100% Marvel: Las Minis de Masacre 1

 

Guión: Fabian Nicieza, Mark Waid
Dibujo: Joe Madureira, Ian Churchill, Lee Weeks, Ken Lashley
Edición España: Panini Cómics (2016)
Contiene: Deadpool Vol1 1-4 – Deadpool Vol2 1-4 (Marvel Comics 1993-1994)
Formato: Tomo rústica de 208 páginas
Precio: 18,95€

 

La primera aparición de Wade Wilson, alias Deadpool (o Masacre como lo hemos conocido siempre en España) tuvo lugar en el año 1991 en el número 98 de Los Nuevos Mutantes, colección que por aquel entonces estaba en manos del guionista Fabian Nicieza y el «argumentista» y «dibujante» Rob Liefeld. Allí vimos por primera vez a lo que parecía ser un plagio descarado del Deathstroke de DC que se presentaba como un nuevo, y no muy relevante, villano localizado en el universo mutante de Marvel. Más tarde el personaje cayó en gracia y realizó varias apariciones en la serie heredera de The New Mutants, X-Force, y hasta en el número cuatro de la serie regular Nomad ganándose poco a poco la simpatía del fandom que comenzaba a ver en él al «mercenario bocazas» en el que se convertiría con el paso de los años. La Casa de las Ideas tomó nota y como los 90 fueron muy locos y el hogar de Stan Lee por aquel entonces regalaba miniseries hasta al personaje más impensable decidieron probar suerte con el asesino a sueldo canadiense con problemas cutáneos. En 1993 se estrenó Persecución en Círculo, una mini de cuatro números que se ocupó de escribir uno de sus padres, Fabian Nicieza, y de ilustrar un por aquel entonces todavía desconocido Joe Madureira de poco menos de veinte años. El recibimiento fue tan bueno que al año siguiente se llevaría a cabo la misma estrategia pero con Mark Waid e Ian Churchill (este último con un par de ayuditas que mencionaremos más adelante) en Pecados del Pasado con un resultado bastante positivo también. Estas dos minis, que pusieron el primer par de piedras para que Masacre se fuera convirtiendo gradualmente en el icono del noveno arte que es hoy, han sido recopiladas en un tomo que Panini Comics lanzó el mes de Mayo del presente 2016 recuperando un material que llevaba sin reeditarse en España desde 1998 en el caso de la primera mini (ese año vio la luz un Archivos X-Men que la compilaba) y desde 1995 la segunda.

Vaya por delante que los productos de los que a continuación vamos a hablar son totalmente hijos de su época, y en honor a la verdad podemos afirmar que estas dos miniseries, aunque contienen esa estética impuesta por los «Image Boys» de tipos musculosos armados con pistolones más grandes que ellos mismos y mujeres con cuerpos sexualizados hasta el extremo de ser anatómicamente imposibles que imperaron en los años 90, no son ni de lejos lo peor de su década por la profesional labor de sus guionistas, profesionales son la suficiente personalidad como narradores para sobreponerse a estéticas visuales y estilísticas como las mencionadas anteponiendo la historia al posible look visual efectista de la misma. Estos ocho números supusieron sin duda alguna el puente definitivo para que Wade Wilson se ganara indefinidamente el corazón de un fandom que por fin podía ver al personaje copar el protagonismo total de un par de series que se habían creado expresamente como vehículos para su propio lucimiento. Fabian Nicieza y Mark Waid, ayudados por Joe Madureira, Ian Churchill, Lee Weeks y Kevin Lashley consiguieron ofrecer entidad a Masacre, desarrollar su personalidad y sobre todo dar rienda suelta a esa verborrea adentrada en la comedia que es la que se ha convertido en su seña de identidad más característica como rol adscrito al universo mutante de Marvel a lo largo de los años. Mientras otros iconos de la Casa de las Ideas se abrían camino en el mercado con más o menos fortuna con sus aventuras en solitario ya fueran Veneno (Venom), Matanza (Carnage) o Araña Escarlata, Deadpool lo conseguía de pleno ganándose la simpatía de propios y extraños gracias a estas dos primeras piedras en forma de miniseries que marcaron el camino a seguir por los siguientes guionistas que decidieron abordar las correrías futuras del mercenario bocazas.

La primera miniserie, Persecución en Círculo, narra los hechos que tienen lugar tras la muerte de Mr Tolliver, uno de los enemigos jurados de Cable que contrató en su momento los servicios de Masacre para eliminarlo, y la búsqueda por parte de mercenarios de todo el mundo del misterioso testamento que esté dejó y con el que se podrá conseguir la presumiblemente «mayor arma del mundo». En el proceso Wade Wilson se topará con enemigos como Juggernaut y Black Tom Cassidy, su ex novia Vanessa convertida en la mutante Copycat o Garrison Kane, alias Arma X, que como recordamos compartió con nuestro protagonista «horas de diversión» en el «Taller». Este amplio campo de batalla permite a Fabian Nicieza y Joe Madureira mover a Masacre a lo largo y ancho del planeta para enfrentarse al resto de competidores por conseguir el testamento y a reencontrarse con un resucitado Contraataque, que se convertirá en la némesis del mercenario canadiense en esta colección. Dentro de esta miniserie la acción se convierte en el núcleo narrativo del devenir de la historia, pero sus autores son lo suficientemente profesionales y avispados para que la misma no devore la trama. Nicieza llena de chistes, referencias pop y salidas macarras los diálogos de Masacre, pero también acentua por primera vez su lado humano y romántico gracias a la presencia de Vanessa. Madureira hace un enorme trabajo con el que comenzó a mostrar su gran potencial como ilustrador (que sólo se resiente en el cuarto número por culpa de cierta desgana y un entintado más deficiente que el de los tres números previos) con un diseño anatómico para personajes como el alter ego de Cain Marko o el de Kane para quitarse el sombrero y haciéndonos lamentar que abandonara casi completamente el mundo del noveno arte para buscar fortuna en el de los videojuegos. Dentro de los datos más importantes relacionados con personajes secundarios referidos a esta Persecución en Círculo mencionar que en ella aparece por primera vez Jack Hammer, más conocido Comadreja (Weasel), el compañero de fatigas y traficante de armas de Wilson que se convertiría gracias a la posterior etapa de Joe Kelly en uno de los roles más queridos por los fans de Deadpool.

Tras el éxito y buen recibimiento de Persecución en Círculo sólo un año después llegó la segunda miniserie, Pecados del Pasado, esta vez con un equipo creativo totalmente renovado y sin la presencia en el mismo de ninguno de los dos padres de Masacre, el canadiense comenzaba a volar solo. En esta historia Wilson se enfrentaba a rivales por dos frentes distintos a cual más peligroso. Por un lado el antiguo agente de la Interpol Daniel Peyer, que vio su carrera arruinada por culpa de la intervención de Wade en una de sus misiones, va con todo su equipo de asesinos a por nuestro protagonista y por otro tenemos a unos Juggernaut y Black Tom Cassidy que tras su encontronazo con él en la primera miniserie buscan venganza y una cura a la enfermedad vírica (que convierte su cuerpo en madera) del segundo que sólo el factor curativo del asesino a sueldo canadiense le puede proporcionar. Por otro lado Sean Cassidy, Banshee, y su hija Theresa, Syrin, buscan por su cuenta también a Tom, que como recordamos era primo del mutante con poderes sónicos, para detenerlo. En principio la elección del guionista Mark Waid para escribir la serie de un personaje tan oscuro y antiherórico como Deadpool puede parecer desconcertante si nos atenemos a que sus labores en series como Los 4 Fantásticos, The Flash o Daredevil han dado muestras de que el autor de Batman Barcelona: El Caballero del Dragón es un narrador clásico, un escritor que se deja influenciar por la visión más luminosa y entregada al sense of wonder de las criaturas de ficción de las que se encarga. Pero contra todo pronóstico el mismo Waid es lo mejor de esta segunda miniserie, no sólo por seguir la senda abierta por Fabian Nicieza en la primera, sino por saber acentuar las virtudes de esta (el humor, la acción, la humanización del protagonista sin caer en la sensiblería) potenciando con su pericia una trama del montón que gracias a él está repletas de aciertos y detalles para los fans del personaje.

El británico Ian Churchill, que parecía por aquel entonces un clon de su compatriota Liam Sharp (aunque muchos lo comparan con Jim Lee), llena de «trazo noventero» la serie con armamento pesado, cuerpos de infarto (tanto masculinos como femeninos) llegando a caer en la deformidad, mucha pólvora y explosiones, pero a las pocas páginas nos hemos acostumbrado a su tono detallista e hiperbolizado. El problema nace en el segundo número y se acrecienta en el tercero y cuarto, ya que si en uno ese flashback dibujado por el veterano Lee Weeks no desentona al estar ambientado en épocas pretéritas en los otros la alternancia de Churchill con Ken Lashley, que tiene un dibujo diametralmente opuesto al de este, hacen que en el apartado artístico la miniserie quede herida de gravedad por la caótica mezcla de páginas con la labor de los dos trabajadores dando una notable sensación de falta de cohesión y desquilibrio visual. De hecho hasta la idea poco agraciada de que a cada uno de los dos autores se le hubiera asignado un número completo habría minimizado los daños, pero por desgracia no es así y el desastre se hace patente. En esta mini también tenemos la presencia de secundarios que en el futuro inmediato de Masacre coparon gran importancia. Por un lado el Doctor Emrys Killebrew que fue el científico que torturo a Wade en el «Taller» durante el proyecto Arma X y por otro a Theresa Rourke Cassidy, conocida por aquel entonces como Syrin (más tarde adoptaría el nombre de su padre Banshee, al fallecer este) y que se convertiría en uno de los intereses amorosos más importantes de la historia del asesino a sueldo gracias la ya referenciada labor del guionista Joe Kelly en su run con el personaje.

Como previamente hemos mencionado estas dos miniseries supusieron el principio de la vida editorial de Wade Wilson y por suerte los autores que las idearon estuvieron, en casi todo momento, a la altura de las cirunstancias exigidas por los mandamases de Marvel Comics. Tras ellas por fin el personaje pudo disfrutrar de una serie regular y la misma cayó en manos del guionista Joe Kelly (Superman, Spiderman) y este con la ayuda de ilustradores como Ed McGuinnes, Pete Woods o Shanon Denton ofreció el que hasta hoy es el mejor retrato jamás realizado de Masacre. Kelly consiguió aunar en un sólo todo el humor y el drama que cimentaban la personalidad del personaje creado por Fabian Nicieza y Rob Liefeld convirtiéndolo en una critura tragicómica que tan pronto nos hacía reír a carcajadas como nos helaba la sangre con su sadismo en ocasiones aplicado hasta en los que se podrían considerar sus seres queridos, como esa inilvidable Ciega Al que hacía las veces de prisionera y figura materna. Kelly marchó de la serie, tomó el relevo Christopher Priest con mucho oficio, pero no sería hasta la polémica etapa de Daniel Way de la década pasada que Deadpool llegara a cotas de fama tan bestiales como para llegar a protagonizar una manita de series al mismo tiempo con las que Marvel explotó brutalmente a su criatura. Después llegaron la exitosa etapa de Brian Posehn y Gerry Duggan y el debut en Hollywood a manos de una 20th Century Fox que al fin cedió a la presión de un Ryan Reynolds que fue el principal ideólogo de la que para el que esto firma sigue siendo la mejor película pijamera del 2016. Con esta primera entrega de Las Minis de Masacre Panini Cómics inicia la reedición que muchos de los fans del mercenario bocazas llevábamos años pidiendo y que ya consta de cinco tomos que serán debidamente reseñados en el futuro por un servidor si nada se tuerce. Quedan chimichangas para rato compañeros y amigos.