Master Keaton 2

 

Edición original:MASTER キートン, Shogakukan 1988.
Edición nacional/ España:Planeta DeAgostini.
Guión:Katsushika Hokusei (Hajime Kimura) y Naoki Urasawa.
Dibujo:Naoki Urasawa.
Formato:Tomo manga rústica con sobrecubierta 320 páginas.

 

Continuamos con la serie de aventuras del arqueólogo y ex militar Taichi Hiraga-Keaton, más conocido por todos como Master Keaton. El personaje, una de las primeras creaciones del reconocido mangaka Naoki Urasawa (en conjunción con el guionista Katsushika Hokusei), prosigue con sus aventuras después de un primer tomo que sirvió para sentar las bases de su presente y marcar las líneas maestras que desarrollan sus capítulos. Una historia marcada con un fuerte componente de misterios e investigación, con la presentación de varios casos en los que Keaton y sus aliados deberán hacer uso de todo su intelecto y habilidad para salir airosos.

Como breve resumen del primer tomo debemos recordar que Taichi es un frustrado pero eminente profesor de arqueología cuyo mayor sueño es poder demostrar sus teorías acerca del origen de la civilización europea. Pero como la vida de los soñadores y bonachones como él no suele ser fácil, la realidad es bastante diferente a la que esperaba al salir de Oxford. Después de un período en el que sirvió en el cuerpo militar británico del SAS, la vida laboral de Keaton ha ido dando tumbos impartiendo clases en diversas universidades y academias, casi siempre en calidad de lector, adjunto, interino o sustituto. Unos trabajos que no le dan para vivir, por lo que tiene que hacer uso de sus habilidades y su ingenio ayudando a resolver diversos casos de cobro y pago de seguros para la compañía británica Lloyd’s. Todo ello mientras tiene que lidiar con Yuriko, su hija adolescente y de Taihei, su anciano pero mujeriego padre.

Los primeros doce capítulos nos dejaron con nuestro protagonista resolviendo un conflicto bastante importante que implicaba a varios miembros del ejército y una turbia red de tráfico de drogas. Como ya dijimos, una de las cosas que caracteriza a este manga es el enorme cuidado que tanto Hokusei como Urasawa dan a la creación y consistencia del contexto, no solo dentro de la propia obra, sino también en su encaje dentro de los hechos reales que ocurrían en el mundo en los años que duró su publicación (1988-1994). Es un manga con una ambientación muy realista y no solo por lo ya comentado, sino también por los múltiples datos históricos que se aportan y que ayudan a encajar mejor todas las piezas y dar una gran consistencia al conjunto.

En este segundo volumen encontramos de nuevo doce capítulos autoconclusivos, aunque en algunos la misma trama se desarrolla a lo largo de dos o tres en bloque. Pero el hilo principal y el elemento que guía la trama son Keaton y su familia, así como ciertos eventos de su pasado, de los que poco a poco vamos sabiendo más y animan a continuar la lectura. La primera de las historias aquí presentes es Fire & Ice. El relato comienza con el intento de venta de una medalla de oro olímpica por parte de un ladronzuelo llamado McCoy. Taichi forma parte de un operativo policial que frustra la transacción y recupera la medalla, que resulta ser una presea de atletismo procedente de los Juegos Olímpicos de Tokyo de 1964, con una extraña inscripción que dice “Fire & Ice” en su parte posterior. Tras una pequeña investigación el protagonista llega a la conclusión de que pertenece al legendario atleta Charles Fireman, un inglés con varios récords a sus espaldas y recientemente fallecido por un ataque al corazón. La trama se complica cuando aparece una denuncia reclamando la legitimidad del objeto por parte de Brian Higgins, un párroco que se dedica a sacar de la mala vida a los chicos del barrio a través del atletismo. Este capítulo muestra una trama sosegada, muy narrativa, en la que empiezan a ponerse las bases de un tema que tendrá mucho impacto en la obra como es el asunto de Irlanda, amén de utilizar un genial ritmo narrativo para contar una fantástica historia de amistad y rivalidad.

Pasamos al segundo capítulo, Una vida de color de rosa. Aquí se nos cuenta la historia de Pietro Rosselini, un ciudadano italiano que se somete a una cirugía estética para fingir su muerte y que su familia pudiese cobrar el seguro de vida al que estaba suscrito. Keaton descubre la estrategia y localiza a Pietro, que ahora vive en Suiza y se hace llamar Adler. Tras conversar con él, descubre que todo forma parte de un plan para que la mafia crea que está muerto de verdad, y el cobro del seguro por parte de su familia legitima su muerte. El motivo de ello es que en el pasado Pietro robó una importante suma de dinero a uno de los grandes capos de la mafia, botín que luego repartió entre varios pueblos desfavorecidos del sur de Italia. Una vez desvelado todo esto lo que más interesa a Keaton es cómo fue posible que Pietro robase el dinero cuando no había un medio físico por el cual pudiera hacerse con el cheque, mandárselo a su hermano al otro lado del río donde estaba la finca del mafioso y que este lo cobrase, todo ello en tan solo 20 minutos. Este capítulo tiene un interés especial porque en vemos por primera vez como mientras investiga, Taichi se preocupa por un puesto de profesor vacante en la universidad de Kurumizawa y le cuenta a Pietro cual es su sueño, y porque se dedica a investigador de seguros para lograrlo: empezar una excavación en un punto concreto del Danubio en el que cree que hubo una civilización más antigua que la griega o romana.

Los siguientes capítulos, Red Moon y Silver Moon, conforman una misma historia. El capítulo comienza con una escena de una enorme cantidad de ganado muerto en un pueblo de la India, según los lugareños debido a una intervención demoníaca. Hecho que parece confirmarse cuando de golpe todos los animales reviven. Después de esa introducción volvemos con nuestro investigador que se encuentra en la República Federal Alemana investigando un caso de una mujer muerta que momentos antes de expirar se creía poseída por un lobo. El caso es intrigante pero se vuelve todavía más extraño cuando empieza a haber una epidemia de muertes similares en varios puntos del globo, a los que Keaton asiste estupefacto. El único nexo común que parece existir en todos los crímenes es que todas estaban casadas con un hombre de apariencia inglesa pero que dominaba perfectamente la lengua del país y que habían contratado pólizas de seguros millonarias de las que ese extraño caballero era único beneficiario. Keaton reúne una serie de testimonios en los que efectivamente todo parece indicar que hay alguna extraña posesión en esas mujeres. Pese a la estupefacción inicial la investigación continúa y termina revelando que el marido de todas las víctimas es el señor Kowalski, un hombre que ha emprendido una cruzada de venganza contra las mujeres a las que contrae con una cepa de la enfermedad de la rabia, que es lo que causa el comportamiento lobuno previo a la muerte. La historia de estos dos capítulos es ciertamente oscura y con toques de terror, asemejándose mucho a otras obras de Urasawa como Monster, con varios momentos muy crueles y duros, sobre todo al final.

Buhardillas de París es un capítulo de transición que ayuda tanto a rebajar la tensión generada por el caso anterior como a ahondar algo más en las raíces de Keaton. Vemos al profesor-detective asentado con su hija Yuriko en la capital francesa, en la que ha conseguido un trabajo temporal en una academia privada. Y es temporal porque la mala suerte vuelve a acechar al anglojaponés y justo cuando la clase le tiene como un profesor de valor, el gabinete del alcalde decide cerrarla. Lo más destacable de esta historia es lo que se cuenta del pasado de Keaton, que da a conocer a Urey Scott, el profesor que le hizo volcarse en su búsqueda de la civilización del Danubio y que además inspiró el nombre de su hija.

En Pequeño gran hombre Keaton colabora con un grupo de cazarrecompensas para capturar a unos miembros del Ejército Rojo, un grupo terrorista alemán. Un capítulo en el que por primera vez Keaton hace gala de su apodo de Master y aplica muy en serio varias de sus habilidades aprendidas en el ejército. El siguiente capítulo se llama Restos de lasaña y solo cabe destacar la presencia de una niña, a la que Keaton tiene que devolver en principio a su abuela porque ha sido supuestamente raptada por su madre tras la muerte del padre. Los niños son personajes muy recurrentes en las historias de Urasawa, aportando un punto de vista más distendido y valiosas lecciones morales.

El octavo capítulo tiene por título Mensaje de Alexeyev y la curiosa particularidad de que está ambientado en las Islas Baleares. De hecho la primera viñeta muestra unos molinos de viento y un complejo de playa y casas totalmente blancas que enseguida retrotraen a ese rincón de la geografía española. En cuanto a la trama, de nuevo estamos antes un capítulo que no aporta mucho más allá que contarnos una historia de amor y desamor con raíces en la presencia de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española. Un marco en el que Keaton se ve obligado a frustrar un intento de atentado que tiene su semilla en la venganza por lo que mencionábamos anteriormente.

Flores para todos es la primera narración de este segundo tomo en la que aparece Taihei, el padre de Taichi Hiraga-Keaton. Como de costumbre, las historias que involucran al cabeza de familia de los Hiraga son mucho más ligeras y siempre cuentan con presencia femenina. En este caso es Natsuko Yoshioka, una antigua amiga de la infancia de Taichi que busca ayuda para encontrar al perro que supuestamente le ha raptado su ex marido. Por lo demás una historia sencilla, con los toques de humor que aporta Taihei siempre y que vuelve a la temática de antiguos amores perdidos que ya hemos visto en algún otro capítulo.

La acción aparece a lo grande en este tomo con Schwarzwald. Keaton se ve involucrado en la búsqueda de un excursionista turco que se ha perdido en la Selva Negra (Alemania). Lo que parece un caso de extravío normal y corriente toma un cariz peligroso cuando un grupo de racistas alemanes decide comenzar una caza humana en pleno bosque. La tensión y la dureza de algunos momentos del capítulo es palpable y toca una temática que sigue estando en boga hoy en día: la inmigración, la integración, el extremismo y la xenofobia. A destacar el diseño de personajes y el ritmo narrativo en este caso, de nuevo muy similar al que podemos encontrar en Monster.

Una tarde de aventuras arranca con el encuentro de Keaton con un antiguo compañero de estudios, Hazel Milton. Milton es un hombre gris y aburrido, un oficinista más que ha visto como toda la fuerza y diversión se han esfumado por dedicar toda su vida al trabajo y a su esposa. Todo se derrumba cuando pierde su empleo y su mujer le deja por otro, pero justo en el peor momento se reencuentra con Keaton y pasa una tarde como hacía años que no disfrutaba mientras se pone al día con su viejo camarada. Un capítulo en el que se reflejan las inquietudes de los hombres de mediana edad al llegar a la madurez, el riesgo que tiene el hacer balance y la necesidad de volver a disfrutar de las pequeñas cosas y vivir por y para el presente y no por lo que puede llegar a ser.

El tomo cierra con La mujer de rojo, un relato en el que Keaton conoce a la Señorita Finlay, en Franckfurt, toda una femme fatale que tiene un seguro con la Lloyd’s. La compañía manda a su mejor investigador para que localice una serie de joyas que le han sido sustraídas, pertenencias que le son devueltas excepto un anillo que casualmente es para ella lo más preciado. Es una historia bastante parecida a la que protagoniza Taihei en este mismo tomo, aunque con el añadido de la acción que aporta el ex novio de la chica, que al creer que tiene un affaire con Keaton intenta matarlos a ambos.

Este segundo tomo tiene muchos más altibajos que el primero y la estructura narrativa y elección de cómo repartir los capítulos por el tomo es poco menos que discutible. Es un volumen irregular que alterna una serie de capítulos consecutivos que tienen la mejor ambientación y trama hasta ahora (Red y Silver Moon), otros que aportan muchísimo sobre el trasfondo de Keaton y un gran contenido en acción, con una serie de capítulos consecutivos en los que no pasa nada y las tramas son un poco más endebles. Con una mejor organización estaríamos ante un tomo mucho más sólido y no tan montaña rusa. Pese a todo tiene algunas de las mejores historias de la obra y se ve la semilla de las posteriores narraciones y personajes que Urasawa usará en sus trabajos posteriores. Las reminiscencias que un lector de Monster puede tener con este tomo son más que evidentes.

Por otro lado, es un volumen con una gran diversidad de temas que van desde el terrorismo a la xenofobia, pasando por el amor, la amistad, la madurez, la bondad… Todo ello englobado en el marco de aventuras que garantiza Master Keaton. Es bastante complicado coger un conjunto tan ecléctico de temas e historias independientes y hacer que formen un todo compacto, pero Hokusei y Urasawa lo consiguen con gran maestría gracias a la gran construcción de personajes y a la variedad y coherencia de contextos que utilizan. Como decíamos al principio todos los elementos funcionan juntos con una precisión de reloj suizo cuando por sí solos no tienen una calidad suprema.

Este segundo tomo de Master Keaton continúa con la fórmula que inició la obra, una enorme variedad de temas e historias unidas gracias al hilo conductor que suponen los personajes protagonistas y la fuerza y contundencia de los secundarios, con un mérito enorme al tener una buena construcción y personalidad pese a aparecer solo en unas pocas páginas. Una lástima que la organización de los capítulos de lugar a un ritmo algo desigual, porque es un tomo que avanza la historia de Keaton y tiene relatos y casos muy interesantes.