#ZNCine – Crítica de 1922, de Zak Hilditch

Reseña de 1922, la adaptación cinematográfica del relato corto homónimo de Stephen King protagonizada por Thomas Jane para Netflix.

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1922

Dirección: Zak Hilditch
Guión: Zak Hilditch, basado en el relato corto de Stephen King
Música: Mike Paton
Fotografía: Ben Richardson
Reparto: Thomas Jane, Molly Parker, Neal McDonough, Brian d’Arcy James, Dylan Schmid, Kaitlyn Bernard, Nikolai Witschl, Bruce Blain, Bob Frazer, Graeme Duffy, Patrick Keating, Spencer Brown, Danielle Klaudt
Duración: 101 min
Productora: Campfire. Distribuida por Netflix
Nacionalidad: Estados Unidos

 

Segunda producción cinematográfica ideada bajo el amparo de la plataforma de streaming Netflix que adapta al celuloide una historia de Stephen King después de la meritoria El Juego de Gerald, dirigida por Mike Flanagan y protagonizada por Carla Gugino y Bruce Greenwood. 1922, que traslada el relato corto homónimo incluido en la antología Todo Oscuro, Sin Estrellas, de 2010, llega en la recta final de un año que ha estado plagado de versiones para el cine (It, La Torre Oscura) y la televisión (Mr Mercedes, La Niebla) de la obra literaria del escritor de Maine. Lo hace como producción bastante modesta escrita y dirigida por el cineasta australiano Zak Hilditch (Las Últimas Horas) y protagonizada por un reparto encabezado por Thomas Jane (The Expanse), Molly Parker (Deadwood) y Dylan Schmid (Horns) entre otros. El resultado es un competente largometraje que funcionando correctamente en casi todos sus apartados, ya sean artísticos o técnicos, no destaca notablemente en casi ninguno de ellos, quedando en un proyecto interesante con más virtudes que defectos, pero que podía haber sido mucho más aprovechado desde el punto de vista narrativo si tenemos en cuenta el interesante punto de partida que estructura el núcleo argumental de la obra y que, digámoslo ya, no se adscribe a los cánones más ortodoxos del cine de terror por mucho que contenga algunos pasajes que sí pueden considerarse pertenecientes a dicho tipo de films.

1922 narra los recuerdos de un granjero llamado Wilfred James (Thomas Jane) sobre el asesinato de su esposa, Arlette (Molly Parker) que perpetró con la ayuda de su hijo adolescente, Henry (Dylan Schmid) durante el año que da título largometraje cuando los tres vivían en una casa a las afueras de Hemingford, Nebraska. Después del crimen y de depositar el cuerpo sin vida de su esposa en un pozo localizado en su terreno una plaga de ratas asolará la granja familiar y Wilfred comenzará a tener visiones de su mujer que parece haber vuelto de entre los muertos. Algo que ya hemos mencionado y debe quedar muy claro desde el principio es que el largometraje escrito y dirigido por Zak Hilditch no es una pieza de terror, es más bien un drama con apuntes de suspense y pinceladas muy leves de terror. De este modo la historia sobre la familia James tiene mucho más que ver con obras literarias como El Corazón Delator de Edgar Allan Poe que con trabajos previos del autor de Maine o algunos de los que han influido en su impronta adscritos a este tipo de narraciones de ficción que él mismo en cierta manera ha ido abandonando con el paso de los años en favor de otros géneros menos ortodoxos.

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De este modo el guionista y cineasta australiano realiza con 1922 un cuento gótico con reminiscencias al género western y unos oscurantistas Estados Unidos a las puertas de la Gran Depresión de 1930 como telón de fondo. Con estas herramientas y ayudado por una ambientación de época para quitarse el sombrero si tenemos en cuenta la naturaleza modesta del proyecto sumada a un reparto en estado de gracia comandado por Thomas Jane, Zak Hilditch lo tiene todo para ejecutar una pieza cuanto menos remarcable, pero se queda a mitad de trayecto porque uno de los dos roles que debe ejercer no está a la altura del otro. Mientras su trabajo con la cámara es de un mérito poco reprobable y con él llega a ofrecer al espectador algún que otro pasaje memorable, como el del asesinato en la cama, que eleva la producción desde el punto de vista técnico es su poco destacable labor con la escritura la que hace de 1922 una más de tantas. El desarrollo de personajes es el adecuado y no hay estridencias en cuanto al devenir de acontecimientos, pero la narración es de una linealidad tan simplista como uniforme y no depara ningún momento destacable argumentalmente que pueda llamar la atención con respecto a la persona que visiona el producto, que lo verá con agrado, pero sin implicarse adecuadamente con él por estas carencias.

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En cuanto al reparto podemos hablar de uno de los puntos más fuertes de 1922 y no sólo por la muy alabada interpretación de su actor protagonista. Porque sería una necedad negar que el actor de The Punisher o La Niebla (The Mist) realiza uno de las mejores composiciones de su carrera con un trabajo muy físico e interesantes apuntes psicológicos que él salda con un buena nota, pero su entrega en ocasiones se torna en su peor enemiga, y algo de eso sucede con su elaborado acento del medio oeste estadounidense que al ser tan marcado entronca con el del resto de personajes que no lo han «sobreactuado» tanto. Excelente trabajo de Molly Parker como la mujer del protagonista y madre del niño que ambos comparten, la actriz de House of Cards ejecuta un excelente tour de force con su compañero de reparto y su destacable interpretación hace que su personaje torne en ubicuo una vez desaparece de la historia incluso en los pasajes en los que ni su cuerpo putrefacto hace acto de presencia. Toda una sorpresa el joven Dylam Schmid que no se amilana ante dos veteranos como sus padres en la ficción ofreciendo un secundario muy interesante que ganará enteros en cuanto a profundidad justo después del asesinato de su progenitora en el que se verá implicado por el manipulador cabeza de familia y que avocará a los dos a la tristeza y la locura.

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1922 es una cinta cumplidora y decente, pero no destacará entre las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Stephen King, ni si quiera está entre las mejores de este 2017 que, como apuntábamos previamente, ha sido fértil a la hora de extrapolar la palabra escrita del autor de Maine a la pequeña o gran pantalla. Lo que sí confirma el largometraje de Zak Hilditch es que aunque todavía le queda un largo camino por recorrer y un considerable margen de mejora, ya que sus producciones cinematográficas en líneas generales son aceptables o sólo buenas (aunque hay excepciones), Netflix está ofreciendo una variada gama de proyectos de ficción adscrita a su producción propia que no se amilana con ningún género y que sólo se diferencian de la mayoría de estrenos hollywoodienses en que no son estrenados en pantalla grande. El Juego de Gerald o esta 1922 que nos ocupa denotan el interés por parte de la plataforma de streaming por financiar traslaciones de relatos de King que por no ser tan conocidos como novelas con el renombre de Carrie, El Resplandor o Misery solían pasar desapercibidos para las grandes productoras y que ahora han conseguido su pequeña y merecida parcela para que los seguidores de la prosa del autor nacido en Nueva Inglaterra podamos disfutarlos.

  Dirección: Zak Hilditch Guión: Zak Hilditch, basado en el relato corto de Stephen King Música: Mike Paton Fotografía: Ben Richardson Reparto: Thomas Jane, Molly Parker, Neal McDonough, Brian d'Arcy James, Dylan Schmid, Kaitlyn Bernard, Nikolai Witschl, Bruce Blain, Bob Frazer, Graeme Duffy, Patrick Keating, Spencer Brown, Danielle Klaudt Duración:…
Dirección - 7
Guión - 6
Reparto - 7
Apartado visual - 6.5
Banda sonora - 6

6.5

Cumplidora y poco destacable adaptación del relato corto homónimo de Stephen King. 1922 tiene un buen trabajo de dirección y un destacable reparto encabezado por un sobrio Thomas Jane, pero su rudimentario guión hace un flaco favor al conjunto cinematográfico.

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