Nos citan en un lugar secreto. Nos mandan por correo las correspondientes indicaciones, códigos de vestir, nos piden que mantengamos el secreto. Y es que hay un cine secreto en Madrid y hemos sido invitados. Muchos no conocerán el concepto, pero el cine inmersivo lleva algunos años dotando al público británico, estadounidense y australiano de unas aventuras que difícilmente pueden vivirse sentados ante una pantalla de cine. La empresa Spectacular! trajo el pasado mes de Noviembre el primer pase de cien inmersivo que se ha realizado de forma oficial en España, y la obra elegida no es otra que la maravillosa
La cita, en un lugar secreto que acabó convertido en el Chicago de la Ley Seca.
Chicago, 1930
El lugar es el
La dudas se despejan al rato.
Nos hacen avanzar hacia la aduana. «Bienvenido a Chicago» me dice un policía, mientras me sella el pasaporte, me hace entrega de la cartilla de racionamiento con la que podré acceder a la cena, y añade: «no confíe en nadie». De ahí, nos dividen en grupos y avanzamos bajo la lluvia hasta la rueda de prensa que el jefe de policía da en las inmediaciones. Al Capone, la Ley Seca, poco a poco vamos metiéndonos en el ambiente. Nos esperan unas cuatro horas de mezcla entre película y rol en vivo, por lo que es mejor ir acostumbrándose y dejándose llevar. Al entrar en la ciudad, asistimos a un tiroteo por parte de la policía: se nos encarga la misión de tomar las cajas marcadas con una hoja de arce canadiense y entregárselas a la policía. Nos agachamos tras unas cajas cuando empieza el tiroteo, las balas silban sobre nuestras cabezas y debemos avanzar en esa postura hasta que entramos propiamente en la explanada del museo. Pero ya no es el
Más allá de la experiencia de ver la película en una gigantesca pantalla, con un sonido impresionante, en la explanada rodeados de locomotoras antiguas y vestidos para la ocasión, la experiencia con
Las recreaciones de situaciones de la película eran geniales, divertidas y llenas de acción, con unos actores muy metidos en sus roles que te invitaban a creértelo de verdad. Las instalaciones y los decorados, incluida banda de música en vivo, eran una pasada y aunque hacía bastante frío, la organización había repartido potentes calentadores por todo el recinto. No nos quitamos los abrigos, pero la verdad es que tampoco estuve incómodo. La cena consistía en un menú sencillo de hamburguesa o sándwich cubano con acompañamiento, bebida y postre, pero lo cierto es que apenas le presté atención porque organizaron un combate de boxeo entre
La dinámica consistió en unas dos horas de recreación, en que vivimos algunos de los momentos de la película, jugamos en el casino, recorrimos los decorados y cenamos, y otras dos horas y poco de película. Las sillas eran cómodas, estábamos rodeados de calentadores y la organización puso a nuestra disposición mantas para los más frioleros. Además nos regalaron refrescos. Los actores estaban muy pendientes de lo que el público necesitara, eran muy cercanos y se mantenían metidos en el papel. Por mi parte, me vi muy metido en la película y la disfruté muchísimo. Fue una experiencia realmente mágica, una noche memorable y nos dejó con ganas de saber cuándo va a volver a hacerse y cuál será la próxima cinta que se lleve al cine secreto.
Me parece una idea genial, que dure y amplien la oferta de peliculas. Con esto se demuestra que la gente tiene ganas de una experiencias nuevas. A mi me pasó algo parecido, aunque muy diferente con las «room escape» algunas con una ambientación maravillosa.