Green Lantern/Green Arrow

 

Edición original: Green Lantern núms. 76-87 y 89 USA, The Flash núms. 217-219 y 226 USA, Green Lantern/Green Arrow núms. 1-7 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Dennis O´Neil, Elliot Maggin.
Dibujo: Neal Adams.
Entintado: Dick Giordano, Frank Giacoia, Dan Adkins, Bernie Wrightson.
Color: Cory Adams, Jack Adler.
Formato: Cartoné, 368 páginas.
Precio: 33,50 €

 

¡Olvídate de patrullar por la galaxia y piensa en los Estados Unidos de América! Es un buen país… Hermoso, fértil… !Y enfermo hasta la médula!

Existen clásicos en el mundo del cómic que son conocidos por todos, que trascienden más allá incluso del medio, y luego hay otros que, aún sin ser tan populares son sin embargo igual o mejores en términos de calidad, e incluso más trascendentes e importantes para el propio cómic, o el género concreto. Hoy vamos a hablar un poco, sin entretenerme demasiado aunque esta obra merece un artículo mucho más extenso, de Green Lantern/Green Arrow, publicada más o menos entre 1970 y 1972 por DC Comics, y bajo la también clásica y excelente dupla Dennis O´Neil-Neal Adams, que ha sido recientemente editada por ECC Ediciones, y que es un clásico que la editorial española no podía dejar más tiempo en el tintero. Esta es una de esas obras que no se cansa uno de recomendar, ya que nunca decepciona, tanto a profanos como a veteranos que no hayan podido leerla aún, por lo que si no la tienes en tu biblioteca personal y pasas por una librería… no te lo pienses dos veces.

Estamos básicamente ante un crossover entre dos grandes superhéroes de DC Comics, como son Green Lantern y Green Arrow, aunque yo prefiero llamarlo team-up, que se publicó básicamente en la cabecera principal de Green Lantern desde el número 76 hasta el 89, así como algunos números más después en la cabecera de The Flash. La serie acaba con un anodino y completamente innecesario número de Green Lantern que protagoniza en solitario, y que sin duda no es el mejor broche final para esta colección. De hecho, ni siquiera es un final, pero tampoco es una obra que lo necesite.

Y trazando un camino inverso, ya que hemos hablado del final, comentemos ahora el principio, es decir, cómo empieza esta historia. Mientras Green Lantern va soltando sus soflamas típicas de defender la galaxia, se acuerda de su amigo Oliver Queen y se da un paseo por Star City para ver cómo les va a los mundanos mortales, topándose con una agresión que intenta frustrar y arrestar al agresor, siendo detenido por Green Arrow. Sí, esta es la famosa historia del especulador inmobiliario que da origen a todo. Y tras la bofetada de realidad que le da un señor mayor afroamericano a Hal Jordan, haciéndole ver que se preocupa más de los alienígenas que de los propios humanos, éste cambia su actitud radicalmente, con la ayuda también de su amigo Green Arrow. Y tras unos contratiempos con los Guardianes, que inicialmente se oponen a esto, y que al final uno de ellos se ofrece a acompañarles por América para resolver los problemas más mundanos y de la gente de verdad de los que habla Green Arrow.

Y así, como en una road movie, comienza su aventura estos dos compañeros y amigos, dando paso a varias historias, en donde tendrán lugar muchos temas de carácter social, como las drogas, el maltrato, etcétera, pero sin descuidar el género y las temáticas propias de los superhéroes, manteniendo O’Neil así un equilibrio perfecto. Pero más allá de estas historias, en las cuáles no voy a entrar en detalle porque lo mejor es que vosotros mismos las descubráis, lo más destacable son los personajes, especialmente los principales, pero también los secundarios. Por aquí van a pasar John Stewart, los Guardianes por supuesto, la eterna y carismática compañera de Oliver, Canario Negro, o Speedy, que protagoniza uno de los momentos más duros e impactantes de la obra. Y son los dos protagonistas, Hal y Oliver, lo mejor de las historias. Su química, sus discusiones y discrepancias, que en realidad al final no son tantas, sus formas de afrontar las situaciones y sus personalidades distintas, siendo Hal más racional y Oliver más anárquico y pasional, dan lugar a momentos geniales que hacen la lectura mucho más adictiva de lo que ya es, y todo ello es, por supuesto, gracias al buen hacer de Dennis O’Neil, que hace parecer sencillo lo que en realidad no es en absoluto.

En el apartado artístico tenemos al grandioso Neal Adams al dibujo, junto con los menos brillantes Dick Giordano, Frank Giacoia, Dan Adkins y Bernie Wrightson el entintado y Cory Adams y Jack Adler al color. No sé qué se puede decir del dibujante neoyorkino que no se haya dicho ya tras tantas décadas en el mundo del cómic. Especialmente conocido por su trabajo durante los años 70 en colecciones de Batman con su compañero Dennis O´Neil, Adams es uno de los dibujantes más importantes e influyentes en el cómic, ya que su estilo marcó una época e influyó a innumerables artistas posteriores. En esta época podemos disfrutar del mejor Neal Adams, el de los años 70, con ese estilo realista tan característico y una narración gráfica absolutamente sublime y que dota a esta obra de una calidad aún mayor si cabe, a años luz por cierto de sus últimos trabajos. Se nota desde luego su excelente compenetración, al menos en esta época, con Dennis O´Neil, sin la cual esta obra no sería ni la mitad de buena. Sí, los fondos de Adams son sencillos, minimalistas si lo quieres adornar un poco, pero su talento narrativo es tal, que minimiza cualquier otro fallo como artista que pueda tener. No queda otra opción que quitarse el sombrero ante este señor en esta obra, te guste más o menos de su estilo. Y parte de la culpa la tienen los entintadores, especialmente Dick Giordano, otro componente importante de esta obra, así como otro gran clásico e influyente artista, sin el cual los dibujos de Adams no lucirían tan bien.