Vertigo Bazar: DMZ (Poderes bélicos)

 

Edición original: sep. 2009; Vertigo (DC Comics).
Edición España: feb. 2010; Planeta DeAgostini.
Guión: Brian Wood.
Dibujo: Riccardo Burchielli, Kristian Donaldson, Nikki Cook.
Entintado: Riccardo Burchielli, Kristian Donaldson, Nikki Cook.
Portadas: Brian Wood.
Color: Jeromy Cox.
Rotulista: Jared K. Fletcher.
Precio: 14,95 € (Rústica, 168 págs.)

 

Post de referencia. DMZ: Sobre el terreno

Aunque febrero ha resultado ser un mes parco en novedades para la línea Vertigo en España –probablemente para que el aficionado se prepare de cara a la avalancha de marzo– no debemos despreciar el nuevo y magnífico tomo de DMZ, serie que Brian Wood y Riccardo Burchielli afianzan a cada número con pluma de hierro y trazo imborrable. En esta ocasión nos llega el séptimo tomo de la colección, un Poderes bélicos (War Powers) con el que Planeta alcanza la edición americana en TPBs y que recopila en total siete números estadounidenses divisibles en tres historias compactas: La Isla (#35-36 USA), con dibujo a cargo de un Kristian Donaldson cuya labor ya hemos apreciado otras veces; Poderes bélicos (#37-40 USA) propiamente dicha, con dibujo a cargo de Burchielli; y Zee, DMZ (#41 USA), centrada en la sempiterna compañera de desventuras de Matty Roth y con Nikki Cook a los lápices.

Respecto a la edición de Planeta DeAgostini, nada más que parabienes: la traducción ha mejorado bastante desde hace un par de tomos y no contiene prácticamente ningún error, cada vez hay más variación en el terreno de la rotulación (tipos, tamaños, etc.) para seguir en la medida de lo posible al original, se incluyen los créditos de cada arco recopilado y las portadas originales en cada caso, el lomo es el de la colección y además se dedica la última página a ofrecer una guía de lectura de los volúmenes publicados hasta la fecha. Sin embargo, cabe destacar que si bien tanto en la web de la editorial como en el .PDF de prensa se indica que el tomo tiene un valor de 12,95 €, el que consta en la contraportada –y por tanto el que toca abonar– es de 14,95 €. Una subida de precios que si bien no resulta del todo incoherente con la trayectoria de Planeta respecto a los tomos de 168 páginas, descoloca un poco al comprador y llama la atención cuando se aplica a la nueva entrega de Scalped que debe llegarnos el mes que viene (14,95 € por 128 páginas). Habrá que esperar a la salida del Plan Editorial para comprobar si va a producirse una subida de precios similar a la que ha tenido lugar en el UDC y ver a qué colecciones en concreto va a afectar.

De momento, empero, dejémonos de cuestiones pecuniarias y vayamos al núcleo del asunto: ¿Qué nos ofrece Poderes bélicos? Pues tres historias inspiradas, vibrantes y tensas que pueden leerse como simples aventuras en zona de guerra, pero que no renuncian a hablarnos de los seres humanos y, en especial, del complicado equilibrio de relaciones que eligen tener entre sí como colectivos; o en otras palabras… dos interludios y un arco central que nos hablan de ese invento –a veces modélico y la mayor parte de las veces tan nauseabundo como necesario– al que llamamos política, y que siguen la buena senda abierta en el volumen inmediatamente precedente (Sangre en el juego). Todo ello de la mano de un equipo creativo en estado de gracia en el que sobresale el tándem Wood/Burchielli; todo un francotirador de las emociones humanas armado con un rifle capaz de retratarlas con despiadada precisión y de no dejar títere con cabeza.

Así, en La Isla, DMZ nos ofrece una sólida mirada a la confraternización entre bandos opuestos de la guerra. Pero cuando parece que la narración enfila por el terreno fácil de la falta de diferencia que hay, en realidad, entre los soldados rasos de todo conflicto bélico –jóvenes que no han crecido psicológicamente aún como para sostener con decisión las armas que portan– el sueño se torna no pesadilla, sino afilada realidad: todos estamos solos, y lo único que hace falta para romper el espejismo de la empatía es simplemente una opinión contraria, una divergencia de criterio o la sana voluntad de salvar el pescuezo antes que el otro… basta una necesidad real para acabar con ese idealizado sentimiento al que llamamos amistad y que, a menudo, no consiste sino en la necesidad de divertirnos, cuando estamos ociosos, con alguien que no amenaza por ahora nuestros intereses.

Esta reflexión se contrapone, en un nivel subtextual, a la ofrecida en el arco Poderes bélicos que le da nombre al volumen… si allí se nos expone lo fácil que resulta pasarse la amistad por el forro cuando las cosas se ponen feas, aquí se nos demuestra lo fácil que es hacer de los enemigos extraños compañeros de cama. Vemos así todo un recital cínico que define la política como el arte de usar una saca común para generar falsos aunque eficaces amigos; las relaciones internacionales como el equilibrio de conseguir intimidar a los enemigos y de comprar a los aliados; y el dinero como elemento disuasorio y aglutinador de especies de diverso pelaje no por lo mucho que brilla, sino por lo mucho que puede acongojar lo que compres con él. El político, en definitiva, como ente capaz de sobrevivir con proporcionalidad directa a la velocidad con la que se cambia de chaqueta y que vence a los enemigos haciéndolos amigos, con lanzas de una plata que debería fundir para emplearla en mejorar la vida de a los que dice servir. El ser humano, desgraciadamente, como una meretriz solícita si estás dispuesto a pagar el precio que estipule por sus servicios. ¿No queda, pues, espacio para el optimismo en DMZ? Puede que sí. Puede que alguien no se mueva por intereses, por dinero, por poder o por prestigio; puede que alguien, simplemente, se mueva por lo que cree que tiene que hacer en cada momento; puede que alguien sepa bucear entre los grises morales para encontrarse al final con una opción disyuntiva, sólo matizable si lo que se pretende es buscar excusas. Puede que en algún lugar de la DMZ, tu vecina sea Zee.

Resumiendo un poco, podríamos decir que estamos ante uno de los mejores arcos que ha dado la colección hasta el momento (y ya lleva unos cuantos), aunque por supuesto hay aspectos negativos: algunas triangulaciones forzadas e innecesarias (la madre de Matty no tendría que ser su madre), cierta precipitación en los clímax y una relación romántica que se intuye fuerte pero de la que apenas sabemos nada (Matty/Zee). No obstante, aún tenemos mucha colección por delante (hasta el #65 USA aproximadamente, que es cuando supuestamente acabará) para terminar afinar estas cuestiones.