#ZNGames Thimbleweed Park

 

Título: Thimbleweed Park
Desarrolladora: Terrible Toybox
Paltaformas: Nintendo Switch/PC/PS4/XBOX ONE
Idiomas: voces en inglés y textos en castellano

 

Un asesinato y una loca ciudad

Personalmente, el primer juego al que jugué en mi vida fue Monkey Island. Varias generaciones crecimos con los juegos de Ron Gilbert, y esas generaciones se van a estremecer con Thimbleweed Park. Todo lo que siempre nos gustó de las aventuras gráficas más clásicas está de vuelta con este juego que se acaba de estrenar en Nintendo Switch y aprovecho la ocasión para probar la versión portátil de una aventura que me ha llevado al pasado. Una aventura donde todos, absolutamente todos los elementos que añoro de LucasArts están presentes. La búsqueda, el humor absurdo, un diseño de escenarios y personajes más que sobresaliente y esa ruptura de la cuarta pared que hace que lo ridículo se vuelva sofisticado. Lo dicho: todos los elementos que echábamos de menos, reunidos de nuevo.

En Thimbleweed Park, una pintoresca ciudad que echa mano de todos los tópicos que Twin Peaks y Expediente X nos han presentado, aparece un cadáver. Dos agentes del FBI con mucho que ocultar se lanzan a una investigación irreverente que juguetea con lo sobrenatural, la ciencia ficción y el puro y duro misterio en un guión que coquetea a desarrollarse en el mismo mundo que los ya conocidos y reverenciados Maniac Mansion y Day of the Tentacle.

Los jugadores veteranos encontrarán un sin fin de referencias, guiños y situaciones de anteriores obras de Ron Gilbert, en espacial las anteriormente citadas, mientras que los jugadores nuevos encontrarán un camino allanado para aventurarse en el clásico sistema Scumm. Con los comandos ya conocidos, tendremos que encontrar pistas, deshacer situaciones complicadas, convencer a personajes y descubrir al asesino, aunque un par de novedades jugables de peso se suman a la clásica propuesta. Por un lado, la posibilidad de alternar el control entre los dos personajes jugables, sin importar la distancia o la situación en que se encuentren, lo que dará pie a que muchas situaciones se resuelvan con una combinación de espacios e intercambio de objetos. Por otro lado, esta vez la historia no se desarrolla de una forma clásica en que al quedarse atascado en un punto ya no se podrá continuar. El guión está dividido en capítulos y nuestras acciones podrán recibir un poquito de ayuda si utilizamos una cabina o un teléfono móvil y marcamos el número del PistaTron 3000. Un guiño a las líneas de teléfono que existían en los años 80s a las que podías llamar si te quedabas enganchado en alguna parte y te ayudaban a continuar. Antes de que las revistas publicaran guías de los juegos y, desde luego, antes de Internet.

Thimbleweed Park es un guiño al pasado, no cabe duda, pero mirando al futuro. Una forma de refinar lo ya conocido por todos y de, al mismo tiempo, devolvernos a un tiempo en que el diseño de juegos necesitaba de solventar las limitaciones técnicas con ingenio.

La versión de Nintendo Switch, que es la que analizamos, es la excusa perfecta para jugar. Siempre pensé, desde que aparecieron los emuladores, que las aventuras gráficas de esta índole eran las idóneas para jugarse de forma portátil. Y la consola de Nintendo nos da la razón, añadiendo además funciones táctiles, que hacen que jugar sea mucho más cómodo. Una versión que destaca por lo sencillo que resulta adaptar el ratón a los JoyCon de Nintendo, pero que se disfruta mejor usando la pantalla.

Thimbleweed Park es Ron Gilbert en todo su esplendor, y no hay más que hablar. Un juego que aprovecha lo mejor del pasado y lo mejora, dando lugar a una historia llena de humor y misterio, con todo lo que los amantes de las aventuras gráficas puedan buscar.