Cuando afronté la reseña del primer tomo del Sheriff de Babilonia no era muy consciente de donde me estaba metiendo, no solo por la reseña, sino por la lectura de un cómic que de alguna forma se instala muy dentro de uno mientras se desgrana cada aspecto de la trama, cada diálogo, cada situación, para ir sintiendo el calor de Bagdad, la arena, la guerra, la política y la sangre.
Sheriff de Babilonia es la historia de tres personajes, tres personas que viniendo de tres sitios muy distintos ven como sus vidas acaban entrelazadas cuando se produce un asesinato que sacará a relucir todo un entramado donde los intereses son lo único que parece prevalecer. Chris, Sofía y Nassir, una especie de trinidad para una historia cruda, intensa, dura, cargada de tensión…donde al final poco o nada importa quien ha perpetrado el crimen y sí importa todo cuanto a su alrededor se desencadena. Una muerte inútil, como todas las muertes, capaz de catalizar una investigación aparentemente estéril, donde todos pierden y nadie gana, donde el fracaso de la vida no es sino la muerte a manos de otro.
Hablar de Sheriff de Babilonia no es fácil. Hacerlo implica buscar muy dentro las palabras, porque todo es muy visceral, muy áspero, como para que todo fluya de manera orgánica y simple. En Sheriff de Babilonia hay muchas lecturas, demasiadas, como para poder ser condensadas en un humilde texto que busca, probablemente sin conseguirlo, emular alguna de las múltiples sensaciones que despierta este cómic al leerlo. Uno no puede simplemente pasar las páginas y leer una historia, un thriller bélico, con la que pasar el rato, no, el Sheriff de Babilonia es mucho más que eso y hay que meterse muy dentro, dejarse llevar, y empezar a sentir que no estamos frente a un simple thriller, sino frente a una historia de una sencillez tan compleja que es necesario leerla con los cinco sentidos.
Y es por esto por lo que hablar de Sheriff de Babilonia es tan complicado.
Hay varios aspectos de la obra a destacar. El primero es la narrativa, la composición de página, que fluctúa entre diferentes composiciones de viñetas para imprimir diferentes ritmos en función de lo que la historia requiera en ese momento. El segundo es que
En el primer tomo recopilatorio había un número que destacaba sobre todos los demás, el cinco, mientras que en este segundo recopilatorio el que destaca, ya no solo por encima de los que se compilan en el segundo tomo, sino por encima de todos los demás de la serie, es el número 11. Aquí
En este número tenemos tres historias que están intrínsecamente relacionadas, con un tempo medido con cronómetro, cuya intensidad y relevancia para la historia global es determinante. Cuando uno llega al final de este número está exhausto, le domina una sensación de agotamiento mental extrema y hay que parar de leer para volver a recordarse que hay que respirar si no se quiere morir asfixiado. Así de intenso es este número. Tan intenso que puede pararte el corazón. Y de nuevo se trata de una conversación, ahora a tres bandas, con la que
De nuevo
Merece la pena dedicarle un momento a analizar con detenimiento el trabajo que desarrolla
El Sheriff de Babilonia es una lectura obligada, un cómic fundamental, necesario e imprescindible en toda biblioteca. Su retrato certero (por muy maquillado que esté por la inclusión de un agente activador que de una razón a la historia) de un conflicto bélico ambiguo, lleno de sombras y grises, donde cada uno ha de sacar sus propias conclusiones, lo elevan como un cómic inteligente y honesto con el lector.
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
Emocional e imprescindible.
Este segundo tomo cierra una de las obras más importantes del año. Doce números donde King y Gerard hacen gala de un talento inusitado para plasmar la sin razón de la guerra en un conflicto bélico donde nada es lo que parece.
El nivel gráfico de esta obra está más allá de toda cuestión salvo si se quiere alabar el altísimo nivel del que hace gala.
En lo referente a la historia, efectivamente es la clase de relato que hay que leer varias veces para que nos fijemos en las distintas lecturas que tiene y así darnos una idea global de todo lo que sucede, tanto a personajes individuales como el mundo a su alrededor.
Como punto negativo a mi parecer, es el que está aclada en el 2004, con la guerra contra Saddam recién acabada, con referencias directas al 9/11 ( ¿Bin Laden, quién?) y una especie de visión esperanzadora de que después del desastre de la guerra siempre se puede construir una nueva y mejor paz (nada más lejos en la actualidad)
A pesar de lo dicho es una obra trepidante y muy bien escrita, su desembolso merece ampliamente la pena.
Sencillamente es una obra maestra, a un nivel que hacia mucho que no veíamos. Tom King es uno de los mejores guionistas actuales y aquí sencillamente se sale, si en otras obras de King el nivel es estratosferico en esta sencillamente rompe el molde.