El pasado 28 de junio se celebró el Día Internacional del Orgullo LGBT, más conocido como Día del Orgullo Gay, cita anual que conmemora los disturbios de Stonewall de 1969 que supusieron el comienzo del movimiento a favor de los derechos homosexuales. Este año la celebración vino precedida por acontecimientos terribles para el colectivo LGBT, como el tiroteo en Orlando que le costó la vida a cincuenta personas en un club gay. Por desgracia ese no fue el único caso de odio homófobo que nos ha impactado recientemente: dentro de nuestras fronteras y sólo en la comunidad de Madrid se han producido casi cien agresiones homófobas en lo que llevamos de año. Estas circunstancias hicieron que la celebración del Orgullo Gay de 2016 tuviese cierto sabor agridulce, pero al mismo tiempo demostraron por qué esta celebración sigue siendo necesaria. Más allá de la música y la fiesta, el Orgullo Gay es una reivindicación en la que lesbianas, gays, bisexuales y transexuales salen a la calle para proclamar que, nos guste o no, forman parte de nuestra sociedad y merecen los mismos derechos que cualquier otra persona. Pero como es lógico suponer, combatir décadas y décadas de prejuicios sociales no es tarea fácil y dedicar un único día al año para visibilizar al colectivo LGBT no es suficiente. Para alcanzar una auténtica integración y normalización es necesario que las personas LGBT estén presentes en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana, incluyendo nuestro ocio: la literatura, el cine, la televisión y, por supuesto, los cómics. Por eso en Zona Negativa nos hemos preguntado qué está haciendo el mundo del cómic para visibilizar a la comunidad LGBT. ¿Cómo ha tratado el cómic mainstream americano la homosexualidad a lo largo de los últimos años? ¿Ha aumentado la representación LGBT dentro de los universos superheroicos de las grandes editoriales? Veamos cuál es el panorama actual al respecto.
¿De qué hablamos cuando usamos las siglas LGBT?
Antes de comenzar sería necesaria una puntualización terminológica. Las siglas LGBT hacen referencia a Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (o Transgénero). No obstante, hace tiempo que esas cuatro categorías comenzaron a ser insuficientes para describir a este grupo de gente cada vez más amplio y diverso. Hay quien prefiere usar las siglas LGBT+ o LGBTIQ para incluir también a las personas Intersexuales y “Queer”, un término inglés que designa a aquellos que consideran que su género no es una categoría binaria masculino/femenino. Es decir, esas personas que no creen que el género esté formado por dos categorías excluyentes, sino que es un continuo con infinidad de puntos intermedios. De un tiempo a esta parte también se habla de la posibilidad de incluir a las personas asexuales, que son las que carecen de cualquier orientación sexual. No hay que confundir la asexualidad con la abstinencia, que está motivada por las creencias o por las circunstancias, ya que las personas asexuales no mantienen relaciones sexuales porque no experimentan atracción sexual hacia ningún género, no porque hayan elegido no hacerlo. Para rizar un poco más el rizo, hace poco se ha comenzado también a considerar la posibilidad de incluir a colectivos menos conocidos y en ocasiones difíciles de definir como los pansexuales, los poliamorosos o los omnisexuales.
Que esta breve aclaración sirva para ilustrar la enorme diversidad que existe dentro de la comunidad homosexual, que está formada por personas muy distintas entre sí. Aunque en adelante usemos las siglas LGBT por economía del lenguaje, en realidad nos estamos refiriendo a una comunidad que incluye gente con diferentes géneros, orientaciones y formas de vivir su sexualidad. Es importante tener esto en cuenta no sólo para conocer un poco mejor al propio colectivo LGBT sino también para comprender su necesidad de sentirse representado en toda su extensa diversidad.
¿En qué pueden ayudar los cómics a las personas LGBT?
Vayamos ya al tema que nos interesa: los cómics. Como parte de la cultura popular que son, los cómics pueden ejercer una poderosa influencia sobre nosotros. Esto es especialmente válido en lo que se refiere a la representación del colectivo LGBT dentro de las viñetas. Por un lado, los personajes LGBT sirven para visibilizar a estas personas y para sensibilizar a los lectores acerca de su situación. Por otro, la inclusión de personajes LGBT sirve para que los lectores que forman parte de ese colectivo puedan sentirse representados, validados e integrados dentro de una comunidad mayor (en este caso, los lectores de cómics). Este segundo punto es de crucial importancia. No creo que sea necesario explicar el impacto que pueden tener los personajes de cómic sobre nosotros cuando nos exponemos a ellos en épocas sensibles de nuestra vida, como la adolescencia. ¿Cuántos lectores han crecido sintiéndose identificados con las aventuras y desventuras de Spiderman? ¿Cuántos se han sentido inspirados por las hazañas de Superman o por la compasión de Wonder Woman?
Pero hablemos en primer lugar sobre la visibilización. Cuando se quiere alcanzar la normalización de una situación es imprescindible mostrar esa situación y darla a conocer al público. Las marchas del Orgullo Gay cumplen con ese principio: visibilizar a las personas LGBT como parte de nuestra realidad cotidiana. Para ser aceptadas y toleradas tienen que mostrarse, poner en evidencia los prejuicios de la sociedad y combatir contra ellos. Históricamente nuestra sociedad no ha sido muy tolerante hacia los homosexuales y aún existen amplios sectores dentro de ella que tienen serios prejuicios hacia las personas LGBT. No se puede luchar contra esos prejuicios si no salen a la luz, de ahí que la visibilización sea tan importante. Además, una verdadera tolerancia implica aceptar que gente muy distinta de nosotros mismos pueda vivir de forma libre y abierta en nuestras mismas condiciones. Si una pareja heterosexual puede besarse en la calle sin temor a ser insultada o agredida, lo mismo debería aplicarse a una pareja homosexual. Aceptar a los homosexuales siempre y cuando se queden dentro de sus casas y no hagan alarde de su sexualidad no es una auténtica aceptación, sino el fruto de una visión prejuiciosa, injusta e intolerante.
Educar en tolerancia supone exponer a la gente a personajes LGBT que se muestran con total normalidad y que son tan tridimensionales, complejos a interesantes como cualquier otro personaje. Algunos de estos personajes pueden acabar convirtiéndose en símbolos o iconos para la gente, tanto dentro como fuera del colectivo LGBT. Supongo que todos coincidiréis conmigo en que el cómic es un medio muy apropiado para esto y dentro de él en especial el género de superhéroes, donde los personajes adquieren con facilidad la categoría de iconos o héroes inspiradores que transmiten ideologías positivas.
Hoy en día el mercado del cómic americano ya ha empezado a tomarse muy en serio el hecho de visibilizar a las minorías, provocando respuestas de lo más diversas dentro del fandom. Las estrategias de marketing para atraer a nuevos lectores por un lado y la preocupación de ciertos editores realmente comprometidos con causas sociales (como podría ser el caso de Sana Amanat, la editora musulmana de Marvel que está detrás de la exitosa serie de Kamala Khan, Ms. Marvel) han traído una diversidad como nunca antes habíamos visto al género de superhéroes. Sí, en ocasiones esta diversidad se antoja demasiado forzada y artificial y no siempre es bien recibida por los lectores, pero contribuye a crear un nicho para nuevos personajes que se salen del típico y tópico estereotipo de hombre blanco heterosexual de clase media. Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre la importancia que se le está dando a los personajes femeninos o a los miembros de minorías étnicas dentro de Marvel y DC. Hoy en día incluso las dos grandes se permiten mostrar personajes abiertamente LGBT en sus series, con resultados dispares que van desde lo más bonito e inspirador hasta lo rematadamente artificial y desacertado. Por su parte, Image y otras editoriales independientes han ido un paso más allá, siendo mucho más atrevidas y ofreciendo personajes que hacen justicia a la gran variedad de personas que integran el colectivo homosexual. No hay duda de que en este momento las personas LGBT tienen más visibilidad dentro del cómic americano de la que han tenido nunca. ¿Pero es suficiente? ¿Está representada toda la amplitud de la comunidad LGBT? Por desgracia aún no.
¿Y por qué es tan importante que haya una amplia representación LGBT en el cómic mainstream? Visibilizar es imprescindible para trabajar por la normalización y la integración. Como decíamos, la tolerancia no implica aceptar que existan los homosexuales mientras estén escondidos en sus casas o en locales de ambiente, sino que significa asumir que las personas LGBT forman parte de nuestra sociedad de forma plena. Sin embargo, pese a todos los progresos obtenidos el cambio social es un progreso lento y con continuos avances y retrocesos. Mientras se consigue la normalización, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales necesitan ejemplos positivos e inspiradores que les ayuden a sentirse validados e integrados en nuestra sociedad. De ahí la importancia de que los jóvenes LGBT cuenten con personajes LGBT en los que verse reflejados y con los que establecer vínculos.
Vuelvo una vez más al ejemplo de Spiderman: ¿cuántos de nosotros hemos crecido leyendo a Peter Parker y sintiéndonos identificados con él? Más allá de sus aventuras como trepamuros, lo que nos hacía sentirlo tan cercano a nosotros eran sus problemas para llegar a fin de mes, sus dificultades en el trabajo y, por supuesto, sus amores y desamores. Cuando el lector puede verse reflejado a tantos niveles en un personaje se establece un vínculo especial con él. Hace un par de décadas los lectores LGBT lo tenían realmente complicado para desarrollar un vínculo semejante con algún personaje, puesto que dentro del mainstream apenas había personajes abiertamente LGBT y desde luego ninguno protagonizaba su propia serie mensual. Lo más parecido era la Patrulla X, que tras su eterno lema de “perseguidos y odiados por un mundo que han jurado proteger” ocultaba una obvia metáfora sobre las minorías oprimidas que bien podía aplicarse a los homosexuales. No obstante, esa metáfora más o menos velada no era más que eso, una simple metáfora abierta a distintas interpretaciones. En esos tiempos ningún mutante había salido aún del armario y no lo haría hasta la década de los 90. Por suerte, hoy en día los lectores LGBT cuentan con un amplio abanico de personajes con los que poder identificarse no sólo por simpatizar con sus circunstancias y por disfrutar de sus aventuras, sino también por compartir su misma sexualidad. Algunos de ellos, como Batwoman o Midnighter, incluso han protagonizado su propia cabecera mensual.
El mundo del cómic va mucho más allá de los superhéroes, claro está. Siempre ha existido el cómic independiente o underground, mucho más comprometido socialmente que cualquier cabecera de Marvel o DC. La novela gráfica por su parte también ha abordado el tema de la homosexualidad sin pudor (la obra de Alison Bechdel, encabezada por la célebre Fun Home, podría ser un buen ejemplo). Sin embargo, el género de superhéroes es el más popular y el que llega a más gente, sobre todo gracias a las adaptaciones cinematográficas que nos llegan constantemente y que ponen a los personajes en boca de todos. Veamos qué nos ha ofrecido este género hasta ahora en materia de representación LGBT.
La homosexualidad en el Universo DC
El primer personaje abiertamente gay del Universo DC fue Extraño (nombre en castellano en el original), miembro de un grupo de corta trayectoria conocido como los Nuevos Guardianes que surgió como consecuencia de uno de los eventos de la editorial, Millennium. Corría el año 1987 y este personaje de aspecto extravagante no fue bien recibido por los lectores, que lo consideraron una amalgama de esterotipos desacertados (Extraño era sudamericano además de homosexual y su imagen no hacía justicia a ninguno de esos dos colectivos). Puesto que los Nuevos Guardianes no tuvieron mucho éxito y su trayectoria editorial fue más bien breve, este personaje no tardó mucho en caer en el olvido. Supongo que lo podríamos considerar un primer intento fallido.
La situación tardó algún tiempo en mejorar, pero cuando lo hizo mostró a una DC alejada de estereotipos y capaz de tratar temas relacionados con la homosexualidad de forma directa y sin ampararse en ambiguedades y subterfugios. De esta manera, en 2002 la serie de Green Lantern protagonizada por Kyle Rayner abordó el tema de la violencia homófoba usando a Terry Berg, un personaje secundario que trabajaba como asistente del protagonista. Terry era un personaje abiertamente gay que había tenido que dejar su casa cuando sus padres descubrieron su homosexualidad. Un grupo de gamberros le propinó una paliza por besarse con su novio en la calle que lo dejó en coma, lo que llevó a Green Lantern a perseguir a sus agresores. No obstante, cuando Kyle los atrapó decidió no sobrepasarse con ellos para no acabar reduciéndose a su mismo nivel de violencia sin sentido. Poco después, ya recuperado del coma, Terry quiso compartir su experiencia para ayudar a otras personas homosexuales plasmándola en un libro.
Más o menos por esas fechas, Obsidian, miembro de la Sociedad de la Justicia de América e hijo del Green Lantern original Alan Scott, salió del armario y empezó una relación con el abogado Damon Matthews. No mucho después se introdujo a Renee Montoya, una oficial de policía lesbiana, en el Universo DC. El personaje, que había nacido en la serie animada de Batman, se convirtió en uno de los personajes más populares de Gotham Central y tuvo un gran protagonismo en la serie semanal 52, en la que adquirió la identidad de Question. En dicha serie mensual se presentó a Kate Kane, la nueva Batwoman, también lesbiana y antigua amante de Renee. No hay muchos personajes abiertamente LGBT que hayan gozado de cabecera propia y entre ellos posiblemente el más importante sea Batwoman por formar parte de la franquicia del Hombre Murciélago.
Otro personaje gay que comenzó a ganar relevancia en aquella época fue el Flautista, enemigo reformado de Flash que tuvo cierto protagonismo en la serie semanal Cuenta Atrás a Crisis Final. Aquella fue una época interesante para DC, con un amplio número de personajes gays, lesbianas o bisexuales repartidos entre diversas series: Grace y Thunder de los Outsiders, Catman, Scandal Savage y Knockout de los Seis Secretos o Starman (Mikaal Thomas) en la Liga de la Justicia.
Con el inicio de los Nuevos 52, DC aprovechó para presentar a un nuevo personaje gay: Bunker, de los Nuevos Titanes. Por otro lado, la versión del Green Lantern Alan Scott de la serie Tierra-2 se mostró como un hombre gay, En ese momento muchos lectores vieron estos intentos de DC como una forma de oportunismo para que los Nuevos 52 diesen una imagen más amable respecto al colectivo LGBT. No parece que Bunker se haya convertido en un personaje popular y hay mucha gente a la que le disgustó el cambio de Alan Scott. No obstante, los Nuevos 52 también supusieron una época gloriosa para Batwoman, cuya cabecera mensual narró su romance con la agente de policía Maggie Sawyer. Por desgracia, diferencias con los editores llevaron a los autores de aquella magnífica etapa de Batwoman a abandonar la serie, en un asunto muy mal gestionado por la propia editorial. Los autores querían que ambos personajes contrajesen matrimonio, pero los editores de DC consideraron que eso estaba en contra de su política de “no hacer demasiado felices a los personajes”. Algunos lectores percibieron esto como un gesto homófobo por parte de la editorial, en una época en la que el debate acerca de las uniones homosexuales estaba muy presente en Estados Unidos. En lugar de posicionarse a favor del matrimonio homosexual como había hecho Marvel poco tiempo antes, el intento de DC por permanecer neutral en esta cuestión fue percibido por muchos como un rechazo al matrimonio igualitario.
Pero DC también tuvo sus aciertos en materia de representación durante los Nuevos 52, siendo el más importante la confirmación de la largamente rumoreada bisexualidad de Selyna Kyle, alias Catwoman, a quien vimos tener algo más que palabras con otra mujer, Eiko Hasigawa. Esto convirtió a Catwoman en uno de los personajes LGBT de mayor perfil de la editorial.
Más allá de los superhéroes: Vertigo y Wildstorm
Una de las series más famosas editadas por DC, consideraba por muchos uno de los mejores cómics jamás publicados, cuenta entre sus páginas con varios personajes LGBT. Me estoy refiriendo a la célebre Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons, por supuesto, en la que la sexualidad de personajes como Justicia Encapuchada, Silueta y el Capitán Metrópolis queda lo suficientemente explicitada de cara al lector. No obstante, la visión que tiene esta historia de la sexualidad no es la más agradable del mundo. En Watchmen los límites entre la sexualidad normal y la parafilia están difuminados y la sátira impregna el concepto mismo de superhéroe, en el que los trajes y las identidades secretas son formas de liberar tensiones sexuales reprimidas. Por tanto, pese a sus muchos logros me cuesta considerar que la obra magna de Moore y Gibbons supusiese algún avance en materia de representación LGBT. De lo que no hay duda es de que esta cabecera fue pionera en un tipo de cómic que sobrepasó los límites del mainstream y llevó con el tiempo a la aparición de un cómic orientado a un público adulto. Y cuando hablamos de cómic para adultos automáticamente debemos pensar en la línea Vertigo de DC.
Aunque se aleje un tanto del género de las capas de colores, merece la pena mencionar lo que sucedió dentro de Vertigo durante los años 80 y 90 por las puertas que abrió para hablar sobre temáticas LGBT dentro del cómic mainstream. Una de las obras más populares de este sello, The Sandman de Neil Gaiman, abordó la homosexualidad con frecuencia, presentando tanto a personajes gays como a lesbianas y transexuales. Ya en el primer número aparece una pareja de hombres gays y de ahí en adelante la presencia de personajes LGBT es frecuente, con exponentes como el elfo homosexual Cluracán, la pareja de lesbianas Hazel y Foxglove o la transexual Wanda. Se podría destacar Sandman por muchas razones, pero una de ellas es por ofrecer uno de los primeros retratos que recuerdo haber leído en un cómic sobre la experiencia de haber nacido con un sexo biológico que no se corresponde con el género del que te sientes parte. Fue en el arco “A Game of You” (“Un juego de ti” o “Juego a ser tú”, según la traducción), cuyo emotivo final constituye todo un alegato a favor de que lo que importa es lo que uno siente en su interior y no lo que la biología haya determinado.
También dentro de la línea Vertigo nos encontramos a otro de los personajes bisexuales más conocidos dentro del cómic americano: John Constantine. Pese a que la mayoría de sus parejas han sido mujeres, el mago británico se declara bisexual y afín a la comunidad gay. De hecho, la serie de Hellblazer también abordó el tema de las agresiones homófobas en sus orígenes y con el tiempo mostró al bueno de John manteniendo relaciones con otros hombres. No sería desde luego la última serie Vertigo en tratar la homosexualidad: Enigma de Peter Milligan o Los Invisibles de Grant Morrison hablaron entre otros muchos temas sobre la identidad y la sexualidad.
Mucho más cercano a los superhéroes estaba el sello Wildstorm, que cuenta en su haber con uno de los grandes hitos para la comunidad LGBT dentro del cómic americano. Las páginas de The Authority nos trajeron a la pareja gay formada por Apollo y Midnighter, dos personajes basados en la idea de llevar a las figuras de Superman y Batman a sus últimas consecuencias. Ambos personajes no sólo llegaron a contraer nupcias, siendo durante bastante tiempo el único matrimonio gay dentro del cómic mainstream, sino que además llegaron a adoptar a una niña. Todo un ejemplo positivo, sin duda. Con el comienzo de los Nuevos 52, Apollo y Midnighter se integraron dentro del Universo DC convencional, donde este último ha llegado a protagonizar su propia cabecera. Ambos volverán a reunirse en una serie limitada compartida próximamente, lo que supone que DC aún conserva cierto compromiso con la visibilidad de sus personajes LGBT.
El Universo Marvel y la realidad LGBT
Durante muchos años Marvel no fue la editorial más amable con los lectores LGBT. En la década de los 80 el editor Jim Shooter llegó a afirmar de forma categórica que no había personajes gays en el universo de la Casa de las Ideas. Esto era paradójico, porque por aquel entonces la exitosa serie de la Patrulla X atraía a muchos lectores homosexuales. De hecho, los mutantes siempre fueron personajes que resultaron atractivos para los lectores que no pertenecían a la típica categoría de hombre blanco heterosexual, ya fuesen mujeres, gays o miembros de minorías étnicas. El concepto base de la serie escrita por Chris Claremont había creado el caldo de cultivo perfecto para incluir a personajes LGBT, pero aún quedaba algún tiempo para que el primer mutante saliese del armario de forma oficial.
Pese a todo, la política de la editorial no impidió que algunos autores hablasen sobre la homosexualidad de forma no explícita amparándose en la ambigüedad. Fue el caso del guionista J. M. DeMatteis, que introdujo en 1982 a un personaje llamado Arnie Roth en la serie del Capitán América. Se trataba de un viejo amigo de la infancia de Steve Rogers que acudió buscando su ayuda cuando desapreció su “compañero de piso” (las comillas son totalmente intencionadas), Michael. Arnie llegó a ser capturado y torturado por el Barón Zemo, que le obligó a confesar que su relación con Michael era algo perverso y antinatural. Tras el eventual rescate, el Capitán América llegaba a defender que aquello que Arnie sentía hacia su compañero Michael era tan auténtico y tan válido como su propio amor hacia Sharon Carter. Esta historia, frecuentemente olvidada, fue uno de los primeros acercamientos de Marvel a la homosexualidad pese a que la palabra “gay” no se mencionaba en ningún momento (y quizá por eso pudo escapar al radar de los editores). Es agradable saber que el mismísimo Capitán América tiene un amigo gay y que además está a favor de las parejas homosexuales, ¿no?
Pero volvamos a los mutantes, porque el primer personaje de Marvel que salió del armario de forma oficial era por supuesto un mutante: Estrella del Norte, miembro del supergrupo canadiense Alpha Flight. Nacido en las páginas de la Patrulla X durante la gloriosa época de Chris Claremont y John Byrne al frente de la colección, el dibujante afirmó en algunas ocasiones que este personaje fue concebido como homosexual desde sus orígenes. Sin embargo, la sexualidad de Jean Paul no se abordó durante muchos años y de hecho no se le vio besar a otro hombre durante décadas. Su primera aparición se produjo en 1979 pero su salida del armario no llegó hasta 1992, cuando por primera vez pronunció las palabras “soy gay” en el número 106 de la colección de Alpha Flight. Desde entonces son muchos los mutantes que han salido del armario, lo cual parecía algo completa y absolutamente natural. De una forma u otra, siempre había habido mutantes LGBT aunque no se usasen las palabras “gay” o “lesbiana” de forma explícita. Cualquier lector habitual de la Patrulla X sabía que la relación entre la metamorfa Mística y la precognitiva Destino iba más allá de la simple amistad, por ejemplo.
En 2002, la Casa de las Ideas llevó a cabo un experimento muy interesante dentro de su línea MAX de cómics para adultos. Se trataba de una serie protagonizada por Rawhide Kid, un personaje homosexual ambientado en el viejo oeste. Esta colección, cargada de humor y de dobles sentidos, fue la primera cabecera Marvel en estar protagonizada por un personaje abiertamente gay y sus portadas son dignas de recordar aunque sólo sea por lo divertidas que son. Desafortunadamente pasó bastante desapercibida en su momento y, aunque llegó a ser publicada en España, no hizo demasiado ruido entre los lectores.
El punto de inflexión para Marvel llegó unos años después, en 2005, con la presentación de los Jóvenes Vengadores. Este equipo de héroes juveniles creado por Alan Heinberg y Jim Cheung contaba entre sus filas con dos personajes homosexuales: Hulkling y Wiccan, posiblemente la pareja LGBT más popular de la editorial. Hasta ese momento la homosexualidad apenas se había tratado en los cómics Marvel y mucho menos de una forma tan abierta. La atracción de estos personajes fue expuesta con toda naturalidad, como un rasgo más dentro del conjunto de características que los definía, lo cual supuso todo un avance en cuanto a integración y normalización. De hecho, Hulkling y Wiccan pronto se convirtieron en personajes tremendamente populares dentro del fandom.
Unos años después, Kieron Gillen y Jamie McKelvie se encargaron de un nuevo volumen de la colección de los Jóvenes Vengadores en la que la sexualidad de los personajes fue un aspecto que se trató con especial delicadeza. Es más, en esa etapa las etiquetas y las categorías quedaban en segundo plano ante su incapacidad para definir las experiencias íntimas de los personajes. Todos ellos, en algún momento de este volumen, pueden considerarse dentro del espectro LGBT: Wiccan y Hulkling son gays, Prodigo es bisexual, Miss America “no está interesada en los hombres”, Marvel Boy “no es del todo hetero”, etc. ¿Fue esta encarnación de los Jóvenes Vengadores el primer grupo completamente LGBT de Marvel? Yo diría que sí.
Volviendo a los mutantes, durante esa época la franquicia X-Men acogió a muchos personajes que salían del armario y dio la bienvenida a otros muchos personajes de nueva creación que habían sido concebidos como personajes LGBT. Entre todos ellos podríamos destacar a Karma de los Nuevos Mutantes originales, Daken, el hijo de Lobezno, Vivisector y Grasas de la controvertida y fascinante X-statix, Anole y Graymalking de los Jóvenes X-Men o Estrella Rota y Rictor de X-Factor. La relación entre estos dos últimos personajes había permanecido ambigua durante años hasta que finalmente Peter David los mostró besándose en las páginas de la colección. La bisexualidad de Estrella Rota no fue bien recibida por Rob Liefeld, creador del personaje, aunque sí por los lectores de X-Factor, una serie minoritaria pero con una sólida base de seguidores.
Pero no todos los personajes LGBT de Marvel son mutantes. La serie de los Runaways concebida por Brian Vaughan y Adrian Alphona introdujo a la pareja formada por Karolina Dean, una chica lesbiana de ascendencia alienígena, y Xavin, un cambiaformas Skrull que saltaba de un género a otro sin problema (en lo que quizá fue un intento de crear a un personaje cuyo género no estuviese limitado por una naturaleza binaria). La siguiente pareja de Karolina fue Julie Power, que había sido miembro del añorado supergrupo de héroes infantiles Power Pack. Otro héroe no mutante que tuvo cierto protagonismo hace unos años fue Relámpago, uno de los estudiantes de la Academia Vengadores. También podríamos mencionar el romance entre Quasar (Phyla-Vell) y Dragón Lunar que se narró durante esos años de locura cósmica marcados por sagas como Aniquilación y Aniquilación: Conquista. La editorial incluso le concedió un pequeño placer al fandom más desatado cuando afirmó que el dios del engaño, Loki, cada vez más inspirado por su encarnación del Universo Marvel Cinematográfico, era bisexual. Aquellos fueron años interesantes en los que la diversidad empezaba a ser la norma y no la excepción.
No obstante, los mutantes volvieron a ser el centro de atención en tiempos recientes. Primero cuando Estrella del Norte contrajo matrimonio con su novio en Astonishing X-Men durante la etapa de Marjorie Liu como guionista, quien tuvo el acierto de que Jean Paul se casase con un humano normal y corriente y no con otro mutante. Aquella boda, celebrada en 2012, fue la primera unión homosexual mostrada en un cómic mainstream. Por otro lado, en 2015 Brian Michael Bendis reveló que el Hombre de Hielo de la Patrulla X original desplazada en el tiempo era homosexual. Aquella revelación tan interesante estuvo empañada, desde mi punto de vista, por el hecho de que el joven Bobby Drake no tuvo la oportunidad de salir del armario por sí mismo sino que fue “sacado” a la fuerza por la telepatía de su compañera Jean Grey. Pese a todo, aquella revelación llevó al interesante momento en el que Bobby se enfrentó a su contrapartida adulta para descubrir la verdad, haciendo que el Hombre de Hielo del presente asumiese su verdadera sexualidad después de largos años de negación y de relaciones infructuosas con mujeres. Las consecuencias de este hecho aún no han sido exploradas todo lo que deberían.
Pese a todo lo mencionado en estos párrafos, creo que Marvel aún tiene una asignatura pendiente respecto al tema de la representación LGBT. Aunque ha tenido alguna serie como Ángela, Asesina de Asgard que estaba protagonizada por un personaje LGBT, se trataba de personajes de perfil bajo. Marvel no tiene un personaje como Batwoman o Midnighter al frente de una cabecera como sí ha tenido DC. Lo más parecido serían Hulkling y Wiccan, pero hasta ahora siempre han formado parte de equipos con muchos más miembros y no han gozado del protagonismo absoluto. Y el hecho es que los lectores LGBT demandan más protagonismo para los personajes gays, lesbianas y bisexuales dentro de la editorial. Además, en estos tiempos en los que el Universo Marvel Cinematográfico no deja de crecer y de incluir a nuevos personajes, no estaría mal que la diversidad alcanzase también a la gran pantalla. Hace unos meses, el hashtag #GiveCaptainAmericaABoyfriend fue muy popular en las redes sociales, mostrando el interés del público para que la representación LGBT llegue al Universo Marvel Cinematográfico. El gran público parece estar preparado y receptivo, así que ya sólo falta que la Casa de las Ideas decida dar un paso adelante.
Image Comics y otras editoriales independientes
Si nos alejamos de la sombra de los dos grandes, el panorama que ofrecen las demás editoriales es extremadamente rico, con propuestas tan diversas respecto a la visibilidad LGBT como The Spire de Simon Spurrier y Jeff Stokely (BOOM! Studios), The Infinite Loop de Pierrick Colinet y Elsa Charretier (IDW Publishing), The Bunker de Josh Fialkov y Joe Infurnari (Oni Press) o Fresh Romance de varios autores (Rosy Press). Muchas de estas cabeceras integran con toda normalidad personajes LGBT dentro del contexto de historias ubicadas en distintos géneros, como la ciencia ficción o la fantasía. Fresh Romance, por ejemplo, es un intento de recuperar los cómics de género romántico que tan populares fueron antes del auge de los superhéroes, pero incluyendo también historias de amor entre personajes LGBT.
También hay series que parecen orientadas de forma específica hacia los lectores homosexuales, como podría ser el caso de The Pride de Joe Glass (autopublicada), un cómic sobre un equipo de superhéroes formado en exclusiva por personajes LGBT, o Merry Men de Robert Rodi y Jackie Lewis (Oni Press), una versión de las aventuras de Robin Hood en la que los alegres hombres de Sherwood son más alegres que nunca (perdón por el chiste fácil: en realidad en esta versión Robin y su banda son homosexuales que viven al margen de una ley medieval que condena su orientación sexual).
Un cambio extremadamente positivo que ha experimentado el panorama independiente estos años consiste en la aparición de títulos para niños en los cuales se tratan temáticas LGBT. Es posible que el cambio de paradigma impulsado por series animadas como The Legend of Korra, Hora de Aventuras o Steven Universe (todas ellas muy recomendables tanto para niños como para adultos) haya animado a los autores a llevar a los personajes LGBT a los cómics infantiles. Algunos ejemplos serían Lumberjanes de Noelle Stevenson, Shannon Watters y Brooke Allen (BOOM! Studios), la historia de cinco chicas (dos de ellas compartiendo una relación romántica) en un campamento de verano, o Help Us! Great Warrior de Madeleine Flores (BOOM! Studios), una historia de aventuras y fantasía en la que uno de los personajes es una mujer transexual.
Pero si hay una editorial que ha destacado por su compromiso con la visibilidad homosexual sin duda es Image Comics. Los personajes homosexuales son frecuentes en series como Saga de Brian Vaughan y Fiona Staples, Morning Glories de Nick Spencer y Joe Eisma, Bitch Planet de Kelly Sue DeConnick y Valentine DeLandro o Rat Queens de Kurtis J. Wiebe y Stjepan Sejic. Esta última cabecera nos propone un mundo fantástico similar al archiconocido Dragones y Mazmorras en el que lo mismo nos encontramos a una halfling lesbiana que a una mujer orca transexual. Incluso en series como Prophet de Brandon Graham y otros autores y Glory de Joe Keatinge y Sophie Campbell (ambas sendas reinvenciones de dos personajes creados por Rob Liefeld en la alocada década de los 90) aparecen temas homosexuales integrados en el contexto de sus historias de ciencia ficción. Especialmente destacable es el caso de Glory, una cabecera en la que la relación de la protagonista con su cuerpo tiene una especial importancia. Cuando Gloriana pierde el control, su herencia alienígena transforma su cuerpo de maneras grotescas, monstruosas y desagradables, lo cual está plasmado con una sensibilidad inusitada por la artista. El hecho de que dicha artista sea una mujer transexual ayuda a explicar esta situación: en la época en la que dibujó Glory aún era conocida como Ross Campell y se sentía atrapada en un cuerpo que le desagradaba. Esta autora aprovechó su experiencia personal para elaborar un cómic titulado Wet Moon (Oni Press) y actualmente se encarga de ilustrar Jem and the Holograms (IDW Publishing), otra serie que podríamos catalogar como gay-friendly.
No podemos concluir este apartado sin mencionar una de las mejores series que publica actualmente Image: The Wicked + The Divine, de Kieron Gillen y Jamie McKelvie. El dúo de autores ha ideado una interesante trama en la que diversas divinidades se han reencarnado en chicos y chicas actuales, organizando un culto a su alrededor basado en la música, la moda y la simple y llana superficialidad de nuestra sociedad de la imagen. Estos dioses similares a estrellas del rock están destinados a morir jóvenes, ya que su tiempo en la tierra es limitado. Mientras tanto, sus andanzas nos narran la paradoja de la filosofía del “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”, nos sirven para hacer una valoración crítica de los ídolos con pies de barro a los que seguimos con más frecuencia de lo que admitimos y nos acercan a una concepción de la sexualidad que difícilmente se puede definir dentro de la categoría binaria masculino/femenino. Los personajes de The Wicked + The Divine, además de hacer referencia a grandes estrellas del mundo de la música como David Bowie o Prince, son personajes con una sexualidad compleja y fascinante, alejados de estereotipos. La identidad, el género y la orientación son aspectos tratados con naturalidad en esta serie, pero el hecho de que algunos personajes sean homosexuales, bisexuales o transgénero no impide a los autores ser críticos con ellos cuando es necesario. Muchos de los dioses creados por Gillen y McKelvie son egoístas, hedonistas, rencorosos o directamente despreciables… y sin embargo atractivos en grado sumo, como se supone que debería ser un dios. Esto convierte a The Wicked + The Divine en una cabecera que todo aficionado debería tener bajo su radar.
¿En qué podría mejorar el panorama futuro?
El objetivo de este artículo era el de ofrecer un vistazo general al panorama de la representación LGBT en el cómic mainstream, por lo que a la fuerza debía ser algo ligero y superficial. Se han quedado muchos personajes y series interesantes en el tintero para no convertir el texto en una lectura farragosa y evitar que el lector se saturase con demasiados datos. ¿Crees que alguna de esas omisiones merecía mayor atención? ¿Conoces alguna otra cabecera que trate el tema? ¿Recuerdas alguna otra historia que aborde la homosexualidad dentro del género de los superhéroes que se debería mencionar? No dudes en ponerlo en común en los comentarios para que entre todos complementemos este pequeño vistazo general con mucha más información.
Por otro lado, hay otra pregunta que me gustaría plantear al lector: ¿qué crees que podrían hacer las editoriales para mejorar la visibilidad de la realidad de las personas LGBT en sus cómics? ¿Crees que lo que han hecho hasta ahora es suficiente o se necesita más? ¿Qué propuestas propondrías si fueses editor o guionista?
Lo cierto es que tanto Marvel como DC han llevado a cabo tanto grandes avances como grandes retrocesos. DC parecía ser la editorial más progresista en ese sentido teniendo a un personaje LGBT de la talla de Batwoman al frente de una serie regular, aunque la manera en la que se abortó la boda entre Kate y Maggie fue bastante inadecuada y le hizo perder puntos ante Marvel, que ya había celebrado un matrimonio homosexual en uno de sus cómics (el de Estrella del Norte). Por su parte, la Casa de las Ideas ha destacado con colecciones como Jóvenes Vengadores, pero podría hacer bastante más por ampliar la diversidad de sus personajes y resultar más inclusiva con el colectivo LGBT. En tiempos recientes ha hecho grandes avances en la representación de la mujer y de las minorías étnicas, pero los personajes LGBT siguen siendo escasos y los temas relacionados con la identidad de género brillan por su ausencia en muchas de sus colecciones.
Por hacer una propuesta quizá un tanto descabellada: ¿Si todos los Skrulls son cambiaformas y pueden pasar de un género a otro significa que su sexualidad no está determinada por el género de su pareja como en el caso de Xavin de los Runaways? ¿Por qué ningún guionista ha decidido explorar esto? Un buen ejemplo a seguir sería la serie de televisión británica Doctor Who, en la que la raza alienígena de los Señores del Tiempo es capaz de regenerar su cuerpo y cambiar de género. Cada vez que un Señor del Tiempo ha cambiado de género en capítulos recientes ha llevado a los espectadores a plantearse infinidad de preguntas acerca de cómo viven la sexualidad estos personajes. ¿Son todos bisexuales? ¿Han dejado de considerar los géneros como categorías excluyentes al poder saltar de uno a otro en diversos momentos de sus vidas? Reflexionar sobre este tipo de preguntas no sólo es sano, sino que puede servir para acercarse a la realidad de las personas LGBT.
Por otro lado, los personajes abiertamente homosexuales del Universo Marvel suelen ser personajes secundarios o de perfil bajo. Es fantástico que el Hombre de Hielo salga del armario, por supuesto, pero el Hombre de Hielo no protagoniza su propia colección ni goza de la mayor popularidad del mundo, lo que supone una pobre aportación para mejorar la visibilización del colectivo. Sería mucho más efectivo que un personaje de la importancia del Capitán América o Iron Man saliese del armario, si no en los cómics al menos en el Universo Marvel Cinematográfico. Más allá del obvio aprecio del fandom por el “Stucky” (o lo que es lo mismo: la relación entre Steve y Bucky), desde mi punto de vista Iron Man sería un mejor candidato y no sería extraño que resultase ser bisexual. ¿A quién le sorprendería que algún hombre haya pasado por la cama de un playboy millonario tan dado a los excesos como Tony Stark? A mí desde luego no. Esto sería un gran avance en cuestión de representación y visibilización, no “traicionaría” la esencia del personaje ni supondría ningún retcon. Y como este seguro que hay otros personajes que podrían salir del armario sin problema. ¿Se te ocurre alguno?
En cualquier caso, tanto Marvel como DC tienen aún un largo camino que recorrer para reflejar la realidad de este colectivo tan amplio, rico y diverso. ¿En qué aspectos podrían mejorar? ¿Cuáles serían tus propuestas al respecto? Una vez más, te invito a que la comportas con nosotros en los comentarios, siempre desde el respeto, la tolerancia y la pasión que todos sentimos hacia este mundillo nuestro de los cómics.
«Por otro lado, hay otra pregunta que me gustaría plantear al lector: ¿qué crees que podrían hacer las editoriales para mejorar la visibilidad de la realidad de las personas LGBT en sus cómics?»
Pues lo que sea ha hecho toda la vida de Dios. Cuando se quería atraer al lector negro, o al amante de las artes marciales que flipaba con las pelis de Bruce Lee, se sacaba una serie de Pantera Negra o Power Man o creabas Master of Kung Fu. Si se quiere tener algo en el mercado con lo que un tipo de lector determinado se pueda identificar, me parece tan simple como dar una colección a Batwoman, introducir un miembro de un colectivo determinado en una colección…
El problema que yo veo últimamente es que se está intentando abarcar demasiado en ese sentido haciéndolo muchas veces de forma forzada y nada orgánica.
En los 80 teníamos una Liga de la Justicia divertidísima en la que habían dos capullos que eran colegas, un Green Lantern al que le faltaba un hervor, un marciano verde o una Canario Negro que a veces no se sabía que pintaba por allí entre tanto mamarracho. Y era una colección de puta madre, de las mejores de su época.
A veces tengo la impresión de que si esa Liga de la Justicia se hubiese hecho a día de hoy, Booster Gold y Blue Beetle tendrían que ser pareja por cojones, se habría metido en el grupo a Jon Stewart en lugar de Guy Gardner para cubrir una cuota racial, el Detective Marciano se debatiría entre ser varón o hembra y Canario Negro no podría ser la única mujer del grupo, porque en twitter y en foros varios acabarían acusando tarde o temprano a Giffen y DeMatteis de no reflejar la realidad social o algo así.
Y que nadie se equivoque, esa realidad ya existía en los 80. Lo que no habían era twitter y foros 😛
Venga, va, manita verde al primero que diga que si opino esto es porque soy un homófobo, que lo veo venir.
Más razón que un santo. ¿Recuerdas cuando Maxwell Lord y Beetle hacían bromas sobre el Míster Miracle negro? Hoy día Guffen y DeMatteis serían lapidados vivos. Esa serie es la mejor de la Historia y no necesitó gays ,lesbianas, negros o blancos, sólo personajes construídos con esmero, inteligencia y maestría.
Tan cierto como que en las pelis siempre hay un unico negro o cosas similares,siempre me a llamado la atencion cuando en un grupo hay mas feminas o mas hombres de color,osea no parece que lo hacen para meter el tipico cupo,sino porque es asi y punto.
La verdad es que el artículo generaliza muchísimo. Yo soy homosexual, llevo toda la vida leyendo Marvel y DC y jamás he demandado ni sobre todo necesitado que aparezcan personajes gays en los comics. Que aparecen bien, que no también. No necesito en comics de fantasía superheroica sentirme identificado con ningún personaje. De hecho mis personajes favoritos de las dos casas ninguno es gay. Lo de Marvel y DC ahora es una corriente absurda de querer subir de al carro de quedar bien de cara a la galería y venderse como los más diversos y tolerantes del mundo. A mi personalmwnte, fan irredento de la Sociedad de l Justicia me jodió muchísimo ver que rebooteasen al venerable y anciano Alan Scott de la Edad de Oro, un personaje con una larga y fructífera carrera, por un pimpollo guaperas gay de manual enrollado con un oriental. Me pareció irrespetuosísimo con el personaje, sus fans y vomitivo directamente. Me gustaba más el Alan Scott original, que tuvo que pasar por el trance de aceptar que su hijo Obsidianes gay (Scott fue educado bajo los valores de los años ’30, además que tenía los remordimientos de haber abandonado a sus hijos de bebés) Ese camino de superación era un millón de veces mejor que el estereotipado gay modernilla en que han convertido al personaje.
Había escrito mi opinión al respecto, pero por lo visto está en moderación. ¿De verdad he dicho algo tan grave como para que no pueda salir publicado?
En la lista de pendientes de moderación no aparece David 😕 Voy a preguntar a los jefes
No te preocupes, Daniel, lo vuelvo a publicar, que por suerte lo guardé antes de publicar porsiaca.
Edito: pues no, me lo manda a moderación por defecto 🙁
Ahora sí. Gracias.
A veces WordPress hace cosas raras – o algún plugin que pulula por la web -. Llevo ya 4 años en ZN, y aún desconozco porque a veces nos publica entradas desactivando los comentarios, o porque de forma más rara y más aleatoria, manda comentarios como spam – alguno más también se había colado en las últimas semanas -. Que si lo mandase a moderación, cualquier redactor lo vería al momento, pero es así de caprichoso el entorno web.
Nuevamente disculpa por las molestias ocasionadas, y muchas gracias por tus aportaciones 😉
Una especie polimorfa no creo que pueda estar dentro de ninguna de las categorías sexuales de una especie unimorfa como es la humana. Creo que habría que borrar unos cuantos de la lista. Los personajes LGTB no estarán bien en el mainstream hasta que la mayoría sean WASP. Mientras será como decir que eso es de extraños, gente de otras razas, de otras culturas, de otros planetas, de otros países… Por otro lado pensar que Iron Man puede ser bisexual porque ha sido promiscuo es prolongar el prejuicio sobre los miembros LGTB. Tendría que ser un personaje típico. Mientras los personajes gays no sean populares y típicos el avance es puro maquillaje como bien denuncia KatarHol. Mientras los personajes LGTB respondan a la idea de lo políticamente correcto heteronormativo, o sea extraños o gente extravagante, como hasta ahora todo esto son chorradas, pero un avance es.
Yo prefiero que no hayan personajes gays ni heteros. Que sean personajes interesantes y punto. Después si su sexualidad es importante para la Historia que el guionista la desarrolle como quiera, no por cubrir cupos ni atraer a nadie.
Lo que sí me jode es que cambien razas, sexos o tendencias de personajes establecidos por puro postureo. Jamás aceptaría a un Tony Stark gay ni a una Batwoman heterosexual.
o el empecinamiento de toby maguire en una pelicula de spidey en la que el personaje fuese homosexual.
(A) Fue Andrew Garfield el que hizo el comentario.
(B) Fue un comentario en el que decía que no le parecía descabellado que hubiera un Peter Parker homosexual. Después los sitios de noticias lo engrandecieron preguntándole por elloen las siguientes entrevistas y usando su respuesta como titular.
(C) Hablar de «empecinamiento» en estas circunstancias es por no haberse molestado siquiera en contrastar, Frankie.
P.S. Y su sexualidad seguiría sin definir a Peter Parker. Podrías invertir el género de todos sus intereses románticos y podrían conservar perfectamente sus personalidades. Que es a lo que se refería Garfield y con lo que estoy de acuerdo.
es que habria que ser muy ingenuo para no asumir que las declaraciones de garfield INMEDIATAMENTE iban a adquirir caracter de titular,reve.
«empecinamiento» puede ser un termino mal empleado,pero lo cierto es que las declaraciones de garfield sobre el asunto se producen PRIMERO en ENTERTAINMENT WEAKLY,y POSTERIORMENTE incide con el tema en declaraciones a un portal web ARTS.MIC. donde dice que le gustaria ver un personaje pansexual tomando como ejemplo,nuevamente,a spidey.de hecho,medio en broma,medio en serio,dá el nombre de michael b.jordan porque asi se podria añadir una capa extra de relación interracial.
si a partir de aquí,asumimos con la mayor naturalidad del mundo que una pelicula en la que el interés amoroso de spiderman es la antorcha humana,y no esperar que te choque con el caracter del personaje a traves de su historia previa,pues,oye,sí,debe ser que soy un cavernicola de manual.
a mí me parece más respetable la postura de katarhol en la que defiende que las cosas fluyan de forma natural,y no forzar la maquina en según que aspectos,o tan solo con la idea de crear golpes de efecto innecesarios(vale,lo mismo le he leido demasiado entre lineas,jé)
puedo entender las declaraciones del sulu original (este, sí, abiertamente gay desde hace años) acabe sintiendose molesto por el ejercicio de retrocontinuidad impuesto al sulu de la franquicia de abrahams,pero lo cierto es que veo la escena en la que este se encuentra con su compañero sentimental en la puerta de embarque,y siento que dicha escena está rodada de una forma tan orgánica y elegante que no la percibo como algo «fuera del personaje».
al final todo deberia basarse en si un determinado tratamiento está destinado a enriquecer la historia de un personaje,o si solo está destinado a crear debates innecesarios porque al listo de turno se le ha encendido la bombilla en la cabeza.
hola,andrew garfield.
«al final todo deberia basarse en si un determinado tratamiento está destinado a enriquecer la historia de un personaje,o si solo está destinado a crear debates innecesarios porque al listo de turno se le ha encendido la bombilla en la cabeza.»
No entiendo como un comentario tan abrumadoramente racional puede generar votos negativos, no lo entiendo. En fin… la época de la «corrección política» tan brillantemente parodiada por South Park en su última temporada. Es una lástima que el zeitgeist siempre nos lleve de un extremo a otro con la amenaza del miedo en el fondo para condicionar el pensamiento y homogeneizarnos a todos en torno a una visión oficial cuanto más simple (=maniquea) mejor. Por decirlo de otra manera: el gran triunfo social será cuando todos podamos opinar de estos temas sin el miedo de «¿cómo expreso esto para que no piensen que soy homófobo?». Ya que ese miedo en sí mismo condiciona el mensaje y, sinceramente, no he leído aquí ningún comentario homófobo sino distintas, respetables y respetuosas visiones sobre un mismo tema. Sin embargo, y para concluir, siempre se desprende en este tipo de debates la «silenciosa amenaza» de la acusación, lo que lleva a mucha gente a opinar «a la defensiva».
Mucha razon!!
+1
Lo de que en lugar de debatir haya gente que muchas veces se limite a lanzar pedradas desde el botón de la mano abajo desde luego es un mal de nuestro tiempo como comenta Luca Torelli.
Pero ya entrando en el tema, lo que no entiendo de tu argumentación, FrankenBanner49, es porqué se considera agravante que un actor con poder sobre nada hable de lo que no deja de ser un «what if» de los de toda la vida en el que Spider-Man y la Antorcha Humana son pareja, en lugar de plantearnos porque en pleno 2.1 hay gente a la que esta idea le resultaba ofensiva, aunque no fuera sino un caso hipotético y algo que no existe.
El que hubiera una indignación frente a un caso hipotético planteado por un actor, ¿es realmente un problema que resida en la propia fuente emisora de dicha hipótesis, o algo que debería hacernos pensar si como público -así en grueso, esa supuesta entidad colectiva que conformamos entre todos nosotros- hay determinados cambios que todavía no terminamos de digerir?
¿y el juggernaut ?.
tuvo su época en que se insinuaba que era gay,¿no?.
aunque luego lo lian con jen en aquella famosa página del garney.
supongo que bisexual.
cuajao me dejais con lo de constantine.no he visto ningun comic en el que se muestre esa faceta bi que decis.
y creo haber leido bastante del mago.
por cierto,le he echado solo un vistazo por encima,pero os faltaria por actualizar con esa serie de animación de the ray,y con que un personaje de la cadena cw de las cuatro series tiene prevista proxima salida de armario según leo por ahí.
Nadie va a hablar de Harley y Poison Ivy?
Pues queréis que os diga yo en los 80 hubiera agradecido un montón personajes LGTB+ en la liga y si los escribiera Giffen y DeMatteis pues maravilloso. Sería igual de bueno y además me hubiera ayudado a no sentirme un poco menos marciano y solo. O sea, en mi opinión sólo sumaría. Coincido en q al final lo importante es q haya buenas historias y personajes pero tb me encanta q haya más diversidad y personajes de todo tipo. El tema de q los personajes clásicos cambien de raza o sexualidad no me parece tampoco un capricho porque es poner a personajes de primera línea y eso , para las» minorías «, es muy importante aunque entiendo q quizás desde una perspectiva del bando privilegiado no se llegue a entender bien. La igualdad es estar todos arriba no algunos y q un peldaño siempre más abajo haya diversidad.AH!! Muchas gracias por el artículo!!!! Muy bien.
bueno……ahora tienes a Wonder Woman
Totalmente de acuerdo, y espero que en estos tiempos de más diversidad haya chicos y chicas que, con la edad que tú tenías en los 80, ahora tengan este tipo de propuestas a su alcance. Y más que vendrán, mal que pese a los cavernícolas.
Colosal artículo, Miguel Ángel. Así en general la impresión que transmite es que dentro del cómic mainstream no comenzó a haber una -muy- tímida representación hasta albores de los ochenta gracias a gente como Chris Claremont y John Byrne principalmente, pero que no terminó de consumarse hasta las puertas del presente siglo.
Como añadido a lo todo lo que comentas, decir que si nos vamos más atrás quizás sería conveniente al menos citar la Wonder Woman de los Marston y -ya mucho más adelante, en Marvel- el Maquinista, quien según reveló Barry Windsor Smith tenía previsto ser presentado como gay en su debut como villano de Daredevil en 1969, pero que no fue capaz de representarlo como Stan Lee. Vamos, que era algo meramente decorativo que nunca llegó a mostrarse de forma clara, no siendo hasta 20 años más tarde cuando se expuso de forma más clara, y ya directamente con neones en El Hombre Hormiga de Nick Spencer.
Comentabas acertadamente que Estrella del Norte no verbalizo su homosexualidad hasta los noventa, pero diría que en la mini-saga desarrollada entre los números siete y ocho del primer volumen Alpha Flight (1984) esto ya quedaba bastante claro mediante el fuerte lazo afectivo que unía a Jean Paul con Raymond Belmonde, aquel hombre mucho mayor que él con el que vivía en Quebec, y cuya relación daba todas las impresiones de ser algo más que una mera amistad.
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Más o menos por esas fechas, el ya citado DeMatteis también introdujo a Nube en los Defensores, una alienígena con la habilidad de cambiar de género con la que además comenzó a introducir la bisexualidad de Dragon Lunar (eso sin olvidar que el propio autor realizó unas insinuaciones bastante evidentes en La Última Cacería de Kraven, apuntando a que la obsesión del villano con Spider-Man podía tener un fuerte componente sexual).
Con el boom del cómic adulto de los ochenta sí que es verdad que hubo un mayor empeño para abordar un abanico más amplio de sexualidades. Sin embargo, también creo que -como dices-, en demasiadas ocasiones se hizo más con la intención de ser transgresor con movidas como la de Cerebro y Monsieur Mallah que por abordar otras formas de sexualidad (a pesar de que Neil Gaiman o Peter Milligan si que lo hicieran de forma bastante interesante en Enigma o El Extremista).
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Dentro del marco más mainstream, tampoco desdeñaría lo que se hizo ya sea en la franquicia mutante con la salida del armario de Karma, de Mikaal Thomas en el Starman de Robinson, Diablo de Tasmania, Mantra -si aceptamos barco- de Malibu Comics o la más que evidente falta de prejuicios sexuales -que en ocasiones se ha interpretado como bisexualidad- del Gambito de Fabian Nicieza. De hecho, las semillas de muchas salidas del armario posteriores como las de Obsidian, el Hombre de Hielo, Rictor o Estrella Rota vienen de los trabajos de Gerard Jones, Scott Lobdell o Jeph Loeb durante esta década, como también lo vienen las de dos de las grandes olvidadas de tu post (las bisexuales declaradas Hiedra Venenosa y Harley Quinn o -ya más posteriormente- Catwoman, con el precedente de Holly Robinson).
Aunque si hay una especialmente interesante es la de Brian Faslworth y Roger Aubrey, la segunda y tercera encarnación de Union Jack y El Destructor, quienes desarrollaron su relación durante la II Guerra Mundial y los días que siguieron, con todo lo que eso implica. Si mal no recuerdo fue Fabian Nicieza quien la estableció en las series del Batallón V, pero también he leído a gente comentar que fue Thomas quien sembró las primeras semillas en la serie original de los Defensores, cosa que no he podido corroborar.
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De los del presente siglo, haces bien en destacar a Midnighter y Apollo, porque sin duda siguen siendo -a día de hoy- la pareja de superhéroes gay más importante del medio (y no olvidemos que Jenny Sparks y Swift también tenían una relación). Aun así, citaría a Peter David antes que a Abnett y Lanning en el caso de Martyr -ya que fue él quien la sacó del armario, no porque los otros no la desarrollasen, y daría más importancia a lo que hizo Peter Milligan con el cuatrinomio formado por Nota-Grasas-Vivisector-El Guapo (y de postre Doop) en X-Statix, por su interesante forma de jugar con la idea de hasta que punto puede ser mordeable nuestra identidad sexual o personal.
En esa misma línea también podría hablarse del Bestia de Grant Morrison, pero entraría ya en el lote de guionistas que jugaron con el tema pero sin mojarse, como ya ocurrió con el Ángel de Louise Simonson o la bisexualidad de la Tormenta de Chris Claremont. Aquí la pena sería lo ocurrido con Mística, con la que si bien Claremont plantó ideas tan interesantes como su relación con Destino o la duda sobre si en realidad era un hombre o una mujer, con el paso del tiempo ha quedado establecida más como alguien con cierta mente abierta para liarse con mujeres que como algo verdaderamente serio.
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Ni la serie de Vaughan se atrevió a llevarlo más lejos, y desde entonces el balance entre el interés mostrado por Mística hacia los hombres y el que ha mostrado por las mujeres está claramente desnivelado en una dirección. Como curiosidad recordaría los gags de Dan Slott a costa del tema en los GLA, así como el que Anole originalmente fuera a morir en una historia centrada en el suicidio ante el rechazo al descubrir sus amigos que era gay, la cual fue vetada por Marvel cuando se encontraba ya en la imprenta. Cosas de la vida, el muchacho siguió adelante y desde entonces es un secundario habitual de la franquicia, etapa de Jeff Lemire incluida.
Del resto, quizás daría más importancia a Daken por ser el primer personaje Marvel con actitud abierta y muy explicitamente bisexual en tener serie propia, así como a otros como el Casanova, Shinning Knight, Mulholland Black -con la que Matt Fraction abordó las bandas de lesbianas de Los Angeles, y además tuvo una de las frases más brillantes que se hayan dado en la editorial-, la segunda Witchblade, la bisexualidad de Nico Minoru, Mariposa Mental y las diferentes personas de Fantomex, Coloso (Ultimate) o Cullen Bloodstone, bastante alejado de los tópicos habituales.
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El menor de los Bloodstone bien podría representar uno de los problemas de la Marvel actual a la hora dejar huella con este tipo de historias, y es que quizás se pasan de sutiles. Algo que en cierto modo se agradece, ya que en la mayoría de los casos no se planta en la cara, sino que hay un proceso de desarrollo muy paulatino hasta establecer esta situación como ocurrió con la relación entre Angela y Sera, todo lo referente a Loki o lo que parecen estar haciendo con uno de sus personajes de moda en la actualidad. Sin embargo, esto muchas veces da pie a sea tan sutil tan sutil, que ni el propio editor jefe de la compañía se haya enterado como ocurrió con la pansexualidad del Hercules de Greg Pak, o que –a menos que seas un Hombre de Hielo que forme parte regular de una franquicia duradera- no tengas muchas papeletas de poder explorar esta sexualidad más allá si ya ha terminado tu serie.
Tampoco es que en todos los casos este del todo bien hecho, ya que además del citado Bunker tenemos ejemplos como la relación entre Valquiria y la Annabelle Riggs aquella, que tenía mucho potencial pero fue más gratuito que con cabeza. No quería terminar sin mencionar también trabajos como el de Grace Randolph en Supurbia, donde abordaba lo que sería una relación secreta entre unos aparentemente muy heterosexuales Batman/Capitán América y Soldado de Invierno/Nightwing. Pero en general diría que si hay un grupo de autores que estén destacando por potenciar todo esto dentro del cómic mainstream son gente como Gail Simone, Al Ewing, Ta-Nehisi Coates, parcialmente Brian Michael Bendis y mucho más notoriamente Margerite Bennet o los citados Sophie Campbell y Kieron Gillen.
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De la primera, todo lo que ha hecho en Seis Secretos ya vale para elevarla a los altares. En aspectos como el tratamiento de los personajes, pero también en el de recuperar ese lado contracultural de los días de la Patrulla-X de Claremont, donde los supertipos eran outsiders pertenecientes a minorías al borde de la marginación, en lugar del geek cool que tanto se está prodigando actualmente. Todo lo relacionado con a la relación entre Scandal Savage y Knockout es sencillamente maravilloso, ya que lo último que trató es tener una relación LGTB de cara a la galería y ante todo lo abordó como una relación con todos los momentos de gloria y miseria que pueda tener cualquiera de ellas, independientemente del género, orientación o número que conformen sus miembros.
En su serie las vimos enamorarse, ver como su relación se tambaleaba por culpa de la infidelidad, a Scandal derrumbarse cuando Knockout fue asesinada durante La Muerte de los Nuevos Dioses, encontrar fuerzas para levantarse gracias a la aparición de la stripper Liana Kerzner, verse atrapada en un dilema cuando tuvo que elegir entre las dos, dar un paso adelante planteándose formar una familia… Fue ante todo una relación viva, creíble y con cuya historia era imposible no conectar, en una serie que además teníamos a Catman como un bisexual muy activo, a Porcelana como heroína transexual, Deadshot como tirador solitario con una tóxica relación con la muerte, Bane al borde de la asexualidad, Jeannette como una romántica empedernida marcada por el fatalismo de toda relación, “Big Shot” como paternal padre de familia roto por las circunstancias, Cheshire como implacable depredadora sexual, Strix como letal juguete roto vulnerable frente a cualquier emoción humana, la Ventrilocua como vieja verde venida a menos o Ragdoll y el Sombrerero Loco con sus parafilias (impagable cuando este, Deadshot y Catman se encontraban a la imponente Knockout desnuda, y mientras los otros quedaban impresionados este le quitaba importancia con un “Bah, si ni siquiera tiene sombrero”).
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Discípula de esta y Gillen, de Bennet además de todo lo que hizo para desarrollar con una extremada sensibilidad la maravillosa relación entre Angela y Sera destacaría también su Insexts para After Shocks, del mismo modo en que con el autor de Phonogram, Jóvenes Vengadores y The Wicked + The Divine recordaría su pasional relación entre Leah y Magik, Leonardo DaVinci y Michellangelo, o su divertidísima aproximación a Mister Siniestro como un Oscar Wilde de la evolución (escena del vaso de leche inclusive).
Con Bendis se habla mucho del Hombre de Hielo, pero también habría que recordar la naturalidad con la que abordó la sexualidad con personajes como Victoria Brand o el actual Morfo, así como sería interesante analizar lo que está haciendo Coates en sus series o Ewing, que además de tener a Miss America Chavez con una relación con otra chica en Ultimates, tiene a sus Nuevos Vengadores como supergrupo con cuatro miembros LGBT, entre POD, la hija de Yinsen y unos Wiccan y Hulkling que han terminado convirtiéndose en piedra angular de los héroes más poderosos de la Tierra, y que veremos hasta dónde son capaces de llegar.
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Pero vamos, más allá de todas estas pequeñas puntualizaciones, que añado únicamente porque creo que pueden aportar a tu fantástico repaso por la historia de la representación LGTB en el medio, solo me puedo quitar el sombrero ante el increíble trabajo que has hecho en este post. Actualmente se está avanzando mucho en este aspecto con ejemplos tan reivindicables como el Constantine: The Hellblazer de Ming Doyle y James Tynion IV o la actual Wonder Woman, por no hablar de los incontables secundarios que encontramos en multitud de series actuales. Pero como bien dices, aun queda mucho por andar en ese aspecto, para que pase de ser algo que de vez en cuando aparece si un guionista le pone empeño a algo que pueda considerarse establecido con total naturalidad.
Enorme la cantidad de datos
el camaleón.
el de los comandos aulladores,segun el yayo stan.
Voy a ver si lo localizo, pero creo recordar haber leído un artículo -no recuerdo de si en las leyendas urbanas de Cronin o algo por el estilo- donde se explicaba que nunca tuvo la intención de ser introducido como un personaje gay, sino que era el estereotipo de extranjero relamido de la época
estaba basado en david niven,si no recuerdo mal,daniel.
sobre sus recuerdos sobre la serie nick furia y los comandos aulladores declararia lo siguiente hace años:» probablemente fuera la primera serie que representaba a un irlandés,un sureño,un judio,un italiano,y un negro.por no mencionar,posteriormente,a un recien llegado que podia haber sido gay».
ante la insistencia de la pregunta,acaba confirmando que el sargento pinkerton es el personaje gay del que habla.
si la entrevista no es un «fake» (ni idea de quien es el tal rodrigo morlesín) esto contaba allá por el 2015:
https://loscasifamosos.wordpress.com/2015/10/15/stanlee/
en cambio,lo del hombre de hielo me parece que le pilló con «el paso cambiado».
que no le hizo tanta gracia,vamos.
Gracias Miguel Angel por tu interesante articulo y por el debate que genera.
Mi punto de vista lo ha expresado perfectamente Katar Hol. Yo quiero buenos personajes que esten bien construidos y sean interesantes. Sus orientaciones sexuales me dan igual mientras lo anterior se cumpla.
Y me parece que DC y Marvel en algunos casos recientes han empezado la casa por el tejado y estan pidiendo a los lectores que compren XX o YY porque el personaje es gay o lesbiana, no porque sea un buen personaje. Y si, los cambios en personajes como Iceman me tocan mucho la moral.
Estas editoriales tambien han hecho cosas bien, mas DC que Marvel, las cosas como son. A la historia de Sandman, Batwoman (que gran personaje) o Midnighter y Apollo (que han crecido como personajes y ya no son las versiones punkies de Batman y Superman de Warren Ellis), uniria el Starman de James Robinson, donde tambien nos presentó a Mikaal, un SH gay con personalidad y carisma, como todo en la serie de Robinson.
Entiendo que desde el punto de vista de una parte del colectivo LGBT es importante tener visibilidad positiva, pero esta puede conseguirse bien hecha o mal hecha. Y pedir que el Capi o Bucky salgan del armario no solo es ridiculo, es que les resta muchisima credibilidad. Crea tus propios iconos, no te intentes apropiar de los de los demas, porque entonces solo vas a recibir mas rechazo. La obra de Jamie McElvie (Young Avengers, Wicked…) si es modelica en este aspecto.
Por último, no puedo dejar de comentar el daño que causa el ruido de las Redes Sociales e internet, con amenazas de boicott a obras (y editoriales) que no cumplen el standard de supuestos lideres de opinion como le paso recientemente al pobre James Robinson en su miniserie Airboy de Image, por la inclusion de un secundario LGBT promiscuo (resumiendolo mucho). ¡A James Robinson!!! ¿nos hemos vuelto locos? Y que no solo pidieron a los libreros que no compraran el comic, es que pidieron a Image que no imprimieran el resto de la miniserie bajo amenaza de boicott. Si eso no fue una caza de brujas…
En fin, me da la sensacion en este tema pero tambien en general, que mucha gente que NO lee comics y que no tiene intencion de hacerlo esta intentando dictar lo que puede o no puede salir en un comic. Y a veces las editoriales por miedo a ser catalogados como racistas, homofobos, etc estan pasando por el aro.
MilXMil de acuerdo con todo tu post.
Los lobbys y los ruidosos de Internet son el mayor peligro. Sinceramente no me siento representado por esta gente que se proclama en defensores de los que son como yo, al contrario, creo que con posturas de boycot y ataques furibundos a los que no actúan bajo sus protocolos. Como los cienes de casos que hay cada día: «Que si Spiderwoman de Manara enseña mucho el culo», » que si el cartel de XMen Apocalipsis» promueve el maltrato» «que si Elsa de Disney ha se tener novia».
Lo de Robinson me deja de piedra con lo de que si piden boycot a sus comics por que ha creado un personaje secundario gay promiscuo. Primero porque es algo que por cierto (te lo digo como alguien que ha tenido en su adolescencia/juventud amplisísima experiencia en el, llamémoslo así, «mundo gay») es completamente cierto en la inmensa mayoría de los casos, con lo que Robinson estaría reflejando una realidad y segundo porque Robinson creó a Mikaal Thomas, un ejemplo de personaje en su maravillosa serie Starman. Mikaal tenía una historia, un desarrollo y una vivencias fascinantes, y además de todo eso, era gay. Pero como dices, los lobbistas esos seguro que no han leído un comic en su vida, y menos han leído nada de Robinson, al que lo último que se le podría tachar es de homófobo ni nada por el estilo
Ya dentro de las cuestiones planteadas y los comentarios varios que lanzan los compañeros, me quedo con el comentario que leí hace unos días y que venía a decir algo como «Considering it had always been NON-diversity for the sake of NON-diversity, I’m perfectly happy with the current trend of diversity for the sake of diversity» (lo que viene a ser algo así como «Considerando que siempre había sido un NO a la diversidad por el mero NO a la diversidad, soy perfectamente feliz con la tendencia actual de SÍ a la diversidad por el mero SÍ a la diversidad»).
Aquí el problema es el conflicto que se ocasiona cuando las grandes editoriales tratan de nadar y guardar la ropa, buscando tanto preservar sus principales buques insignias como mantenerse actualizados para no convertirse en algo obsoleto. En ese sentido, si nos ponemos frívolos el que el Hombre de Hielo salga del armario o Constantine sea bisexual tampoco es muy diferente a que Magneto pasara de ser un villano plano sin más motivación que la de dominar el mundo o que Iron Man pasara de ser un fulano metido en un armatoste de hierro al que leían cuatro gatos, a la fusión entre hombre y máquina en pleno boom tecnológico del presente siglo.
No deja de ser una actualización pareja con las inquietudes e intereses sociales de su momento, en parte porque la gente que se encarga de estas series es fruto de estas mismas inquietudes e intereses, y en parte por la necesidad de amoldarse, ya que como producto lo peor que te puede ocurrir es quedarte obsoleto, que es una de las principales razones por las que las grandes compañías están invirtiendo tanto esfuerzo para subsanar un problema que arrastran como hijas de los años treinta que son.
Claro que aquí tienes que contentar tanto a los que quieren seguir leyendo a Spider-Man o Batman tal y como lo hacían nuestros abuelos antes que nosotros, y los que abogan porque los universos crezcan y evolucionen. Y aquí se te junta el de “mi personaje que no me lo toquen, si quieren un superhéroe gay que se inventen el suyo” con los de “eh eh, pero si crean el suyo, que ni se les ocurra quitarle sitio al mio”, por lo que al final es un poco la pescadilla que se muerde la cola: Ni queremos que cambien a los ya existentes, ni queremos que los ya existentes cedan espacio para que otros nuevos puedan consolidarse, por lo que -a menos que las editoriales publicasen 200 series mensuales, como si ya lanzasen pocas- sería insostenible.
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En ese sentido creo que compaginar la inclusión de nuevos personajes con la adición de nuevas capas a otros ya existente -como están haciendo- es la forma más sensata de llevarlo, ya que al fin y al cabo viene a ser lo que pasa en la vida real (donde tenemos gente nueva que llega y gente que se pensaban eran algo determinado y con el tiempo se desvela eran de otra forma). Con eso, y ante todo con la determinación de crear buenas historias en las que se aborde la condición LGTB de forma creíble y que aborden el tema de una manera natural, porque si te quedas en la superficie para ganarte la medallita de colgarle a X la etiqueta LGTB y a correr lo mismo estás haciendo más daño al frivolizar el tema que bien.
Aquí también creo que algunos infravaloráis el efecto que pueden tener estas cosas a nivel social. Yo me crié en una zona rural en la que no vi a una persona negra hasta ya cerca de los veinte, y me atrevo a afirmar que leer cómics de la Patrulla-X y los Vengadores seguramente me ayudó mucho a la hora de asimilar la diversidad racial del mundo real, por lo que por mucho que para algunos todo esto sea irrelevante, si que lo considero muy importante por las razones que exponía Lotso. Más cuando hablamos de un medio en el que mayoritariamente seguimos a estos personajes no como meras pintorescas figuras de acción dándose puñetazos los unos a los otros, sino como gente que tras la máscara tienen sus intereses, preocupaciones, amores y desamores.
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De hecho me cuesta entender que problema que veis algunos con casos como el que el Alan Scott de Tierra 2 sea gay, cuando ni siquiera es el mismo Alan Scott de la Tierra Prime (por lo que sería un poco como ver mal que el Coloso Ultimate fuera gay o que hubiera un Lobezno alternativo liado con Hércules, porque ninguno de los originales lo es). En lo que si estoy de acuerdo es en lo que comentáis de que si bien personajes como Loki, Mística, Hércules, Starman, Karolina Dean, Xavin o Wonder Woman ayudan a transmitir una imagen de diversidad sexual siempre beneficiosa, tampoco es conveniente limitarse a ellos, ya que se pierde buena parte de la representabilidad al: a) Pertenecer a culturas diferentes con costumbres diferentes, o b) ser personajes polimórficos cuya sexualidad es tan fluida como sus cuerpos.
Ahí se podría añadir además el tema de que en el entorno de Gotham prácticamente todas las mujeres sean o bisexuales o lesbianas, pero apenas hay un personaje masculino en toda la enorme batfamilia a quien le gusten los hombres, algo que bien recuerda que es un tema que aunque fundamentalmente debería salir del autor, es necesario gestionar con cabeza para evitar que la balanza se desnivele demasiado hacia un lado u hacia otro.
Sobre el como gestionar todo esto de cara al futuro, la verdad es que el tema es complicado. El primer paso lógico desde luego es seguir potenciando a personajes como Estrella del Norte, Midnighter, Apollo, Wiccan, Hulkling, Batwoman, Question, Daken, el Hombre de Hielo, Constantine, Angela, Alan Scott, Miss America Chavez, Karma, etc… además de abrazar sin tapujos el mismo carácter de otros como Wonder Woman, Loki, Hiedra Venenosa, Masacre, Gambito o Catwoman.
El segundo, aprovechar personajes que tampoco tengan una sexualidad demasiado definida como puedan ser Magik, Halcón Nocturno, la actual Hawgirl, Karnak, Shazam, Júbilo o alguno de los Robins para dar más representabilidad. Tercero, obviamente que cuando se introduzcan personajes nuevos se trate de compensar esa mayoría WASPMH que hay, aunque esto puede dar un problema asociado si: a) Pasamos de tener una generación integramente WASPMH a otra con cero WASPMH, b) Que se comience a crear personajes que no sean sino la suma de estereotipos minoritarios como fue el Extraño de DC o el Bunker de los Titanes de Lobdell.
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En el cuarto entraríamos ya en el territorio de cambiar personajes ya existentes, que aunque sigue siendo tan válido como en la vida real -donde gente que ha pasado toda su vida con una identidad, de un día para otro se descubren a si mismos asumen otra- resulta más problemático de cara a los fans. Aquíe seguramente lo más fácil sería jugar con la bisexualidad de gente como Star Lord, el profesor Xavier, Doctor Extraño, Estela Plateada, Namor, Adam Warlock, Detective Marciano o los Green Lantern Corps, que al fin y al cabo son personajes que por circunstancias o estar a un nivel de entendimiento de la realidad por encima de las restricciones del resto, las barreras de género seguramente les importen lo mismo ocho que ochenta. Sin embargo, es algo de lo que tampoco se puede abusar, ya que caeríamos en lo comentado arriba, y que ya no fuera algo relacionado con una orientación secual concreta, sino meramente culturales.
Si buscamos otras opciones con los pies más próximos a la tierra, el Capitán América, Batman o Bruce Banner serían probablemente las más obvias, pero también te encuentras con una serie de problemas como son que el primero siempre ha sido un personaje netamente asexual, por lo que no solo sería inocuo, sino que si de repente mostrara interés plenamente sexual por una persona de cualquier género que no fuera una bandera de los Estados Unidos perdería parte de su carácter etereo y atemporal. Podría ser una gran historia si se lleva con mejor tino que con todas esas Carters, Iguanas, y Bernie Rosenthal que de vez en cuando salían por ahí para llenar el cupo y que no hubiera habladurías sobre él, pero lo más probable es que cualquier novio que le buscasen terminase siendo tan temporal y anecdótico como cualquiera de ellas.
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¿El murciélago? Quizás en un futuro muy lejano en el que Midnighter sea innecesario, pero ahora mismo sacar del armario al otro personaje asexual por excelencia podría ser perjudical para el otro. ¿Banner? Demasiado cogido por los pelos, teniendo en cuenta que se supone que Hulk es la versión desinhibida de este, y nunca le hemos visto ningún interés al respecto. Aparte de la versión Ultimate, claro.
Lo que sigue es una serie de personajes que o bien tienen relaciones sentimentales demasiado arraigadas en sus historiales como son Peter Parker, Superman, Oliver Queen, Clint Barton, Barry Allen, Wally West, la Mujer Invisible, Canario Negro, Mera, Luke Cage, Crystal, Reed Richards…, que podrían colar pero son villanos (Lex Luthor, Magneto… Kevin Smith ya dejó bastante claro que el Joker directamente lo es) o que tienen una orientación sexual muy marcada como Rondador Nocturno, Hulka o la Antorcha Humana. Hay otros que aun teniéndolas son más abiertos a la bisexualidad como el caso de Nightwing, Kitty Pryde, Coloso… e incluso podría salir algo bastante interesante de abordar a Hawkman, con su relación eterna con Hawkgirl, desde esta óptica.
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Aun así volvemos al tema de sobrecompensar, ya que en la mayoría de los casos lo más orgánico sería hablar de bisexuales, y volveríamos al tema de que si de repente todo el mundo en Marvel y DC se convierte en bisexual, caes en el riesgo de frivolizar la orientación sexual más que en apoyar diferentes espectros dentro de las mismas. Que sí, que también puedes ir un paso más lejos y decir que en realidad no son bisexuales, sino que siempre han sido gays y no han terminado de asumirlo hasta ahora. Pero en ese caso te encuentras con un bloqueo en forma de Hombre de Hielo, ya que esa historia ya se ha dado, hace dos días y exactamente con esos mismos parámetros, y sería redundar en una historia demasiado reciente. ¿Quizás haya otras formas de hacerlo sin tener que repetir exactamente este mismo tropo? Puede ser, pero a mi al menos no se me ocurren ahora mismo.
Resumiendo, que aunque en alguna ocasión les sale rana y en otras encuentran ciertas reacciones adversas, diría que van por el buen camino, y que aunque hay gente que todavía no ha terminado de digerir cosas como lo de Bobby Drake o Alan Scott, si siguen desarrollándolos con cordura y explorando esta condición como algo más que una concesión para la galería -algo que de momento parece que si se están tomando con la suficiente seriedad Lemire o Hopeless en el caso del helado- van por el buen camino. Las escaleras hay que construirlas paso a paso, y aunque de vez en cuando surjan tensiones, ni hay que echarse atrá ni venirse abajo, porque es más que probable que con el tiempo estas terminen puliéndose. Tampoco se aceptó la inclusión de Spider-Man en los Vengadores o el regreso de Bucky en su momento, y ahí están.
Si acaso algo en lo que deberían apretar más ambas, es en apostar más por los ya existentes e ir dejando un poco de lado la sutileza en el caso de Marvel, y volver a consolidar la idea del legado en el de DC.
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Ahora bien, ahí el mayor problema que pueden encontrar es que sea la propia sociedad la que de uno o varios pasos atrás, caso en el cual todo este trabajo que están haciendo en pos de una mayor diversidad y mayor progresismo podría quedar desnudo a merced de golpes draconianos que podrían hacer que toda la escalera se derrumbase como un castillo de naipes. Viendo la situación en la que está actualmente el mundo no es descartable. Solo queda seguir contribuyendo donde toca para que no suceda.
De hecho me cuesta entender que problema que veis algunos con casos como el que el Alan Scott de Tierra 2 sea gay, cuando ni siquiera es el mismo Alan Scott de la Tierra Prime (por lo que sería un poco como ver mal que el Coloso Ultimate fuera gay o que hubiera un Lobezno alternativo liado con Hércules, porque ninguno de los originales lo es)
El problema con Alan Scott no es que hayan creado un Scott alternativo. Es que han eliminado al 100% al original como si jamás hubiera existido y lo han sustituído por el gay. ¿Te gustaría que el Coloso original, el que fue creado en el Giant Size XMen de la noche a la mañana fuera borrado de continuidad, como si jamás hubiera existido, toda su historia cercenada, y de pronto la postura de la editorial fuese que el único y auténtico Coloso es el Ultimate? Pues eso es lo que han hecho con Alan Scott (Ni mi aclamado James Robinson es perfecto, ya ves)
De todas formas vaya textazo, lleno de datos e información. Sinceramente sigo opinando que lo mejor es que no hayan cuotas, ni que se tome como misión ser representativos de nada. Que los creadores hagan lo que quieran y las historias fluyan. En mi opinión las cuotas y los planes de
Sobre temas más frikis, lo de los Dioses (Thor, Hércules o inmortales como los Eternos y Sersi), sí entendería que les molase todo. A ver, son inmortales, son entes por encima de la humanidad normal, sus valores son otros. Al vivir tanto lo normal es que probasen todo. Así lo retrató Alan Moore en su Liga de Caballeros con los inmortales Orlando, Mina y Quatermain. Además, los dioses olímpicos todos o casi todos tenían, según la mitología clásica, amantes hombres y mujeres, desde Zeus hasta Apolo.
Pues es una cuestión interesante, KatarHol. Así a pronto, que tras Secret Wars Coloso proclamase ser gay o algo similar que apuntase a su sustitución por el Ultimate no es algo por lo que me fuera a rasgar las vestiduras, siempre y cuando se mantuviese su relación con Illyana y fuera consciente de su relación con Kitty.
Tampoco puedo decir que me moleste que el Viejo Logan se convirtiera en la nueva versión del mismo, como tampoco me importó el que el Halcón Nocturno de Straczynski hubiera ocupado el lugar del de toda la vida, el cual ya incluso había cerrado su historia a manos de Joe Casey, la versión del Ultra Humanite de Pak y Kuder, prácticamente todo lo que se ha hecho con Aquaman o que cambiasen de raza a La Cazadora.
Sin embargo hay otros cambios a los que no le termine de ver demasiada gracia como el cambio en el origen de Wonder Woman de Azzarello -por mucho que la serie en si fuera cojonuda- u otros cambios aleatorios que se han hecho en algunos villanos del Batverso como Mr Freeze, el Acertijo o Clayface, por lo que podríamos hablar que cada uno es más receptivo o no a según que cambios según sus propias preferencias.
Pero tratando de buscar una base objetiva dentro de esta valoración subjetiva, me doy cuanta que hay una constante en los que si acepto, y es que en la mayoría de los casos ya se había pasado página con las versiones originales, que las nuevas son introducidas con un sumo conocimiento de sus precedentes y/o con interés a crear iconos a la altura de los anteriores (mientras que los que no, versiones que se despojan de elementos importantes de forma aleatoria para cambiar profundidad por fachada).
Con eso en mente me atrevería a decir que el verdadero problema del nuevo Alan Scott no es la orientación sexual con la que lo introdujera James Robinson en lo que no dejaba de ser una tierra alternativa que para nada tendría que amoldarse a las reglas de la Tierra Prime, sino la forma drástica con que la compañía se quitó de en medio a la JSA de esta sin dar una sensación de cierre que permitiera a sus seguidores a pasar página, dejando una herida abierta con la que su brusca sustitución con esta nueva Tierra 2 seguramente terminó siendo un plato difícil de digerir.
p.s.: Y de ser así quien sabe, lo mismo con la próxima reintroducción de la JSA en el pasado de Tierra Prime que nos adelantaba el Rebirth consiga enmendar parte de ese daño
Efectivamente el problema fue la aberrante transición de la JSA de siempre al engendro de N52. No tendría problema en que, por decir algo, Alan Scott hubiera muerto en un episodio a la altura de las circunstancias y le hubiera dado su anillo a un nuevo portador, (Por ejemplo su hijo Todd Rice,que es gay) y este fuera el nuevo Green Lantern mágico no afiliado a los GL Corps.
Como tú mismo dices aceptarías que tras Secret Wars Coloso fuese gay SIEMPRE y CUANDO se respetase su pasado, por ello los ejemplos que citas de Old Man Logan no son válidos. Old Man Logan en el UM de siempre no significa que la vida y la historia de Lobezno hayan sido eliminadas. Lobezno existió, tuvo su historia con los XMen y los Vengadores y estos lo recuerdan vivamente, nadie les ha borrado sus aventuras con él. Si sobre Coloso, tras SW, te dijeran que nunca ha tenido hermana, que no conoce a Kitty, que nunca estuvo en los XMen de Claremont, pero es gay, ¿Te compensaría que se hubieran cargado todo su bagaje sólo para tener un token LGTB? Pues eso es lo que torpemente hicieron con Alan Scott, ejemplificando en mi opinión cuál es la peor manera posible de introducir un personaje homosexual en un comic.
Es que ese es el problema, precisamente. Cuando hablamos de temas, digamos, controvertidos, siempre pende la sombra de lo que anteriormente comentaba de forma muy certera el comentarista Torelli: decisiones editoriales de mierda, o pobres, o mal justificadas que de paso cambian a un personaje de etnia u orientación sexual juegan con ese riesgo de que si alguien lo critica es porque es un racista, homófobo o retrógrado. Si yo criticase lo de Alan Scott tendría que justificarme de antemano explicando que no es porque sea gay en sí, al igual que lo de Bobby en All New X-Men. Y oye, no, yo critico lo de Alan Scott y en general todo lo de Tierra-2 porque se han cargado a unos personajes ante los que una nueva generación de lectores habíamos caído rendidos, independientemente de la orientación de un Alan Scott que ya no es él tenga novio, novia o lo que le venga en gana, y critico lo de Bobby porque no ha habido un desarrollo o una coherencia, sino que un día Jean Grey dice que el personaje es gay y al día siguiente el Bobby Drake adulto dice que vale, que lo es y que el Ángel está bueno. Tal cual.
Afortunadamente cuando los lectores criticaron que en los 90 se sustituyese a Tony Stark por una versión infantil de sí mismo nadie acusó a los críticos de ser anti-niños o tener complejo de Herodes o algo así XD
Es parte del problema de la socidad en la que vivimos (Problema que noto más en Internet y en los medios de comunicación que en el día a día). Hemos llegado a un punto de obsesión por no ofender a nadie y representar a todos que hemos cruzado la línea de lo sensato y nos hemos ido al punto opuesto, que amenaza llegar a ser tan perjudical esta situación como una hipotética en la que se marginalizase a los no-blancos-heteros.
Como bien dices, tú tienes que justificarte con que no eres homófobo para criticar lo mal llevado que está el cambio del Hombre de Hielo (No he leído los X-Men de Bendis, no puedo opinar), yo tengo que recalcar que soy gay para que no se me acuse de lo mismo. Y no me refiero a esta web, donde en ningún post he visto ningún comentario de este tipo, afortunadamente, casi todos en sus posturas me han parecido sensatos, pero opinar esto mismo en selvas como Twitter o, yo que sé, un foro generalista, ya es correr demasiados riesgos.
Es más, venga, que me he calentado: pongamos que, por ejemplo, en Marvel recibiesen muchas críticas desde España; «oye, que España es un país muy marvelita, se consumen muchos tebeos de Marvel y no mola que no haya ni un sólo superhéroe con el que nos podamos sentir representados». Y en Marvel dicen «oye, es verdad, hay que hacer algo». El sentido común diría algo así como que sería bueno crear un nuevo personaje y que fuese español. Podrías contar su integración en un país tan diferente como es Estados Unidos y tal, todo muy guay, y los lectores españoles diríamos «oye, muy bien, un superhéroe español». Pero imaginemos que en lugar de eso, un día Jean Grey le lee la mente a Tony Stark y le dice «Sr Stark, es usted adoptado. Su verdadera madre era profesora, su padre era tornero fresador y usted nació en Jerez». Y de golpe, Tony Stark es jerezano, con dos cojones, y empieza a decir cosas como «pisha», «arsha» y «olé que arte», porque sí.
¿Sería una mamarrachada? Por supuesto, una mamarrachada absoluta.
Pues eso es lo que han hecho con Bobby Drake. O así lo veo yo, vamos.
Que la intención supongo que es buena, no lo dudo, pero es una mamarrachada al fin y al cabo.
Yo voto Sí a un Tony Stark jerezano y un poco a lo Hemingway por España borracho. Me parece muy buena idea. Bobby Drake gay , por otro lado, no me sorprendió NADA. Es como q siempre estaba eso ahí, de fondo.
Independientemente de que todos tenemos ese algo que se nos atasca y luego tratamos de racionalizar porqué no nos gusta, hay algo de tu argumentación que no termino de poder comprar, KatarHol.
Es decir, comparas el caso de Alan Scott Tierra 2 con en Coloso Ultimate en el universo Marvel, pero realmente es el Coloso Ultimate… en el Universo Ultimate, ya que ni siquiera está en la Tierra Prime ocupando el lugar del Alan Scott original, sino en un nuevo universo completamente nuevo como fue la tierra Ultimate en su día.
Pero aun digo más, ¿no sería igual de token el ejemplo de Todd Rice que propones que -supuestamente- el actual Alan Scott? Porque el token no viene determinado por su nombre, sino por introducir a un personaje de una minoría para cubrir el cupo pero no hacer nada con él, cosa que no tengo muy claro que se pueda decir de este Alan Scott, independientemente de si fuera en Tierra Prime, Tierra 2, se llamase Alan o se llamase Todd Rice.
Teniendo en cuenta lo hecho por Robinson, que no me pareció mala adaptación si tomábamos aquella Tierra 2 como el propio Ultimate de DC Comics, sigo teniendo la sensación de que el problema esta más en la forma de dejar los antiguos en el limbo que en lo hecho por Robinson en un Elseworld que partía de cero, y en el que por tanto tenía total libertad para reimaginar a los personajes.
p.s.: Además, de que no dejaba de ser una formula similar a lo hecho con la bisexualidad de Catwoman, fusionando a Selina y Holly en un único personaje, salvo que con Alan y Obsidian, y con la diferencia de que al contrario de los Nuevos 52, Tierra 2 si que era un nuevo mundo que partía completamente desde cero
La historia es que Alan Scott dejó de existir de un día para el otro. No hubo final (bueno, murió en los últimos comics preN52, pero fue todo como los últimos comics DC preFlahspoint, deprisa, corriendo y chapucero para cerrar la serie y comenzar con N52) junto con toda la JSA, sin explicación, sin ese final para cerrar página que dices. De un mes al otro el único Alan Scott que existía para DC era el gay de esa Tierra 2, en ningún otro sitio existía ningún otro Alan Scott. El Alan Scott original simplemente era borrado de continuidad por la editorial, renegaba de él como renegó de muchísimos otros de sus personajes (Wally West por ejemplo). Para la editorial sólo había un Alan Scott válido, un personaje que no tenía nada que ver con el de toda la vida, que lo suplantaba, que lo usurpaba. Con Coloso puedes elegir el tradicional o el Ultimate (O podías hasta ahora, hasta Secret Wars, pero al menos se ha quedado el original, no la copia). Esperemos que rectifiquen con la movida de Rebirth.
No veo que Todd Rice sea tan token como el Alan Scott de N52 desde el momento que es el mismísimo hijo de Alan Scott y su hermana es ya una Green Lantern. Podrían haber otros candidatos, pero Rice sería un excelente sucesor por derecho propio (Ha pertenecido al mundo de la JSA y Alan Scott desde su creación en Infinity Inc.). Lo que sea gay es ya algo accesorio, pero sería una forma más natural (el legado es parte del ADN de DC) de tener un personaje gay que cambiándole la sexualidad a uno ya existente. ¡Recordemos que DC consiguió titulares en la prensa generalista vendiendo el titular «Green Lantern es gay»! Sin explicar la movida que era un Lantern que no era el que conoce el gran público.
«»»»Teniendo en cuenta lo hecho por Robinson, que no me pareció mala adaptación si tomábamos aquella Tierra 2 como el propio Ultimate de DC Comics, sigo teniendo la sensación de que el problema esta más en la forma de dejar los antiguos en el limbo que en lo hecho por Robinson en un Elseworld que partía de cero, y en el que por tanto tenía total libertad para reimaginar a los personajes. «»»
Básicamente es el problema nº1. Si al erradicar un clásico le sumas el plus de «postureo» de hacerlo gay, pues comienzas la andadura con muy mal pie. Tal vez la JSA alternativa de Tierra 2 y su Alan Scott gay no habrían molestado ni hubieran generado polémicas estériles si hubiesen convivido en las estanterías con la JSA tradicional.
Aunque estoy más de acuerdo en algunas cosas que otras, entiendo lo que comentas, KatarHol, especialmente en lo chapucera e improvisada que fue la transición a los nuevos 52. Eso sí, como puntualización por mero puntillismo señalar que cuando se presentó la versión Ultimate de Coloso, el original estaba muerto y no volvió a la vida hasta varios años después, por lo que en realidad si que hubo cierta similitud. No completa, pero si en cierta manera
Pues a mi cambiar la orientación sexual de un personaje por arte de magia no me parece que sea hacer evolucionar al personaje. No me parece en ningún punto comparable el que Iron Man haya pasado de una armadura de hojalata a una fusión máquina/hombre (lo que me parece una evolución coherente con el personaje), con que después de décadas de relaciones con mujeres se levante un día y diga que es homosexual y siempre lo ha sido. Ahí yo no veo evolución del personaje por ninguna parte, veo un cambio de imposición editorial, tan criticable como el que Magneto dejara de ser el padre de Wanda y Mercurio para que no fueran mutantes porque iban a salir en las películas.
A mi es que el hecho de que tenga que haber un Spiderman gay para que los gays se identifiquen con el, uno negro que para los negros se identifiquen con el, uno blanco, uno mujer etc… me parece que en el fondo es una auténtica segregación que no deja de implicar que los gays no pueden identificarse con un personaje si no es homosexual, lo cual es una aberración a la altura de que yo no puedo identificarme con el Capi porque no soy rubio ni nací en Brooklyn.
Quiero decir que si la meta es la igualdad de todos sin importar la orientación sexual, la raza o la religión, quizás baste con un Spiderman para todos, un Hulkling para todos, un Pantera Negra para todos y una Batwoman para todos.