3, Calle de los misterios

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Edición España: febrero de 2011; Astiberri Ediciones (Colección Sillón Orejero).
Guión, dibujo y entintado: Shigeru Mizuki.
Formato: tomo de 240 págs. encuadernado en rústica con solapas.
Precio: 19,00 €.

 

De la lectura de NonNonBa y el primer volumen de Kitaro no solo se desprendía que Shigeru Mizuki (Sakaiminato, Japón; 1922) posee un talento fuera de toda duda y una imaginación desbordante, sino también que el interés por lo sobrenatural era –es, todavía– el motor que impulsa su pasión por contar historias; por trasladar el respeto a la tradición del relato oral y el folcore nacional –inculcado por una anciana vecina durante su infancia– a los mangas integrantes de una inabarcable bibliografía, que apenas hemos comenzado a paladear por estos lares.

Subsanando la deuda histórica que las editoriales españolas mantenían con el reputado mangaka, durante el pasado mes de febrero la bilbaína Astiberri demostró una vez más la confianza depositada en este autor, incorporando un nuevo título –y con éste ya van cuatro– a su catálogo: 3, Calle de los misterios. Y aunque Mizuki reincide en su predilección temática, no es menos cierto que esta obra presenta alguna que otra particularidad frente a las que la predecen: por una parte, se trata de una recopilación de siete historias cortas totalmente independientes y autoconclusivas; por otra, la presencia de yôkais –criaturas propias de la cultura japonesa– es menor, cediendo parte de su protagonismo a individuos ordinarios, convertidos en actores o testigos de sucesos que escapan a toda explicación racional; y finalmente, cabe apuntar que aunque en determinados relatos se desata la vertiente plenamente delirante y colorida de la imaginación del autor, el tono y la estética son más comedidos y contenidos que en Kitaro o los pasajes más pintorescos de NonNonBa.

Previa de 3, Calle de los Misterios publicada en la página web de Astiberri
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Como si de diferentes episodios de En los límites de la realidad se tratara, este compendio de historias se centra en una serie de personajes que ven ofuscado su raciocinio por su candidez, curiosidad, exceso de ambición o manipulación de los acontecimientos por fuerzas externas, según el caso. Pero independientemente del detonante, la consecuencia es similar: entrar en contacto con diferentes planos de existencia, con entidades misteriosas, con seres queridos desaparecidos, o con espíritus en tránsito cuyo peregrinaje al más allá se ve frenado o lastrado, precisamente por el modo en que se produjo su fallecimiento. Así, la idea de trascendencia, de vida más allá de la muerte, de coexistencia de realidades, se convierte en el nexo común de estas pequeñas piezas, que relatan situaciones en que la frontera entre la vida y la muerte deviene difusa y permeable.

Antendiendo a lo comentado hasta ahora, podría parecer que Mizuki recurre a un tono predominantemente serio y dramático; pero aunque así sea de forma puntual, afortunadamente este incansable nonagenario sigue haciendo gala de sus señas de identidad más reconocibles, de forma que el punto naïf de determinadas caracterizaciones y el consabido contraste artístico entre fondos muy elaborados, personajes caricaturizados y un diseño de elementos fantásticos desbordantemente imaginativo, deviene en una combinación de horror y humor tan inclasificable como disfrutable. Improbable cóctel que alcanza su máxima expresión en El licor de la inmortalidad, cuya mera lectura bien merece el desembolso del precio que marca la contraportada de este volumen.

Como sucede en toda antología, la calidad de las historias contenidas en 3, Calle de los misterios oscila de forma considerable; y bien se podría argumentar que, puesta en comparación con el resto de mangas del autor publicados hasta la fecha, ésta es una obra menor. Pero no por ello deja de ser una lectura altamente recomendable que, una vez más, justifica la mezcla de desmedida impaciencia y curiosidad exacerbada con que muchos afrontamos la espera de nuevas obras surgidas del imaginario de ese genio llamado Shigeru Mizuki.

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Mathieu
Lector
30 abril, 2011 11:12

Uff… pues si es una obra menor…
Cuando descubrí Nononba pensé que descubría un gran talento pero lo cierto es que el resto de su producción decrece y Kitaro es curioso sin más. No creo que valga la pena el dispendio. Calidad precio sale muy caro (pensando que habrá más de seis tomos).
Me reafirmo en que hay poco que un lector occidental que no este en la adolescencia pueda aprovechar del manga actual, al menos del que llega aqui (i esto no lo digo por mizuki). Siempre me ha atraido la cultura japonesa y el manga pero ahora mismo solo encuentro lo que busco en la obra de Taiyou Matsumoto (Tekkon kinkreet i Takemitsu Zamurai) por sus historias más profundas y su estilo único (por ahora) dentro del manga.