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Escribir un gran final nunca es tarea fácil. Los finales definen a una historia y siempre son determinantes para la valoración final de la misma. No importa lo bien que te lo hayas pasado leyéndola, viéndola o escuchándola, si el final no es capaz de alcanzar un alto grado de satisfacción, el conjunto queda irremediablemente dañado. Un final no es sino la conjunción de todas las expectativas que un lector, espectador u oyente se haya hecho a lo largo de toda la narración.
Y es que estamos ante el final del evento
Como final que es, empezamos desde el ecuador de la historia, para ir subiendo la intensidad y llegar al gran final, el momento de las consecuencias de todos los acontecimientos que se han desarrollado en el plantea controlado por
Todo cuanto se puede leer en este tomo parece forzado, fuera de lugar y tremendamente simplista. Lo primero queda patente en el momento en el que la acción es guiada de forma artificial y las situaciones son vilmente manipuladas para que todo cuadre. No hay un desarrollo orgánico de la trama, sino que todo ocurre según un esquema rígido que deja poco espacio para que la épica se pueda filtrar entre las viñetas. No hay escenas en las que el lector pueda sentirse atrapado, no se conecta con el entorno, ni tan siquiera el giro que se produce con
Y estas son las tres grandes áreas sobre las que este segundo tomo de Convergencia derrapa sin control alguno. Pero no todo son desaciertos y entre la trama central, se esconden momento muy interesantes y motivadores que consiguen remontar la atención del lector. Obviamente no es factible remarcarlos aquí porque entorpecerían y romperían la lectura del tomo, pero sí que es necesario señalarlos como momentos en los que se dibujan adecuadamente a algunos personajes secundarios, se perfila el futuro del Universo DC y se suelta por completo cuando se establece definitivamente y sin paliativos algo que ya conocemos perfectamente
Aviso de Spoiler |
Por tanto estamos ante una pequeña montaña rusa de subidas y bajadas, momentos cumbres y valles de oscuridad, que hacen que la lectura de este tomo se torne desconcertante. Y aun así el conjunto, una vez todo está unido, no resulta tan abrumadoramente nefasto. Una de las razones es el ritmo narrativo que roza la velocidad del rayo y que no deja que el lector se aburra. Puede que lo que estemos leyendo no sea una obra de ingeniería fina, pero su mecanismo responde adecuadamente al fin para el que fue creado.
En cuanto a su apartado gráfico se puede decir que es muy digno de principio a fin. Grandes lápices firman este tomo y permiten poder disfrutar de algunas escenas tremendamente espectaculares. La narración visual es igual de fluida que la de los textos y todo forma un conjunto cohesionado que ayuda a paliar los fallos del guion.
Por tanto no se puede decir que
Aun siendo irregular y estar muy poco inspirado a la hora de plantear una situación más trabajada, consigue mantener un buen ritmo y ser capaz de no hacer bostezar, lo que es mucho decir teniendo en cuenta sus carencias. Por tanto este evento no deja de ser sino la manifestación de algo que tiene mejores intenciones que resultados, cuando los tie in derivados de la serie central superan, en muchos cosas, a la idea matriz al ser capaces de conseguir una experiencia mucho más plena en su conjunto.
Un evento que confirma el agotamiento de una fórmula que precisa de una reinvención urgente a fin de volver a tener el sentido y fuerza que tuvieron a finales de los años ochenta.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 6
6.7
Valoración
Un evento que no esta a la altura de lo esperado. Errático e inconsistente, pero con pequeñas perlas que maquillan el resultado final.
La miniserie en general ha sido muy decepcionante, aunque si es cierto que al final mejora un poco (muy poco); por otro lado muchos de los Tie-Ins a mi si me han gustado, no me parecen tan malos como se dice por ahí. Espero que el siguiente evento este mejor planificado y no con tanta improvisación sobre la marcha como ha sido este.