Nankín: La ciudad en llamas

 

Edición original: Nanjing: the burning city (Dark Horse Comics)
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Ethan Young.
Dibujo: Ethan Young.
Color: Blanco y negro.
Formato: Cartoné, 208 páginas.
Precio: 18, 50 €.

 

A finales de 1937, el Imperio Japonés y la República de China estaban inmersos en la segunda guerra entre sus dos naciones. Este conflicto se acabaría alargando y pasaría finalmente a quedar englobado en el marco de otro incluso mayor, la Segunda Guerra Mundial. Uno de los episodios más tristemente famosos de esa contienda Chino-Japonesa fue la toma de la ciudad de Nankín por parte del ejército nipón. El día anterior a esta victoria del país del sol naciente, gran cantidad de altos mandos del ejército Chino huyeron de Nankín sin llegar a dar orden de retirada a sus tropas, ni siquiera a informarlas. Lo que a continuación sucedió solo puede ser calificado de auténtica masacre. En las seis últimas semanas de aquel año, se produjeron en aquella urbe atrocidades a una escala inmensa, tanto sobre los militares chinos como sobre la población civil: ejecuciones a sangre fría, saqueo… y la utilización de los abusos sexuales como arma de dominación sobre los vencidos a una escala inaudita, lo cual llevó a este sangriento acto bélico a ser conocida como la Violación de Nankín. Se estima que las víctimas de esta ocupación durante ese periodo de tiempo llegaron a las 300.000, aunque a día de hoy el gobierno japonés niega estos sucesos a pesar de las múltiples pruebas presentadas por los historiadores, lo cual no hace sino enturbiar las ya tradicionalmente tensas relaciones con China.

Ethan Young, el autor de Tails, nos cuenta en esta novela gráfica en blanco y negro la historia de dos soldados chinos atrapados en Nankín mientras intentan huir de la misma y del ejército de ocupación japonés. El soldado Lu y un valiente capitán que nunca llega a ser nombrado recorrerán la ciudad en llamas para tratar de huir y salvar la vida. Así, serán testigos de la miseria provocada por la guerra, y en general de las monstruosidades que el ser humano puede llegar a ser capaz de desatar sobre sus semejantes. Pero ¿cuál es la mejor opción para escapar? ¿Dirigirse hacia la puerta de Yijiang y cruzar el Yang-Tse a nado? ¿O ir a la zona de seguridad habilitada para extranjeros, en la que podrán hacerse pasar por refugiados civiles y que sus vidas sean respetadas por el enemigo?

Lo diré ya: estamos ante una obra maestra. No solo por lo interesante de la temática y el valor humano de hacer por que unos hechos como estos no caigan en el olvido, sino por la ejecución en sí misma. La narrativa es asombrosa, escalofriante, juega con los tempos y los planos, eso sí, sin artificios, para hacernos llegar sensaciones de calado. El dibujo de Young, a veces minucioso y otras esquemático, nos recuerda (como acertadamente afirma la cita de la página especializada The Beat incluida en la edición española de ECC) un tanto a Kubert y otro a Tardi. Y eso, señores, son palabras mayores.

Llama la atención como Young, de ascendencia china, a pesar de esto y de que obviamente tendrá su propia visión personal de estos a todas luces condenables hechos, consigue no caer en maniqueísmos fáciles. Sí, la denuncia rotunda de la Violación de Nankín está ahí. Sí, se nos muestran los horrores que allí se produjeron. Pero eso no significa que todos los soldados japoneses fuesen monstruos, ni que las acciones de los horrorizados chinos estuviesen exentas de la locura y sinrazón inherente a la guerra. Y aunque sean rebatidos con firmeza, podemos ver cómo había quien dentro del ejército japonés esgrimía argumentos supuestamente bienintencionados para iniciar esta contienda de cara a un bien legítimo y mayor. En este relato no solo encontramos personajes que son vehículos para transmitirnos una postura histórica. Nos encontramos con seres humanos, con todo lo bueno y malo que eso conlleva; unos son despreciables mas allá de toda medida, otros se ganan nuestro cariño; otros lucen un impresionante carisma, como el coprotagonista capitán o su contrapartida, el coronel nipón que es mucho más que el villano de esta historia.

Sin lugar a dudas, estamos ante uno de los lanzamientos más rotundos de 2016 en nuestro país. Ya cuando el año anterior fue publicada por Dark Horse en Estados Unidos, llamó poderosamente nuestra interés, pero ha tardado en caer finalmente un ejemplar en nuestras manos. Así, nos disculpamos por haber tardado tanto en reseñar Nankín: La ciudad en llamas. Una obra de este calibre merece toda la atención de los medios tanto como figurar en cualquier biblioteca que se precie.