Hay dos tipos de series protagonizadas por superhéroes adolescentes. Las que se aproximan a sus personajes como un conjunto de cliches amistosos y sin fisuras de una infancia idílica que no ha vivido nadie -generalmente enredándolos en incontables aventuras de superhéroes genéricas que no hagan demasiado evidente que están completamente vacíos por dentro-, y las buenas. Conocida por su fructífera etapa como colorista en series como Runaways, el Thor de Joseph Michael Straczynski o SHIELD -el de Jonathan Hickman, no el de Mark Waid-, Christina Strain vuelve a Marvel, después de haber probado suerte como guionista en el webcomic de creación propia The Fox Sister. Lo hace, sin alejarse demasiado de la temática juvenil que ha caracterizado la mayor parte de su carrera, para volver a reunir a buena parte de los antiguos miembros de Generación X, y convertirlos en mentores de la última hornada de cadetes mutantes.
Concebida con una fórmula idéntica al segundo volumen de los Nuevos Mutantes, la nueva colección de Generación X llega en pleno ReusurrXion, convirtiendo en su fuerte dos tipos de nostalgias diferentes. La nostalgia por el grupo original -23 años después de que se fundase en la saga La Amenza Falange-, y la nostalgia por las diferentes colecciones de mutantes adolescentes que hemos tenido desde que estos se graduaron para ceder paso a New X-Men, Jóvenes X-Men, Generación Hope y los diferentes Institutos que hemos tenido entre las colecciones de Aaron, Bendis y sucesores.
Así tenemos a Júbilo de nuevo como figura central de la serie. Una Júbilo que ya no es aquella díscola y ruidosa sidekick de Lobezno de 14 años que lanzaba fuegos artificiales con las manos, sino una veinteañera, que además de ser X-Men de pleno derecho es vampiro y madre soltera. Una -muy- larga historia. Junto a ella, uno de sus más antiguos amigos (el también antaño miembro de los cadetes mutantes, el psiónico británico Jonothon Starsmore, Cámara), así como un elenco de estudiantes problemáticos que tomar bajo su tutela.
Salvo una nueva adición -Nathaniel Carver, Hindsight, con poderes que pueden recordar a la Sydney Barret de la serie Legión-, ninguno de ellos es precisamente desconocido. Tenemos al Quentin Quire de Grant Morrison, que vuelve a los X-Men tras su frustrada aventura como Rey Blanco del Club Fuego Infernal, la Bling! de Peter Milligan y Salvador Larroca a la que vimos posteriormente desarrollada con sus problemas con las chicas -así como una de las presas favoritas de Emplaca- a manos de Mike Carey y Brian Wood, el Chico Ojo de Jason Aaron, Benjamin Deeds (Morfo) de Brian Michael Bendis y la Chica Naturaleza del otro Jason (Latour), que a penas pudo ser desarrollada por la pronta cancelación de la serie en la que fue presentada.
No están solos, ya que junto a ellos tenemos a otros personajes como la predecesora de Jubilo como discípula de Lobezno -Kitty Pryde, ahora líder de los X-Men y directora del renovado Instituto Xavier-, al pequeño Shogo e ilustres como Nydo, las Cuclillos Stepford o Glob Herman, entre otros habituales de los pasillos de la sede de la Patrulla-X. Sin embargo, el núcleo central del nuevo volumen de Generación X está formado por estos, centrándose integramente en su interacción y desarrollo de los personajes, con una premisa que parece tirar de la base conceptual de aquella Clase Especial de la que se hiciera cargo Xorn. Aunque con un tono más próximo al del sempiterno Club de los Cinco.
A un paso del shojo escolar más contemplativo, Strain demuestra haber tomado buena nota del que fuera su mentor Brian K. Vaughan, haciendo del fuerte de este primer número el tratamiento de personajes. Que nadie espere macrobatallas al borde del Apocalipsis ni nada con el estilo, ya que -quitando un par de detalles que además están más cerca de los temas comunes de los mutantes que de los enmascarados genéricos- lo que aquí va a encontrar no es mucho de superhéroes, y si más de jóvenes lidiando con su aproximación a la vida adulta, y las complicaciones derivadas de sus poderes. En ese aspecto, cabe destacar la habilidad de la guionista para construir personajes más allá del cliché, donde apenas con unas pinceladas sabe ofrecer un entorno humano rebosante de vida.
Desde la desastrada tutora -que a pesar de ser ya una adulta sigue arrastrando malos hábitos de su juventud- hasta los alumnos bajo su cargo, ninguno de los protagonistas están ni de lejos idealizados, y todos son presentados con inquietudes y personalidades tan claras y diferenciadas como fácilmente identificables. Cualquiera que venga de seguirlos en las colecciones de las que provienen cada uno de ellos no va a tener ningún tipo de problema en reconocerlos, mientras vamos viendo como su colisión con otros personajes va generando una serie de roces, intereses, enemistades, decepciones, traumas arrastrados o flirteos de posibles romances que prometen dar mucho juego a lo largo de las próximas entregas.
Disidentes en periodo de prueba que han sido reaceptados en el Instituto, recién llegados que todavía no tienen claro su lugar el mundo o que están sometidos a un fuerte estrés emocional por la falta de control de sus poderes o simples freeks and geeks, cada uno de los integrantes del grupo es por diferentes razones una suerte de marginado dentro de los marginados, potenciando esa faceta outsider que a las series de mutantes adolescentes siempre les ha venido tan bien. Pero además, la serie cuenta con un factor de interés extra para lector de largo recorrido en lo que respecta a la continuidad.
Con esto no quiero decir que sea necesario leer otras series para abordar esta o que la que aquí nos ocupa sea necesaria para abordar otras. Nada más lejos. Pero sí que si la lees habiendo tenido un bagaje anterior de los personajes o a la par que estás leyendo otros títulos de la franquicia ofrece una imagen más amplia del panorama mutante actual. Rellenando huecos relativos a las temporadas en las que los protagonistas no han estado bajo el foco de las colecciones centrales, Generación X sirve a la vez como una suerte de complemento a X-Men: Oro, abordando la parte estudiantil de la Patrulla-X a la par que ahonda en cual es la peculiar e inédita situación del centro mutante dentro del universo Marvel actual.
En lo que respecta al apartado gráfico, Amilcar Pinna nunca ha sido santo de mi devoción, pero tampoco se puede negar que dentro de este ámbito parece moverse más comodidad que en All-New Ultimates u otras historias de más corte superheroíco. Su estilo a veces recuerda al naturalismo expresivo de Joshua Middleton, y en otras al feísmo rígido de Renato Guedes. De una forma u otra, el caso es que no molesta demasiado y además es acorde con el tono del relato y otorga a la serie cierta personalidad gráfica, por lo que tampoco se le pueden poner demasiadas pegas.
Resumiendo, Generación X no reinventa nada, pero se presenta como una serie competente nacida para cubrir un hueco huérfano para todos aquellos que echamos de menos las series estudiantiles que han sido tónica habitual en la franquicia desde hace décadas. Pero más allá de la solvencia de su guionista en este tipo de historias, confirma que -tras la caótica etapa derivada de la inesperada marcha de editor guionista antes de empezar siquiera- la franquicia mutante vuelve a avanzar con paso firme y una agradable coherencia interna, quien sabe si porque Daniel Ketchum por fin haya terminado de hacerse con las riendas después del caos con el que se había encontrado. Para fans de las películas de John Hughes, El Club de los Poetas Muertos, Las Ventajas de Ser un Marginado o el cine de John Carney.
Como extra, añadir que si bien de momento solo tenemos a Jubilo y Cámara como representantes del Generación X original, solo hay que echar un ojo a las novedades de próximos meses para ver que esto no tardará en cambiar.
Enlaces de Interés
X-Men: Prime e Inhumanos: Prime, 11 claves para una nueva etapa por Daniel Gavilán Generación X: Mutantes hijos de su tiempo de Miguel Ángel Crespo 25 X-Men que deberían revivir con ResurrXion por Daniel Gavilán Guía de lectura de Generación X de Daniel Gavilán
VALORACIÓN
Guión - 8
Dibujo - 6
Interés - 7.5
7.2
Impecable comienzo para todos los que echábamos en falta el lado estudiantil de la Patrulla-X, continuando el crecimiento de tres generaciones de mutantes que llevan ya cerca de cuatro décadas junto a nosotros
Una duda que siempre he tenido… el interes como lo califican ? por lo ameno que sea leer el comic de principio a fin o por la propuesta ?
El Interés es una nota subjetiva por parte del redactor para valorar la importancia o relevancia que puede tener la historia en su contexto, respecto a su género o en el relación al currículum de sus autores. Es un parámetro introducido para equilbrar la nota media de una obra que, siempre a juicio del redactor, puede tener un guion destacable pero un dibujo que no esté a la altura, o al revés, un cómic que tenga un apartado gráfico excelente con una historia mínima.
Espero que te haya servido de ayuda la explicación, Carlos B.
Un saludo