El guerrero del antifaz. Las historias jamás contadas vol.01

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Edición original/ España: El guerrero del antifaz. Las historias jamás contadas vol.01 (Universo Comic, 2016).
Guión: José Ramírez.
Dibujo: Miguel Quesada.
Color: Miguel Quesada.
Formato: tomo rústica, 64 págs.
Precio: 12€.

 

Dos maneras hay de afrontar reto tan arduo como la revitalización de un icono de la impronta cultural y el bagaje sentimental del Guerrero del Antifaz, héroe de la Reconquista Española creado en 1943 por el fecundo ingenio de Manuel Gago (1925-1980): el acercamiento respetuoso, con los mínimos cambios aconsejados por el paso del tiempo, como en la breve (aunque estimulante) recuperación del Capitán Trueno de la mano de Víctor Mora y Luis Bermejo en los ’80 del pasado siglo; o la reconstrucción del mito, seleccionando los aspectos más atractivos para un público moderno, presumiblemente más sofisticado, cuyo ejemplo más notable podría ser el Miracleman que Alan Moore (junto a varios artistas) concibió sobre las cenizas del original Marvelman, la indisimulada copia británica del Capitán Marvel, luego llamado Shazam. Ambas posturas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, ¡qué duda cabe!, aunque, a mayor fuerza evocadora de partida, más proclives nos sentimos a la adoración sin reservas, lo que se traduce en mimosa actualización de los esquemas primitivos antes que en reinvención arriesgada, irreverencia rampante o deconstrucción hasta la médula.

Las historias jamás contadas del Guerrero –no podía ser de otro modo- juegan la baza de la nostalgia tanto en los elementos cautivadores de su iconografía (atuendo característico, personajes unidos a la leyenda como Rodolfo, Ali Kan, Zoraida, el Conde de Roca, etc.) como en la reproducción de usos antiguos en el lenguaje y en el grafismo, a la sombra inspiradora del maestro Gago. Desafortunadamente, la lectura de esta primera entrega no provoca la emoción arrebatada de la era clásica del personaje. ¿Por qué?

La trama ilumina pasajes desconocidos del pasado de nuestro héroe: la revelación de su nombre musulmán -anterior al descubrimiento de sus orígenes cristianos como Adolfo de Moncada– o la escenificación de los motivos de su rivalidad con el capitán Rodolfo, pasando por curiosidades sobre el enemigo acérrimo (y padre putativo), el cruel Ali Kan. Pretende a un tiempo enganchar al lector veterano con el cebo de situaciones inéditas (en el aire, la promesa de relatar hechos destacados de nuestra historia como el descubrimiento de América o la rendición de Boabdil y el reino nazarí) y seducir con peripecias que establezcan suficientemente al personaje y su entorno para las nuevas generaciones, o sea, acicalarlo para el siglo XXI. Ocurre que la narración no está a la altura de la empresa. El voluntarioso José Ramírez, cabeza visible de la editorial Universo Comic e impulsor de este regreso inesperado, tiene un plan para la serie -bastante ambicioso, por cierto- pero yerra al volcarlo sobre el papel por un defecto común en los escritores noveles: la redundancia. Las 40 páginas de esta suerte de “Año Uno” (siguiendo el modelo de personajes como Batman o Superman) cuentan poca cosa, en definitiva, y no por falta de ganas (“Se podría decir que es el sueño de un niño pequeño de 9 años” -asegura José Ramírez- “Cuando como guionista creaba historias y universos enteros, algo dentro de mí siempre creaba un universo con mi primer héroe, el Guerrero del Antifaz”) sino de experiencia con los recursos de la historieta: en todo momento flota la sensación de que los personajes declaman por explicar lo que pasa a su alrededor en vez de confiar en que las acciones hablen por sí mismas; diálogos insípidos y repetitivos estereotipan a los actores en vez de profundizar en su psicología; tampoco los lances (por mucho que reescriban incidentes de los primeros cuadernillos) logran transmitir el frenesí aventurero del original, ese encadenamiento sobrecogedor de situaciones extremas, ni añadir ingredientes de interés suficiente, pese a una apuesta (tímida) por la modernización en la representación gráfica de la violencia (por ejemplo: el ahorcamiento en paneles verticales de la pág. 18) o la inclusión de varias splash-pages.

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El dibujo de Miguel Quesada Ramos (1962) -hijo de Miguel Quesada Cerdán (1933), mítico autor de series como Tony y Anita o Pantera Negra (y a la sazón cuñado del insigne Manuel Gago)- se muestra respetuoso con las fisonomías y el enfoque general de su modelo, en una opción claramente continuista. Más allá de que el lector actual pueda juzgarlo anticuado, resulta correcto y generalmente agradable, si bien más rígido, menos dinámico que el trazo vigoroso de Gago, genuino titán de la anatomía en movimiento. Atención merece la representación de los caballos, sobre todo Centella (la montura del Guerrero) cuya expresividad -¡esos ojos!- lo convierte en inusitado protagonista. En cambio, la paleta de color otorga un discutible marchamo digital que empaña el sabor clásico de las ilustraciones. Parece seguir la propuesta del reciente coleccionable de kiosco que reeditaba en color la primera etapa del personaje, los 668 cuadernillos publicados en blanco y negro entre 1943 y 1966.

Con buen criterio, la edición homenajea las características de los tebeos de aventuras de Editorial Valenciana, casa primitiva del Guerrero y otras producciones de su autor original, incluyendo el formato apaisado, si bien, como concesión a los tiempos actuales, las 12 o 16 páginas semanales se han convertido en 40 de periodicidad imprecisa. (En este primer ejemplar, en 41, pues, por un error de impresión, la plancha 38 -aquella en que el guerrero está a punto de ser desenmascarado por Fabrique, el lugarteniente de Rodolfo- está duplicada en toda la tirada.) Si la iniciativa goza del éxito esperado, en breve otros personajes de Gago (como el Corsario sin rostro) serán remozados para el público actual.

El guerrero vuelve a cabalgar y esto es una excelente noticia. Esperemos que futuras entregas limen las antedichas asperezas y nos devuelvan, en su rutilante esplendor, a una de las mejores creaciones de la historieta patria de todos los tiempos.

  Edición original/ España: El guerrero del antifaz. Las historias jamás contadas vol.01 (Universo Comic, 2016). Guión: José Ramírez. Dibujo: Miguel Quesada. Color: Miguel Quesada. Formato: tomo rústica, 64 págs. Precio: 12€.   Dos maneras hay de afrontar reto tan arduo como la revitalización de un icono de la impronta…
Guion - 4
Dibujo - 6
Interés - 6

5.3

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chirripitiflautico
chirripitiflautico
Lector
24 mayo, 2016 10:25

Mucho bombo se le ha dado a este cómic en redes sociales y menuda decepción más grande. Lo único que se salva ligeramente es el dibujo y eso que es tremendamente soso y falto de alma, aun así lo mejor en este cómic cuyo guión y color son patéticos, no parece un cómic profesional.
Una pena que la vuelta del guerrero haya contado con tan mala fortuna