Flash Núm. 1-5 (Renacimiento)

 

Edición original:The Flash: Rebirth núm. 1 USA (one-shot), The Flash núm. 1-9 USA.
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión: Joshua Williamson .
Dibujo:Carmine Di Giandomenico.
Entintado:Carmine Di Giandomenico, Felipe Watanabe, Neil Googe, Jorge Corona.
Color:Ivan Plasencia.
Formato:Grapa, 48 págs. A color.
Precio:3,25 euros.

 

La velocidad en nuestra cruda realidad no es sino la magnitud física de carácter vectorial que expresa la distancia recorrida por un objeto en la unidad de tiempo. Velocidad, espacio y tiempo se dan la mano para conformar el caldo de cultivo del personaje (como se demostró en Toda una vida Corriendo) más importante de DC. Su uniforme rojo, su emblema, la pulsión energética que lo rodea, el olor a ozono, el instante en el que todo se detiene a su alrededor, el relámpago y el legado, hacen de Flash un personaje arrebatadoramente interesante para el aficionado.

A mayor distancia, a igual unidad temporal, mayor velocidad.

Con Renacimiento la serie de Flash adquiere una nueva dimensión al convertirse en el centro de todo lo que está pasando en el Universo DC. No es una serie más o solo la serie de Flash, es el punto focal donde todo fluye y donde nos esperan muchas y muy grandes sorpresas. Flash vuelve a disfrutar de un momento de gloria merecido, sobre todo tras los insulsos números finales de los Nuevos 52, en los que se recupera la esencia del personaje y lo que representa no solo para sí mismo, sino para toda la ciudad que lo acoge, Central City. Su serie mensual se llena de energía pura, rayos y chispas en un frenesí argumental del que son responsables Joshua Williamson y Carmine Di Giandomenico que miran de reojo a sus predecesores más relevantes (Waid, Johns y Manapul) para poder encontrar el camino correcto, al tiempo que se marcan su propio destino dentro de la serie y del personaje.

Williamson plantea la serie de Flash como un motor de dos tiempos, donde por un lado tenemos la acción pura derivada de la actividad de Barry como Flash y por otro su vida cotidiana como policía forense. Dos tiempos que se compaginan a la perfección, sin anularse, sino complementándose, de tal forma que todo el escenario presentado termina resultando muy enriquecedor para el personaje. A fin de cuentas, se trata de añadir nuevas capas que permitan desarrollar un buen guion en el que la caracterización sea el combustible que mueva toda la historia.

Es particularmente interesante el primer número, el especial Renacimiento, por cómo nos da algo más de información sobre el regreso del Wally West original, en un emotivo relato que complementa al impresionante momento en el que Barry y Wally se reencuentran entre lágrimas. Un alegato al legado, un homenaje a todo el concepto que siempre ha acompañado al personaje y que aquí se nos presenta de forma épica para el lector. Es imposible no emocionarse con la escena de ambos velocistas corriendo en paralelo a través de las calles de Central City, felices de volverse ver, aun siendo conscientes de que tal circunstancia ha puesto en marcha una serie de acontecimientos que se han de ir desgranando poco a poco.

El escenario es bien sencillo, a la par que eficaz. Central City se ha llenado de velocistas. Docenas de personas han adquirido extraordinarias habilidades tras el paso de una extraña tormenta y solo Flash puede guiarlos en sus nuevas vidas, mientras un nuevo enemigo, Godspeed, siembra el caos y la muerte en la ciudad amenazando no solo a inocentes, sino a muchos de los criminales que están encerrados en Iron Height.

La trama se mueve con soltura alrededor de este planteamiento, mientras va desgranando nuevas pistas sobre lo visto en Universo DC: Renacimiento y reflexiona sobre la necesidad que tiene Barry de tener a un compañero que le permita estar en dos sitios al mismo tiempo. Es una curiosa forma de enfocarlo, ya que hablamos de un personaje cuyo poder es casi el de poder moverse entre parpadeos, pero que siempre se cuestiona sus propias capacidades para poder solventar las situaciones que se presentan a diario en su vida. Barry, el hombre más rápido de la Tierra, es capaz de llegar tarde a una cita, descuidar sus tareas como forense o no poder solventar todas las amenazas que parecen querer acabar con la ciudad y su persona. Las décimas de segundo acosan a Barry y el tiempo es en realidad su peor enemigo. Williamson lo entiende a la perfección y por ello concede minutos de calma al personaje en medio de este primer arco argumental. Una metáfora del día a día que todos sufrimos y que nos impide poder disfrutar de algo tan sencillo y bello como es ver salir el Sol por la mañana.

La serie recupera el interés perdido en los Nuevos 52, sin traicionarse a sí misma, continuando lo ya establecido, con el fin de ir transformándolo todo de forma suave hacia donde lo quiere llevar Williamson. El escritor no busca emular a nadie, sino aportar su propia voz al personaje y desarrollar nuevas ideas que permitan a la serie asentarse como una de las mejores de este Renacimiento. El villano, su identidad, su forma de proceder y como usa la Fuerza de la Velocidad, permiten que todo el conjunto gane enteros por su propia idiosincrasia. Un ejemplo de ello es el número 9 USA (Núm. 5 ECC), en el que el Legado de Flash se hace palpable hasta el punto de poder leer como el Wally West original ejerce de mentor en el Wally West de los Nuevos 52, mientras se nos revela algo de vital importancia para los acontecimientos futuros en la serie y en el actual crossover, The Button.

Acompañando a Williamson esta Carmine Di Giandomenico, un dibujante de trazo nervioso, intenso y anguloso, visto con anterioridad en Factor X, que demuestra ser capaz de dar forma física a la velocidad misma. Su dibujo resulta abrumador al principio, incluso puede llegar a no agradar, pero pronto se incrusta en la pupila y acaba por hacerse imprescindible en la serie. Su no presencia en un par de números resulta casi dolorosa, ya que todo parece estar muerto al ser los dibujantes suplentes (Felipe Watanabe y Neil Googe) incapaces de plasmar la historia con el dinamismo que caracteriza el lápiz de Di Giandomenico.

Flash lo tiene todo para cautivar. La serie ha retomado la senda que nunca debió abandonar, con historias donde todo el conjunto de tramas está bien equilibrado, tiene a los autores perfectos para su desarrollo y está bajo el foco mediático de ser parte esencial de lo que Renacimiento implica para el Universo DC. Puede que muchos se hayan descolgado de Flash durante la errática etapa de Venditti y el limitado Booth, pero si tras leer Universo DC: Renacimiento sientes que debes retomar la lectura del velocista escarlata, no lo dudes y vuelve de nuevo a disfrutar de la velocidad, el tiempo y el espacio como antes y déjate atrapar por la Fuerza de la Velocidad.

Velocidad = espacio /tiempo. Así de simple, así de certero. Así de complejo. Así de interesante. Así es Flash. Así es el Universo DC.