El Corazón del Imperio

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Edición original: Heart of Empire: The Legacy of Luther Arkwright, 1999, 2000, 2001, 2015, Dark Horse Comics.
Edición nacional / España: El Corazón del Imperio Integral, Colección Sillón Orejero, noviembre 2015, Astiberri Ediciones.
Guión, dibujo y tinta: Bryan Talbot.
Color: Angus McKie.
Formato: Tomo de 304 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 29 €.

 

Si hay algo usado hasta la saciedad en el tebeo norteamericano es el concepto de Multiverso, ya sabes, esa miríada de mundos paralelos que ocupan el mismo espacio en vibraciones dimensionales distintas. El mejor ejemplo es la creación de Gardner Fox al imaginar Tierra 2 –y distinguirla de Tierra 1- en el año 1961 para justificar el uso de los personajes de la Golden Age de DC Comics, aquellos nacidos poco antes de la Segunda Guerra Mundial y que fueron rebooteados con la aparición de Barry Allen, el segundo Flash, dando pie a la Silver Age. Si eres lector asiduo de esta página, estos son conceptos que tienes grabado a fuego en la mollera y seguramente habrás asistido al nacimiento y desarrollo del concepto multiversal en varias editoriales. Desde los futuros distópicos de Claremont y Byrne para los X-Men, las realidades alternativas de Moore y Davis para Capitán Britania hasta la sangría multiversal de Hickman para la Marvel actual. Desde la Crisis en las Tierras Infinitas de los ochenta de la DC hasta el Multiversity de Morrison en la actualidad. Mundos vivirán, mundos morirán, y demás, permitiendo infinitas variaciones del mismo concepto, como manera a veces de lavado de cara a iconos resobados o una forma de amalgamar –¿recordáis la línea Amalgam? Buena mierda, ¿eh?- a los personajes anexionados a otras editoriales -Charlton Comics, hablo de ti-.

La literatura de género no se ha quedado atrás con ejemplos tan evidentes como la leyenda del Campeón Eterno de Michael Moorcock, donde Elric, Corum o Ereköse no solo comparten multiverso sino que son distintas caras de la misma moneda. De hecho, la ficción fantástica ha desarrollado el concepto de manera más exhaustiva y profunda que el mundo del cómic. Una buena cantidad de autores han dado su particular visión del mismo: Stephen King con su saga de La Torre Oscura –donde se denomina macrocosmos al conjunto de realidades alternativas-, la trilogía de La Materia Oscura de Phillip Pullman, famosa –o no- por su adaptación cinematográfica frustrada, o el mismo Mundodisco de Terry Pratchet. Y un largo etcétera.

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Esta recopilación de datos y ejemplos permiten demostrar lo habituado que debería estar el lector a este tipo de fantasías especulativas, pues en poco más de medio siglo se ha convertido en un subgénero propio dentro del marco de la ciencia ficción. Bryan Talbot, ilustre creador de tebeos como El Cuento de una Rata Mala, ya se había zambullido con éxito en este concepto a mediados de los setenta en su seminal Las aventuras de Luther Arkwright del que El Corazón del Imperio es su secuela tardía. Pero no te preocupes, se puede acceder a esta sin haber leído su primera parte. Recopilada esta vez en un tomo integral por Astiberri, El Corazón del Imperio relata las desventuras de la hija del propio Luther en un multiverso donde cada realidad recibe el nombre de Paralelo. Los súbditos de un hinchado Imperio Británico, que se extiende con mano dura y soberanía monárquica por todo el globo, viven ajenos a este concepto de la realidad. Victoria, la hija de Luther Arkwright y la Reina Ana, lo conocerá de manera dramática, pues es una de los Homo Novus, seres con poderes psiónicos y la habilidad de viajar entre universos, lo cual le viene que ni pintado pues un tremendo enemigo, nacido en su propio paralelo, amenaza con destruir el Multiverso.

Los multiversos permiten ucronía, y la ucronía es un vehículo perfecto para la sátira política. Como ya demostrara también a posteriori en su estupenda Grandville (publicado en Astiberri en cuatro volúmenes, tres de los cuales han sido reseñados aquí, aquí y aquí) Bryan Talbot es una maestro de ambos géneros: la ucronía y el desarrollo de universos de ficción. La excusa del Imperio Británico extendido por el globo le permite poner en la palestra las crueldades e injusticias de los totalitarismos, de la monarquía y de las políticas de expansión. Talbot expone así todos los males que caracterizaron el siglo XX, sacando los colores del capitalismo, la religión católica y los poderes militares. Y no deja títere con cabeza. Pero lo mejor de todo es que, gracias a un guión que es preciso como un reloj, logra entretener mientras hace su labor crítica. Pues El Corazón del Imperio es un fascinante tebeo de aventuras, con un toque de ciencia ficción especulativa y steampunk. Más que steampunk, deberíamos decir dieselpunk, pues Talbot mezcla conceptos estéticos y mecánicos de los años 20, 30 y 50 con paradigmas medievales y reflexiones filosóficas de los sesenta, convirtiendo a la obra en un contenedor improbable pero real de psicotropía e Historia alternativa.

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La trama, como decía, se desarrolla con una precisión estudiada, dejando pistas de lo que está por venir con aplicada inteligencia, mientras el autor se permite explicar al lector la naturaleza de semejante mundo tan particular. Desde las costumbres de la Reina, una diosa entre los hombres, hasta las necesidades de una plebe que se alía en pos de la revolución. Desde el desarrollo de un golpe de Estado por parte de la cúpula militar hasta una trama asesina que parte del Vaticano, cada una de estas subtramas irá desgranándose hasta llegar a un clímax que deja sin aliento. En medio de todo, la citada Victoria, testigo al principio y conductora de la trama al final. Recalco lo potente del guión, quizá más por su efectividad que por su originalidad, ya que este no es excusa para Talbot para desarrollar las particularidades de su multiverso. Es decir, a pesar de que el creador de Grandville se gusta en detenerse a explicar la naturaleza sin par del mundo que ha creado, no se regodea en esto mismo, pues, siendo un tremendo narrador, está pendiente de que la trama progrese como el mejor relato de misterio. Cargando las tintas en cierta acción, algo de erotismo y mucho de metafísica, Talbot logra crear una de las más elaboradas ficciones del tebeo británico, pudiendo hablar de tú a tú con las mejores sagas de la BD francobelga. Y por supuesto, a años luz de la mayor parte de la fantasía adulta norteamericana, por lo general tendente a conceptos más infantiles, aunque no por eso de menor calidad formal. En definitiva, Talbot mezcla en su batidora de conceptos lo mejor de la novela histórica con el desparpajo de 2000 AD.

Talbot no es un autor de trazo dinámico. Sus figuras adolecen de cierto estatismo, una rigidez que se ve subrayada por un entintado grueso, fomentado para entresacar a sus figuras de un entorno muy detallado que es de agradecer. Un defecto, que envuelve una virtud, y se convierte en una de las señas de identidad de sus tebeos: su capacidad para plasmar la arquitectura de los mundos que plantea. Talbot se explaya en diseñar los puentes, los jardines, los edificios, con tanto ahínco como lo hace con las armas, los vehículos o cualquier otro adminículo. Esa profusión logra que, te gusten o no sus diseños, sus universos resulten tan verosímiles como interesantes, suponiendo una mirada casi fotográfica a entornos fantásticos. Y aunque el símil pueda estar muy sobado, sus páginas parecen un cruce entre un libro de arte de una película y un tebeo al uso, un muestrario detallado de la dirección artística de una narración cinematográfica, tal es el mimo con el que el autor desarrolla visualmente su creación. Es algo casi obsesivo que amplifica el placer de la lectura y cimenta la personalidad de un tebeo único. Como el arte del propio Talbot. Esperamos que Astiberri tenga a bien reeditar el material previo a este El Corazón del Imperio.

  Edición original: Heart of Empire: The Legacy of Luther Arkwright, 1999, 2000, 2001, 2015, Dark Horse Comics. Edición nacional / España: El Corazón del Imperio Integral, Colección Sillón Orejero, noviembre 2015, Astiberri Ediciones. Guión, dibujo y tinta: Bryan Talbot. Color: Angus McKie. Formato: Tomo de 304 páginas a color…
Guión - 9
Apartado gráfico - 7.5
Interés - 8

8.2

Una secuela incluso superior al original. El mejor Talbot posible.

Vosotros puntuáis: 9.06 ( 2 votos)
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King_Mob
King_Mob
Lector
17 diciembre, 2015 13:14

¡Muchas gracias por la reseña! Desde que descubrí a Talbot con Grandville me moría de ganas de leer su obra magna, pero hasta este integral no había conseguido hacerme con él. Aún así, seguro que se puede leer si conocer la primera parte, ¿no? Entonces, ¿qué relación guardan entre ellas? Y aunque si editaran la otra caerían las dos, ¿cuál está mejor?

AlbierZot
AlbierZot
Lector
En respuesta a  King_Mob
17 diciembre, 2015 13:58

Si puedes léete primero Las Aventuras. Como bien dice Raúl se pueden disfrutar independientemente, pero El Imperio es continuación y consecuencia directa de la otra, así que las referencias son múltiples. Las Aventuras es una obra más compleja y de amplia influencia posterior. Una clara referencia podría ser ser V de Vendetta.

Macdonald
Macdonald
Lector
En respuesta a  King_Mob
17 diciembre, 2015 14:51

Te la puedes leer tranquilamente sin conocer nada del mundo de Luther y sus compañeros. Yo lo hice así en su momento. Es una obra muy recomendable, muy divertida y a la vez profundamente crítica con todo lo que signifique el poder establecido siguiendo esa tradición ácrata del cómic británico instituida desde 2000 AD. Esperemos que Astiberri se anime a publicar la serie anterior, como es justicia, porque muchos de los aciertos (y errores) de las obras de Moore, Warren Ellis o Grant Morrison tuvieron su origen en esta fascinante serie.

King_Mob
King_Mob
Lector
En respuesta a  King_Mob
17 diciembre, 2015 16:31

Me habéis puesto los dientes largos… y a la vez instalado de nuevo la duda de si leer ya o esperar a ver si la buena gente de Astiberri se anima a publicar la primera. Aún así, para conseguir lo segundo habrá que comprar la segunda parte, para que la ventas vayan bien y saquen la primera.

hammanu
hammanu
Lector
17 diciembre, 2015 18:08

También la recomiendo, ya que poseo la primera edición de Astiberri que compre hace eones y por fortuna para aquellos que no la poseían podrán disfrutar esta joya. Me sumo a una reedicion de Luther la cual no poseo y ansio

Lord_Pengallan
Lector
17 diciembre, 2015 20:07

Pues a mi está me pareció mala. Las Aventuras son muy buenas así que seguro que eso influyó en mi lectura ya que iba con las expectativas muy altas. El color no sienta bien al mediocre dibujo de Talbot y el guión es superconvencional así que no puede hacer nada contra Las Aventuras, donde como dibujante y guionista está audaz y desatado. Aquí se limita a recoger lo sembrado en Aventuras mientras que allí lo hizo todo. Por eso me extraña que se haya reeditado esta y no la otra, que es mil veces mejor.