Hay personajes de cómic que son queridos por el público desde el primer día. Sin embargo, a otros les lleva años encontrar su lugar o directamente no tienen ese aprecio. Este fue el caso de uno de los ayudantes de Batman y uno de los personajes más controvertidos de todos los tiempos, es el caso de Jason Todd.
Jason Todd, creado por Gerry Conway y Don Newton en Batman #357 (1983) tuvo el “honor” de ser el segundo Chico Maravilla cuando su predecesor, Dick Grayson, creció lo suficiente como para abandonar el hogar de Bruce Wayne para continuar con sus labores como líder de los Jóvenes Titanes y asumir su independencia con el nuevo alias de Nightwing. Todd asumiría su identidad superhéroica en Batman #368 (1984) escrito por Doug Moench y dibujado de nuevo por Newton. Como Dick, Jason provenía también de orígenes humildes, pero mucho más turbios.
El devenir del personaje se dio desde una revisión de su origen dada por el escritor Max Allan Collins en Batman #408 (1987) y que marcó el principio del fin del personaje. Mientras que los padres de Grayson eran artistas circenses, Jason tenía un padre criminal, Willis Todd, un lacayo de Dos Caras y una madre adicta a las drogas, Catherine Todd y ambos fueron víctimas de sus propios demonios. Jason acabó viviendo en un orfanato y acabó realizando actividades como desvalijar coches para ganarse la vida. Con la esperanza de reformarlo, Bruce Wayne lo adoptó como su nuevo ahijado y ayudante, asistiendolo en su venganza contra Dos Caras y luchando contra antagonistas temibles como la KGBestia o el Diácono Blackfire. Todd también fue un miembro provisional de los Jóvenes Titanes en un momento en el que la mayoría de los miembros originales del grupo estaban ausentes. Al personaje no le iban mal las cosas pero nada más lejos de la realidad. Todd acabaría desarrollando una personalidad agresiva que acabaría confirmándose cuando aparentemente mató al narcotraficante Felipe Garzonas arrojándolo por un balcón en Batman #424 (1988), por lo que el Hombre Murciélago le prohibiría su actividad y que serviría de prologo para su tragedia.
Hay un verdadero debate sobre escribir niños que funcionan como acompañantes del héroe principal en la ficción. Hay realmente un discurso polarizante sobre los mismos, sobre cómo no lograr que resulten cargantes de cara al lector y Jason lo acabó siendo. Obviamente los culpables son los guionistas, especialmente cuando le quisieron dar el toque rebelde para diferenciarlo de Dick pero también que cometiera errores, como todo joven. El problema es que más que empatizar con Jason se creó el efecto contrario. El lector mayoritario odiaba al personaje, primero considerándolo un impostor y luego como un lastre para Batman a la hora de cometer sus operaciones. Con su nuevo origen, Allan Collins quiso que Bruce Wayne y Jason Todd fueran personalidades opuestas y acabasen conectando, pero sin embargo el rencor de Todd por los criminales así como su dura infancia más que hacerlo evolucionar y diferenciarlo de Grayson acabó por condenarlo. Y los lectores no serían los únicos que rechazasen al personaje, el personal de DC también lo hacía.
Uno de los más destacados era Dennis O´Neil, uno de los guionistas más reconocibles de la trayectoria del Caballero Oscuro y editor de las series de Batman. O´Neil reconocía los problemas que daba Todd así que consideraba que lo mejor era deshacerse de él. El guionista que actuaría como verdugo para la gran ocasión y que ideó el nuevo carácter de Todd sería un escritor que no dudaba a la hora de acabar con la vida de cualquier personaje, por querido que fuera: Jim Starlin. Starlin había dejado Marvel hace algunos años y comenzó una nueva etapa en DC cambiando radicalmente de estilo y de género: Pasó de la ciencia-ficción más atrevida y a las epopeyas espaciales para comenzar a escribir a un Batman sumido en el thriller más terrorífico o con toques políticos. Ejemplos claros de estos fueron el arco argumental Las diez noches de la bestia o la miniserie Batman: La secta junto a Bernie Wrighston. Junto a uno de los dibujantes clave para el personaje, Jim Aparo, Starlin concebiría la saga comprendida entre los números 425 y 430 de Batman conocida como “Una muerte en la familia”. «Mr. Muerte» sería también el guionista que escribió el cómic de la muerte de Garzonas, dejando clara la línea por la que quería llevar al personaje en cuanto a su carácter.
Pese a la gran tragedia que se avecinaba, Starlin decidió darle un toque político también a este arco argumental con momentos considerablemente bizarros, como el Joker actuando más como un terrorista absurdo pese a la icónica escena que tendría lugar posteriormente. Hasta que al final el Joker comete su otro acto más horrible en la década de los 80 junto a la agresión a Barbara Gordon y el que lo haría prevalecer como el mayor antagonista de Batman y el villano por definición de DC Comics hasta la fecha, en una secuencia con palanca en ristre que quedaría grabada en la retina de los lectores. La editorial quiso que los fans tomaran esta decisión
Jason moriría y su recuerdo perseguiría a Batman durante un par de años después, lleno de culpa por no haberlo entrenado bien y negándose a aceptar a otro ayudante, atacando enloquecidamente al Joker la próxima vez que se enfrentaría… hasta que acogería a otro adolescente que logró ganarse de nuevo el corazón de los lectores bajo el manto de Robin, Tim Drake.
La muerte de Jason quedaría como recordatorio de lo que le puede pasar a un personaje protagonista que no logró conectar con el público y como una de las mayores tragedias de Batman, siendo usada, por ejemplo, por Frank Miller en El Regreso del Caballero Oscuro… hasta el año 2006. El autor, dicho sea de paso, tenía pensado añadir en dicha obra que el Joker también violó a Jason, pero DC lo descartó.
En Batman #635, el guionista Judd Winnick haría que un nuevo Capucha Roja entrase en escena atacando a los diferentes capos de Gotham y a Batman. Este Capucha Roja se destaparía como Jason Todd, el cual sería traído de vuelta a la vida por los puñetazos a la realidad propiciados por Superboy Prime en Crisis Infinita (ah, que recuerdos…) y que el propia Winnick reescribiría en la miniserie Red Hood: The Lost Days (editado en Batman: Bajo la capucha Vol. 01 de ECC Ediciones en nuestro país) como el resultado de que el cadáver de Todd fue sumido en una de las Fosas de Lazaro por decisión de Talia Al Ghul. Cabe destacar, como no, su aparición en Batman #617, la décima parte de la saga Batman: Silencio de Jeph Loeb y Jim Lee, donde el personaje hacía su aparición pero al final ambos autores se retractaron y mostraron que en realidad era Clayface, para posteriormente volver a retractarse de eso y decir que si era realmente Todd. Desde entonces y después de actuar unos años como villano de la Batfamilia por no considerar que su asesinato había sido vengado por dejar al Joker con vida, hasta que iniciaría una nueva carrera como justiciero y mercenario, en el que ha encontrado su lugar en la Batfamilia y en DC Comics al fin. Puede que no haya tenido ninguna etapa resaltable en sus diferentes colecciones regulares pero Jason como Capucha Roja logró lo que no pudo conseguir en su etapa como Robin: El aprecio y apoyo de los lectores. Finalmente, Jason Todd ha ganado.
La resurrección de Jason Todd es a mi juicio la más innecesaria (a quien le importaba Jason Todd) y esttúpida (Superboy Prime pegando puñetazos a la realidad…ok) de la historia de DC comics.
Ahora bien, una vez se hizo, también creo que se dejó pasar una oportunidad espectacular de crear un nuevo villano para la galería de Batman que podía dar mucho juego: un personaje entrenado por el propio Batman, conocedor de toda la información sobre él y la Batfamilia (tanto personal como a nivel táctico), resentido por el trato que se le dio y tras haber sufrido una experiencia tremendamente traumática en una persona con una personalidad ya más bien antisocial de base. Creo que es algo que podía haber dado mucho juego.
Igualmente otra opción podría haber sido convertirlo en un Punisher de DC y ver como Batman lidiaba con un ex pupilo suyo masacrando criminales, en contra de todo lo que le enseñó.
El camino que se tomó con él ha sido totalmente olvidable, pasando en poco tiempo a meterlo en no se cuantos grupos y reintegrándolo en la batfamilia pasando a ser simplemente «uno más», sin tener el papel de badass que pueda tener Damian, sin ser el veterano con experiencia que sería Dick o sin tener el cariño que se le tiene por ser el Robin con etapa (con diferencia) más longeva como es Tim. Un Robin que se queda en tierra de nadie cuando pudo haber sido algo radicalmente distinto.
El origen de su resurrección se reescribió en su día, ahora siendo la causa de Talia y los pozos de lázaro.
En un número de Tom King, murieron y resucitaron TODOS los Robins con El Pozo en un par de viñetas. No se si la idea de alguien tan inteligente como King fue reforzar lo ridiculo a esta altura de las muertes y resurrecciones (porqué no lo llevan a Alfred???), pero ya es infumable el recurso.
No sera ni mañana ni pasado pero lo llevaran. Que Alfred ya ha estado muerto antes (y quien no?). Volvera como volvieron Jason de la tumba, Gordon de su jubilacion, Babs de su silla de ruedas, Damian de la tumba, etc
Seguro vuelve, pero si llegan a usar otra vez el Pozo…listo, cerremos todo y vamonos.
Pero eso es cosa del universo animado, no? En los cómics también se ha cambiado su resurrección?
No que yo sepa. Los cambios que trajeron los N52 fueron: vuelta al pelo negro natural, Joker orquesta su vida, Talia lo conoce antes que Bruce, Batman lo recluta en un robo a la Clinica Thompkins en lugar de al Batmovil. Como en losN52 no habia crisis Jason despertó en su tumba por un evento cosmico desconocido (creo que lo llamaron asi) y luego Talia lo metio en la Fosa.
En Rebirth creo que lo de despertar en la tumba no se cambio y que la Fosa fue el empujon final para volver recuperado.
Creo que Winick nunca estuvo muy feliz con lo de los puñetazos, peronera como Didio veia las sinergias editoriales. Yo no lo veo tan mal. Si aceptas la ola transformadora gradual despues de la primera crisis…
El Robin polemico a lo largo de toda su trayectoria.
Inicialmente planteado como un Dick 2.0 cuando el original habia evolucionado. Aunque Moench se trabajo el ganarse el uniforme, la etiqueta de Robin. Marca blanca ya estaba consolidada.
La diferenciacion post-Crisis se saldo con un «sindrome de Lobezno». Jason era antipatico y molesto yyal menos en su caso se orquesto una sancion maxima para los que pedian su cabeza.
El exito de «Silencio» supuso un cambio de timon y de paraddigma en la franquicia. El amago de Loeb y Lee del regreso de Jason Todd lo consolido Winick con una previa desagradable pero una historia que aunque no hacia falta,sorprendentemente se conto bien y habria posibilidades interesantes. Basicamente las que apunta Jack Knight:un antiheroe o villano prifundamente resentido con Batman y que cree que puede hacer las cosas mejoe que el con metodos mucho mas extremos (asesinatos,narcotrafico…) que le conoce y puede ppnerle en jaque.
Despues de Crisis Infinita la cosa se torcio mucho,sobre todo con Countdown. Heroe fallido, trastornado, colega suplantador, tontaina enamorado… Demasiados volantazos seguidos,en un personaje que parece que nonse sabe que hacer con el y cada uno tira por donde se le ocurre sin hacer mucho caso a lo anterior. Todo esto empeoro con los N52, donde se queda en malotillo de buen corazon que a veces se pasa un poco pero no mucho y no es por mal. En fin…
Al igual que tantos otros, lo mejor que podía hacer Jason era quedarse bajo tierra. Como lección para Batman, como momento clave, lo que quieran. Fue tan barato las poliresurrecciones de Johns en Crisis Infinita y El Día más Oscuro…
Estoy de acuerdo con los que opinan que el personaje, (una vez resucitado en una historia que estaba bien, salvo lo de los puñetazos de Superboy, mejor explicado con lo de los pozos) podía haber tenido buenas posibilidades tanto como villano o como antiheroe (soy más de está opción, que fuera el tipo de justiciero que apuntaba en su etapa Staling/Aparo y sin buscar la aprobación de papa Batman).
Después del arco bajo la capucha, casi nada. Tiene una miniserie “los años perdidos” que no está mal pero obviamente limitada en tiempo. Las series con los forajidos (tanto la de los 52 como la de Rebirth) sin ser malas son intrascendentes. Y el personaje se pasa la vida recordando el día que intento robar el coche a Batman y el día que le apalizo el Joker.
Por cierto, nota al redactor. El subtitulo del artículo…
“Un artículo dedicado a la figura del Joker más trágico y controvertido, Jason Todd.”
¡Oh, muchas gracias, Justiciero! Me faltaba un café. Va a estar el Joker más presente en mi vida que en la de Jason.
No hay de qué 🙂
Yo no he leído a Jason de Robin, pero de Capucha Roja me gusta. El tío vacila y se diferencia de los otros Robin a mí me parece que tiene que estar vivo, si resucitan a todos porque no a él.Tan insoportable era de Robin? Jajaja
Si, lo era. Pero la verdad es que como Capucha Roja funciona mejor. Y la relacion que tiene con Bizarro es peculiar cuando la comparas en cual es la actitud de Batman con respecto a Superman.
La verdad que hasta la aparición de Damian, este era mi Robin menos favorito, y tambien considero que era uno de esos personajes que hacía más por Batman estando muerto que ahora resucitado. En fin, ya que está aquí, también se me ocurre que termino derivando en otro vigilante intrascendente, medio malo pero no tan malo, medio bueno pero no tan bueno…y así. En fin, por lo menos en mi lista de Robins ya no es el último.