Frank Miller: «A la censura no se la esquiva, se saca un cañón y se le dispara»

El sábado por la tarde, a las 19:00 horas, se celebró la conferencia de Frank Miller, acompañado de Brian Azzarello, en el Palacio de Congresos de la Fira. Los 850 afortunados que pudieron entrar, previa reserva de plaza a través de la web de Ficomic, aguardaron pacientemente en fila hasta que les permitieron ir pasando. El evento empezó con retraso, pero en los minutos previos a la entrada de Frank Miller se podía sentir en el aire una carga mágica, casi eléctrica, entre los aficionados que estaban allí esperando poder ver al hombre que fue capaz de cambiar las reglas y la manera de hacer comics.

Finalmente la figura de Miller apareció por la derecha del escenario y la ovación y los aplausos no se hicieron esperar. Miller saludó a los presentes y levantó la mano en un claro gesto de agradecimiento. Tras él iba Brian Azzarello, dando espacio a Miller para que pudiera disfrutar del caluroso recibimiento por parte del público. Fueron escasamente diez segundos lo que duró el paseo hasta la mesa central habilitada sobre el escenario, pero bastaron para poder sentir la energía que en ese salón de actos había contenida.

Miller y Azzarello tomaron asiento, a su lado estaba el traductor y en el extremo de la mesa estaba Jaime Rodriguez de ECC. Frente a ellos varias de las obras especiales de Frank Miller editadas por ECC y que acabaron por protagonizar una de las anécdotas de la charla, ya que por su colocación impedían el que la gente de las primeras filas pudiera ver con claridad a Miller y Azzarello, llegando a solicitarse su retirada durante el turno de preguntas.

Una vez los actores principales del evento estuvieron colocados, Jaime Rodriguez procedió a comenzar el evento lanzando la primera pregunta: ¿Dónde conoció Miller el trabajo de Azzarello y donde Azzarello conoció el trabajo de Miller?

Los dos guionistas fueron parcos con la respuesta tomándole el pelo a Jaime Rodríguez con elegancia y buen humor al responder, uno tras otro, que en a la tienda de comics. Con el ambiente más relajado gracias a este arranque jocoso la siguiente pregunta, también lanzada por Jaime Rodríguez, sobre si los autores tenían interés en volver a trabajar juntos, hizo que tanto Miller como Azzarello tuvieran clara la respuesta y con un rotundo monosílabo zanjaron el tema. Ambos respondieron que sí, sin añadir nada más. Las risas invadieron el auditorio y Jaime Rodríguez dio paso ya a la ronda de preguntas por parte de los asistentes, al entrever que las bromas de los dos autores no eran sino una forma de solicitar que se diera paso a la gente que ardía en deseos de poder preguntar.

Se organizó una cola en el pasillo con todos aquellos interesados en lanzar cuestiones a Miller y Azzarello que iban respondiendo a las mismas con infinita paciencia y buen sentido del humor. Se preguntó a Miller por cómo se puede esquivar la censura, respondiendo con lo que puede ser considerado el titular de la conferencia, que a la censura no se la esquiva, se saca un cañón y se la dispara de lleno. También se preguntó a Azzarello por su representación del Joker y por qué lo hizo llorar, siendo la respuesta del guionista muy concisa y clara, porque el Joker está loco. Otro asistente preguntó por los trucos del oficio, pero aquí ambos autores fueron muy claros al decir que no hay trucos que solo hay que dibujar, dibujar y dibujar y escribir, escribir y escribir.

Alguien también le lanzó a Miller una pregunta sobre qué opinaba sobre Donald Trump, a lo que Miller respondió esquivando la bala con una escueta respuesta en la que alababa su pelo. También se preguntó por el proceso creativo llevado a cabo entre ambos en DKIII, si Miller respondería a la llamada de Alan Moore, siendo su respuesta muy sincera ya que son amigos y ambos saben que no deben colaborar jamás ya que uno de los dos moriría durante el proceso creativo.

Y entre todas esas preguntas, un muchacho de no más de diez o doce años, se atrevió a coger el micro, lanzar su pregunta y de paso pedirles que le firmaran su cómic. Algo a lo que, por supuesto, no pudieron negarse y tras la aclaración de que se trataba de una excepción a la regla, tanto Miller como Azzarello estamparon su firma sobre el ejemplar del DKIII del muchacho.

Antes de finalizar el encuentro Miller recibió un premio de manos de Ficomic, demostrando su agradecimiento tanto a la organización como a los presentes en la sala. El ambiente se torno en fiesta cuando los dos autores instaron a todos a quedarse d forma que pudieran hacerse un selfie conjunto donde aparecieran ellos en primer plano y la inmensa mayoría de los fans.

En definitiva, se trató de un evento entretenido y emotivo, que sin duda alguna perdurará en la memoria de los 850 asistentes para siempre. La ovación final, los aplausos y el auditorio en pie fue el colofón final a este encuentro, donde cada palmada cargada de sinceridad, no dejó a Miller indiferente. Solo queda esperar que al igual que lo recordaremos nosotros, Miller también lo recuerde para siempre.Un baño de masas para dos autores queridos por el fandom, pero sobre todo volcados ante la figura de Miller como máximo representante de esa ola de cambio que abanderó hace treinta años. Sus gestos, su forma de mirar el auditorio y la fuerza que aun esconden sus ojos no hizo sino más especial aquella tarde.

Frank, ha sido todo un placer.

P.D. Os pedimos disculpas por la calidad de las fotos. La acumulación de compromisos impidieron poder esta antes en la fila y nos vimos relegados al fondo de la sala.