Lo mejor del 2009: Llaves y candados

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“La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”. Esta afirmación de H. P. Lovecraft me vino a la mente cuando pensaba en el mejor cómic de este año 2009, tanto por el título del tebeo en cuestión, como por su temática.


Cuando surgió la idea de hacer unos textos especiales en los que cada colaborador elegiría y hablaría sobre sus preferidos del año, lo tuve claro; mi elección sería Locke&Key. Bienvenidos a Lovecraft. Llevaba tiempo esperando el momento adecuado para hacer algo a raíz de este cómic, el debut de Joe Hill como guionista de tebeo, había llegado ese momento. Ha sido un año muy completo, hemos tenido muchísimas buenas historias, de todo tipo de géneros, y quedarse con una no es tarea fácil. Tampoco quería resultar previsible ni repetitivo, así que encontré la solución en el primer tomo que Panini Cómics ha sacado de la serie Locke&Key. Tiene una historia estupenda, un gran dibujo y un estilo propio, características que sustentan mi elección. Comencemos pues hablando de Joe Hill.


Joe Hill, al igual que su padre, Stephen King, se siente deudor de Lovecraft, aunque prefiere dar su propia definición del género que la anteriormente citada, y lo hace en su primera novela, El Traje del muerto, en boca de su protagonista Jude Coyne: “El terror tiene sus raíces en la empatía, en entender lo que podría ser el peor de los sufrimientos”. Carlos Fresneda lo explica aún más en un especial sobre el autor que escribieron en el suplemento de ElMundo.es en mayo de 2007 (enlace): “El miedo-según Hill- no paraliza al lector, sino que lo sumerge en un inquietante terreno en el que uno está temiendo casi siempre lo peor”.


Al fin y al cabo, el pavor a lo desconocido, a lo incontrolable, a lo inesperado, a lo externo, a lo ajeno… sigue estando impreso en la materia genética de cada uno de nosotros, así el género terrorífico es el mayor beneficiado, el que mayor provecho saca. Locke&Key es, sobre todo, eso, una historia de género. Así como Joe Hill es un autor de género (y de cuna).

Papá y mamá


Nació como Joe Hillstrom King en 1972 y es el hijo intermedio de los tres vástagos de Stephen y Tabitha King. Ha heredado del primero el gusto por el terror y de la segunda la complicidad literaria: “En mis historias hay influencias de los dos, aunque tengo predilección por los personajes de mi madre, que suelen ser tipos de dudosa reputación, con grandes manchas morales, que son egoístas, no tienen escrúpulos y usan a la gente… Cuando tienes un personaje así, siempre hay una esperanza y una posibilidad de redención, por pequeña que sea”, explica él mismo en el especial de El Mundo.


“El recuerdo que tengo de niño es el de los dos escribiendo, cuando volvíamos del colegio. Imagino que así fue como me puse a escribir en mi habitación, esperando que algún día me pagaran por ello… Cuando tienes una relación así con tus padres, lo más lógico es que tiendas a imitarles. Así que me dediqué a escribir. De niño hice algunos pinitos como actor, pero era malísimo”, continúa. Menos mal que se dedicó a la escritura, sino nos hubiéramos perdido la historia de La Casa de las Llaves y toda la fantasía y magia que esconde Locke&Key.


Cambió su apellido (realmente lo acortó para tener el mismo nombre que un conocido héroe sindicalista americano) con la idea de tener éxito por su propio pie y no por seguir la estela de su padre. Preparó cuatro novelas que nunca le publicaron: “La primera, que se iba a titular Papel angels, era un thriller muy inspirado por Cormac McCarthy. Luego escribí una novela épica de fantasía de 900 páginas, influido por Tolkien, en la que invertí tres años de mi vida. Tengo otra novela joven de fantasía que era un desastre total y mi mujer no pudo ni siquiera acabarla. Y otra novela confusa, vagamente inspirada en un asesinato real, en la que no acababan de encajar las piezas…”, añade. En 2007, cuando había logrado el éxito con El Traje del muerto, reveló su identidad públicamente. El respeto entre los círculos literarios le había llegado un poco antes gracias a una serie de relatos cortos sobre fantasmas (más tarde reunidos bajo el título Fantasmas del siglo XX). Ha ganado varios galardones como el Bram Stoker Award, el World Fantasy Award, el International Thriller Award, y el Sydney J. Bounds Award a mejor autor novel. No tiene ningún miedo al éxito.


Aunque sin el miedo no hubiéramos sobrevivido como especie, ya que es un mecanismo de supervivencia que hace que el hombre responda con eficacia y rapidez ante situaciones especiales y adversas, Lovecraft pensaba que “el atractivo por lo espectralmente macabro es por lo general escaso porque exige al lector cierto grado de imaginación, y capacidad para desasirse de la vida cotidiana”. Los primeros instintos y emociones del hombre dieron forma a su respuesta al medio en el cual se encontraba inmerso. Fenómenos que despertaron en los seres humanos sentimientos concretos, basados en el placer y el dolor, sobre todo, mientras que los más incomprensibles tejieron en ellos sentimientos de pavor y miedos. El Centro IMA de Investigaciones Médicas asegura que llevamos tres temores principales adscritos en nuestro ADN: el miedo a los animales es el primero, heredado del terror que las criaturas prehistóricas causaban en los primeros hombres; el segundo es el miedo al daño físico, y por último el miedo a la separación, ejemplificado en el proteccionismo de las madres para con sus crías.

Carlos Hernando habla en el monográfico de El Mundo sobre los miedos en función de los diferentes rangos de edad. Me ha parecido tan interesante que reproduzco íntegramente la categorización:

0-24 meses: A esta edad, los bebés suelen mostrar su miedo en forma de llanto ante estímulos intensos y desconocidos como ruidos fuertes y estrepitosos o movimientos bruscos. La pérdida de atención también les genera temor.

2-4 años: Surgen los miedos a los animales y a los daños físicos. También los recelos ante las personas extrañas o desconocidas. Aparece también la ansiedad ante la separación de los padres. Un factor que incide en la aparición de la angustia ante la separación o el temor al abandono es su escasa capacidad para medir el tiempo. Cuando sus padres se van de su lado, el niño no sabe cuánto debe esperar para volver a verlos.

5-6 años: Aparece el temor a la oscuridad, a las catástrofes y a los seres imaginarios como monstruos, brujas y fantasmas. También se inicia la preocupación por la desaprobación social. Muchos de estos miedos se ven inducidos por el ambiente externo: series televisivas, las historias de los compañeros…

7-9 años: Se manifiesta el temor al daño físico o al ridículo por la ausencia de habilidades escolares y deportivas.

10-12 años: La posibilidad de catástrofes, incendios o accidentes genera temor. También la posibilidad de contraer enfermedades graves. Pavor ante el fracaso escolar y al hecho de que surjan conflictos graves entre los padres.

12-18 años: Tienden a surgir temores más relacionados con la autoestima personal (capacidad intelectual, aspecto físico, temor al fracaso…).

Más de 18 años: Miedo a la muerte, a quedarse sin trabajo, a la soledad… Y el rey de los miedos: el terror al cambio.

Cuentos preternaturales, cuentos terroríficos

Locke&Key es, en el fondo, un cuento de terror, un cuento que se basa en temores y miedos que todos conocemos: la pérdida de la inocencia, la posibilidad de hacer daño inconscientemente a la gente que queremos o terminar hundido debido a un momento de debilidad. Son los ingredientes básicos de muchas de las mejores historias, además, si los autores consiguen aderezar la mezcla con dosis de intriga, agitación, terror y malos augurios pues nos hallamos ante un cómic que es una experiencia muy especial.


En este primer volumen, como adelantaba, publicado por Panini en un formato similar al «100%Marvel», nos relata las vivencias de la familia Locke, una familia formada por tres hermanos a los que les ha pasado un terrible suceso: la muerte del padre, de forma dramática. Los cambios vitales que comienzan a experimentar al llegar a su nuevo hogar, en compañía de su madre serán increíbles. La magia y la fantasía imbuyen cada rincón, cada esquina y cada puerta (sobre todo cada puerta) de La Casa de las Llaves, el hogar familiar que ahora estaba habitando su tío (porque la casa lo eligió a él… no podría ser más críptico). Esa misteriosa casa se halla en un pueblo llamado Lovecraft, un gran guiño de Hill hacia el maestro del terror.


El mismo Lovecraft escribía en su libro El horror en la literatura una estupenda definición sobre los cuentos preternaturales: “El cuento verdaderamente preternatural tiene algo más que los usuales asesinatos secretos, huesos ensangrentados o figuras amortajadas y cargadas de chirriantes cadenas. Debe contener cierta atmósfera de intenso y inexplicable pavor a fuerzas exteriores y desconocidas, y el asomo de una idea terrible para el cerebro humano: la de la suspensión o transgresión maligna y particular de esas leyes fijas de la naturaleza que son nuestra única salvación frente a los ataques del caos y de los demonios de los espacios insondables”.

De todas formas, el factor más importante de todos es la atmósfera, una buena historia de terror, de miedo, de intriga, de fantasmas, de zombis, de vampiros… debe tener como criterio último de calidad el conseguir crear una determinada sensación, más aún que encajar la trama al máximo. Hill consigue ambas cosas, mantiene la atención en la trama y lo redondea todo creando una atmósfera sobrecogedora y compleja. Desde luego, esto último lo logra gracias a los dibujos de Gabriel Rodríguez.


“Los fantásticos dibujos de Gabriel Rodríguez, coloreados perfectamente y con gran dramatismo por Jay Fotos. Desde la impresionante representación de La Casa de las Llaves hasta los inquietantes y acuosos ojos del psicópata Sam Lesser; de la presentación del solitario Tyler Locke, al dolor que enciende el rostro de Kinsey. En cada página el guión y los dibujos están perfectamente entonados y nos muestran no sólo a los personajes, sino que crean una tensión en constante aumento que se nos mete irremediablemente bajo la piel”, argumenta el también escritor Robert Crais, encargado de la introducción del tebeo.

Rodríguez es un artista chileno de gran talento y es cocreador de todo este universo de Locke&Key. En la contraportada del tomo español se explica que “la invitación a participar en el fantástico viaje de los miembros de la familia Locke fue un proyecto de ensueño”. Con sus dibujos los lectores nos introducimos, con corazón, mente y los cinco sentidos en las emocionantes experiencias de este reino de fantasía, novedoso y siniestro a partes iguales. Este dibujante también trabaja en distintos cómics de C.S.I; en The Great and Secret Show, con Clive Barker; Beowulf, y Land of the Dead, de George A. Romero. Muchos proyectos con el terror como telón de fondo.

“La única prueba de lo verdaderamente preternatural es la siguiente: saber si despierta o no en el lector un profundo sentimiento de pavor, y de haber entrado en contacto con esferas y poderes desconocidos; una actitud sutil de atención sobrecogida, como si fuese a oír el batir de unas alas tenebrosas, o el arañar de unas formas y entidades exteriores en el borde del universo conocido”, sentencia H. P. Lovecraft en su obra sobre la literatura de género.

Abriendo puertas

“Primero fue una novela increíble. Luego sus deslumbrantes relatos breves, que exigen a su autor otras habilidades que las que requiere una novela. Y ahora esta impresionante novela gráfica, cuya forma narrativa es del todo distinta a la de la novela o el relato breve. Me juego mi última camisa que no tardaremos en ver el nombre de Joe en una película”, comenta con rotundidad Robert Crais en el prólogo.


Locke&Key cuenta la historia de una misteriosa mansión de Nueva Inglaterra, La Casa de las Llaves; un lugar que guarda tantos secretos como puertas, y donde cada llave puede hacer que quien la utilice obtenga beneficios “especiales” (de índole sobrenatural). Además, entre todo el lugar se encuentra un ser despiadado y lleno de odio, odio antiguo contra la familia, un odio que repercutirá en Tyler, Kinsey y Bode, los tres protagonistas principales. Tres jóvenes hermanos a los que parece que persigue la tragedia. El ser no descansará hasta que abra la más peligrosa y terrible de las puertas, y las consecuencias aún se desconocen.


“Es una novela gráfica llena de detalles maravillosos, con un argumento y unos personajes tan profundos como los de una gran novela. Enseguida se advierten las ventajas de recurrir a un medio gráfico. Vemos a tres niños perdidos: el hermano mayor, Tyler, que se siente culpable por la muerte de su padre; su hermana Kinsey, que ya salvó la vida a su hermano menor y ahora intenta salvarse a sí misma, y Bode, de seis años, que podría ser la figura clave cuando todo se trata de supervivencia. El autor entrelaza hábilmente los destinos de estos tres niños con los secretos de La Casa de las Llaves y las fuerzas que han conducido ahí a la familia”, matiza Robert Crais.

La narración se divide en dos tiempos, “antes” y “ahora”, y se van diseminando las informaciones clave a los lectores a medida que se van pasando las páginas. La trama está construida con maestría y solidez y los diferentes giros argumentales van apareciendo a lo largo del relato (o del cómic). “En un año de varios debuts prometedores, Joe Hill ha creado uno de los pocos cómics que realmente marca la diferencia. Escrito con un talento que envidio, una valentía que me hace sonreír y una sinceridad brutal que me hace pensar en cómo continuará. Vale, lo reconozco soy fan”, especifica Ed Brubaker (otro que estuvo cerca de estar en mi selección de lo mejor de 2009 con su Criminal…). También lo reconozco, queridos lectores, después de leer este primer tomo de Hill y Rodríguez, también soy fan.


“Lamento haberme asustado y despertarme. Tener miedo de los muertos es una tontería. A estas alturas debería saberlo. Podría llegar a acostumbrarme a estar muerto. Nada puede hacerte daño cuando estás muerto. Nada malo puede ocurrirte. Estar muerto es fácil y seguro. Mola un montón. Todos deberían probarlo”. Así lo explica el joven Bode al sufrir los efectos de cruzar una de las puertas abiertas con una de las llaves mágicas. No me digáis que no suena bien… No me digáis que no os entran ganas de leer más. Yo estoy deseando que salga el segundo volumen y ver cómo continúa la historia. Cómo continurá desarrollándose la trama en la atmósfera.


Siguiendo con la argumentación de Lovecraft, “cuanto más completa y unificadamente consiga un relato sugerir dicha atmósfera, más perfecto será como obra de arte de este género”.


El tiempo nos dirá si Locke&Key es una obra maestra del género de terror, incluso si se convierte en una obra maestra del cómic, de momento es un comienzo muy prometedor y mi elección personal como lo mejor de 2009. El primer capítulo a un mundo nuevo, una puerta a la fantasía, a la intriga, a lo sobrenatural y a la magia, un mundo ancho, alto y profundo. Me gustaría terminar el texto de hoy mencionando a Tolkien. Cuando pienso en Fantasía siempre me acuerdo de él.

Él ya lo sabía, «ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas, y lleno todo él de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riberas e incontables estrella; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desea describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierren y desaparezcan las llaves«.


Nos leemos.

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José Torralba
30 diciembre, 2009 8:41

Un artículo estupendo, Diego, para una serie que tengo fichada desde… ayer. Me ha sorprendido enormemente encontrarme hoy con este texto justo cuando hablando con Raúl Martín a propósito de su despedida de Zona me recomendó este mismo cómic. Desde ya, una lectura segura.

¡Un saludo!

Alfredo Rodríguez
30 diciembre, 2009 11:48

Claramente de lo mejor del año, si no lo mejor. Lamentablemente la condición de hermano del dibujante le quita propiedad a mi comentario, pero créanme, este es un cómic excelente. El guión es EXCELENTE. Sobre el dibujo mejor ni comento, por ser de mi hermano XD, pero la historia es fantástica!

Raúl Martin
Lector
30 diciembre, 2009 12:01

Tenía la lectura de esta colección pendiente desde que fue nominada a los Eisner de este año. La empecé hace unos días y en nada la he devorado al completo. Dejándome con ganas de más.

Locke & Key me parece un mosaico de fantasía, terror y misterio que va creciendo poco a poco hasta límites insospechados. La encuentro una historia intensa, de mucho ritmo y repeleta de detalles. Va más allá del típico cuento de la casa embrujada. Creo que es una mezcla de  referencias modernas y clásicas de lo más fascinante, con increíbles personajes como el malvado Dodge o Bode (que me recuerda poderosamente al Danny Torrance de la novela El Resplandor, escrita por su padre).

En definitiva, el que no la haya leído le recomiendo que lo haga y verá con queda enganchado a una magnética trama de misterio que no hace más que crecer y crecer. Sin duda, es todo un descubrimiento, recomendable al 100%.

zape
Lector
30 diciembre, 2009 15:46

Pues Diego, no lo conocía, de nada, es más ignoraba la existencia de este hijo de King, pero…¡joder, que pinta tiene!.
Me ha gustado su definición sobre el miedo. Lars Von Trier dice en una de las memorables despedidas de su antológicaserie televisiva «Riget» (que King readaptó al gusto americano, por cierto) que el miedo empieza cuando te tapas los ojos, en esa oscuridad que es mucho pero que cualquier cosa que te puedan mostrar.

Tenique
Tenique
30 diciembre, 2009 21:45

El artículo me ha parecido muy interesante, especialmente por haber tratado un concepto que me parece vital para la literatura y el arte en general: la ATMÓSFERA. Un saludo.

Miguel Angel Ferrada
31 diciembre, 2009 0:40

Los dos tomos de Locke & Key se han transformado en uno de mis comics favoritos de todos los tiempos.
El tandem Hill-Rodriguez roza la perfección logrando uno de esos raros momentos en que dibujo y guión se compenetran de manera tal que uno no puede separarlos.
Los guiones de Hill, a pesar de su complejidad y densidad se dejan leer sin problemas, con mucha naturalidad. Hay un gran misterio, pero no entorpece ni molesta quitandole protagonismo a la manera en que los personajes se van desarrollando y adquiriendo matices ante nuestros ojos. El trabajo de Hill es de lujo. 
A pesar de ser amigo de Gabriel de muchos años y ver como ha crecido en cada trabajo, creo que puedo tener la suficiente distancia como para ser minimamente objetivo al evaluar su trabajo. Puedo decir que es un narrador gráfico de primer nivel y un excelente constructor de mundos. El pueblo de Lovecraft, la casa Key, la familia Locke, todos tienen una vitalidad y solidez apabullante.
Es una agradable sorpresa ver esta reseña acá, uno de mis sitios favoritos (donde han hecho excelentes reseñas a un guionista notable como Peter Milligan), y ver que ha sido una reseña muy completa, como suele ser costumbre en Zona Negativa.

Miguel Angel Ferrada
7 enero, 2010 2:48

Diego,

Gracias a ti por un articulo completisimo y donde se nota dedicación. Sí, ya he leido el segundo tomo (y el primer número del tercero!) y sin bien no es una historia tan autocontenida como Welcome to Lovecraft, el desarrollo de personajes y la manera en q se despliega la «gran trama» es apabullante y adictiva.

Como te decia, es bastante agradable ver una reseña a esta serie con la cual tengo un vinculo especial en un sitio que me gusta tanto como ZN, un lugar que suelo visitar para encontrar reseñas como esta, que van más allá de la enumeración friki.

Aprovecho de invitarte a leer una pequeña historia que hicimos con Gabriel para una serie de webcomics basados en un clásico personaje de terror chileno que estamos rescatando.

A pesar de que cada historia es independiente, Sodoma, la que hicimos con Gabriel requiere algo de conocimiento de lo ocurrido en las anteriores. Pero por lo menos puedes disfrutar del tremendo trabajo de Rodriguez como storyteller, y si te intriga leer el resto de los episodios:

http://inabsentia.mortis.cl/episodio-6-sodoma/

Saludos

Librería Dinova
9 diciembre, 2011 1:03

Un guiño a la excelencia.

«Locke & Key»

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