Soda. Integral 3

 

Edición original:Soda. L’intégrale 3 (Dupuis 2013)
Edición nacional/ España:Soda integral 3. Ponent Mon. Agosto 2017
Guion:Philippe Tome
Dibujo:Bruno Gazzotti
Color:Cerise
Formato: Cartoné. 114 páginas
Precio:32€

 

Mas líbranos del mal es el título del primer relato que nos encontramos en el tomo 3 del integral de Soda publicado por Ponent Mon. Esta historia corresponde al noveno álbum de la serie y transcurre lejos de Nueva York, concretamente en la ciudad imaginaria de Providence (Arizona) de donde son originarios nuestros protagonistas, David Solomon y su madre Mary. No confundamos esta Providence inventada con la Providence de Rhode Island que existe en la realidad. Allí madre e hijo visitarán la tumba del pater familias, el difunto sheriff de la localidad, vivirán unos días en la antigua casa familiar, harán compañía a Joseph el pastor de Providence que es pariente cercano y además, sin pretenderlo, removerán un peligroso avispero que permanecía aletargado y que amenazará con traer graves consecuencias a la totalidad de la familia Solomon. Sin embargo gracias a este viaje al escenario del pasado familiar, conoceremos los antecedentes de David y comprenderemos mejor sus motivaciones.
Esta historia es sin duda una de las mejores de la serie y marca un punto de inflexión clarísimo en la trayectoria de este thriller guionizado por Philippe Tome y dibujado en gran parte por el excelente Bruno Gazzotti.

Hasta ahora tanto en el primer integral – del que tenéis una excelente reseña a cargo de Raúl Silvestre en este enlace – como en el segundo los autores se habían dedicado a presentar a los principales personajes y a desarrollar tramas policíacas inscritas en la ciudad de Nueva York.
El conflicto de base de la serie es que David Solomon, un teniente de la policía de Nueva York, oculta su trabajo a su madre que está enferma del corazón y le hace creer que es un pastor de una congregación que no existe. Tanto sus compañeros de comisaría como los vecinos del barrio donde viven conocen el engaño y le ayudan a sostenerlo ya que el carácter religioso de la señora y su dolencia cardíaca impiden a David confesarle la verdad para no causarle un disgusto que podría ser fatal. Cada mañana sale de su casa vestido de cura y en el mejor de los casos se cambia en el ascensor, en el peor… quien lo sabe.

Lo que sorprende de la serie es su tono agridulce. Su mezcla nada convencional de humor y thriller. Su decidida apuesta por un tono adulto que no excluye la comedia pero tampoco la crítica social y la violencia explícita. Algunas páginas de este tomo pueden chocar al lector desprevenido por su crudeza, algo nada habitual en una BD que se publica en una revista como Spirou.
El guionista de la serie Philippe Tome consigue combinar a la perfección este sutil cóctel de géneros. Liga unas historias llenas de tensión que va puntuando con toques de humor absurdo y se vale de sus personajes, absolutamente carismáticos, para enganchar al lector.
¡Qué bien dibuja Bruno Gazzotti! Y yo diría aún más ¡Qué bien narra Gazzotti! Tras las vacilaciones iniciales fue encontrando su estilo y a partir del quinto álbum su trabajo destaca por encima de la media. Recordemos que el artista de Lieja debutó en el tercer episodio de la serie sustituyendo a Luc Warnant a partir de la página 12. Gazzotti con tranquilidad y continuidad potencia sus mejores habilidades. Sus páginas son atractivas, claras pero llenas de detalles y con escenas de acción espectaculares. Pero es que además descubrimos en él un narrador de raza que combina las excelencias de dos genios como Maurice Tillieux y Jean-Claude Mézieres.

Soda cuenta además con un elenco de personajes secundarios absolutamente magistrales. Destacan por encima de otros la cabo Linda Chaikovski una policía valiente, atractiva y eficaz que merece un spin-off sin más dilación, el capitán Pronzini el jefe de David y Linda neurótico, orgulloso y amante de todo tipo de animales. Un detalle de un friki de la serie negra como yo: Bill Pronzini es un notable escritor norteamericano de novela negra creador de El detective sin nombre. Buen homenaje. Otros personajes que enamoran al lector son: el sargento Babs, bonachón y experto en redes informáticas o el cardiólogo de Mary que siempre aparece cuando David está a punto de confesarle el engaño a su madre y siempre le aconseja al sufrido hijo que continúe tratándola con cuidado. Finalmente contamos con una extensa galería de delincuentes a cada uno más característico.

Este tercer y penúltimo tomo de esta colección integral de Ponent Mon contiene tres álbumes; el citado al principio de esta reseña titulado Más líbranos del mal (1997) y otros dos; Sabe Dios (1999) y Plegarias y balística (2001) publicados en Francia por la editorial Dupuis. Los tres están dibujados por Bruno Gazzotti y el color corre a cargo del estudio Cerise.
La edición de Ponent Mon es impecable y se agradece la inclusión de las portadas originales a toda página puesto que son otro de los grandes alicientes de esta magnífica serie.

Soda constituye un ejemplo claro de la renovación que ha experimentado la BD a caballo de los dos siglos. Autores como Tome o Gazzotti han sido sucesores excelentes de la generación de oro del cómic franco-belga. Con obras como Soda es posible que las nuevas generaciones se enganchen a una de las escuelas tebeísticas más ricas del medio.