Hay un episodio de la serie
Asistimos a la llegada de una nave espacial ligera encargada de explorar un desconocido planeta de reciente formación. La única tripulante, llamada Aline, es una de las cinco componentes del grupo protagonista y pocos instantes después de aterrizar envía una llamada de socorro. El líder del equipo llamado Infinito manda a otro miembro del grupo – conocido como Orión – al rescate. Una vez reunidos, la pareja protagonista se enfrentará a numerosas amenazas en forma de monstruos y seres autóctonos que intentarán eliminarlos como si de cuerpos patógenos se tratase. No hay justificación ni excusas a todo ello, es la simple lucha de un cuerpo – en este caso todo un planeta – contra unos invasores externos. Es una cuestión de agentes extraños y anticuerpos. Al final la pareja protagonista consigue llegar a su nave y son expulsados de la atmósfera de aquel mundo hostil, que se despide de ellos retorciéndose entre sacudidas, erupciones y convulsiones comunes en un astro de reciente creación.
La factura casi abstracta de la trama es lo que sorprende de esta historia. No hay prácticamente misión, el conflicto es primordial y no hay justificación ni excusas para la lucha. Todo se reduce a pura biología.
5 por Infinito es una serie de Esteban Maroto, aunque al principio le ayudaran algunos de sus colegas. Es el primer éxito de Esteban Maroto. Es de lo mejor que ha hecho nunca Esteban Maroto. Es una obra donde Esteban Maroto se preocupó por la narración gráfica. Y se nota…
Corría el año 1967 y Maroto estaba harto de trabajar en productos que no le interesaban. La agencia Selecciones Ilustradas y su director, Josep Toutain, lo tenían encasillado dibujando cómics de géneros que a él no le interesaban. Un día se decidió a proponerle a Toutain una serie de fantasía y ciencia ficción. Se trataba de 5 por Infinito. El editor aceptó con reticencias la oferta y Esteban Maroto empezó la realización de su obra, al principio con la ayuda de varios componentes del Grupo de La Floresta. Los episodios tenían una extensión de 24 páginas y la publicación debía ser mensual.
El guion es obra del propio Maroto, que tomó como referencia el libro de Jean Hougron titulado El signo del perro. El título de la serie lo encuentra a partir del de la novela Three times infinity de Ray Bradbury. Pero al principio el dibujo se realizó de manera colectiva. En el primer episodio los lápices corrieron a cargo del propio Maroto ayudado por Luis García, Ramón Torrents y Adolfo Usero, en las tintas participaron los mismos con la colaboración añadida de Suso Peña. Para los siguientes episodios, hasta el quinto, el apoyo se reduce al de Adolfo Usero y en menor medida de Ramón Torrents. A partir del sexto capítulo la serie la firmará en solitario Esteban Maroto.
Son 21 historias. Las 19 primeras son de 24 páginas y las dos últimas de 12 planchas. Hay un episodio que no se incluye en el recopilatorio de Glénat; es el decimonoveno titulado Una estrella lejana, que se ha omitido, parece ser, por expreso deseo del propio autor. Al menos eso afirmó en su momento la editorial. El último capítulo suele presentar dos nombres distintos dependiendo de la edición que se trate, a veces se titula Energía vital, otras El límite del Universo. El capítulo omitido se puede encontrar en la recopilación en fascículos a color que publicó unos años más tarde la editorial Buru Lan y la versión en blanco y negro, en un libro recopilatorio de historias cortas inéditas titulado Un futuro pasado publicado en 2015 por la editorial Demo.
HISTORIA EDITORIAL
5 por Infinito se estrena en la revista Delta 99 publicada por la editorial Ibero Mundial de Ediciones (IMDE). Son 20 números ininterrumpidos que abarcan un período comprendido entre 1968 y 1970. La serie compartía espacio con otra principal que daba nombre a la revista aunque con el paso de los números la portada estuvo casi exclusivamente dedicada a 5 por Infinito.
Se reeditó a color en el volumen segundo de la revista Drácula de Buru Lan Ediciones en los números 01 al 24.
Además tuvo versiones en Argentina; en la revista D’Artagnan, en México con el título de Legionarios del Espacio, en Chile; al principio en la revista llamada 5 x Infinito y luego solamente Infinito donde llegaron a producir varios episodios más realizados por artistas locales. Incluso hubo una versión en Estados Unidos a cargo de la editorial Continuity Comics, dirigida por Neal Adams, que comercializó una versión a color de la serie con el título de Zero Patrol, retocada por el propio artista de Nueva York.
La obra está protagonizada por un grupo de cinco terrestres: Aline, Altar, Hidra, Orión y Sirio. Todos han sido reclutados por el extraterrestre llamado Infinito para que le ayuden en su misión de explorar, documentar y preservar el orden del Universo. Para ello este equipo responde a las peticiones de ayuda que recibe de diferentes civilizaciones planetarias y también actúa de motu proprio cuando el líder del grupo lo considera conveniente. Normalmente en cada aventura se designa a un reducido número de miembros del equipo con el encargo de resolver la situación. Los componentes han sido escogidos atendiendo a sus habilidades específicas como conocimiento, fuerza, poder mental, capacidad de improvisación y flexibilidad.
La principal característica de 5 por Infinito es su factura gráfica. Maroto parte de una estructura de página que agrupa las viñetas en tres tiras de dos cuadros cada una. Es un punto de partida que se verá modificado a menudo, especialmente con el transcurso de los episodios. A medida que el dibujante de Wolff va tomando el control total de su creación, las páginas van adquiriendo una factura cada vez más atrevida y va tomando aspectos de la ilustración, la pintura, la publicidad y el diseño. El entintado se vuelve barroco y lleno de técnicas innovadoras, la mancha decrece para dar paso a la línea y el espacio en blanco. Sin embargo el artista madrileño nunca cede a la tentación de abandonar el rigor narrativo con lo que la serie conserva un ajustado equilibrio entre excelencia artística, espectacularidad y claridad de lectura.
Los referentes principales de esta obra los encontramos en la strip titulada Flash Gordon, pero tanto de la etapa con Dan Barry a su cargo, como en la más conocida e influyente época de Alex Raymond. También percibimos ecos de Jeff Hawke de Sidney Jordan o de Barbarella de Jean-Claude Forest. Además, en esta época Maroto estaba muy atento a algunas soluciones gráficas que Alberto Breccia aplicaba en la serie Mort Cinder y más tarde también en su versión de El Eternauta. Y seguramente estudió las historias cortas que Al Willamson realizó para la editorial EC.
La serie es contemporánea al Tarzan de Russ Manning y al Secret Agent Corrigan de Williamson y tiene asombrosos puntos de comunión gráfica con estas dos grandes obras.
Maroto también estaba muy atento al fenómeno de la ilustración comercial, especialmente la que provenía de los pulps y de los libros de bolsillo, con Frank Frazetta como principal exponente.
Todo este batiburrillo de intereses acaba conformando un estilo muy personal, atractivo y elegante que conecta con el lector de su época y que acaba convirtiendo a 5 por Infinito en una de las obras más avanzadas e influyentes del momento.
Uno cree ver ecos de la obra de Maroto en artistas tan importantes como Mike W. Kaluta, Jeffrey Jones, Jaime Brocal Remohí, Enrique Alcatena…
BIOGRAFÍA DE UN PIONERO
Esteban Maroto Torres nació el tres de marzo del año 1942 en Madrid.
Estudió para ser Ingeniero de Caminos por lo que comenzó la carrera de Ayudante de Obras Públicas que dejó en el segundo año.
A mediados de la década de los cincuenta colabora en el estudio del dibujante Manuel López Blanco, trabajando en la serie Aventuras del F.B.I. junto a Carlos Giménez. A finales de esta década se instala en un estudio propio con Giménez y allí producirán varias series como Buck John o El príncipe de Rodas para la editorial valenciana Maga.
A principios de los sesenta empieza a colaborar con la agencia García Pizarro y se introduce en el mercado británico.
Es en esta época cuando el editor y representante de dibujantes Josep Toutain decide contratarlo y se muda a Barcelona para trabajar en la agencia Selecciones Ilustradas. En este estudio se encarga de varias series para el mercado alemán que se publican en revistas como Lasso, Roy Tiger y Primo, dibujando series como Capitan Terror, Die Funf von Terra o Alex, Khan y Khamar.
Poco a poco su producción se fue decantando hacia el mercado inglés y se fue especializando en ilustrar historias románticas, gracias a su dominio del dibujo de la figura femenina.
En 1967 empieza a producir una serie de ciencia ficción – su género preferido – con el título de 5 por Infinito para la cual contará con la ayuda de compañeros de profesión como Luis García, Adolfo Usero, Suso Peña y Ramón Torrents. Son algunos de los integrantes del colectivo Grupo de la Floresta, que le ayudarán a dibujar y entintar los cinco primeros capítulos de la serie. 5 por Infinito se publicó en los veinte primeros números de la revista Delta 99, donde compartía protagonismo con la serie que daba título a la revista y que empezó dibujando Carlos Giménez. Los episodios de 5 por Infinito tenían una extensión de 24 páginas – salvo los dos últimos – y eran en blanco y negro. La serie duró prácticamente dos años; del 1968 a 1970.
A partir de esta serie Maroto establece su estilo y empieza a trabajar en series propias. Tras la primera se suceden La tumba de los dioses, Wolff y Manly el guerrero, esta última para el suplemento del diario Pueblo. Manly, que cuenta con el protagonismo de un guerrero bárbaro, se publicará en Estados Unidos con el título de Dax the Warrior.
En 1970 es galardonado con el premio de la Academy of Comic Book Arts por su obra 5 por Infinito, considerada como mejor serie extranjera. El premio lo recibió en 1971. Esto le empieza a abrir las puertas del mercado norteamericano en un momento donde la agencia Selecciones Ilustradas se está introduciendo en el mercado de los comic books a través de la editorial Warren.
En 1972 empieza la publicación de la obra Alma de dragón en la revista Trinca, aunque la editorial cancelará su publicación antes de la conclusión. Finalmente, en 1978 la revista Bumerang recuperará la historia completa, pero en una versión en blanco y negro.
Durante la década de los setenta y ochenta realiza para la editorial Warren numerosos trabajos en revistas como Creepy, Eerie, Comix International o Vampirella.
Su desembarco en el mercado estadounidense incluye también trabajos para la editorial Marvel donde colaborará en las revistas de la franquicia bárbara, destacando su paso por The Savage Sword of Conan donde dibujará una historia de 10 páginas, con guion de Roy Thomas y tintas de Neal Adams y equipo, que definirá definitivamente el personaje de Red Sonja. Además, participa en otros magazines de la editorial como Vampire Tales, Savage Tales y Marvel Preview.
En la década de los ochenta participa también del mercado de las revistas mensuales de cómic para adultos, especialmente para la editorial Toutain, en cuyas revistas publica obras como La esfinge, Nave prisión y Zodiaco. De esta época destaca también la publicación del álbum recopilatorio en formato de lujo de la serie Dax el guerrero a cargo de Toutain Editor.
En 1986 publica en la revista El Capitán Trueno una versión coloreada de tres relatos de Los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft. Estas tres historias se publicarán en su blanco y negro original en 2016 en un álbum publicado por Planeta Cómic.
A partir de 1987 empieza a colaborar con la editorial norteamericana DC para la que dibuja series como Amethyst, Deadman, Zatanna y sobre todo Crónicas de Atlantis donde colabora con el guionista Peter David.
Durante la década de los noventa trabaja con casi todas las editoriales americanas en proyectos puntuales. Cadillacs & Dinosaurs y Lady Rawhide para la editorial Topps, X-Men Unlimited para Marvel, Zorro’s Lady Rawhide para Image además de portadas e ilustraciones varias.
En 1994, el editor y guionista Roy Thomas le ofrece dibujar una historia de Conan el bárbaro para la renacida The Savage Sword of Conan, el resultado se publicará en los números 217 y 218.
En 1998 se une a la editorial italiana Bonelli donde dibujará numerosos episodios de la serie Brendon.
A finales de siglo vuelve a colaborar con editoriales como CrossGen y Topps con obras como CrossGen Chronicles o Vlad the Impaler, una miniserie de tres números con guion del siempre presente Roy Thomas.
En 2003 Norma Editorial reedita un álbum de historias cortas publicado en 1991 por Toutain y titulado En el nombre del Diablo. Este siglo lo pasa centrado en la realización de diversos portafolios de ilustraciones dedicadas al género fantástico y en la publicación de recopilaciones de sus obras. En 2011 la editorial Glénat publica una edición de lujo de su serie 5 por Infinito y un año más tarde EDT lo hace con Crónicas de Simón Bolívar, un cómic histórico que había realizado para el Diario de Caracas.
La editorial Demo publica en 2015 un libro recopilatorio de historias cortas inéditas, titulado Un futuro pasado donde encontramos además la decimonovena historia de 5 por Infinito nunca publicada en su versión original en blanco y negro.
En 2018 publica por encargo de Planeta Comic – junto al guionista Roy Thomas – una nueva historia del personaje que ayudó a consolidar; Red Sonja. El álbum de 72 páginas, realizado en blanco, negro y rojo, se titula Red Sonja: la balada de la diosa roja y retoma el origen del personaje.
Durante su carrera ha sido Huésped de Honor de la 9ª Edición del Salón Internacional del Cómic de Lucca, Premio de la Crítica en la edición del 2011 de las Jornadas del Cómic de Avilés y Premio Oso a Toda una vida otorgado por la Asociación Española de Amigos del Cómic en 2011.
En el prólogo de la edición que hizo Glénat en 2011 de 5 por Infinito, Esteban Maroto escribe que:
“Hacer dibujos es realmente fácil. Emocionar a la gente, muy difícil. Hace falta magia…”.
Y Esteban lo sabe bien. Lástima que demasiado a menudo haya optado por lo fácil y no se haya esforzado a lo largo de su carrera tanto como sus lectores hubiéramos querido. En otras obras, quizás por desinterés o tal vez por los condicionantes industriales, Maroto descuidó el aspecto narrativo de sus trabajos. Se centró demasiado en lo que sabía que gustaba a muchos de sus admiradores; en la faceta artística e ilustrativa del cómic.
Sin embargo, en 5 por Infinito esto no pasa. En esta obra nos regala numerosos momentos de magia, de aquello que él mismo define como:
“… algo inexplicable que a veces se produce. No se puede explicar, solo sentir”.
Por estos momentos mágicos tan especiales y por esta serie tan notable le estaremos eternamente agradecidos.
Salut!
Guion - 6.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8
7.7
Adelantada
Una obra histórica que conserva gran parte de su interés
