así que las versiones de color más fieles son la original del MCP y la de Forum en grapa del año 92.
Aparte de esto, y junto a Frankestein, Arma X incluye una referencia autobiográfica, ya que creo que fue entre el capítulo 6 y 7 que la serie sufrió un parón de meses porque BWS tuvo un accidente en el que resultó herido con ciertos traumatismos que le hicieron pasar por un calvario de dolor ante la ineficacia y la prepotencia de los médicos que le atendían.
BWS le da una enorme importancia al color y no es para menos. Con Dark Horse rompió tras el estropicio que le hicieron a Conan y se refiere a ellos como Dead Horse.
Tremebunda reseña para una obra maestra. Totalmente de acuerdo en su valoración. Me hice con ella aún siendo un zagal, en la edición en forma de miniserie de 5 números que sacó Forum. Y, según mi muy humilde opinión sigue siendo una de las mejores (si no la mejor) historia del mutante de las garras canadiense. BWS insuperable. Ofrecía escenas que quedaron marcadas a sangre y zarpazos en mi cerebro. Me quito el sombrero, sr. Daza.