2099: La caída del martillo

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Edición original: Marvel Comics – enero 1994 – febrero 1994
Edición España: Comics Forum – julio 1994 – diciembre 1994
Guión: Peter David, Pat Mills, Tony Skinner, John Francis Moore
Dibujo: Rick Leonardi, Grant Miehm, John Francis Moore, Ron Lim, Pat Broderick, Tom Morgan
Entintado: Al Williamson, Keith Williams, James Sanders III, John Nyberg, Jim Palmiotti
Color: Steve Buccellato, Gina Going, Tom Smith, Christie Scheele
Portada: Rick Leonardi
Precio: 175 pesetas (serie limitada de seis números en grapa, de 24 páginas cada uno).

 
Prólogo:

El primer año de vida de la línea 2099 permitió que la casa de las ideas se sacudiera un poco el fracaso del Nuevo Universo creado por Jim Shooter. Aún faltaban varios años, una bancarrota y no pocos experimentos para que llegara la franquicia Ultimate, la más longeva y rentable de las líneas alternativas de Marvel… pero, una vez más, me estoy yendo por los cerros de Úbeda. Para lo que aquí interesa hay que indicar que el primer aniversario tuvo la conmemoración de un cruce entre todas las colecciones, cuyo denominador común era un presunto retorno de los dioses nórdicos.

Podemos rezarlo por usted.

La idea central de la historia era, como he adelantado, el regreso de las deidades del panteón asgardiano a la Tierra. Como se recordará, en 2099 el tiempo de los súper-héroes -conocido como la Edad Heroica- se presenta como una época en la que seres prodigiosos hollaron, habitaron y nacieron en el planeta, pero cuyo final fue tan abrupto y dramático que dejó pocos registros de su naturaleza. En el dominio de las mega-corporaciones, los súper-héroes simbolizan la añoranza de las cosas no vividas: un mundo mejor en el que un individuo podía ganar un gran poder y tener la responsabilidad de dirigirlo hacia el bien. Dentro de ese catálogo destaca la presencia de Thor, el dios nórdico del trueno y la tormenta, cuyo retorno a la Tierra -a finales del S. XX- está bien documentado. Con él, ha vuelto la conciencia de que los mitos narrados en las leyendas de los pueblos germánicos tenían un importante poso de realidad. Aunque el mundo contemporáneo tiene poco que ver con el de la antigüedad, una parte de la población recoge el testigo de la fe en los ases y, cuando estos se alejan nuevamente de Midgard, empiezan a ansiar -y con ello, a rezar por- su retorno. La idea de que Thor retornará para impartir justicia en un mundo gobernado por despiadados conglomerados empresariales, combina elementos de la leyenda artúrica y de la fe cristiana en el regreso de Jesucristo, convirtiéndose en un importante sostén para aquel sector de la población que busca un consuelo que la realidad en la que habita no puede darle. Jake Gallows -el Castigador- se crio en el seno de una familia con creencias thoritas y la militancia en las mismas de la madre de la mujer-X Cristalina provocó una importante crisis conyugal. En el mundo híper-tecnificado del 2099, las creencias parecen tener poco espacio, pero cuando el orden establecido te convierte en un paria, la religión se convierte en un salvavidas y, también, en un motor. Al contrario de lo que sucede en la actualidad en el mundo real, no es Odín -padre universal- el centro de la adoración -con las comunidades y movimientos odinistas- sino Thor el eje central de la nueva fe. Después de todo, la presencia del dios del trueno está documentada y fue, en el sentido literal, un dios en la Tierra. Conscientes de ello, en Alchemax deciden que la mejor manera de responder al renacimiento súper-heroico es combatir el fuego con fuego.

La estrategia de la corporación es bien simple: si tiene que haber empijamados en el mundo del 2099, que estén bajo control propio. La acción de fuerzas del orden como el Ojo Público solo ha reforzado la imagen positiva que de estos nuevos súper-héroes tiene la población mundial. Hasta un autócrata como Víctor Von Doom es, para la etnia romaní residente en Latveria, un libertador y un salvador. No, el poder de policía no es una respuesta que sirva para vencer y convencer, así que ¿por qué no crear un equipo de seres súper-poderosos que sirvan a los intereses de Alchemax, mantengan viva la llama de la edad heroica y, de paso, eliminen a la molesta competencia? ¿Qué sucede cuando el objeto de tu fe se convierte en una entidad perceptible y te dice de forma directa qué está bien o qué está mal? Una jugada maestra que tendrá su prólogo en la colección más antigua, la de Miguel O’Hara.

Auge y caída de unos dioses prefabricados

Hay que recordar que, en aquellos días, el Thor Odinson original estaba oficialmente muerto (ejem) como castigo por haber tomado la vida de su hermanastro. Eric Masterson había asumido el pesado legado de su amigo e intentaba, a trompicones, ser un digno heredero. Así pues, la aparición de un dios del trueno en el mundo del 2099 jugaba con la posibilidad de que fuera el auténtico. Después de todo, idéntica incógnita se cernía sobre el Doctor Muerte. Sin embargo -y pese a la puntual mención de esta aventura en la miniserie Thor Corps pronto se descubre el pastel. Este nuevo Thor, así como sus compañeros ases -Heimdall, Balder, Hela y Loki- han sido manufacturados como parte del plan del director de operaciones de Alchemax, a partir de personas preseleccionadas por su predisposición genética. Los dos últimos -los presuntos dioses de la muerte y de las trapacerías- seguirán moviéndose por las colecciones de la línea. La primera es Tiana Sikorski, la novia de Ravage; el segundo es Jordan Boone, un viejo conocido de Miguel O’Hara y de Henri Huang, el velocista de la Patrulla-X. Mantendrán los poderes, pero dejarán de intentar fingir que son deidades de la mitología germánica. Sin embargo, la elección del receptáculo humano de Thor -un hombre dotado de profundas convicciones religiosas- tendrá como resultado una comunión total con el papel y una férrea creencia en la identidad divina. Más dura será la caída cuando Avatarr, el planeador maestro de la farsa, ponga a este tronador sintético ante la dura realidad.

El título del cruce hace referencia a la base de los Ases, un gigantesco artefacto volador, el cual recibe el apropiado nombre de Valhala y que, rápidamente, se convertirá en una impactante imagen en el cielo de Nueva York. Años después, Dan Jurgens jugará con una idea parecida, durante su larga estancia al frente de la colección de Thor y, allí como aquí, habría una visita de un trepa-muros al cuartel general de las deidades. El primer encuentro entre un justiciero enmascarado y un as -en el citado prólogo- se saldará con un primer enfrentamiento en el que quedará claro para la parroquia lectora que si oro parece, plata no es.

Las vinculaciones entre las identidades humanas de los ases y los distintos héroes del 2099 llevará a estos últimos a reunirse en Valhala y entablar batalla contra los pretendidos asgardianos, trabajando en un equipo circunstancial para evitar que, efectivamente, el martillo caiga y se lleve por delante la populosa urbe estadounidense. El hecho de que cada capítulo corresponda a una serie y que se mantengan los equipos creativos habituales, juega a favor del conjunto, ya que estamos ante un trabajo bien coordinado en el que cada personaje tiene su momento de gloria y actúa conforme a la personalidad que ha presentado en su propia cabecera. Este es, probablemente, uno de los ejemplos del buen hacer del editor Joey Cavalieri, que estuvo durante buena parte del experimento y cuyo despido determinó una reacción de renuncias en cadena por parte de los equipos creativos de las colecciones de la línea, sellando su destino.

Como curiosidad final, hay que indicar que las portadas de los números propiamente integrados en la saga se deben a Ron Lim, que intenta ejecutarlas todas conforme a un mismo concepto y realiza aquí uno de sus trabajos menos logrados.

En conclusión

El primer y creo que último cruce entre colecciones -la adición de la coletilla «Después de Doom» es otra cosa- se saldó con una historia entretenida, de las que dejan abierta la puerta a nuevos desarrollos en el seno de la línea. El universo del 2099 había sobrevivido a su primer año de vida, encarando con buenas expectativas el segundo. En España, lo vivimos en una cabecera recopiladora denominada Marvel 2099, pero esa es otra historia.

  Edición original: Marvel Comics - enero 1994 - febrero 1994 Edición España: Comics Forum - julio 1994 - diciembre 1994 Guión: Peter David, Pat Mills, Tony Skinner, John Francis Moore Dibujo: Rick Leonardi, Grant Miehm, John Francis Moore, Ron Lim, Pat Broderick, Tom Morgan Entintado: Al Williamson, Keith Williams,…
Guión - 7.9
Dibujo - 7
Interés - 7.8

7.6

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