Incógnito: La cohesión de un imaginario ficcional

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Edición original: dic. 2008/ago. 2009 – Icon Comics (Marvel Comics).
Edición España: nov. 2009 – Panini Comics.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo: Sean Phillips.
Entintado: Sean Phillips.
Portadas: Sean Phillips.
Color: Val Staples.
Rotulista: Sean Phillips.
Precio: 17,50 € (Cartoné, 176 págs.)

 

Estoy seguro de que cualquiera que intente presentar a estas alturas a Ed Brubaker o a Sean Phillips se encontrará, simplemente, predicando entre fieles. El primero no necesita prácticamente palabras… tras despuntar con La escena del crimen y Deadenders en Vertigo, curtirse en celebradas etapas de el Hombre Murciélago y su universo (Batman, Catwoman, Gotham Central) y convertirse en uno de los dos hombres fuertes de la Marvel contemporánea gracias a Capitán América, Uncanny X-Men, Daredevil o El Inmortal Puño de Hierro no quedará lector que no esté al tanto de su obra y milagros. Respecto a Phillips –formado académicamente como diseñador gráfico, dibujante excepcional y profesional de cabecera del propio Brubaker (junto a Michael Lark y Steve Epting)– tampoco me quedan muchas dudas pero, por si acaso y para el despistado, recordaré trabajos como el Hellblazer de Jenkins, Los Invisibles de Morrison, Kid Eternity de Nocenti, WildC.A.T.s o Marvel Zombies. Todo en orden pues…

… si no fuera por el hecho de que he omitido dos de las obras más celebradas que han ejecutado ambos profesionales; dos obras que sobresalen de entre el puñado de trabajos que han realizado juntos (Gotham Noir aparte) y que les han valido el reconocimiento de la crítica –y en menor medida del público– como uno de los tándem artísticos más celebrados de la actualidad: la magnífica Sleeper y la notable Criminal, dos colecciones íntimamente relacionadas con este Incógnito que reseñamos hoy aquí; la primera como referente conceptual, y la segunda como referente formal. Pero no vayamos tan deprisa y, antes de pasar a mayores, exploremos un poco la génesis editorial de este tebeo que no es sino el descanso de un descanso.

Empecemos por el principio: en octubre de 2006 sale a la venta el primer número de Criminal, un tebeo diseñado específicamente por Brubaker para explorar su amor por el género negro y que el guionista es capaz de sacar adelante gracias a su envidiable posición en Marvel. Publicado dentro del sello Icon de la multinacional –lo que asegura propiedad de los derechos de autor y control absoluto del proceso editorial– la concepción de la colección es muy cercana al campo de la autoedición: Phillips asume las labores de dibujante, entintador, rotulista y portadista; Val Staples –ya con Brubaker en X-Men: Génesis Mortal– ejerce de colorista, supervisor de impresión y coordinador de la realización técnica editorial; se recurre a amigos como Ande Park para realizar artículos de acompañamiento sobre las claves del noir; y el propio Ed, además de guionizar el tebeo, se dedica a promocionarlo intensamente por webs y a llevar en cada número el correo de los lectores. Todo ello con un ritmo de publicación relativamente estable, pausado y tranquilo, que oscila entre la mensualidad y la trimestralidad y que abarca inicialmente dos volúmenes: diez números primero (octubre de 2006 a septiembre de 2007) y siete después (de principios a finales de 2008).

La colección goza de un considerable éxito –teniendo en cuenta, evidentemente, que no es un hit– tal vez por esa voluntad de Brubaker de hacer cada número totalmente único. «Cada entrega es única, con los artículos, las páginas de correo de los lectores y las grandes ilustraciones de Sean, que no se pueden conseguir de otro modo», llegó a decir. Pero como quiera que descansar es cambiar de actividad y al guionista le bullen ideas en la cabeza, el equipo responsable de Criminal al completo decidió que tras el segundo volumen de la serie iría un nuevo cómic con idéntica filosofía, planteado inicialmente igual que aquél en forma de miniserie, pero que pivotara en torno a tres conceptos: ofrecer la otra cara de la moneda de lo que vimos en Sleeper, desarrollar las ideas que Brubaker no podía llevar a cabo en Capitán América y llevar a cabo una exploración del pulp similar a la efectuada en Criminal con el género negro (una de las ideas barajadas inicialmente cuando se creó este último).


Portada para Incognito #2 USA

Así fue como al mes siguiente de salir el Criminal vol. 2 #7, concretamente en diciembre de 2008, el primer número de Incógnito invadía las estanterías de Estados Unidos. Y así es como, después de seis números –inicialmente iban a ser cinco– y una promesa de Brubaker que nos traslada Raúl López en el prólogo de este tomo («tendréis más aventuras de Incógnito a lo largo del próximo año»), en noviembre de 2009 nos acaba de llegar de la mano de Panini Comics el primer volumen de la colección.

¿Qué tal la edición? Cartoné encolado, tamaño superior al comic book y demás características idénticas a los tomos de Criminal de la misma casa. ¿Cosas buenas? Un cuidado diseño editorial, inclusión de portadas originales, cuidadísima reproducción (incluyendo la rotulación), un papel excelente y un estupendo artículo a cargo de Javier Jiménez Barco y José Miguel Pallarés acerca de las raíces del pulp. ¿Cosas malas? Que ese artículo sustituya, pese a desarrollar los mismos temas, a los que podían leerse en la versión original –a cargo de un Jess Nevins que profundizaba número a número en La Sombra, Doc Savage, La Araña, Operator nº 5, Fu Manchu y pulps sobre zepelines–; que no se haya incluido una sección con extractos de la columna que lleva Brubaker en los ejemplares americanos (la imprescindible The secret ingredient is pulp); el precio un tanto abusivo (seis números a 17,50 €) y que en la traducción de vez en cuando se escapen errores gramaticales y, en menor medida, ortográficos.

Argumento

Zack Andersen es un aburrido archivero que vive en una localidad estadounidense de pequeño tamaño. Pero aunque su actitud derrotista, su vida profesional sin futuro y su entorno personal inexistente se empeñen en contradecirlo, Zack oculta en realidad un oscuro secreto: en realidad es Zack Aniquilación, un superhumano con poderes anulados; un antiguo villano acogido al programa de protección de testigos del S.O.E. (Servicio de Operaciones Especiales) que delató y metió entre rejas a su antiguo jefe –Muerte Negra– después de que éste asesinara a su hermano y lo intentara matar a él en una emboscada.


Previa: Zack rememorando viejos tiempos

Sin embargo Zack es inquieto, añora los viejos tiempos y no hace más que marchitarse en su existencia actual. Y en base a estas pulsiones, a partir de un hecho fortuito, comienza a ejercer de vengador enmascarado por las noches con la esperanza de partir algunos cráneos; confiando en que, al estar del lado de la justicia y por mantener un perfil bajo, pasará inadvertido y podrá desfogarse sin riesgo alguno para su tapadera. Empero, cuando algunos civiles, sus supervisores en el S.O.E. y la organización criminal para la que solía trabajar se enteren de sus andanzas, sus problemas no habrán hecho más que empezar. Y, esta vez, estará solo para hacerles frente…

Palabra de Brubaker

Sobre el concepto: «Incognito es una exploración oscura de la naturaleza del bien, si es que eso tiene algún sentido. Va sobre un tipo completamente amoral con superpoderes forzado a fingir que tiene el trabajo de un ciudadano honrado, porque está en el Programa de Protección de testigos, y sobre cómo esa condición le da forma y lo define. También es un brutal giro noir en el género de superhéroes/supervillanos que profundiza en sus raíces pulp«.

Sobre las influencias: «Pienso que tiene un toque muy diferente de Sleeper, que era más una historia de espionaje. Incognito es una historia pulp noir acerca de un mal tipo escondiendo lo que realmente es, pero contada con una perspectiva totalmente diferente de las que hemos visto antes en estas historias. Va en un montón de direcciones diferentes a las de cualquier cosa que haya hecho antes, y hace algunas cosas con el género que no he visto antes en ninguna parte. Sin embargo, tengo que admitir que es una idea a la que le he estado dando vueltas prácticamente desde que acabé Sleeper. Me preguntaba cómo sería la historia de un mal tipo que finge ser uno de los buenos para sobrevivir [justo al contrario que en Sleeper]. Y entonces me vino… Protección de testigos. Y entonces todo comenzó a desarrollarse y me puse a pensar en un tipo que fuese un supervillano o un esbirro y que estuviese intentando construir una nueva vida que le repugnara… y desde entonces estuvo dando vueltas en mi cabeza todo el tiempo, intentado encontrar su camino hacia la página».


Sleeper, una influencia clara a la hora de gestar Incógnito

«Sin embargo, a medida que la historia se desarrollaba, empezó a estar influenciada por lo que estaba haciendo en Capitán América más que por otra cosa. Pensaba en organizaciones de la magnitud de Hydra y en la burocracia de las agencias gubernamentales, y escribía sobre tipos genuinamente malos como Cráneo Rojo… y empecé a pensar más y más, ¿qué podría hacer en Incognito que no pudiera hacer en el Capi? Porque podía hacer un número del Capi que fuese sobre la hija de Cráneo Rojo viviendo como testigo protegida. ¿Pero qué es lo que no podría hacer con ella? Un montón de cosas. Y ahí fue cuando empezaron las cosas buenas».

Sobre ideas durante la gestación de Criminal: «Sabía que lo siguiente que hiciéramos Sean y yo iba a ser diferente. Durante un tiempo, barajamos otros proyectos: uno que mezclaba varios géneros pulp, otra idea de terror… pero yo volvía a formularme la pregunta: ‘Si pudiera hacer cualquier tipo de libro, ¿Cuál sería?’ Y la respuesta siempre fue la misma: un verdadero cómic criminal. Así que escribí un borrador rápido y se lo envié a Sean, quien inmediatamente me envió un e-mail de respuesta comentándome que estaba dentro del proyecto”.

Sobre el pulp: «Los pulps estaban dirigidos a una audiencia relativamente mayor, así que eran espeluznantes. Así que cuando los cómics empezaron, eran violentos. Batman tenía pistola, Superman arrojaba gente desde las azoteas. Era un mundo diferente, pero a medida que los cómics empezaron a dirigirse cada vez más hacia chicos más y más pequeños, todos los héroes perdieron ese extremismo que tenían los personajes pulp. Así que estaba intentando pensar… ¿cómo sería un mundo que hubiera crecido como pulp, un mundo que no se hubiera vuelto limpio y superheroico? Ése es el trasfondo de este mundo. Es un mundo que creció bajo la premisa de que en la década de los veinte, los treinta y los cuarenta hubo héroes pulp y villanos y organizaciones villanescas. Hay cierto conocimiento en el mundo acerca de los superhéroes y los supervillanos, pero la masa suele pensar en ellos de la misma manera en la que tú o yo podamos pensar, algo como ‘Hey, hay terroristas escondiéndose por ahí. Un ataque de supervillanos no es algo que ocurra todos los días’. Claramente éste es un material que está a un nivel más apocalíptico».


Ilustración de La Sombra a cargo de Sean Phillips para acompañar
el artículo de Jess Nevins en Incógnito #1 USA

Sobre el formato: “Todavía conservamos el tamaño de los cómics y los tomos son recopilaciones de las historias que estamos serializando, pero el paquete completo son los números individuales. Cada entrega es única, con los artículos, las páginas de correo de los lectores y las grandes ilustraciones de Sean, que no se pueden conseguir de otro modo».

Sobre Sean Phillips: «Sean y yo siempre hemos entendido que seguiremos trabajando juntos. En ocasiones, simplemente desarrollas un ritmo con un colaborador que no quieres abandonar. Así que el plan siempre fue continuar como un equipo. Creo que también sacamos lo mejor de cada uno en el trabajo del otro, otra razón por la que siempre trabajaré con Sean, porque me desafía a ser un escritor mejor” […] «Sean es mi colaborador ideal para varias de las ideas que tengo. Construimos una gran base de seguidores con nuestro trabajo en Sleeper y Criminal, y ahora estamos con Incógnito. Realmente me gusta la relación que Sean y yo hemos construido con nuestro trabajo y siento como si verdaderamente sintiéramos lo que el otro quiere durante el proceso. Es genial».

Análisis conceptual

Si los teóricos definen el yo como la conciencia presente de uno mismo y de su propio pasado, no hay duda de que Incógnito es la expresión desatada del yo de ese guionista que es Ed Brubaker, en tanto en cuanto supone una conjunción de todas las obsesiones que a lo largo de su carrera profesional ha ido plasmando en el medio a través de sus trabajos. Con una lectura referencial muy acusada, y favorecido por un proceso creativo que el autor controla al milímetro, el material posee un comienzo que ya es en sí mismo toda una declaración de intenciones: un personaje sólo corriente en apariencia, con un trabajo que el guionista definiría en su columna The secret ingredient is pulp como característico de las obras de Harvey Pekar, nos pone al corriente de su desesperación cotidiana y de la única vía de escape que le satisface. Un hombre cualquiera –como podrían serlo los protagonistas de El club de la lucha, Testigo silencioso, Perros de paja o Una historia de violencia– totalmente consciente del poder catártico de una violencia que echa de menos y que, al igual que el Holden Carver de Sleeper, asume que este mundo sólo deja dos salidas dignas a quien lo conoce de veras: pegarse un tiro o convertirse en un cínico despiadado y salvaje.

Acto seguido, la acción se dispara: el hombre es descubierto sucesivamente por sus antiguos jefes, por el gobierno y por su entorno y queda, de esta forma, envuelto en diversas intrigas que no comprende e inmerso en la resolución de todos los problemas en los que él mismo se ha metido. Pero en esa frenética carrera a contrarreloj para devolver su vida a esa misma cotidianeidad que le repugnaba, se da cuenta de que ha confraternizado con el «enemigo» (en este caso, el lado de la ley). Hasta este punto el lector atento se habrá dado cuenta de que, en ausencia de otros detalles, la trama es eminentemente noir… el propio Brubaker lo sabe cuando define el punto de partida de este cómic como si Henry Hill fuese descubierto tras la escena final de Uno de los nuestros o cuando elige una estructura para la colección deudora de su Criminal y, por extensión, de todos los referentes que reconoció en aquella: como nos dijo David Fernández, de Jim Thompson a James McCain, pasando por George Pelecanos, Dennis Lehane, Johnny Craig o Ross Macdonald, por no hablar de los más grandes clásicos del celuloide como Blast of Silence o Forajidos y de reinvenciones contemporáneas del género como puedan ser Kiss Kiss Bang Bang, La cosecha de hielo, Brick o The Lookout.


Miss Misery y Zoe Zeppelin, dos caras
de la misma moneda

Pero claro, no hay tal ausencia de otros detalles… el primordial, el que altera radicalmente el concepto tras Incógnito es el que deriva de Sleeper y de la etapa del escritor en Capitán América: no tanto el componente superhumano de los protagonistas sino el juego de traiciones –algo simplificado, todo sea dicho– en el que se ven inmersos, con especial atención a las grandes organizaciones de uno y otro bando. Y es que, en efecto, nos cuesta trabajo diferenciar el SOE de OI o de SHIELD, al igual que resulta difícil distinguir entre La Muerte Negra, la organización de Tao o HYDRA. Y con los personajes, pasa prácticamente lo mismo: Zoe Zeppelin tiene la personalidad de Sharon Carter y el aspecto de Miss Misery; Muerte Negra es Cráneo Rojo y es Tao; el coronel Von Chance es a un tiempo Von Strucker en lo físico y Nick Furia en lo anímico… hasta el mismísimo Zack Andersen es a un tiempo el reflejo embellecido de Holden Carver y el distorsionado de Steve Rogers. Y por todo ello, en ningún otro trabajo de Brubaker su pasado y su presente se funden de forma tan efectiva con sus pulsiones autorales como aquí.

Sin embargo, a esta amalgama le falta un componente, un ingrediente secreto que la convierta en exquisita delicatessen: el pulp. Estrictamente hablando, y aunque en este mismo artículo así se exprese en algunas ocasiones, el pulp no es un género, sino una forma de tratar una serie de géneros (ciencia ficción, aventura, misterio, crimen) que no por casualidad se reúnen en este tebeo. Llamadas así por estar impresas en barato papel de pulpa de madera, de gran auge en la primera mitad del siglo XX como herederas del folletín decimonónico y con no poco impacto en la cultura popular, la serie B y el Pop Art, las revistas y novelas pulp dejan en Incógnito una huella indeleble al aportar una extraña mezcla de frescura, clasicismo, desenfado y violencia. Así, Incógnito se torna un tebeo serio en argumentos pero ligero en maneras, con una sensibilidad muy próxima a personajes como Doc Savage, La Sombra o Fu Manchu (precursores precisamente de tipos antes citados como Rogers, Carver o Cráneo) pero también a la obra de escritores como Farmer, Vonnegut o Westlake y a conceptos ineludibles como la Wold Newton Family.


Ilustración de La Araña a cargo de Sean Phillips para acompañar
el artículo de Jess Nevins en Incógnito #3 USA

Brubaker en Incógnito, por tanto, rescata su pasado, redefine su presente y hace acopio de todo el imaginario y el bagaje que lleva a cuestas para acometer un ejercicio nostálgico desde cierto enfoque posmoderno que altera y trastoca los referentes hasta convertirlos en algo distinto, pero no del todo genuino. Y es que, como él mismo afirma en la columna correspondiente a la primera entrega americana de este cómic, está lejos de ser el primer guionista de cómics en amar las raíces pulp de lo superheroico y en querer explorar cómo habrían sido los superhéroes de haberse mantenido cerca de estas raíces; de hecho, ni siquiera a lo que hace en Incógnito se le podría llamar pulp aunque empezase con el deseo de incorporar un pulp apocalíptico a lo que produce como escritor de cómics. En cualquier caso, se llame como se llame lo que Brubaker ha hecho en Incógnito, espero que pueda seguir haciéndolo muchos años más.

La identidad secreta como carga

Uno de los hallazgos más interesantes de Incógnito estriba en las características de la identidad secreta de nuestro protagonista. Clásicamente los superhéroes siempre han gozado de una cara amable con la que interaccionar con la sociedad; una personalidad que les permitía ser “uno más” y proteger al mismo tiempo a sus seres queridos. Ni que decir tiene que cuando van “de civiles” su capacidad de acción se encuentra enormemente restringida… hagan lo que hagan para solventar cualquier eventualidad, debe seguir siendo algo propio –en reacciones y capacidades– del hombre de la calle. Por otra parte, es esta faceta corriente la que resulta fuente alegrías y humanidad por los héroes, quienes tienden a ver sus mallas como una carga moral, como esa responsabilidad que aparejan los grandes poderes y que les impide tener una vida plena como trabajadores, esposos, padres, novios, etc.

Sin embargo, en Incógnito el personaje detesta y desprecia esa faceta y la personalidad que apareja. Él es Zack Aniquilación, y su álter ego no es más que un pobre tipo aburrido que se coloca con marihuana para sobrellevar su cotidianeidad, sin amigos que proteger, sin familia por la que velar y sin ningún tipo de motivo para existir más que ocultarle de unos enemigos a los que ha delatado. En pocas obras se expresa tan bien el hastío que debe de suponer para una persona extraordinaria hacerse pasar por normal… el desprecio, en cierta forma, que todo Superman debería sentir en realidad por su respectivo Clark Kent (como apuntaba Tarantino en Kill Bill 2).


Zack Andersen desfogándose como Zack Aniquilación

El ejercicio de rebeldía social que implica colocarse una máscara, debate eterno en el mundo del cómic, no siempre se enfoca –como aquí– desde el punto de vista de alguien a quien la vida normal le asquea y quiere sentirse libre (excepto en aproximaciones tipo Wanted y similares). Siempre es un deber moral autoimpuesto, siempre algo que va de fuera a dentro, cuando lo interesante sería describirlo como una necesidad interior. Como un proceso que, en realidad, va justamente en la dirección contraria.

Y en este sentido, la máscara y la indumentaria del personaje (antifaz negro clásico y ropa oscura de motero o estibador en oposición al traje diurno de oficinista, como buen chico malo) no funcionan como una salvaguarda de su vida privada, sino como un elemento garante de la expresión del “ello” freudiano. La máscara como catarsis; el traje como terapia; las gestas como excusa para partir huesos; el partirlos, como válvula de escape. Como la vida misma…

Análisis técnico

En la medida en que Incógnito es editorial y formalmente un gemelo bastardo de Criminal, la mayor parte de las particularidades relativas a su composición de página y a su factura gráfica resultan extrapolables de este último. Y, consiguientemente, la mejor fuente de información al respecto dimana de una apabullante entrevista que Michael Lark le hizo a Sean Phillips durante la Criminal Week en MySpace y que tiempo ha Entrecomics tradujo de cara al lector español. Casi la totalidad de este apartado –excepto apuntes de mi cosecha– se lo debemos pues al compañero Alberto García Marcos –el tío Berni– y al excepcional trabajo que realizó entonces.


Trabajo de lápices para Incógnito

Lo primero que salta a la vista cuando se abre Incógnito es que el equipo creativo se mantiene fiel, salvo contadas excepciones, a la retícula de tres tiras como base de la composición de página (como ya hiciera en Criminal), usando frecuentemente la fusión horizontal entre las viñetas siempre cuadrangulares de cada tira según las necesidades de la narración y empleando, en menor medida, la fusión vertical de viñetas de distintas tiras. La explicación a esta estructuración la dio Phillips en la entrevista antes mencionada: «Elegí la retícula de tres tiras por algunas razones. La primera fue simplemente para hacer Criminal distinta de Sleeper. Aquella era totalmente torrencial, pequeños dibujos sobre una splash a página completa. Estaba diseñada para ser leída por el lector de cómics experimentado en cómo leer una página de cómic. Con Criminal la idea ha sido siempre la de atraer al no lector de cómics. Quería hacer las páginas tan fáciles de seguir como fuese posible, narrativa muy simple de izquierda a derecha […] A Ed [Brubaker] le puede costar a veces escribir para una retícula de tres tiras, pero una vez que lo ha resuelto, el resto es fácil para mí […] Nunca cambio la planificación de una página, pero a menudo divido una viñeta en dos o tres nuevas viñetas para poder dividir un poco el diálogo o para evitar que los personajes hablen a la vez».


Característica retícula de tres tiras en Incógnito

Otra de las características de Incógnito, como ya avanzábamos en apartados anteriores, es que el equipo creativo sigue una filosofía casi autárquica que, por ejemplo, lleva a Phillips a rotular sus propias páginas (con una fuente algo distinta a la que usaba en Criminal). Para Phillips, que siempre ha hecho los bocadillos de sus páginas y siempre los ejecuta antes de dibujar nada («para asegurarme de que todo el diálogo y los textos de apoyo se leen en el orden correcto, y también para asegurarme de dejar suficiente sitio en los dibujos para la rotulación»), rotularse a sí mismo le permite controlar mejor la distribución, la fluidez y el entintado de las páginas. Tan es así que a veces rotula todo el cómic incluso antes de dibujar nada, en aras de afinar todo el proceso creativo del que es responsable: «Desde que he empezado a hacer mi propia rotulación, es más fácil afinar todo eso mientras dibujo y entinto y a veces después, si es necesario. Los bordes de las viñetas se pueden mover unos milímetros para permitir que un bocadillo se acomode a una viñeta. Los personajes pueden solaparse con los bocadillos si se obtiene una composición más agradable. Los bordes de las viñetas, los bocadillos y las cajas de texto dibujados a mano ayudan a la rotulación manual a ser una parte más orgánica del dibujo».


Lápices, tintas parciales y tintas finales
de una página de Incógnito

A nivel de dibujo, Phillips siempre ha confesado estar dividido entre querer que el material parezca suelto y apincelado o preciso y gráfico. Fiel a esta tendencia, en Incógnito sigue usando la pluma para perfilar las figuras y sus detalles fisonómicos (rasgos faciales y demás), especialmente en figuras pequeñas, y el pincel para unos negros cuya profusión se ha convertido en marca de la casa, principalmente en caras grandes y fondos. Una de las grandes diferencias que el lector podrá encontrar entre Incógnito y Criminal, de hecho, consiste en que para enfatizar el aspecto pulp, superheroico y desenfadado del subtexto el dibujante usa mucho más la pluma y la línea gruesa, con poca perfilación… el resultado es una línea con mayor volumen y sensualidad que aporta al cómic una imagen menos seria y menos fría. Todo esto, por supuesto, no resulta aplicable a unas portadas y contraportadas concebidas como una unidad en las que Phillips experimenta con la acuarela, el óleo, el acrílico, el aerógrafo e incluso el bolígrafo, y a unas ilustraciones que acompañan a los artículos sobre pulp de Jess Nevins en las que, además de las descritas, se suelen aplicar técnicas de falso aspecto de impresión. A este respecto, el blog del autor supone todo un maná de información que permite seguir, paso a paso, el devenir del proceso creativo. Exceptuando, eso sí, un color aplicado por el sensacional Val Staples que en esta ocasión se decanta por tonos cálidos –generalmente sin gradaciones– y por una suerte de filtros rojos y fucsias para matizar no pocas viñetas. Todo ello para redundar, de nuevo, en un aspecto que sería pop de no ser por las manchas de negro de Phillips y que aporta al tebeo un matiz desenfadado que lo separa de Criminal (donde había predominancia de tonos fríos).


Entintado facial en Incógnito

En otro orden de cosas, la entrevista de Lark a Phillips nos proporciona no pocos detalles sobre el proceso de gestación del cómic que sigue el equipo: «Normalmente puedo hacer unas ocho páginas a la semana, dibujadas, entintadas y rotuladas. En un mundo ideal, primero haría pequeños bocetos de toda la historia, de un par de pulgadas de alto, planificando la forma de las viñetas y cómo se va a disponer el rotulado. Después añado a esto unos vagos monigotes, dándome suficiente información para buscar mis referencias fotográficas. Eso lleva un par de días, tomando fotos de mí mismo con una cámara digital vestido con distintos trajes. Odio profundamente tomar las referencias fotográficas, preferiría haber aprendido a dibujar, pero es necesario para lograr el realismo que quiero en mi trabajo. Cuando no uso referencias fotográficas encuentro que las figuras y las caras son menos interesantes, más poses generales. En un cómic mensual no tengo tiempo para emplear eones en perfeccionar las figuras. Tomar fotos de mí mismo, sin poder ver lo que estoy fotografiando, puede llevar a felices accidentes en las poses, cosas en las que no habría pensado si las hubiera preparado. Luego necesito buscar todo el material de los fondos, coches, edificios, interiores o lo que sea. Generalmente lo hago sobre la marcha, escena por escena. Después dibujo los bordes de las viñetas y el rotulado en Illustrator y lo imprimo en azul en papel de acuarela. A veces también imprimo fotos en azul para los fondos de viñetas, que después puedo entintar directamente. Los bocadillos y cajas de texto son entintados a mano con una pluma y los bordes de la viñeta en negro con una regla. Realmente no hago lápices como tales. Hago un poco de dibujo grosero en lápiz azul y luego entinto directamente. Me gusta hacer la mayor parte del dibujo a tinta en lugar de simplemente repasar unos lápices detallados. El lápiz azul tiene una punta gorda y me evita ser demasiado detallado. Luego se escanean las páginas acabadas y se limpian en Photoshop, y el rotulado se mete con el Illustrator».

«Después de dibujar todas las páginas de la historia, y mientras Val Staples las colorea, trabajo en los complementos y otros trabajos de diseño para el cómic. Tengo un título en Diseño Gráfico, así que el diseño corre de mi cuenta. Dispongo las páginas de texto, dibujo o pinto los dibujos para los artículos de complemento y le envío todo a Val. Él mete todas mis páginas en un documento de Indesign y se las envía a Marvel para que las impriman. Y después empezamos de nuevo».


Tratamiento de la portada para
Incógnito #4

Terminamos este apartado acudiendo una vez más a la entrevista traducida por Entrecomics para reflejar las palabras que Phillips dedicó a la particular simbiosis creativa que tiene con Ed Brubaker: «Los guiones de Ed contienen todo lo que necesito saber para dibujar lo que se requiere, pero son lo suficientemente vagos para darme mucho espacio para decidir cómo emplazar la acción. Me gustaría pensar que lo que le devuelvo a Ed es mejor que lo que él había visto en su cabeza. Siempre trato de hacer que el guionista parezca bueno, para hacer que la combinación de palabras y dibujos sea más que sus partes. Algo que siempre le he pedido a Ed es no saber qué va a pasar en la historia. Me gusta descubrirlo cuando leo el guión por primera vez. Al principio de una historia nunca sé quién va a vivir o morir, qué personaje va a ser importante y quién va a estar sólo en un par de escenas. No quiero saber que voy a tener una escena muy difícil de dibujar dentro de un par de meses […] Ed escribe material que a mí me gusta leer y material que me gusta dibujar. En Sleeper, y ahora en Criminal, tengo que dibujar hombres de mediana edad que se parecen un poco a mí enfurruñado. ¡No podría ser más fácil!».

Valoración personal

Puede que una de las críticas más incisivas que se le pueden hacer a Criminal consista en que, más allá de su belleza formal y de la exploración del noir que en ella ejecutan Brubaker y Phillips, la colección no presente una verdadera renovación del género que trata; que, simplemente, se limite a recoger todo el bagaje que ese mismo género ha dejado a modo de herencia en el campo literario y audiovisual sin atreverse a dar un paso más allá, pese a desarrollarlo con un clasicismo ejemplar y una férrea voluntad de rendirle homenaje.

Y el hecho es que, en ese sentido, a Incógnito se le puede plantear exactamente la misma pega: bebe de los puntos clave del pulp, reformula sus lugares comunes en clave de thriller y los ofrece en una suerte de mezcla compacta entre la propia Criminal, Capitán América y Sleeper, probablemente la obra magna de sus creadores (tanto si se analizan sus trabajos por separado como si no). Todo ello sin arriesgar demasiado y ofreciendo un tebeo de aventuras que, precisamente por esa voluntad de ofrecer lo clásico como algo nuevo (¿qué es la mayor parte de lo nuevo sino la recuperación en ciclos de lo antiguo?) resulta enormemente refrescante.


Sketch para la portada de Incognito #6 USA

Así que sí: probablemente estemos ante un cómic que no va a suponer ninguna revolución; tampoco creo que lo pretenda. Además, la ligereza intrínseca al género impide la aproximación sofocante, densa y vibrante que tanto nos cautivó en Sleeper. Pero salvando esos peros ¡qué gran tebeo, señores! Brubaker sabe lo que el lector necesita, está capacitado de sobras para ofrecérselo y, por descontado, Phillips es un maestro a la hora de dibujarlo. Es un material que uno se sabe feliz de haber leído; una fuente inagotable de la que sólo se quiere beber más y más, como si ofreciera a la mente el análogo de ese líquido elemento que, no por conocido, deja de ser lo que buscamos cuando tenemos verdadera sed. Por tanto, estoy totalmente conforme: no va a añadir nada nuevo al imaginario del que parte. Pero probablemente sea uno de los mejores cómics que ese imaginario haya conocido en lo que va de año. Para mí, más que suficiente.

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Última actualización de este artículo: 23 de enero de 2010

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Dicker
Dicker
Lector
23 noviembre, 2009 10:17

Magnífico artículo, la verdad que me interesa más que el comic en cuestión.

La verdad, dudo que le de una oportunidad, ya que más o menos sé que esperarme de brubaker, que no es nada malo, pero no es nada nuevo.

Por cierto, y siendo off topic ¿se sabe algo del cerebus que creo iba a publicar Astiberri?

batallon00
batallon00
Lector
23 noviembre, 2009 10:43

Un árticulo muy, pero que muy completo…. Lo más seguro es que pruebe suerte comprandolo y si me gusta acabaré con Criminal en la estantería también.

samanosuke
23 noviembre, 2009 12:38

¿17,50€? Pues le pasará lo mismo que con Criminal, que aún está esperándome en la tienda… Vaya robos que se marca Panini con Brubaker y los dibujantes españoles, qué sinvergüenzas.

samanosuke
23 noviembre, 2009 12:46

Por cierto José, ¿sabes si el tpb incluye los artículos originales? Es que teníam entendido que no se incluía en las recopilaciones, tanto de Incógnito como de Criminal, los «extras» aparecidos en las grapas. ¿Me puedes ayudar para acabar de decidirme a pillar la edición USA?

Raku
Raku
Lector
23 noviembre, 2009 14:32

José, me parece que samanosuke pregunta por el tpb yanki, no por la edición española (o así lo entiendo yo).

Diego Matos
23 noviembre, 2009 14:44

Lo primero felicitarte. José, te ha quedado un gran artículo, muy detallado, muy descriptivo, con mucha información y varios puntos tratados. Empecé a leerlo sin ver su longitud y se me ha hecho corto, cuando me he dado cuenta ya había llegado al final. Me ha gustado mucho.

También es cierto que éste es un cómic que llevo tiempo queriendo comprar, así que lo que has conseguido es aportarme algunos argumentos que refuerzan esa idea previa. Me encanta Criminal y me gusta mucho lo que Bru ha hecho con el Capi, así que si aquí se funden un poco todas sus ideas, puede ser algo interesante (y tú mismo dices que entretenido, así que qué más puede pedirse…).

Supongo que a finales de semana llegué a las librerías especializadas salmantinas. Lo espero con ansia.

Nos leemos.

samanosuke
23 noviembre, 2009 15:45

Gracias por la respuesta José. Y esa Deluxe Edition es etrás de la que estoy para hacerme con Criminal (ya digo que me parece un robo lo de Panini con esta colección), y el TPB de Incógnito… Pues supongo que me arriesgaré con el americano y caerá, total, me sale por menos de la mitad de lo que vale la edición española…

zape
Lector
23 noviembre, 2009 15:47

Gran reseña, como siempre por otra parte. Ya está en mi carta a los reyes (a la reina en mi caso), curiodsamente mi librero de cabecera lo estaba leyendo el otro día y también me lo recomendó fervorosamente, aunque quizás su económico precio también pudo tener algo que ver en esto. En fin, estupendo Brubaker, coincido contigo, no es un inventor, pero tampoco es solamente un homenajeador, comprende profundamente el género y sus mecánicas internas y las aplica con precisión y humildad de artesano, va por el carril con firmeza y sin avergonzarse. Lo que hace no es nuevo, ¡por que bien que lo hace! Ah, y efectivamente «Sleeper» es superior, menudo material para Nolan.

zape
Lector
23 noviembre, 2009 16:15

Si, es verdad que este estilo tan sobrio ya lo usaba en Criminal, quizás sea una voluntada consciente de depuración, una manera visual de convocar el clasicismo renovado que proponen estos cómics. O quizás solo sea un recurso acomodaticio para romperse menos el colodrillo.

Phantomas
Phantomas
Lector
23 noviembre, 2009 17:18

Pues a mi Criminal me deja tibio lo poco que he leido de él, ni frio ni calor, mientras que esta serie a priori me parece más interesante…

Eso sí, yo creía que estaría al nivel de Sleeper pero por lo que cuentas, José, no es así y se sigue manteniendo esa como obra magna del duo. En cuanto pase por la librería la compro

PD: eh, he sacado algo de tiempo 😛

Arioco
Arioco
23 noviembre, 2009 17:27

Superada la decepción inicial al comprovar que, como «Criminal», no está a la altura de «Sleeper», no deja de ser un comic recomendable al 100%.

curioso
curioso
Lector
23 noviembre, 2009 17:31

me uno a las enhorabuenas por este excelene artículo.

a mi me ha encantado INCOGNITO. genial, he pasado un rato genial leyendola, y
espero que continue.

aunque la verdad es que también me apatece más CRIMINAL, sobre todo volver con TRACY y al pobre LEO que ed brubaker le tiene olvidado en la prisión je je.

bueno, genial articulo. saludos.

zape
Lector
23 noviembre, 2009 17:36

Bueno, es que a veces (por no decir siempre) los seguidores de un autor nos emperramos en que siga haciendo lo mismo una y otra vez y hasta nos cabreamos cuando nos cambia el paso, en lugar de seguir los vericuetos de una carrera y tratar de comprender los cambios y las búsquedas. Somos de natural reduccionistas y enfurruñones. Así que tampoco hay que despreciar o ningunear lo que Brubaker haga ahora por que una vez haya hecho Sleeper, que como bien dices probablemente quede insuperada, si cada cosa que saque lo comparamos con esta parecera «forgaxa» (que es el subproducto que queda tras exprimir la manzana, toma detalle antropológico-lingüistico) y solo nos resultará frustrante su lectura, además de que entre lamentos quizás nos perdamos algo que merece la pena (y Criminal lamerece), esto no implica quedarse solo con «el momento» de una autor sino ser capaz de intentar, al menos intentar, ver todo el cuadro.

zape
Lector
23 noviembre, 2009 18:12

Si, si te entiendo perfectamente, he incluso seguramente lo comparta cuando lea el tebeo; ciertamente si se trata de reverdecer el «pulp» las ideas locas y un cierto toque desbarrante en lo visual nunca estarían de más y quizás convocar esa estética barroca y un punto «campy» a través de lo visual hubiese sido un acierto. a mi también me gusta la armonía entre fondo y forma entre intención conceptual y plasmación estética, pero igualmente defiendo que en ocasiones (no me refiero específicamente a esta) la disonancia, la dialéctica entre las soluciones formales y las ideas argumentales también pueden funcionar por contraste y aportar un punto de interés diferente sobre la obra.
Desde luego no está mal comparar unos trabajos con otros, lo que es equivocado es medir unos trabajos por otros (un ejemplo Infiltrados es un título estupendo por si mismo pero en la cerrera de Scorsese no es más que un «run for cover» no se lo puede colocar junto a «Toro salvaje» o «Uno de los nuestros» porque desde tan alto ni se la vería) y los verdaderos aficionados son los que censuran los patinazos sin temor alguno y no los que saludan todo aplaudiendo con las orejas.
Cuando un autor tiene una obra larga y Brubaker ya la tiene hay que contextualizar los trabajos y no todos tienen la misma intención, una obra debe ser valorada con justica (y esto es algo que decía Ángel Fernández-Santos) por la distancia que hay entre lo que propone y lo que consigue. A nadie se le ocurriría decir que Tom Strong es caca de la vaca porque Alan Moore un día el tio fue y escribió Watchmen y esto pues no es como Watchmen y tal…, ambas son excelente en sus intenciones, en cambió Frank MIller merece ser corrido agorrazos por su obra desde hace ya una década ya que esta si resulta una degradación manifiesta.

Visperas
23 noviembre, 2009 18:42

Creo que a todos nos ha pasado lo mismo con las 3 obras de Brubaker. Sleeper me enganchó muchísimo y Holden Carver sigue siendo uno de esos grandes personajes. Me encantó el final. Me esperaba el mismo nivel de Criminal, pero no lo encontré. En mi opinión, el cómic es muy bueno, pero le falta ese cacho de espirítu que hacía genial a Sleeper. Ya no me he comprado el tercer volumen de Criminal. Le voy a dar un tiento a Incógnito y ya comentaré que me parece.

Visperas
23 noviembre, 2009 19:24

Muy interesante conversación Zape y Jose! En cuanto a la trayectoria de los artistas, ¿cual creéis que es la «mejor» trayectoria para un autor? ¿Buscar un objetivo y especializarse en un tono, género, pretensión o mensaje? ¿O un artista debería buscar siempre nuevos horizontes, cosas que no haya hecho nunca?
Evidentemente, es una elección del autor y ninguna de las dos es mejor que la otra, pero mientras que valoro y disfruto de los varios enfoques sobre un tema, me gusta mucho más cuando me encuentro con que el autor ha probado algo distinto de lo que ha hecho hasta ahora y que le ha salido bien. Por desgracia, hay menos en el segundo grupo que en el primero.

Conan desatado
Conan desatado
Lector
23 noviembre, 2009 20:31

Buenas José, una pregunta: mañana tengo pensado pasarme a comprar algunos comics que han salido y de paso quiero darle una oportunidad a este INCÓGNITO, pero algunos volumenes de CRIMINAL no me entusiasmaron demasiado. Por otro lado quiero pillarme los SLEEPER (a su suerte, todo es mentira, linea borrosa y el largo camino a casa) estos sleepers qué tal son?

Raúl López
Admin
En respuesta a  Conan desatado
23 noviembre, 2009 20:39

Sleeper es de lo mejorcito que se ha publicado en esta década de genero superheroico/serie negra, así sin más 😉

Visperas
23 noviembre, 2009 20:41

Totalmente de acuerdo, José, sobretodo lo de «algo meritorio de tener valor por sí mismo», pero en el caso de usar argumentos, herramientas y soluciones preexistentes, ¿cómo haces para que tenga valor? Más que a la falta de originalidad me refiero a la falta de cambio, la ausencia de riesgo.
¿Qué opinión te merece Malditos Bastardos, si es que la has visto? Después de verla, mis amigos y yo estuvimos hablando largo y tendido sobre este tema. Tarantino me encanta, Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Kill Bill me parecen sus mejores pelis. En cambio, en Malditos Bastardos, pese a tener todos los elementos necesarios para llegar al espectador, no lo consigue.
La novedad es un valor muy importante en una obra. Un gran ejemplo de autor cambiante, en el mundo del cine ya que estamos, es Kubrik que hizo cine bélico, ciencia-ficción, cine negro…

zape
Lector
23 noviembre, 2009 22:02

¡Uhmm!, no creo yo que Kubrick sea un buen ejemplo de cineasta cambiate o dúctil por decirlo de otra manera, de hecho Kubrick solo cambiaba de género, la manera de atacarlos es exáctamente la misma en todos, a todo género le dio el mismo tratamiento en de hielo seco (descontando sus constantes visuales, encabezada, hacer un poco de memoria, por el travelling en retroceso con personaje andando frente a la cámara, que es casi el sello «kubrickiano»), amén de algo que siempre me ha molestado un poco en el, su manía de querer decir la última palabra y sentar cátedra de manera un pelín presuntuosa, eso no quita para que su cine sea de una precisión asombrosa aunque a veces tanta perfección resulte abrumadora.
De Tarantino (aun no vi Malditos Bastardos, por cierto, necesaria en su VO) ya hablamos aquí hace tiempo y dije lo mismo; su cine va única y exclusivamene sobre cine, de cine hecho de cine que no solo no oculta sus referentes sino que los exhibe impúdicamente y con cierta candidez de fan arrebolado, por cierto Death Proof es de lo más rescatable (hay que tener en cuenta que lo visto por aquí es una copia adulterada con 25 minútos de clembuterol) que es en si misma un desopilante programa doble compuesto de slasher medio italiano y film destartalado a là Russ Meyer. KIll Bill si que me parece su cúmbre (que no es lo mismo que su mejor película), apoteósis del enciclopedismo bis y cumbre del sampleado cinematográfico. Jackie Brown, donde la blackexploitation es más nominal y musical que otra cosa, es una joya quizás no lo suficientemente pulida pero solo la audacia del dar el protagonismo a una mujer negra de mediana edad (en el libro era una rubia pimpollo) y de firmar esa historía de amor otoñal tan hermosa (¡qué final!) justifican las fallas.
En esta categoría yo apuntaría al cambio de tercio que pegó David Cronenberg, despues de Spider se dio cuenta de que había llegado a un callejón sin salida pero que a la vez tenía algo interesante entre manos, se reinventó como artesano del thriller convocando los espíritus de la serie-b más corajuda de los 40 y 50 y travistió sus obsesiones habituales que siguén ahí incluso más frontales pero menos visible, ¿o acaso no son hombre transformados los protagonistas de sus últimos dos títulos?, la nueva carne ahora es carne interior, pero carne al fin.
Realmente lo único que pido y lo que me hace interesante y respetable a un cineasta en este caso o a un guionista, es la honestidad, que acometa cada trabajo desde el respeto al material, al público y a si mismo.

zape
Lector
23 noviembre, 2009 22:28

Por eso mismo no la vi todavía, aquí en Gijón la versión original brilla por su ausencia y tampoco me da más esperar al DVD o a canales digamos, alegales, siempre que sean de calidad esmerada, claro. Pep Antón Muñoz, es de lo mejorcito, una voz muy dúctil, siempre se le asocia a Grant pero en Malkovich me encanta.

zape
Lector
23 noviembre, 2009 23:10

A Tim Roth le queda esta voz como un guante y Auteuil es también una debilidad mía, me aprece uno de esos actores absolutamente infalibles, te recomiendo MR73, no es una gran pelícual, esta desequilibrada y resulta confusa y mal medida pero su personaje de poli en los infiernos es apabullante (encima se presenta al espectador con mi canción de Cohen preferida, «Avalanche«, oblñigando a un autobusero a llevarlo a su cas a punta de pistola), la dirige Olivier Marchal que me resulta uno de los directores europeos más interesante de la actualida y uno de los verdaderos resucitadores del «polar», su previa «Asuntos pendientes» también con un gran Auteil y un enorme Depardieu es estupenda, cine negro con cojones y sin temor a la comercialidad.

JackHawksmoor
JackHawksmoor
23 noviembre, 2009 23:43

Tengo ganas de pillarme esta serie, pero es que a ver… 6 numeros=17.5… Panini=ladrones… estoy harto de estos precios, en serio, me estoy arruinando con los comics, soy estudiante joder, es que es de coña. Al final acabare bajandomelos de internet y si alguno me parece coconut coconut me lo bajare,y sino pues nada!

zape
Lector
24 noviembre, 2009 0:19

Pues agradecido, me suena que los pueden tener en la biblioteca a la que suelo ir (y que esta magníficamente surtida, hasta tengo ya reservado el tercer tomo de Scalped), recomendación por recomendación y como supongo que a Melville lo tendrás ya conocido (Círculo rojo, obra maestra) te devuelvo el saque con un par de recomendaciones y dos títulos favoritos mios, «Adios, amigo» de Jean Hermann con unos sensacionales DElon y Bronson y una (aun) más desconocida pero realmente sensaacional, «Policia Python 357» de Alain Corneau (que tiene una adaptación de «A hell of a woman» de Jim THompson que ando rastreando sin suerte) con un Yves Montand enorme como poli metido en un lio progresivamente más descomunal

zape
Lector
24 noviembre, 2009 0:27

Coño que publiqué sin querer, bueno sigo….. cuando su jefe asesine a su común amante y el sea el encargado de investigar el caso. Tremenda, oscurísima, desagradable y cruda, influencia directa del cine de Marchal, ¡ah! y si puedes no dejes de echar un ojo al díptico sobre el celebérimo Mesrine que filmó Jean-François Richet con un Vincente Cassel todo carisma y presencia (y Cécile de France y Ludivine Sagnier dos acrices que me encantan y como actuan también), dos títulos muy enérgicos que muestran a las claras el empaque del buen cine comercial francés.

Visperas
24 noviembre, 2009 0:51

Jo, jo, jo! Señores, me superan con creces en cuanto a conocimientos se refiere.
José, tienes toda la razón en que lo importante es la historia a contar y de hecho, se nota claramente cuando un autor tiene una historia y sabe cómo contarla. Pero en este mundo tan plagado de ficciones, donde tanto se dice aquello de: «ya está todo contado», el cómo me parece tan importante como el qué.
Está claro que el hecho de cambiar de género no implica un mayor talento, también se me ocurre Hitchcock, pero aquel que lo hace con éxito merece mi respeto. Kubrick, a pesar de tener su propia visión, que zape ha descrto tan bien con «hielo seco», hizo gala de muchos y muy variados recursos y herramientas, las adecuadas para cada películas.
Sobre Tarantino, estoy de acuerdo con la mayoría de lo que habéis dicho, también me pareció muy feo usar temas de Kill Bill en Malditos Bastardos, y también me gustaría verlo dejar sus recursos más típicos y el ansía de referenciar. Me gustaría verle hacer algo diferente.
Jejeje, en el cine francés ya me pierdo un poco más y creo que me he desviado del tema que os quería proponer y que se podría resumir en: ¿Qué hace que la Trayectoria de un autor sea notable?

zape
Lector
24 noviembre, 2009 0:55

Una mezcla de honestida y genio.

Parábola Durden
Parábola Durden
24 noviembre, 2009 1:21

José, me muero por leer el artículo y poder leer con detenimiento los comentarios y entrar en conversación acerca de Brubaker, Criminal, sleeper , incógnito y lo q sea (soy ferviente admirador y lo dejo patente en los comentarios a la mínima q puedo) lo q pasa es que todavía no ha llegado el tomo a mi tienda, y me gustaría leerlo del todo ‘virgen’. Prefiero leer tu artículo y entrar en discusión cn más conocimiento de causa. Sé q me va a gustar mucho, lo q no sé es cuánto. Dejaré mi opinión por aquí en su momento, aunq esta rsitra de comentarios esté ya más fría q un muerto.

Q ganas le tengo desde q salió esa primera portada en USA. Pero vivir en Canarias tiene algunas cosas malas (no muchas, pero algunas) y una de ellas es q los cómics llegan con una semana o dos de retraso. Qué se le va a hacer.

Visperas
24 noviembre, 2009 10:56

Honestidad y genio… Pues sí, claro. Dos requisitos necesarios para hacer obras de calidad. En fin, leeré Incognito y lo comentaré; además de eso, pondré una velita a mi santo particular para que Brubaker se ponga a trabajar duro en otro proyecto que nos deje boquiabiertos como hizo Sleeper.

Conan desatado
Conan desatado
Lector
24 noviembre, 2009 11:43

Tranquilo José, ni ignorado ni desairado. Gracias por el enlace, luego me pasaré a por los Sleepers.

zape
Lector
24 noviembre, 2009 15:02

Bueno Jose muy agradecido como siempre. Best Seller Y Milán tiembla:… están editadas en DVD, la cosa es dar con un videoclub bien surtido (como el mío, al que peregrino como si fuera una capilla), los tres poliziotteschi que tengo analizados se pueden encontrar por la vía internetil aunque los subtítulos serán seguro en inglés, pero supongo, y supongo bien, que esto no será problema y Tony Arzenta, que también está reseñada anda editada en DVD igualmente, esta es toda una curiosidad que mezcla las maneras y ambientes italianos y franceses con Delon haciendo medio de El Castigador. Hace un tiempo se editó una buena colección de noir francés con con cosas como, El derecho a matar, que adaptaba al estupendo Jean-Patrick Manchette, Por la piel de un policía, Dos hombres en la ciudad, la secuela de Borsalino, Flic Story y aun está reciente la edición de una colección de Delon que incluía Adios, amigo, también hay otra de Belmondo que incluye una joya mayor como, Cazador de hombres y una adaptación por Jacques Becker de Jose Giovanni, Un tal La Rocca, que el mismo Giovanni (no he podido ver Último domicilio conocido que es su obra maestra y que se que está editada) readaptaría en la mediocre pero aun así apreciable El clan de los marselleses, aunque esto ya está más cerca de la aventuras que del polar. Una muy recomendable de Claude Pinoteau, El silencioso, con mi admirado Lino Ventura y que es una especie de película de espionaje «polarizada» (anda en DVD), y lugo claro más cosas de Lutner y Deray, la dupla de artesano del género por antonomasía, y encima que hay que ver que actores tenían los franceses en aquella época, con ellos cualquier pelícual era buena. Hostia! esto ha quedado un poco enciclopédico, mis disculpas. Por cierto ¿has visto ya Un profeta?, Audiard es un tipo a seguir de cerca, Un heroe muy discreto me parece una de las grandes de lo 90.

zape
Lector
24 noviembre, 2009 16:24

Hombre, yo ya tengo a mi sastre trabajando en el tuxedo que lucirñé esa noche y esta misma tarde iré a buscar un fajín de seda que me de un aire aún más distinguido del que ya es connatural en mi. Ciertamente el Lobezno goes Broadway de la edición pasada será insuperable. Mal suerte lo del videoclub, el mio es veteranísimi y ya cambiado dos veces de sitio y dueños, pero manteniendo las tradiciones, se desiciero del VHS y se tiraron al DVD de cabeza sustituyendo su fondo por uno de similares dimensiones , están a la que salta y enganchan csi todas las colecciones de este estilo que saltan, funcionan un poco por acumulación con el objetivo de abarcar todos los gusto habidos y por haber, desde clásicos floklóricos españoles, mucho cine de los 60 y 70, cantidades ingentes de la edad de oro de Hollywood, títulos orientales de saltos mortales, la filmo completa de Bergman, western, bélico, Steven Seagal y lo que se te ocurra, hoy mismo voy en busca de un título de Cagney que recomienda la Dirigido de este mes. Es que cuando me pongo a recomendar/recordar me embalo y una sale detrás de la otra.