La nostalgia es poderosa. Esto es un hecho innegable en nuestras vidas, en las que acostumbramos a releer aquellos cómics y libros o a revisionar aquellas películas que hace muchos años significaron tanto para nosotros. Con el paso del tiempo, tenemos además a pesar que cualquier tiempo pasado fue mejor, y que aquellos productos eran mucho mejores de lo que cualquier tebeo, novela, película, videojuego etc actual podrán llegar a serlo jamás, por lo que tendemos a encerrarnos en nuestro propio bucle de preferencias culturales, lo que a veces nos impide avanzar como lectores, en el caso de los cómics, despreciando creaciones nuevas y sin llegar a sentir un verdadero deseo por conocerlas.
Con este pensamiento en el que la nostalgia muchas veces impera sobre la creación de productos originales, las editoriales de cómic mainstream, constantemente tratan de resucitar determinadas etapas editoriales que gozaron de éxito o de las que los lectores guardamos un gran recuerdo con el ánimo de que las ventas estén aseguradas desde el principio, en el momento en el que vemos el título que encierra el producto en cuestión.
Esto es lo que ocurre con 2099, un universo alternativo marvelita de la década de los noventa en la que se nos presentaba un Universo Marvel postapocalíptico en el que las grandes corporaciones controlaban un mundo devastado y muy “mad max” en el que ser un héroe era mucho más difícil que en el pasado, quedando en los ciudadanos un vago recuerdo de otras épocas más coloridas en los que aguerridos vigilantes con mallas patrullaban la ciudad.
Dentro de este universo, que si bien no gozó de grandes ventas, sí que es recordado con bastante cariño por los lectores que ya peinamos alguna cana, varias colecciones fueron creadas (Punisher, X-Men etc) todas ellas con el añadido 2099, siendo de entre todas esas Spiderman 2099 la mejor y la que más calidad tenía, con un Miguel O’Hara que recogía el testigo de un Peter Parker largo tiempo olvidado al tiempo que traicionaba a Alchemax, la compañía culpable de que el mundo fuera tan infeliz.
El personaje resultó tan querido, que Peter David lo trajo de vuelta hace poco aprovechando el Superior Spiderman de Dan Slott, en una colección que no está nada mal.
Es ahora en la Marvel de C.B. Cebulski cuando todo el Universo 2099 vuelve con dos especiales, Alfa y Omega y varios one shots dedicados a diversos personajes como Venom, El Castigador, Los Cuatro Fantásticos e incluso Conan, siendo Spiderman en el que lleva la batuta de toda la trama con un Doctor Muerte 2099 que se erige en villano absoluto y Nick Spencer como guionista principal (ayudado de Karla Pacheco, Gerry Duggan, Chip Zdarsky, Ed Brisson y Jody Houser entre otros) que coordina todo este regreso del futuro marvelita.
Pues bien. ¿Cuál ha sido el resultado? Uno de los tebeos peor escritos y ejecutados a los que he tenido la desgracia de enfrentarme en lo que va de año.
Spencer, quien curiosamente nos regaló una etapa al frente de dos Capitanes América (Steve Rogers y Sam Wilson) y un evento Imperio Secreto, que pese a la controversia que suscitó estaba escrito con mucho oficio y resultaba muy entretenido, no termina de dar con la tecla con este universo, dando la sensación de que escribe este cómic únicamente por encargo, el cual adolece de lo peor de su actual etapa en Spiderman, pero sin ni siquiera resultar divertido.
Por otro lado, el tratamiento que se hace de Miguel O’Hara es uno de los peores que jamás se ha hecho del personaje, del cual además se cambia su planteamiento oficial pero no para construir algo nuevo y mejor, si no simplemente para que Spencer no se complique la vida y parta desde cero con el personaje que escribe.
La trama resulta un cliché en sí mismo, lo cual no es un problema, si estuviera bien ejecutado. La realidad de 2099 se ve amenazada por el Doctor Muerte que tiene aprisionado a Uatu y los héroes deben hacer algo para pararlo, estando la misma existencia de los superhéroes del año 2099 en tela de juicio debido a las acciones de Víctor Von Doom.
El resto de one shots que conforman los dos tomos en los que Panini recopila este regreso a 2099 son directamente aburridos, siendo especialmente vergonzoso ese Conan 2099 cuya existencia nadie entiende, y que llega a sonrojarnos en el empeño de Marvel por sobreexplotar a un bárbaro cimmerio que estaba muy bien en la Era Hyboria que nunca debió abandonar.
Lo único que se salva de estos dos tomos es el dibujo, el cual varía en función del autor, siendo especialmente destacable el trabajo de Viktor Bogdanovic (dibujante de Alfa) así como de Gerardo Sandoval y Jose Carlos Silva (que se encargan de Omega) pero que al menos nos regala escenas que justifican en algún punto la compra de este cómic que resulta fallido a todas luces. Un tebeo que es mejor olvidar.
Guión - 3
Dibujo - 6.5
Interés - 3
4.2
Decepcionante
Nick Spencer y un extenso elenco de guionistas e ilustradores llevan a cabo el decepcionante reboot de la línea futurista de Marvel Comics.
Spencer está sobrevalorado? Últimamente no da una.
¿Pero se supone que esto tiene alguna pretensión de relanzar la línea de alguna forma? Porque si es así mal empezamos.
Otro caso que demuestra que la nostalgia es uno de los factores que están matando lentamente a los comics.
Esto es algo que no entiendo por parte de Marvel ni de su departamento de marketing. Conan es un personaje con unas características bien definidas. Quien lo compra es para leer fantasía heroica, no para leer superhéroes pijameros. A la larga, desnaturalizar al personaje, no puede ser bueno. No vas a atraer lectores y vas a espantar al que ya estaba establecido. Te van a aplaudir youtubers y webs hambrientos de clickbait, pero poco más.
Y sobre el tema del 2099… es una línea que deberían dar por finiquitada. El universo 2099 no era un derroche de calidad, pero funcionó en su contexto y período de publicación. Cada acercamiento solo sirve para destrozar su continuidad, añadir versiones futuristas de personajes como si de un fanfic se tratase y confundir al aficionado medio.