«Toda criatura desciende del cielo con algún propósito»
En 2008, el parlamento japonés aprobó por unanimidad una resolución reconociendo la idiosincrasia de la etnia aynu. Este pueblo indígena, originario de la región de Hokkaidō y el norte de Honshu, y con presencia en las islas Kuriles y sur de la isla de Sajalín en Rusia, fueron los primeros pobladores de estos territorios hace más de 18.000 años. Su lengua, religión y cultura son únicas, pero desde el siglo XIX han estado sometidos, primero por Rusia, y posteriormente por sus compañeros japoneses.
Esto les había llevado a perder su autonomía, y paulatinamente sus características propias, condicionadas también por la apertura de Japón a Occidente durante la Era Meiji. La relación con sus vecinos siempre ha sido áspera, pero sus reivindicaciones históricas han logrado finalmente el reconocimiento de sus particularidades y su identidad dentro del marco político japonés.
En la cultura popular japonesa los aynu han tenido siempre una presencia destacada. Sus creencias, forma de vida y vestimentas las hemos visto en multitud de películas, animes y mangas. Puede que una de las interpretaciones más conocidas sea la que encontramos en La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki; en ella, y a través del príncipe aynu Ashitaka, conocemos algunos de los rasgos de la filosofía y las creencias animistas de este pueblo. Los aynu conciben la naturaleza como un ecosistema en el que toda forma y ser vivo contiene un «kamuy» o espíritu divino en su interior. Su religión se destina al culto de estos «kamuy» en ceremonias y ofrendas que les permitan estar en comunión con la madre naturaleza. Una cuestión, entre otras muchas, de la que se hace eco la presente Golden Kamuy, manga de aventuras de Satoru Noda publicado en nuestro país por Milky Way Ediciones.
Esta obra ha estado nominada en las últimas ediciones del Galardón Cultural Osamu Tezuka y el prestigioso Premio Kōdansha. También ganó en 2015 el Premio Manga Taishō que la asociación de libreros japoneses lleva entregando desde hace nueve años, imponiéndose a títulos como Tragones y Mazmorras de Ryôko Kui o Desaparecido de Kei Sanbe. Su autor debutó en 2011 en el medio con Supinamarada!, un spokon sobre hockey sobre hielo publicado en la revista Shuukan Young Jump de Shūeisha. La misma editorial se ha hecho cargo de este nuevo trabajo de Satoru Noda que desde 2014 se puede seguir en las páginas de la Weekly Young Jump. En Japón, Golden Kamuy lleva diez tomos recopilatorios a sus espaldas, con una gran aceptación de crítica y público, encandilando a sus lectores con sus referencias históricas y su sentido de la acción y el suspense.
La historia de Golden Kamuy nos traslada a Hokkaido, al año 37 de la era Meiji. El protagonista es Saichi Sugimoto, un soldado y héroe de guerra conocido por el apodo de «El Inmortal Sugimoto». Al terminar el conflicto ruso-japonés, Sugimoto se traslada desde Tokio a las montañas de Hokkaido con la intención de hacerse rico buscando oro. Su objetivo es ayudar a la viuda de su compañero de armas Toraji. Entonces, a conocimiento de Sugimoto llega la existencia de un antiguo tesoro aynu oculto en algún lugar de la isla. La clave para hallarlo se encuentra en los tatuajes de un grupo de convictos fugados de la cárcel a los que deberá perseguir. En su búsqueda del tesoro Sugimoto hará equipo con la joven Asirpa, una aynu diestra en el arco y en técnicas de supervivencia de todo tipo.
La historia cuenta con la supervisión lingüística de Hiroshi Nakagawa para los pasajes en los que se utilizan expresiones propias del lenguaje aynu. Por otro lado, Satoru Noda ha querido apoyarse documentalmente a la hora de abordar un proyecto como Golden Kamuy, y ha contando con el asesoramiento de organismos como la Asociación Aynu de Hokkaido, la Prisión Museo de Abashiri o el Museo General de la Ciudad de Otaru. Esto ofrece un valor añadido a la obra, aunque en la práctica Golden Kamuy no pretenda ser más que un entretenimiento ligero determinado principalmente por sus dosis de acción. El punto de partida no deja de ser algo rocambolesco, pero a las pocas páginas Noda logra mantener nuestra atención con el ritmo que imprime al relato y con una pareja protagonista que rebosan química y carisma.
La aventura de Golden Kamuy es fresca, ágil y con pinceladas de humor que no desentonan con una propuesta que sabe disimular el esquema shōnen de su argumento. El apartado gráfico hace gala de un dibujo con una buena definición y una narrativa clara y directa que no distrae la atención con florituras innecesarias. Es espectacular cuando tiene que serlo y comedido cuando plantea situaciones de desarrollo de personajes. Esto también contribuye a un conjunto en el que se tratan temas como la discriminación y la xenofobia, pero sin entrar en mucha profundidad en estas cuestiones, utilizándolos como una parte más de la ambientación y la caracterización de sus personajes. Sus protagonistas no solo se enfrentan a sus rivales en su camino a la gloria, sino también a la misma naturaleza que tiene un papel primordial en la historia.
En conclusión, Golden Kamuy cumple con las expectativas contruyendo una historia con suficientes alicientes para seguirle la pista a su trama y sus personajes. El marco histórico de este manga, su sentido de la acción, y las pinceladas sobre la cultura y la filosofía aynu, son un revestimiento para el trabajo de Satoru Noda que le dan un aliciente a su lectura. De esta manera, el primer tomo de este título publicado recientemente por Milky Way Ediciones, sienta las bases de una epopeya que esperemos gane en intensidad y matices en su esta búsqueda del tesoro que propone a los lectores.
En Golden Kamuy tenemos un buen exponente del manga de aventuras japonés que además sitúa su acción en un interesante marco histórico. El manejo de la acción y el suspense de Satoru Noda hacen de esta lectura algo agradable y entretenido. Su apartado gráfico no desentona con las intenciones de una obra que engancha por sus personajes principales y las pinceladas sobre la cultura y la filosofía aynu.
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