Miguel Ángel Francisco Moreno es un autor español de cómics, ilustrador, storyboarder, diseñador de personajes y director de arte nacido en 1968. Comenzó su andadura en el cómic en 1984 con Bruguera. Hasta los 90 alternó la historieta infantil (para Intermagen, Bruguera y Ediciones B) firmando como
Espacios en blanco es una historia autobiográfica sobre silencios transmitidos de generación en generación. Miguel, como tantos otros al empezar la crisis en España, decide emigrar y parte a Finlandia para trabajar en una empresa de videojuegos. Los recuerdos de su infancia, las historias sobre la guerra y la posguerra que su padre le contó durante toda su vida y los silencios intercalados entre ellas se hacen más presentes en la distancia, y le obligan a plantearse cómo poder transmitirle todas esas pequeñas historias a su hijo.
El pasado mes me tocó revisar las novedades del Agosto para el artículo de Novedades destacadas y elegir tres obras, repasando los pdf de las distintas editoriales le tocó el turno al de Astiberri Ediciones y al ver esa portada y esas páginas se encendió mi señal de alarma de compra segura. Leída la descripción ya no había ninguna duda. Espacios en blanco apuntaba a gran tebeo. Recién acabada su lectura puedo decir que hice una gran recomendación. Aunque el único merito es de Miguel Francisco.
Estamos ante una obra de carácter autobiográfico con ciertas similitudes con Las guerras silenciosas de Jaime Martín aunque aquí el tono es menos melancólico y más relajado. La novela gráfica nos relata la búsqueda de la verdadera historia de la familia de Miguel Francisco para poder transmitirla a su hijo, una historia que nunca le explicaron en su totalidad, su intento de rellenar esos espacios en blanco que nunca descubrió. Esos espacios nos los dejaron a todos, ya que no solo a él se los han hurtado, nos los hurtaron a todos cuando nos condenaron a 40 años de vida en blanco y negro de dolorosos silencios. Esa búsqueda no solo le permite descubrir su pasado sino también su futuro, un futuro en el que esperemos nos regale más grandes cómics como este. Estamos ante una novela gráfica cuya historia pivota sobre dos ejes que son los periplos vitales de Miguel Francisco y su abuelo, unidos por el padre de Miguel que participa de las dos vidas.
Miguel nos nuestra retazos de los últimos 20 años de su vida con sus recuerdos de su padre y su abuelo. Cómo desde pequeño quería saber la historia de su familia. Al ser padre esa sensación de legado crece y es el momento de conocerla, para enseñarla a los niños, que no la repitan y tengan memoria histórica. Por momentos la vida de Miguel me recuerda a la de
Es una historia que sabe combinar los momentos tristes con toques de humor. Desnudar las pequeñas partes de una vida mezclandola con los grandes momentos. Desbordando sinceridad. Siempre me han admirado los autores que son capaces de exponer sobre la mesa de dibujo su vida, con sus miserias y sus grandezas.
Gráficamente la obra es muy destacable, Miguel Francisco usa un estilo mezcla de Bruguera con el cartoon que hace que todas la obra desborde humanismo y movimiento. Unos personajes que lo dicen todo con sus expresiones y sus miradas. Con un trazo limpio y unos colores vivos para las escenas del presente y algo más apagados para las del pasado. Se nota que tuvo grandes maestros. Una historia contada con mucho sentido del ritmo y con un equilibrio muy bien medido entre todas las lineas temporales que la componen. Nos regala varios momentos memorables como son todas y cada una de las las paginas mudas, prodigiosamente narradas, con una tensión en algunas que quita la respiración. Sin embargo, mi parte favorita es la escena la infancia de Miguel que se desarrolla en el bar, como nos enseña su pequeño microcosmos por debajo de la barra ajeno a todo. Pero podría añadir unas cuantas más que esta lleno de grandes páginas. Mención aparte merece la portada que nos recuerda que un pasado plagado de destrucción y odio se transmite hasta el futuro pero no puede robar la esperanza de los ojos de un niño.
Magnifica edición de Astiberri Ediciones como es habitual. Un gran prologo de un genio como Beá y unos interesantes comentarios de Miguel Francisco sobre la creación de la obra acompañados de bocetos e ilustraciones. Otra gran novela gráfica para un catálogo que no para de llenarse de cómics imprescindibles.
Maravillosa y lucida reflexión sobre los silencios y las cosas que uno elige callar, pero que solo cuando salen a la luz dejan escapar la verdad. Ideal para los que siguen pensando que no es necesaria la memoria histórica y que no hubo vencedores ni vencidos. Esperemos que no pasen otros 30 años para poder leer nueva obras de Miguel Francisco. Si bien es cierto que Espacios en blanco justifica la carrera de una vida.
Guión - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 9
8.8
Maravillosa
Triunfal retorno al mundo del cómic de Miguel Francisco.