War of Kings: Who will Rule?

Rayo Negro y los Inhumanos regresan a sus raíces kree y, como primera muestra de su futuro liderazgo, destruyen una nave skrull, con tan mala fortuna, que lo hacen en espacio aéreo shi’ar. Como consecuencia de ello, Vulcano, gobernante supremo del Imperio Shi’ar, toma medidas y ataca varios mundos kree causando millones de muertes e interrumpiendo la boda de Crystal y Ronan, el Acusador, que forma parte del movimiento destinado a asegurar la posición de los Inhumanos dentro del Imperio.

Ante tamaña agresión, los Inhumanos deciden plantar cara a Vulcano y su intento de anexión y se declara la guerra entre dos de las razas más poderosas del Universo Marvel.

Con el intento de golpe de estado por parte de la depuesta Majestrix Imperial, Lilandra Neremani, Gladiador, pretor de la Guardia Imperial, cambia de bando, renegando de Vulcano y jurando lealtad a la que antes fuera su señora. Desgraciadamente, ni todos los poderes del strontiano logran salvar la vida de Lilandra, que muere intentado devolver la paz a su Imperio.

Al conocer la noticia de la trágica pérdida, Rayo Negro pierde toda esperanza de alcanzar la paz y pone en práctica un plan de contingencia que pasa por detonar una gigantesca bomba armada con las Nieblas Terrígenas, responsables de la trasmutación de todos los Inhumanos. Así pretende terminar con la diferenciación entre razas y crear un sentimiento de pertenencia Inhumana en todos los seres del Universo.

Vulcano ataca a Rayo Negro, cuyo poder activará la Bomba-T (de ahí que se encuentre a bordo), con la intención de emplear el artilugio para asesinar a todos los Inhumanos. Crystal, cansada del sinsentido que supone tanto derramamiento de sangre y menos convencida aún con el plan de su rey, se teleporta gracias a Mandíbulas y, empleando sus poderes elementales, deja inertes los cristales que generan las Nieblas Terrígenas. Pero no logra rescatar a Rayo Negro, que termina por emplear su poderosa voz y provoca así la deflagración del aparato que, carente de capacidad mutagénica, simplemente revienta creando una fisura en el Espacio y el Tiempo que amenaza con servir de puerta de entrada para seres de otras dimensiones. En el proceso, tanto Vulcano como Rayo Negro, parecen perder la vida dejando huérfanos a sus respectivos Imperios.

Perdido su liderazgo y casi envueltos en una guerra civil, los orgullosos shi’ar se rinden sin condiciones ante la alianza kree/inhumana. Así, la guerra termina.

Pero una pregunta queda en el aire: ¿quién los gobernará?

Gladiador estudia los informes que los cruceros de guerra shi’ar han tenido tiempo de tomar en la Fractura, consecuencia directa de la detonación de la Bomba-T, capaz de retorcer Espacio y Tiempo.

El material genético de la familia Araki, con larga tradición de consejeros, ha sido empleado para producir a una hembra del mismo nombre que hará las veces de consejera del nuevo Majestor, limpiando así el buen nombre del clan de paso –¿qué buen nombre?, diréis vosotros… pues yo tampoco lo sé–.

Gladiador, de riguroso negro para la celebración de los sepelios de estado, no desea la responsabilidad que supone liderar el Imperio Shi’ar, aunque todo el pueblo parece desear encumbrarle hasta esa posición. En este momento, los shi’ar necesitan alguien de confianza, y no queda hombre –o alien– que represente esto mejor en todo el Imperio que el antiguo pretor.

Kaos, Polaris y la Chica Maravillosa acuden hasta el Palacio Imperial para mostrar las pruebas que han reunido del asesino responsable de la muerte de Lilandra, que no es otro que Darkhawk. Su imagen será difundida a lo largo y ancho de toda la galaxia para que sea apresado y muerto por su flagrante delito.

Mientras Gladiador se debate temiendo que los Inhumanos desmiembren el Imperio que él con tanta abnegación ha luchado siempre por proteger, Attilan llega a Chandilar. La rendición ha puesto a la reina Medusa en la posición de líder natural de los vencidos. De ella dependerá la sucesión del trono shi’ar.

Tras la llegada de los Inhumanos, Crystal y Lorna Dane, más conocida como Polaris, ex-mujer-x y actual saqueadora estelar, mantienen una conversación –debemos recordar que Lorna ha resultado ser la tercera hija de Magneto y, por tanto, hermanastra de Pietro y Wanda Maximoiff, Mercurio y la Bruja Escarlata, o sea, que es también ex–cuñada de Lady Crystal… ¡qué culebrón, por los dioses!– La elemental teme lo que está por llegar. Es la segunda en la línea de sucesión tras Medusa y, por tanto, teme que la regencia de los shi’ar caiga sobre ella.

Poco después, Crystal y Gladiador se encuentran cooperando para salvar las vidas de unos ciudadanos shi’ar que han quedado atrapados bajos los enormes escombros de una planta de energía. Una breve conversación atestigua que Gladiador no está interesado en la regencia y, aún más, se siente responsable de la muerte de Lilandra y también de la guerra civil que la siguió. Crystal, en cambio, sabe que necesitará su ayuda para poder gobernar a los shi’ar.

Al día siguiente, mientras la comitiva acompaña el féretro de Lilandra, vemos a Crystal portando el báculo de la regencia imperial, estandarte de ostentación del poder del/la Majestor/Majestrix.

De repente, la Guardia Imperial irrumpe abortando la procesión fúnebre. Pone en entredicho la rendición del Almirante Ka’ardum, duda de la muerte de Vulcano y reniega de la presencia Inhumana-Kree en la zona, tanto como de que sean ellos, precisamente, quienes se hagan cargo de la regencia shi’ar. Total, que ya la tenemos montada.

Medusa enloquece y ataca a la Guardia Imperial. Como no podía ser de otra manera, la Familia Real Inhumana la secunda, yendo tras ella para protegerla.

Ensalada de tortas varias, rayos y manifestaciones de energía de diferentes clases, mientras Crystal observa la escena apesadumbrada. Un gigantesco golpe, seguido de un grito no menos atronador, hace que los combatientes queden paralizados. Gladiador clama respeto para Lilandra en el día de su entierro. No está dispuesto a que el Imperio Shi’ar caiga más bajo de lo que lo ha hecho ya.

Crystal avanza hacia él y le tiende el báculo. “Entonces, esto es tuyo”, dice la joven, que está convencida de que el liderazgo de Kallark es justo lo que los shi’ar necesitan en este momento. Entre reverencias y gritos de alegría, Gladiador es aceptado como nuevo Majestor –WTF! histórico–.

Mientras todas las miradas están centradas en Kallark I, la consejera Araki se escaquea de la escena. Cuando está segura de que nadie puede observarle, cambia de forma. En realidad se trata de… ¡Talon –¿pero éste no estaba muerto?–, único miembro actual de la Fraternidad de los Raptores! Parece que el tipo tiene sus propios planes para el Imperio Shi’ar y la elección de Gladiador como nuevo Majestor sirve a sus propósitos. Después de asegurarse de que las piezas están en el orden adecuado, parece abandonar Chandilar.

En tanto, en otro lugar, Magus, la parte malvada de Adam Walock ha renacido. Según sus palabras, siente lástima por los shi’ar por pelearse internamente para ver quién manda, a tenor de lo que la Fractura va a traer hasta su Universo. Al final, una persona los gobernará a todos… y ese será Magus.

Fin… por el momento.