Top Ten: Siempre Hablando de Sexo

San Valentín. Ese día mágico en el que el amor se aspira en el ambiente y nos embriaga de tal forma que es imposible no verse sobrecogido por la belleza de este mundo y uno se siente un todo con los congéneres que nos rodean… Estas son, básicamente, las gilipolleces con las que nos bombardean los medios de comunicación día sí y día también una vez nos acercamos a esta fecha señalada Que digo yo que está bien ser romántico y todo eso, pero más vale demostrarlo moderadamente a lo largo del año y no de golpe en un día que no significa nada. El caso es como para estas fechas venimos tan servidos de azúcar que durante 24 horas podríamos ponerle fin al hambre en el mundo, hemos decidido que en lugar de nuestros clásicos posts dedicados a las grandes parejas románticas vamos a dedicar este especial al guarreo. Es decir, a la carnaca, la líbido subida en forma de cómic de superhéroes que durante estos últimos años sin restricciones ni comic code de ningún tipo han invadido con mejor o peor gusto las aventuras de nuestros superhéroes favoritos. Pero ojo, antes de que os pongáis a cercioraros de que nadie os ve y os echéis la mano a la entrepierna mientras le dais al scroller cabe puntualizar que no esperéis nada «porno» en este post. El objetivo es más bien ofrecer una selección con 14 cómics 14 con historias más o menos unitarias que desde la perspectiva del género de superhéroes han abordado las relaciones de pareja (formal y eventual) con una carnalidad muy presente y el sexo y la atracción carnal como tema capital. Dicho todo, poneros cómodos -quitad esa mano de ahí- y dadle al scroller, que esperemos disfrutéis de este especial temático para hoy 14 de Febrero:

MENCIÓN DE HONOR. Worldwatch: ¿Cómo ibamos a hablar del sexo en los comics de superhéores sin hacer referencia a EL MAESTRO? Chuck Austen fue una de esas anomalías que al igual que ciertas conjunciones planetarias solo se dan una vez cada centenar de milenios. Iniciando su carrera como dibujante al servicio de Disney hoy ni siquiera es posible mirar aquellos trabajos inciáticos con una mirada limpia. Reclutado por Marvel, tras un prometedor debut en la franquicia mutante se dedicaría a escandalizar a todo el mundo con historias en las que el sexo entre superhéroes era lo menos chanante que podías encontrarte. Visionario que hizo que los lectores más puritanos se rasgaran las vestiduras con una relación médico/paciente mucho antes de que Almodóvar rodase Hable con ella, podríamos hasta hacerle responsable directo de la crisis de la Bruja Escarlata durante Desunidos. Tan genial que lo mismo hacía que Ángel y Vaina copulasen revoloteando sobre la mirada atenta de la madre de la chica que en plena reconciliación entre Pym y la Avispa hacía que Janet se zumbase (porque con Austen solo se puede hablar de zumbar) a Ojo de Halcón, tuvo como momentos históricos el demoledor polvo entre Juggernaut y Hulka, el vídeo romántico con Stacy X saltando a la comba en pelotas (after Byrne le faltó a aquella escena) y las familiares conversaciones madre-hijo en las que la enfermera Annie le contaba a su hijo de seis años que le encantaría montarselo con su novio en los setos de la escuela. Sin embargo, Austen era tan grande que no cabía en ninguna editorial. Así que tras verse apartado «amablemente» de las principales cabeceras de Marvel y DC decidió montarse su propia experiencia editorial junto a Tom Derenick creando uno de los productos más inclasificables de lo que va de milenio: Worldwatch. No hay otra forma de definir esta obra que como la versión porno-erótica de Authority sustituyendo las macrobatallas contra amenazas más grandes que la vida por heroínas en top less, equivocos sexuales, onanismo femenino, supervillanos que intentan forzar a las protagonistas en el campo de batalla, líos de alcoba y gente más cachonda que un puñado de babuinos en celo atiborrados a base de Viagra. Osea, lo normal (Worldwatch, nº 1 al 3)



14. Déjarlo Ir: Como has demostrado en multitud de series durante los últimos 15 años, Judd Winick es otro experto en materias del sexo en cuanto a cómics de superhéroes ser refiere. Pudiendo localizar numerosos ejemplos a lo largo de su carrera, desde los entresijos personales de los miembros de los Exiliados hasta el último escándalo con el polvete entre Batman y Catwoman, dado a que este último ya lo hemos incluido en la portada del post vamos a hacer referencia a una de las parejas más socorridas del guionista: Starfire y Nightwing. Arrastrando una relación sin ningún tipo de tapujos desde tiempos de los Titanes de Marv Wolfman, Winick haría de las visitas a la alcoba de ambos un recurso común tanto en Outsiders como en la última encarnación de los Titanes. Aunque perfectamente nos podríamos haber quedado con cualquiera de los muchos acercamientos que hizo a este tema en la última serie (incluyendo el número de Chris Yost en la que la chica repasaba su relación con Dick) vamos a optar por el número de los Outsiders que serviría de transición entre las sagas Tick Toc y Unoriginal Sin en el que Winick se acercaba introspectivamente al equipo con Richard y Kori en su entorno más natural (Outsiders, Vol 3; nº 28)



13. Torbellinos: Antes de convertirse en la estrella de DC y el estandarte pijamero de los valores familiares, a Geoff Johns le iba la marcha y el meterse en berenjenales más bien comprometidos como desmotró con la relación entre Star Girl y el avatar del poder de SHAZAM. Durante su época en la casa de las ideas, el guionista se adentraría en las intimidades de los antaño marido y esposa Hank Pym y Janet Van Dyme llevándolos hasta Las Vegas en un intento de reconciliación. Aquel número no solo les permitiría examinar su situación y u trayectoria como pareja sino también disfrutar de algo de sexo extramatrimonial (o casi). El arranque de aquella historia unitaria con Hank Pym usando sus poderes de alteración de tamaño (mente lim… que carajo, ensuciadla todo lo que queráis) para recorrer el cuerpo de su ex-esposa con la misma dedicación que un labriego de los de antes cuidaba su campo. (Avengers, Vol 3; nº 71)



12. First Born: El voto de castidad de Jackie Estacado debe de ser uno de los más jodidos de la historia del cómic. Heredero de una posesión demoníaca que le condenaba a morir en caso de que se le ocurriese copular con una buena moza (dejando como única herencia esta maldición a su sucesor, que ya había que ser cabrón para salir de ligue), no había que ser un genio para imaginarse que su primera vez iba a ser cualquier cosa menos normal. El descubrimiento llegaría tras ver a la Witchblade Sara Pezinni con un descomunal bombo tras haber pasado varios meses en coma para luego conocer que Jackie era el padre con una historia digna de una película de Almodóvar. Al parecer, el mismo poder responsable tanto de su fuerza como de su maldición tomó el control sobre su cuerpo y tuvo tan mala hostia como para copular con Sara en plan La Semilla del Diablo mientras esta estaba todavía en coma. Osea, que la primera vez que lo hacen y no solo acaban con un churumbel que cambia por completo su mundo, sino que ninguno de los dos se enteran (tampoco dista demasiado de la mayoría de los embarazos no deseados que suelen producirse con el alcohol de por medio, la verdad). Al menos luego tendrían retomar sus placeres carnales voluntariamente durante la saga de los Artefactos, aunque ya estoy adelantando demasiado (Witchblade; nº 9)



11. Estuario: La actual Batwoman es probablemente una de las mejores incorporaciones que ha tenido el Universo DC durante la última década. Con una personalidad magnética y sugerente que encarna a la perfección las inquietudes de Greg Rucka, combina una falsa apariencia de fragilidad con un caracter irresistiblemente carnal patente en gran parte de sus aventuras. No en vano fue así como se dio a conocer a los lectores y de la mano de alguien tan versado como J.H. Williams III (autor gráfico de otra a la que bien podríamos haber incluido en la lista, Promethea) este carácter aflora magistralmente en una de las mejores escenas de lo que llevamos de Nuevo Universo DC. Narrada a dos tiempos, mientras su prima Bette (Flamebird para orientarnos) recorre las calles continuando su lucha contra el crimen ella se entrega a la pasión en brazos de su amante salpicando las escenas del combate con las de su entregado encuentro carnal rematando en una brutal escena que solo podría definirse como un eufemismo. Dolor, desea, culpa y negligencia se dan la mano con tal arrolladora fuerza que es imposible resistirse a ellas (Batwoman; nº 4)



10. Lost In Traslation: Durante su breve pero intensa etapa al frente de las aventuras del Centinela de la Libertad, Christopher Priest aprovechó las circunstancias sociopolíticas de la américa post-11 de Septiembre para enfrentar al Capitán América a una crisis de valores paralela a la que sufrió su país. Y entonces llegó ella. Más misteriosa, embriagadora y arrebatadora que nunca, el Capitán América no tuvo más remedio que rendirse al hechizo de la Bruja Escarlata dejándose arrastrar por sus encantos como un desamparado cordero atrapado por las llamas. Dando pie a que alguien con una moral tan férrea e inamovible como Rogers se viera en una situación de extrema vulnerabilidad tras verse irremediablemente seducido por una muchacha a la que conocía desde que apenas era una adolescente. La unión de sus cuerpos provocaría que los cimientos del Universo Marvel se tambaleasen hasta que su que su pasional romance fue fagocitado por los acontecimientos de Desunidos. Tan breve como intensa, su relación sigue siendo uno de los acercamientos más interesantes y maduros que pueden encontrarse acerca de los escarceos sexuales entre superhéroes en el cómic mainstream de la última década. (Captain America & The Falcon, nº 7 / Capitán América y el Halcón: Desunidos)



09. Almas Perdidas: Siempre metiendo el dedo en la llaga y con una sensibilidad única para tratar estos temas con total naturalidad, Peter David ha hecho de lo que hasta hace unos años no era sino una teoría consparanoica fruto de las mentes más calenturientas de algunos fans una de las más sólidas e interesantes parejas del Universo Marvel. Hermanos de armas en la lucha, amantes en la cama, Rictor y Estrella Rota le han dado una contundente patada a toda categorización posible convirtiendo su amistad en una relación completa labrada con el esfuerzo y la dedicación del día a día. Tan compleja que cuesta emplear con ella terminos como «homosexual» o cualquier otra etiqueta social que se nos pase por la cabeza, la pareja tendría la oportunidad de explorar los entresijos de su relación con total naturalidad y sin tapujos en un fantástico número rematado con un accidentado clímax de alcoba. Aunque he dudado entre incluir este número o la historia corta de uno de los números de Nación X en el que se trata de forma totalmente desprejuiciada la relación entre Estrella del Norte y su novio Kyle, finalmente he optado por el de David por su lucidez a la hora de tratar este tipo de relaciones alternativas cada vez más aceptadas en nuestra sociedad (X-Factor, nº 207 / X-Factor: Sucedió en Las Vegas)



08. Por un millar de años…: Para la octava entrada de nuestro listado de San Valentín no he podido evitar decantarme por un número que aborda el tema del sexo dentro de las relaciones de pareja en el que… ¡No hay sexo! Ni explícito, ni implícito, ni de ningún tipo. ¿Por qué incluirla entonces? Porque en su empeño de demostrar que el Hombre de Acero es el superhombre definitivo sin ningún género de duda, Joe Kelly enfrentaría al último hijo de Krypton a los retos más insospechados logrando que incluso las más mundanas insignificancias se convirtiesen en una odisea solo al alcance de unos pocos elegidos. Centrado en el matrimonio Kent-Lane y en los complejos de una Lois que se sentía insignificante frente a los esculturales cuerpos de Wonder Woman y el resto de las compañeras de Superman en la JLA, la historia daría un vuelco inesperado cuando Superman y Wonder Woman se vieron repentinamente trasladados a Asgard quedando atrapados en un interminable Ragnarok de mil años de duración. Es en ese momento cuando el Hombre de Acero conseguiría la mayor gesta de su historia cuando tras un milenio (literal) sin contacto con su esposa y todo recuerdo de ella erosionada por el paso del tiempo con tanta rápidez como él y su compañera comenzaban a acercarse, Wonder Woman se le puso a tiro y él le dijo… No. Volar es para aficionados, ¿levantar el cielo con tus manos desnudas? Un divertimento para los fines de semana. ¿Desplazar un planeta de su orbita? Fruslerías sin sustancia. ¿Pero decirle que no a la tía más buena del universo por amor tras mil años sin pillar cacho? Para eso hay que tener un par de c*j*nes del tamaño de los de Superman. Y como no todas nuestras historias sobre sexo no podían acabar con consumación, el Action Comics de Kelly se cuela en nuestra lista con una gesta de abstinencia carnal tan titánica que muchos os llevaréis las manos a la cabeza exclamando «Are u @#$%&€# mad??» (Action Comics, nº 761)



07. Bueno para el alma: Pese a su fama de enfant terrible, Garth Ennis ha demostrado a lo largo de su carrera una gran sensibilidad tan primaria como visceral en lo que a personajes femeninos y relaciones de pareja se refiere. Siendo The Boys una de sus series más gamberras, no todo es vitriolo lo que podemos encontrar entre los desmembramientos y las retorcidas perversiones sexuales de superhéroes follarines como ha demostrado con su tierna cercanía y su completo desparpajo a la hora de desarrollar la relación avocada al desastre entre Hughie y Starlight. Traumatizado miembro del comando de Billy The Butcher él y humillada integrante puritana de Los Siete ella, ambos se conocerían justo cuando más se conocían entablando una entrañable relación llena de ternura en la que Ennis no renunciaría al descubrimiento del lado más carnal por parte de ambos. Dejando el timón en manos de Hughie dada la completa falta de experiencia de la chica, en la saga «Bueno para el alma» asistiríamos a la primera vez entre la pareja con resultados tan sensuales como descacharrantes (The Boys; nº 3)



06. Lobezno y las Mujeres: La etapa de Jason Aaron al frente de las aventuras en solitario del canadiense más universal del cómic no solo ha supuesto un soplo de aire fresco para el personaje sino que además lo ha dotado de esa tridimensionalidad de la que ha adolecido a lo largo de toda su carrera. Sin denostar su faceta como intratable action hero según la tradición de los años setenta, el guionista ha potenciado su lado humano hasta el punto de otorgarle una novia formal descubriendo facetas del personaje desconocidas hasta el momento. Aprovechando su relación con Melita para hacer un repaso a su historial amoroso y el particular influjo que han tenido las mujeres sobre su vida Aaron nos descubre los secretos de alcoba del personaje con una historia que conjuga los sentimientos y lo carnal mostrándonos el lado más vulnerable al hacer frente a una situación que le resulta extraña y compleja (Wolverine Weapon-X; nº 10)



05. Un día, buena elección: Siendo otra de las afincadas a estos temas, Gail Simone nos ofreció un divertidísimo número en el que la Cazadora se ve obligada a tener una cita con un vendedor de coches de cara a obtener información. Compartiendo con sus compañeras su experiencia en affairs pasados (algunos de los cuales las implican directamente) durante las veinte páginas de esta historia autoconclusiva somos testigos de como las Aves de Presa se ven enfrentadas por sus relaciones con los hombres mientras Helena hace frente a los avatares de tener que soportar un cita de compromiso con un perfecto patán. Clásico inmediato con descacharrantes consecuencias, debía entrar en esta lista sí o sí. (Birds of Prey, nº 68)



04. Ultimate Spider-Man: La relación entre Peter y MJ tienen números dedicados a sus intimidades de pareja para dar y regalar. Seguro que si nos ponemos tampoco faltan comics dedicados a la relación entre Peter y Gwen, la de Peter con la Gata Negra, la Gata Negra con M… etc, etc. Desde los elegantes eufemismos en forma de puertas que se cierran y largos pasillos sileciosos hasta reflejos más directos con pijamas compartidos y referencias directas a la mariposa de Venus en aquellos años new age en los que el Kamasutra era el libro de referencia y el sexo todo un arte, en esta ocasión vamos a quedarnos con un anual de la versión definitiva del personaje que trajo bastante cola pese a lo clasicote y poco explícito del mismo. Haciendo de su habilidad para el diálogo su fuerte, Brian Michael Bendis desvirgaría a las versiones Ultimate de Peter Parker y Marey Jane Watson con un número unitario que insinúa mucho más de lo que muestra y que sobre todo destaca por reflejar las preocupaciones personales mundanas de la juventud (juventud sensata -aka con miedo- si nos ponemos) sobre estos temas (Ultimate Spider-Man Annual; nº 3)



03. Buffy Caza Vampiros: A Josh Whedon nunca le ha temblado el pulso a la hora de hablar de sexo con total desparpajo en sus historias. Dichas cuestiones ya estaban muy presentes durante la etapa televisiva de su famosa cazavampiros como lo estuvieron en sus trabajos en el noveno arte (si veremos algo de carnaza en la película de los Vengadores es otra cuestión), por lo que era de esperar que cuando decidió trasladar las aventuras de Buffy Summers al papel estas no iban a desaparecer. Pero lo que probablemente no se esperase nadie es el delirante choteo que iban a someter él y Brad Meltzer a cierta saga vampírica conocida por su exaltación de la castidad durante la saga Crepúsculo. Con las grandes fuerzas místicas orbitando sobre ellos, Buffy y su contrincante se pasan las 20 páginas del cómic dale que te pego en todas las posiciones, direcciones y sentidos que les da tiempo y que les permiten unos poderes luminicos a una excasa cuarta de los de Superman. Cualquier otra cosa que pudiera decir de este cómic sería malgastar teclado, pues sería imposible hacerle justicia. (Buffy Vampire Slayer, Season Eight; nº 34)



02. Eddie y Guy Finalmente lo Hacen: Peter Milligan fue un pionero en lo que a tocar temas sexuales de forma directa y sin tapujos en el marco de los superhéroes se refiere. No en vanos, su The Extremist es un decálogo de malsano fetichismo enmascarado que perfectamente podríamos haber incluido en esta lista, pero para no dejarnos de guiar por productos tan excéntricos para paladares refinadamente retorcidos como esta vamos a citar a una de sus obras que pese a estar más orientada al marco de los superhéroes mantiene intacta su mordiente natural. Brutal sátira del mundo de la fama y los reality shows usando al éxito de la franquicia mutante como simil y escaparate, la Fuerza-X de Milligan y el matrimonio Allred tubo entre sus principales tramas argumentales la tensión sexual no resuelta entre Eddie Sawyer y Guy Smith. Decididos a ponerle fin, la pareja se dispondría a hacerlo embarcándose en un viaje a través del pasado de la muchacha en una suerte de ejercicio metatextual mediante el que se desnudarían uno frente a otro antes de consumar sus deseos carnales (X-Force, Vol 1; nº 124)



01. Hermano de los Dragones: No podíamos terminar nuestra lista sin otro que no fuera Alan Moore. Uno de los principales responsables si no el principal a la hora de hacer que el medio madurase asimilando temas complejos y adultos, el sexo siempre estaba presente en sus historias logrando números tan hermosos como el dedicado a la Cosa del Pantano y Abigail o aportaciones tan impagables como las referencias a los escarceos carnales entre Zatanna y John Constantine (la vieja excusa del sexo tántrico, que todavía funciona…). Pero dado a que hablamos de superhéroes, vamos a quedarnos con uno de sus cómics más emblemáticos dedicados a dicho tema. Parte del complejo puzzle formado por las doce entregas de Watchemn, Hermano de los Dragones se adentraría en la alienación y el tedio que se había apoderado de las vidas de Laurie Juspeczyk y Daniel Dreiberg (relevos generacionales de Espectro de Seda y Búho Halcón respectivamente) y como ambos buscaban una salida a través del sexo. Repleta de fetichismo y dobles lecturas, su acercamiento a las relaciones interperesonales de cualquier tipo esta marcado por una carnalidad palpable que envuelve una vasta profundidad psicológica dentro del retrato que nos ofrece el bardo de Northampton de ambos personajes. Trasladada de forma prácticamente integra al celuloide en la adaptación cinematográdfica de Zack Snyder (quedando irremediablemente ligada al Hallelujah de Leonard Cohen), el cómic no solo fue un pionero dentro de la temática que nos ocupa, sino que hoy ha alcanzado la categoría de clásico absoluto, por lo que debía entrar de cabeza en el primer puesto de nuestra lista (Watchmen, Vol 1*; nº 7)

Y con esto dejamos terminamos con nuestra selección para este día tan especial en el que os recomendamos que si las circunstancias os lo permiten os alejéis unas cuantas horas de la pantalla del ordenador y sigáis el ejemplo de estos buenos héroes disfrutando del día ya sea en compañía o en tandas impares de número variable. En caso de que alguien pueda sentirse escandalizado porque la chica de la última viñeta aparece fumando le ruego mi más sinceras disculpas. Y por lo demás ya sabéis. Si creéis que falta alguno importante no os privéis de mencionarlo. Y si pensáis que la selección es de mal gusto para el día de San Valentín no os quejéis, tened en cuenta que con esta temática podría haber sido peor. Mucho peor.

*Pd: Lo que jode tener que especificar a partir de ahora de que volumen hablamos cuando nos referimos a Watchmen 😕