Reseñas DC: Teen Titans Rebirth #01

 

Edición original:Teen Titans Rebirth #01.
Guión: Benjamin Percy.
Dibujo: Jonboy Meyers.
Entintado: Jonboy Meyers.
Color: Jim Charalampidis.
Formato:Grapa, 24 páginas.
Precio:2,99 $.

 

Los Jóvenes Titanes son esa idea que dentro del Universo DC permitió poder acercar a los sidekick como grupo independiente a los lectores, llegando a ser la mejor cabecera de la editorial durante los años 80. El invento tuvo lugar en el año 1964 donde se unieron Robin, Kid Flash, Wonder Girl y Aqualad para ir engrosando sus filas con Speedy, más adelante, así como con incorporaciones de nuevo cuño. A toda suerte se trataba de una maniobra con la que acercar al público más joven una versión similar del héroe adulto, al tiempo que permitía que estos personajes adquirieran más presencia y por tanto más personalidad e independencia.

La fórmula funcionó y hasta el día de hoy siempre ha existido una versión de estos héroes adolecentes para cada generación.

Con Renacimiento ya funcionando a pleno rendimiento llega la última hornada de series y con ella aparecen de nuevo los Teen Titans dispuestos a encarnar al grupo para las nuevas generaciones. Esto ya es de por si toda una declaración de intenciones, porque está claro que estamos frente a un cómic que tal vez no sea el más adecuado para el lector más trillado, sino para ese lector que puede llagar ahora a sus primeras lecturas o que se acaba de reinsertar los ojos tras tener que arrancárselos al ver y sufrir el despropósito que se hizo con el grupo en los Nuevos 52 gracias a Lobdell.

Estos Teen Titans giran alrededor de la figura de Damian, el Robin más arrollador de todos cuantos han vestido la casaca roja y cuya personalidad es cualquier cosa menos sumisa, siendo en esencia pura arrogancia que en el fondo no es sino la actitud normal de alguien cuyo padre es Batman y su abuelo Ras Al´Ghul. Sobre Damian descansa este número y lo hace porque es el encargado de unir al grupo, de marcar un objetivo, de enseñarles que cinco dedos juntos forman un puño y que unidos pueden hacer mucho más.

Tenemos una alineación en la que se rescata a Beast Boy, Raven y Starfire, vestigio de los Titanes más exitosos, con el nuevo Kid Flash con el objetivo de acercar esa época dorada a los lectores de hoy en día, alejándose del tratamiento que Wolfman y Perez dieron al grupo en su época dorada. Estos Teen Titans puede que compartan parte de su alineación, pero no podrían ser más diferentes. No se puede sentir esa inocencia tan característica de los años 80, viendo a niños de 13 años comportándose como adultos, muy alejados de su verdadera madurez emocional. Todo esto genera cierto distanciamiento a la hora de leer el número y termina por desvincular al lector con unos personajes que son familiares pero que para nada se comportan como los que pueden ser recordados de esa etapa ochentera.

No son los Teen Titans para los lectores de ayer, son los Teen Titans para los lectores de hoy que son mucho más intensos y dejan atrás la niñez con demasiada rapidez. Benjamin Percy y Jonboy Meyers construyen un número fundacional, consecuencia del último número de Damian Hijo de Batman, que es capaz de generar por sí mismo interés y que traza las líneas de por dónde pueden ir las futuras tramas a desarrollar. La serie es fresca y dinámica, con un estilo de dibujo muy influenciado por el manga, que se apoya, o esa es la impresión que da, en las enormes diferencias que hay entre los personajes. Esas diferencias pueden ser el gran punto a favor para Percy ya que aporta ese factor que hace que cada uno tenga bien definida su forma de ser, al tiempo que les une un mismo objetivo común a la hora de trabajar en equipo.

Un cómic juvenil y enérgico, como el público al que va dirigido, que esconde interesantes ideas y cuyo peor defecto es que el dibujo, en ocasiones, no es capaz de captar la situación que Percy plantea, dando la sensación de que estamos frente a un cómic infantil, cuando no es así en absoluto.