Lo primero: una disculpa. Esta entrevista tuvo lugar a mitad de mayo, poco después del Salón del Cómic de Barcelona. Durante ese evento la editorial ECC Cómics anunció una lista interminable de nuevos mangas que se iban a incorporar a su catálogo a lo largo de 2017. Después de la entrevista que realizamos al editor de Ponent Mon con respecto a su línea manga, nos interesaba seguir charlando con otros editores y ver qué podían decir sobre la situación actual del mercado del manga en España, sobre sus propios mangas y su filosofía editorial y qué expectativas de futuro tienen. Después de ese gran anuncio me pareció interesante contactar con Sira Guarido para que ella misma nos pudiera hablar sobre ECC como una editorial manga.
La entrevista llega meses tarde, pero me parece que es un buen momento para publicarla. Casi todas las licencias que comentamos están ahora obras disponibles en las tiendas, además de que muchos otros temas se pueden leer en cualquier otro momento. Ya ha empezado el Salón del Manga de Barcelona de 2017, así que no es mal momento para repasar todo lo que esta editorial ha publicado estos meses y contrastar con los nuevos anuncios.
Quería preguntaros por vuestro comienzo. Tenéis a Batman y Superman, que es muy comercial, pero decidís empezar por una línea manga con obras que no buscan el éxito del momento. ¿Por qué?
Hay dos motivos. El primero serían las trabas legales que te ponen los japoneses. Por mucho cómic que hayas publicado ya, si no tienes ningún manga en tu catálogo eres la última editorial en la cola. Eso te quita todas las posibilidades de tener un súper éxito desde el principio. Si te fijas, todavía no trabajamos con Shueisha, así que mangas como los de la Shônen Jump son, de momento, inaccesibles para nosotros. Si no tienes el catálogo manga suficiente significa que no has demostrado ser lo suficientemente bueno como para que te den esas obras. Eso es lo normal. Pero hay editoriales con las que es más fácil contactar, y también depende de lo que quieras publicar. La otra razón es que nosotros queríamos ofrecer un catálogo de calidad. Cosas como las obras de Kazuo Koike y Goseki Kojima, que no entendíamos cómo no estaban publicadas en español. Son dos autores muy influyentes y nos parecía increíble. Lo mismo con Junji Ito. Autores con potencial que había que sacar y explotar. Crows entra en esta categoría. Hiroshi Takahashi, en su género, es de lo mejor. En Japón funcionó de maravilla. Es una obra que tuvo mucho éxito, con spin-off, con películas de Takashi Miike. En fin, el panorama lo pintaba como algo excepcional. Exagero un poco, pero nos parecía interesante probar. Hay muchas cosas que han ido muy bien. Ito ha funcionado genial, solo hay que ver lo que tenemos publicado ya. Koike y Kojima también. De hecho, Planeta ha reimprimido El lobo solitario y su cachorro.
Lo habéis publicado todo muy rápido.
Sí, fue una cosa de contratos. Hay editoriales que te lo ponen muy fácil y tienes en seguida todos los materiales para trabajar. Con Koike y Kojima, algunas de las series son tan antiguas que no tienen formato digital. La editorial japonesa nos manda los tomos y nosotros tenemos que escanearlos. Eso está bien porque podemos hacerlo con buena calidad y no tenemos que esperar a que los japoneses nos manden algo decente con lo que trabajar. Así se ahorra tiempo.
Imagino que al principio todo fue lento.
Desde que nace ECC queríamos tener manga en la editorial. El tiempo que pasa desde que nacemos como editorial hasta que empezamos a publicarlo es lo que hemos tardado en conseguir que los japoneses confíen en nosotros.
¿Teníais un lector en mente?
Nuestra idea era abarcar los tres grandes públicos. El juvenil con el shônen, el femenino con el shôjo y el adulto con el seinen. Pero hay mucho shônen en el resto de editoriales. Entrar en ese mercado es muy difícil, además de que publicar algo competitivo era complicado. Lo mismo con el shôjo. El seinen, al ser más amplia la variedad y el perfil del lector, nos pareció más fácil. El género de terror, que tuvo un auge en el mercado español hace años, estaba abandonado. Nos pareció buena idea empezar por ahí. Aunque tuviéramos muchos lectores de cómics de Superman y Batman, cuando te mueves en otro terreno es como si fueras nuevo. Nadie te conoce, porque la mayoría de lectores nuevos que alcanzas son gente que no estaba interesada en tu otro material.
Ahora vuestras licencias aparecen anunciadas en todos lados. El lector manga os presta atención. Sois una editorial grande, pero hasta hace poco no se os consideraba así en manga.
Exacto. Poco a poco vamos sacando obras que van llamando a todo tipo de público y abrimos horizontes.
¿Tenéis intención de meteros en pugnas por los mangas famosos del momento?
Una gallina de los huevos de oro la quieren todas las editoriales. Siempre intentando respetar a las otras editoriales, claro. Desde el principio nos interesaba mucho Kakizaki. Pero Milky Way lo empezó a publicar y lo dejamos de lado. Pero como pensamos que Rainbow podría no encajarles, nos pusimos a hablar. Intentamos una coedición, pero era muy difícil a nivel legal. Así que colaboramos a nivel de amistad sin entrar en papeleo, porque eso iba a ser complicado. Hicimos campaña juntos compartiendo el mismo stand en el Salón. Nos era más fácil hacer esto. Pero si nos interesa un título, iremos a por él. Luego que los japoneses decidan a quién se lo dan. Las obras que son buenas, no importa el género, son nuestro foco.
¿Cómo se plantearon las editoriales japonesas este tipo de acuerdo y con compartir autor?
Hablamos con Carlos, de Milky Way, antes de hablar con los japoneses. Les preguntamos si les parecía bien, que nos interesaba Rainbow, pero solo si ellos no la querían. Cuando hablamos con Shogakukan, les dijimos que las dos editoriales ya estábamos en contacto y que estábamos de acuerdo. Les pareció un buen gesto, ya que lo vieron como algo colaborativo, en lugar de una mala competencia. Los japoneses quieren, al fin y al cabo, que se les publique bien fuera de su país, así que esto lo vieron como una buena señal.
Parece que hay buen rollo entre las editoriales de manga en España.
Conozco a la mayoría de editores y nos llevamos bien. No sé, no hay roce. Y si lo hay, yo no lo veo. Cada uno publica lo que cree que va a funcionar, y si apostamos por una serie que al final se lleva otro, pues es una tontería enfadarse porque así funciona el negocio.
Me dijiste en el Salón del Manga pasado que Rainbow os interesaba desde el principio.
Sí, a mí me gustaba mucho. Tenía tomos en japonés. Era un manga que desde el principio estaba en mis planes. Pero cuando haces planes para iniciar la línea tienes que elegir, porque el presupuesto es limitado. Entonces dijimos, vale, tres series solo para empezar. Elegimos a Ito, porque era terror, a Tezuka, por ya era conocido y es una buena carta de presentación, y a Koike y Kojima. A Kakizaki lo fuimos dejando y al final lo acabó sacando otra editorial. Claro, cuando pasa eso, cuando se liga a un autor a una editorial, no vas a robárselo. Pero viendo el tipo de obras que publica Milky Way, vimos que Rainbow era demasiado larga y tal vez no les interesaba, además de que aquí hay otro guionista, George Abe. Y como ese gusanillo seguía ahí, sobre todo a nivel personal, pues contactamos con Milky y luego con la editorial japonesa.
¿Y está funcionando bien?
Muy bien. Aún es temprano para verlo, pero no podemos quejarnos. [La entrevista se hizo en mayo, con siete tomos publicados.]
¿No os da miedo publicar obras tan largas? Desde el principio, con Hanzô, ahora Rainbow, y este Salón del Cómic habéis anunciado Dorohedoro. Sobre todo ahora que las editoriales se están centrando en obras cortas.
Si hay calidad, no importa que la obra sea larga. Lo digo como editora y como lectora. Si una obra tiene 26 tomos y todos ellos son buenos, no me importa. Como Hanzô, que tiene diez, pero que eran 15 en realidad. Tiene más riesgos. Pero cuando apuestas por una serie así es porque crees que de verdad puede funcionar. Luego te puede salir rana y puedes acabar pagando por una licencia que no funciona. Crows, por ejemplo, no nos funcionó. A pesar de que creíamos que sí y de que era muy buena. Claro, era nuestra primera obra. Tenía 26 tomos y tal vez la gente no se fiaba de nosotros. Pero cuando haces algo así es porque sabes que puedes asumir el riesgo.
Aún así sacasteis un tomo cada mes y sin cambiar el precio.
Sobre todo al principio hay que tener cuidado con estas cosas. Si empezamos a cambiar periodicidades y precios es nuestras primeras obras, la gente desconfía. Otra cosa es lo que nos ha pasado con Inspector Kurokochi, que hemos tenido un montón de problemas. Los japoneses nos dijeron que no imprimiéramos porque había algunas cosas que querían cambiar.
Ahora que la nombras, ¿cómo acabáis con una obra así? Es bastante larga, también.
Está abierta. Creo que ha salido ya el tomo 16. Pero bueno, Takashi Nagasaki es coguionista de Naoki Urasawa y con eso nos valía. La serie es muy divertida y según van pasando los tomos te va enganchando mucho. Por eso quisimos publicarla. Está abierta y tiene riesgo, pero nos gusta y tiene calidad, así que creemos que puede tener interés publicarla.
Junji Ito y Nagasaki (Richard Woo) tienen una obra juntos. Algo sobre Rasputín. Tiene todas las papeletas para acabar con vosotros.
De momento no sabemos. Queremos ir poco a poco y no acabar como con Koike y Kojima, que está saliendo todo el mismo año [risas].
Os metéis a publicar manga con una imagen de cómo está el mercado del manga. Una vez empezáis a publicar, ¿cambia esa imagen?
Yo he sido librera mucho tiempo, y hasta hace un año, que he tenido mi segunda maternidad, he estado trabajando directamente con el lector, así que tenía cierto feedback directo. Había un perfil de lector que también es padre y que le compraba algo a su hijo y él se iba fastidiado porque, quitando un Tezuka, no se podía pillar nada. La oferta de seinen ahora es mucho más grande, con los años, pero a mí no me llega a sorprender porque, y esto lo digo como lectora, yo también quería algo diferente. Al principio te leías los shônen en grapa, luego en tomo, pero al final era todo más de lo mismo. Yo tenía esa inquietud y sabía qué era lo que quería, y por lo tanto sabía que existía otro tipo de lector que demandaba un cómic que no se estaba publicando. El mercado está evolucionando porque el lector ha crecido. Igual con los superhéroes: el material de ahora es mucho más interesante y adulto.
En cierto modo, los mangas adultos de ECC son mangas que se podría leer un lector de Vertigo o de cómics adultos de superhéroes. ¿Pensabais en ese lector cuando empezasteis a publicar manga?
Teníamos en mente que queríamos empezar por el seinen. No nos queríamos adaptar a ese lector en concreto. Al lector que solo lee superhéroes o al lector que solo lee manga no lo vas a sacar de ahí, así que no teníamos intención centrarnos en nuestros lectores de superhéroes para hacerles comprar manga, porque no estábamos seguros de que fuera a funcionar. De hecho, con nuestra línea kodomo queremos buscar nuevos lectores, esta vez infantiles.
¿En esta línea vais a publicar más manga?
De momento solo tenemos Shin-chan, que tampoco es lo más infantil, pero algo es algo. Esperamos poder ir sacando cosas más adelante, pero poco a poco.
Dijisteis en el Salón del Manga de 2016 que os gusta seleccionar un autor y apostar por él.
Si creemos que un autor es bueno, la idea es publicar todas sus obras.
Como estáis haciendo con Matsumoto o Kaneko.
Sí, exactamente. Con estos autores en concreto sí que creemos que puede haber un cruce lector, como comentabas. Matsumoto tiene mucha influencia europea y Kaneko americana. Es fácil que alguien que lee a Miguelanxo Padro o Moebius se interese por Matsumoto. Su obra no es manga al puro estilo manga.
Le hace cruzar fronteras.
Exacto. Son obras que pueden interesar a cualquier lector, ya no de americano o europeo, sino a un lector en el más amplio sentido de la palabra. Matsumoto tiene obras muy interesantes que están sin publicar. La edición de Takemitsu Zamurai, por ejemplo, aún está muy cercana, así que no nos lo planteamos, pero Primavera azul, que anunciamos hace poco, creo que tiene algo interesante que aportar.
¿Vende bien Atsushi Kaneko?
Lo que pasa con el manga es que las ventas son más lentas. Con los superhéroes no es así. El día que salen ya tienes un buen montón de compradores, pero con el manga cuesta más, se van vendiendo poco a poco. Deathco creemos va a tirar más que Wet Moon. Su estilo es más americano y más interesante, así que pensamos que esta puede ayudar a vender mejor la otra. Es lo que pasa cuando publicas varias obras de un mismo autor. Las ventas de una se alimentan gracias a la otra. Es un proceso más lento. Matsumoto ya tenía un público en España. De hecho, acabamos de sacar la segunda edición de primer tomo de Sunny y estamos muy orgullosos. Pero como ya era conocido, vende mejor. Con Kaneko hay que verlo aún.
¿Tiene sentido apostar por ese autor aunque no venda, esperando que llegue a cuajar en el futuro?
En un principio, si creemos que lo vale, lo hacemos. Kaneko y Matsumoto tienen peso de autor, no son obras aisladas. Así que sí, apostamos por ellos. Si venden cien ejemplares, pues entonces no, es que nos hemos equivocado. Pero de momento no nos ha pasado.
Chiisakobe ha tenido mucha repercusión, al menos de crítica, y Mochizuki es un autor que os pega, en general, porque tiene obras de terror también y tiene esa categoría de autor.
Nos interesa seguir publicando sus obras. Pero hay un presupuesto limitado. Ahora nos estamos centrando en ampliar el catálogo shônen y que se nos empiece a conocer un poco más. Hemos seguido con Tekkon Kinkreet, que pensábamos que tenía que estar en el mercado sí o sí, y luego hemos anunciado Primavera azul por publicar también algo inédito. Pero de momento nos interesa abrirnos. Y tampoco queremos sacar cincuenta obras cada mes, porque sería matar a los lectores [risas].
Sobre la línea autoral, ¿por qué decidís publicarlos a parte? A Tezuka, a Kamimura.
La línea autoral la lleva otro chico, no yo, aunque colaboramos mucho. Hay autores que, aunque sean japoneses y se publiquen bajo la etiqueta manga, son grandes referentes a nivel mundial. Osamu Tezuka es uno de los autores más importantes de cómic de la historia. Creemos que Kazuo Kamimura entra en esa categoría. A Matsumoto también nos planteamos dónde ponerlo, pero como lo separan bastantes años de los otros dos, decidimos dejarlo en la línea manga. Con esa línea queríamos celebrar las grandes obras del cómic. En general, hacer una distinción. Para lectores que busquen solo clásicos. Tezuka y Kamimura entran en ese grupo. Matsumoto también, según con quién hables.
¿Os interesa otro material clásico?
De momento no puedo decir nada [risas].
¿Por qué unos mangas los publicáis a un tamaño y otros a otro?
Normalmente lo hacemos según estipula el contrato. Los japoneses nos dicen cómo publicarlo. Hanzô, por ejemplo, tiene quince volúmenes, y Planeta publicó en su día varios tomos de esa edición. Pero al final Japón nos obligó a hacer la edición de diez tomos. De hecho, ya habíamos anunciado la edición en quince tomos. A veces nos gustaría hacer cambios, buscar el formato perfecto, pero hay muchas restricciones. Luego hay editoriales que son más flexibles. Mira por ejemplo Suehiro Maruo o Shintaro Kago. Te dejan hacer más cosas, y si por ejemplo son autores a los que ya se les había publicado de una manera, nos permiten hacer cambios con tal de que el comprador tenga una edición uniforme. Con estas restricciones tienes dos opciones: o te aguantas y lo publicas como te dicen, o no lo publicas.
Cuando entrevisté a Amiram, el editor de Ponent Mon, me dijo que él prefiere publicar sus mangas en formato grande. Van a salir más caros y los va a comprar menos gente, pero económicamente salen mejor porque no son obras famosas que vayan a vender mucho más si se publican en tamaño pequeño.
Sí, puede ser. Las editoriales japonesas suelen estar más contentas cuanto más se parezca tu edición a la edición original, y eso es lo que intentamos hacer.
Me decía también que el mercado de manga a 8 euros parece saturado.
Hay más editoriales, hay más novedades y hay más ventas. Pero hay que tener en cuenta que venimos de una crisis y que el ritmo de publicación obviamente tenía que subir, además de que hay lectores nuevos. Antes de la crisis se publicaban muchísimos volúmenes y sin control ninguno. Ahora ya no se hace eso. Las editoriales configuran su catálogo de manera más cuidadosa y lo hacen intentando presentar algo sólido. Publicar obras que nadie conoce y que nadie pide ya no se hace. Se hacía por entonces, pero ahora todo se estudia mucho más.
Van apareciendo diferentes editoriales que publican obras que tenían un público que pedía obras distintas. Tomodomo, Milky Way y vosotros estáis publicando para un público distinto. O el mismo pero con nuevos intereses.
Eso te hace calcular un poco cuánto vas a vender. Si siempre tienes los mismos lectores, que son fieles y sabes lo que les gusta, puedes hacer cuentas y ver si esa nueva obra podría funcionar. Con Crows estábamos probando y no funcionó, y mira que pusimos un precio competitivo. Pero no podíamos cambiar a mitad de publicación el precio o el formato. Es importante cuidar a todas las partes involucradas: el lector, la editorial japonesa.
En España no se hace, pero en Francia o Estados Unidos se publican ediciones con volúmenes que incluyen varios tomos. ¿Crees que algo así funcionaría aquí? ¿O sería como cuando Planeta intentó bajar los precios a cambio de una edición de menor calidad y la gente se quejó?
Es algo parecido. Por ejemplo, a mí me encanta el papel amarillo.
¡A mí también!
Pero aquí no puedes hacer eso. Aunque el papel sea mucho mejor, de más grosor y mayor calidad. Si su tono no es blanco, no lo quieren y piensan que es de peor calidad. Estamos acostumbrados a un tipo de formato, con un tipo de sobrecubierta, con un tamaño, con un precio, y la gente no sale de ahí.
Yo valoro más otras cosas. La traducción, la maquetación, que la impresión sea buena, que el tomo sea cómodo de leer.
Ya. Pero los experimentos que se han hecho no han funcionado. Y cuando haces otra cosa da la sensación de que el producto ya no es de calidad, a no ser que le pongas una tapa dura.
¿Hablamos de los anuncios que habéis hecho ya en el Salón? Fueron muchísimos [muchos de ellos ya están a la venta].
No habíamos hecho presentaciones importantes de novedades hasta la fecha. Queríamos que el lector de manga nos conociera, y anunciar tantos cómics fue un poco una manera de darnos a conocer, de decir aquí estamos y nos tomamos el manga en serio. Esas novedades eran las que se iban a publicar a lo largo del año y son parte del catálogo que estamos construyendo.
Vais a publicar mangas de Project Itoh.
Son tres obras que tienen anime. Una es una especie de adaptación de Frankenstein. Todas tienen un toque adulto y diría que sangriento. No parecen ser obras similares a lo que habíamos publicado hasta entonces, pero aún así comparten la violencia y algunos temas serios. La idea es que queríamos sacar shônen y nos pareció una buena forma de entrar. Tienen la calidad suficiente, están basados en unas novelas que en Japón funcionan muy bien en Japón, y básicamente nos parece que son lo suficientemente buenas como para sacarlas. Igual que Gift Plus Minus. El dibujo es impresionante y ha salido en Francia y en Italia. Nosotros lo queríamos sacar porque parecía que no iba a llegar. Esto ya es seinen, pero sigue en esa línea de obras que nos parece que hacía falta tener en el catálogo.
Quería preguntarte por Shun Umezawa. Me he leído Bajo un cielo como unos pantis y no sé si me ha gustado o me está tomando el pelo.
[Risas] Me pasa lo mismo con Kago. Es muy bizarro y muy pervertido. Pero es muy bueno. Umezawa hace una especie de crítica social y lo mezcla con comedia, terror a veces, algo muy original y muy personal. Te fastidia y te repele al mismo tiempo.
Qué nos puedes decir de Dorohedoro.
Es una apuesta arriesgada. Tiene más de veinte tomos. Pero nos parece buenísimo y necesario que esté publicado. Es similar a Nihei, que se está recuperando también. Es buen momento.
Dorohedoro está dibujado por una mujer, Q Hayashida. ¿Crees que se publican pocas mujeres mangakas en España?
Bueno, en este caso no lo publicamos porque sea una mujer. Normalmente solo nos fijamos en si la obra nos gusta y si es buena. Tal vez es un problema de raíz. Para entrar a publicar tal vez tiene más facilidades un hombre que una mujer, pero eso ya recae en Japón. Yo me fijo en el dibujo, en la narrativa, en la historia. Casi nunca miro el nombre del autor.
Lo digo porque de las nuevas incorporaciones a vuestro catálogo, las que más me interesan están dibujadas por mujeres: Dorohedoro, Ulna en la torreta y La pequeña forastera. Esta última suscitó mucho entusiasmo en redes cuando la sacasteis. Pensaba que, tal vez, estabais intentando hacer un esfuerzo por dar a luz a nuevas dibujantes.
Cuando La pequeña forastera salió en Francia la teníamos ya en el punto de mira y por suerte no tuvimos competidores. Y me parece una obra fantástica y me hace mucha ilusión que la tengamos nosotros. Pero a nivel de calidad, el dibujo de Nagabe es increíble.
También ha salido en Estados Unidos y tiene tan solo dos o tres tomos.
Claro, nosotros pasamos el día entero estudiando qué se publica y qué publicar. Paso ocho horas diarias en internet mirando sin parar. Mucho más que un fan [risas]. Pasas mucho rato leyendo y buscando, y cuando leí el primer tomo me interesó muchísimo. Cuando además sale en tantos países con tan poco recorrido es porque llama mucho la atención. Ulna también nos encantó. Desde el principio nos gustó mucho. Con la editorial Enterbrain ya habíamos trabajado, así que lo teníamos fácil. A mí me recuerda a Nausicaä, en el dibujo y en el mundo fantástico que retrata. Nos pareció que entraba muy bien en lo que era nuestro catálogo, algo entre bizarro, bonito y delirante.
¿Cómo os informáis sobre nuevos mangas?
Las editoriales te envían muestras de cómics que te quieren vender. Algunas se adaptan a tu catálogo, otras no. Yo sé un poco de japonés. Tengo un nivel muy básico, pero me basta para leer algunas obras como Crows tirando de diccionario. Amazon Japan es muy útil. Pides previews, escribes a la editorial para que te mande una muestra, o las compras. Es bastante fácil ahora con las nuevas tecnologías. MyAnimeList siempre es una buena fuente de información, ya que tiene valoraciones, listas. Luego te traes volúmenes de los viajes que haces a Japón para las negociaciones. Las listas de los libros más vendidos. En Japón no son ilegales, como sí lo son en otros sitios, así que eso te guía un poquito para saber dónde poner el ojo. O cualquier recomendación que me hagan. Ahora mismo me dices algún autor o alguna obra que no conozca y yo la apunto y la miro más adelante.
De repente parece que todo el mundo quiere sacar a Usamaru Furuya.
Es un autor muy bueno, con lo que todo el mundo quiere tenerlo en su catálogo. Lo que pasa es que lo hemos hecho todos al mismo tiempo. Es como Tezuka, que está repartido por muchas editoriales. Incluso Norma, que se centra principalmente en shônen, que es la editorial más potente en ese sentido, tiene un Tezuka por ahí. Cuando el autor es bueno, te fijas y lo apuntas en la lista. Cuando nos enteramos de que Milky Way no estaban interesados en La cruzada de los inocentes, pues nos lanzamos a ello.
Y qué nos puedes decir sobre el resto. No te quiero quitar mucho más tiempo. Girls und Panzer, Servamp, Overlord…
Ahora mismo queremos abrirnos a un público nuevo y ampliar horizontes, y estos mangas los publicamos para llegar a ese público nuevo. Es curioso porque pensábamos que con estos anuncios íbamos a tener una respuesta mayor, pero a lo que la gente más ha prestado atención es a aquello que sigue la línea de lo que ya estábamos publicado: La pequeña forastera, Dorohedoro y el resto de obras seinen. Este lector nos ha dado mucho feedback. Girls and Panzer es una obra famosísima en Japón. En Japón es algo muy grande. Hay una adaptación de anime, novelas, videojuegos. Mil cosas. En cualquier caso, las tres obras que yo destacaría sobre todo lo que anunciamos serían La pequeña forastera, Ulna en su torreta y Gift Plus Minus. Son de tres autores que aún no se han publicado aquí, que tienen una calidad enorme y que estamos bastante contentos de poder publicar. De momento, antes de publicar más obras de otros autores, queremos ampliar nuestro rango de estilos. Por eso hemos anunciado todo lo de Project Itoh o Servamp.
Para terminar, ¿cómo os fue con Junji Ito en Barcelona? ¿Tenéis pensado traer a algún otro autor para el próximo Salón?
Fue muy bien. Junji Ito se mostró muy amable y muy simpático y la gente con la que venía también. Además, se notaba que el público quería conocerlo y él se mostró muy abierto a todo. Estamos muy contentos con cómo salió, así que no podemos quejarnos. Sobre un próximo invitado, no puedo decirte nada porque no tenemos nada seguro. Estamos hablando con la editorial ahora mismo y estamos, de momento, concretando los detalles. Pero a no ser que algo salga mal o que nos cancelen en el último momento, te puedo decir al 99% que sí va a haber un invitado para este Salón. [Publicar esta entrevista tan tarde tiene una ventaja: no hay que esperar hasta el salón para saberlo. Es Kakizaki, y ya está firmando en Barcelona].
Gran entrevista, la charla con la editora me ha encantado por la cantidad de información que aporta y la confianza que transmite. Hoy por hoy, ECC es una de las editoriales de las que más productos compro (y eso que los superhéroes de DC son una minoría muy minoritaria de mis compras, aunque me haya animado con más cosas por el rebirth), ya sea manga, europeo o «narrativa» (vale, Albert Londres no es narrativa, pero por diferenciar tebeos de libros sin dibujos) y se nota la buena selección que hacen.
Sumamente interesante. Enhorabuena por la entrevista.