Kraven y la peligrosa nostalgia
«No pude evitar que Kraven se quitara la vida…»
Tenemos delante otro ejemplo de lo peligrosa que puede llegar a ser la nostalgia. Los lectores avezados que disfrutamos con La última cacería de Kraven, e incluso con El alma del cazador, podemos caer en la telaraña de un viejo recurso comercial como lo es disparar directamente a nuestros corazoncitos. Si además J.M. DeMatteis está al timón de este barco la ceguera se adueña de nuestro cuerpo y cual Marvel Zombis caminamos directamente a la perdición.
Lamentablemente debo decir que este tomito contiene una historia innecesaria. Me da mucha pena decirlo, pero así es. No puedo engañaros. Sí que debo decir que para los lectores que crecimos en la época en la que no se sabía quién era el auténtico Peter Parker es una compra que se digiere mejor.
La historia que nos cuenta J.M. De Matteis se circunscribe en la época en la que Ben Reilly es oficialmente el verdadero Peter Parker, y nuestro Peter es un clon. Concretamente estaríamos en un momento inmediatamente posterior a La ultima aventura. En esta historia noventera, Peter, que cree como lo creíamos todos, que es un clon, ha perdido sus poderes. Son años difíciles para los seguidores de El Trepamuros, y lastra muchísimo este volumen, escrito casi treinta años después. Para poder seguir algo de la historia hay que saber qué ocurrió en la segunda mitad de los noventa en la franquicia arácnida, y en concreto saber quién es Gregor y Vladimir Kravinoff, y también tener una mínima idea de por qué Peter no tiene poderes arácnidos.
Resumiendo, para poder entender un poquito el contexto, debo decir que Gregor, que fue en su momento mostrado como una especie de mentor de uno de los hijos de Kraven, Vladimir El Cazador Macabro, aquí es una suerte de hijo adoptivo de Kraven. Estamos hablando del mismo Gregor también que apareció también en las páginas de Ka-Zar de Mark Waid. La historia que viene a contarnos el afamado guionista gira en torno a este personaje secundario y las motivaciones que le llevan a ser quién es, y las razones de su venganza. Nuevamente, encontramos en una obra de este autor, un pasado tortuoso donde Kraven juega un papel tóxico en la evolución de un niño cuya madre nos recuerda en muchos momentos, y de manera poderosa, a Calypso. A la par que gira la trama sobre esta némesis J.M. De Matteis desarrolla un matrimonio en el que Peter todavía no se ha desvinculado de la araña, lo cual, aboca a esa tensión en la que MJ parece que abandonará a su marido buscando un ambiente favorable para la que iba a ser su hija.
Vladimir, mencionado de soslayo, fue un hijo de Kraven que es asesinado por Kaine, un clon enloquecido y mutado de Peter. Esta muerte abocó a que Peter fuese enjuiciado por su muerte y absuelto en una confusa saga donde se dio la vuelta al mundo de Spiderman. Además, en los momentos en los que esta historia se desarrolla, Peter se ha enfrentado a una criatura, Zarcillo (si estamos en una década prodigiosa), y ha perdido como consecuencia de ello sus poderes. Peter y MJ viven, o intentan vivir en paz, en Portland.
Espero que podáis entender que en un parrafito he condesado una trama confusa de un momento complejo en la vida de El Trepamuros. Este contexto va a suponer que de origen tengamos un punto de partida difícil de digerir para nuevos lectores. Por lo demás, J.M. DeMatteis se decanta por una trama que siempre ha sabido conjugar bien; la psicología de los protagonistas. Vamos a presenciar traumas psicológicos, sufrimiento y finalmente redención a través de un camino de autodescubrimiento. Sin embargo, los años no pasan en balde y la obra acaba siendo tediosa. No es el mejor J.M. DeMatteis, y eso duele. Este tomito contiene una historia que en un especial de 48 páginas hubiese bastado, aunque soy de la opinión de ser algo innecesaria.
Respecto a la parte gráfica debo decir que el dibujo es simplemente correcto. Un dibujo cumplidor que no despierta emoción alguna. La única alteración de emociones son las páginas dibujadas por Kyle Hotz, autor que no es de mi agrado, todo sea dicho. No puedo aportaros mucho más en este punto porque para mi gusto el peso de una historia que se atraganta hace todavía más insufrible un dibujo de simple aprobado. Es una pena que no se haya puesto más interés en lo que hubiera sido el cierre de una trilogía brillante; y esto no es lo que vamos a encontrar. El color, finalmente, es de una tonalidad apastelada en algunos momentos que tampoco sienta bien al conjunto. La parte en la que Kyle Hotz dibuja a Peter y Spiderman en un ambiente proclive a su arte marca junto a una diferente tonalidad un pequeño bálsamo dentro de un conjunto insulso.
Debo insistir en que este tomo está bien, pero sin más. Es una historia olvidable, innecesaria, y que solo tiene el reclamo de la peligrosa nostalgia.
Lo mejor
• Volver a ese momento en el que parecía que el fin de Spiderman como lo habíamos conocido había llegado, y se retiraba definitivamente con MJ y su hija. Sí, tuvo una hija y luego desapareció sin saber de ella más que en realidades alternativas.
Lo peor
• La historia que está bien hilvanada con Peter sin poderes se convierte en un ejercicio innecesario de corte psicológico que aburre.
• Tener que poner mala nota a un trabajo de J.M. DeMatteis.
• Volver a ver al famoso elefante (guiño para los viejunos).
Y la nota es…???