Paracuellos 8 Las madres no tienen la culpa

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Edición nacional/ España:Reservoir Books
Guión:Carlos Giménez
Dibujo:Carlos Giménez
Formato:Cártone, 96 páginas
Precio:18€

 

No es cierto. A veces las madres no tienen la culpa de no estar. ¡Ya le gustaría a ellas…!

Las madres no tienen la culpa es el octavo álbum de Paracuellos una de las series más importantes de la historia de nuestro país. Carlos Giménez sigue desgranando uno de los episodios más oscuros de nuestra historia reciente. Edita Reservoir Books.

Carlos Giménez (Madrid, 1941) es el autor más importante de la historieta española. Este año hemos reseñado dos obras suyas: Rambla arriba, Rambla abajo… que es una de sus mejores obras y La máquina del tiempo en donde pudimos comprobar que sigue estando en plena forma. Paracuellos forma junto a España, una, grande y libre, Historias de sexo y chapuza, Los profesionales y Malos tiempos una de las crónicas más lucidas de historia de nuestro país durante el siglo XX.

En Paracuellos, Giménez muestra la vida diaria rodeada de miseria y malos tratos de los niños del Hogar del Auxilio Social de Paracuellos del Jarama en la posguerra franquista. Nadie mejor que Carlos Giménez para contarlo ya que lo vivió de primera mano.

Este es el segundo álbum de la tercera etapa de la serie. La primera etapa la formarían las historias publicada en los dos primeros álbumes realizados entre 1976 y 1982 cuya primera historia apareció en la revista Muchas Gracias. En 1999 la retomaría de la mano de Glenat y hasta 2003 realizaría otros cuatro más. La etapa actual arranca en 2016 cuando se cumplían cuarenta años de su inicio y apareció el séptimo álbum de la mano de Reservoir Books titulado Los hombres del mañana.

En la primera etapa las historias eran de dos páginas y cada una de las cuales tenía cuatro tiras y cada tira formada por cinco viñetas. Algo que con el tiempo va cambiando hasta que en la segunda etapa las historias son de seis a ocho páginas y cuatro tiras por página y con viñetas más grandes. En el séptimo, Giménez optó por cambiar el esquema y relatar historias más extensas y cambiar la composición de página a tres tiras, algo que se repite en este. Las madres no tienen la culpa se compone de cinco historias de duración variable. Esto hace que las historias sean más complejas y menos anecdóticas, con tiempo para la pausa y sin esa excesiva proliferación de diálogos que se apreciaban a veces en historias previas.

En esta nueva etapa de Paracuellos, Giménez nos relata historias que van más lejos de la miseria material y moral que rodeaba los centros de Auxilio Social, nos nuestra que aún en la situación más terrible todavía hay espacio para la esperanza. Aurelio y el hombre del cine son una nuestra de que el ser humano siempre tiene la capacidad de dar algo a cambio de nada. Tanto en este tomo como en el anterior vemos que a pesar de las cosas terribles que le suceden a Carlitos y sus compañeros son solo niños indefensos. Y eso es otra valiosa lección que nos da Giménez, no solo se aprende de ver lo más terrible que es capaz la humanidad sino también de la bondad que aflora en los peores momentos. No por ello deja de estar presente lo peor que ofrece el género humano como la venganza o la capacidad de aprovecharse de los más débiles. Nuevamente se demuestra que es de vital importancia que Giménez siga contando lo que pasó allí para que no exista la posibilidad de que algunos reescriban la historia y oculten los episodios más negros del franquismo.

Destaca como siempre el amor por los tebeos y la capacidad que tienen de servir de alivio en las peores situaciones. Algo por lo que a veces no se los valora tanto como se debiera.

Gráficamente tiene todas la características que el anterior álbum, viñetas más grandes y más tiempo para desarrollar las historias, que al ser de estructura menos rígida hacen que Giménez pueda emplear más recursos narrativos aunque lejos de la lección que dio en Rambla arriba, Rambla abajo… Abundan como siempre los primeros plano de sus niños, que siguen tan expresivos como siempre, con esos ojos y miradas que hacen imposible no emocionarse con ellos.

La edición de Reservoir Books tiene la calidad del resto de obras que han editado de Carlos Giménez. Esperemos que continúen publicando sus nuevas obras y recuperando las viejas.

Cuarenta años después de su inicio sigue siendo una serie necesaria y lo seguirá siendo mientras la estupidez y egoísmo de nuestros dirigentes permita que los más inocentes sufran. Es un recordatorio de sucesos que nunca más deben repetirse. Las historias de este álbum no impactan tanto como las anteriores entregas, ya que no son tan duras y eso hace que te cabrees menos, pero no por ello dejan de hacerte reflexionar. Aunque es cierto que en parte se ha perdido la capacidad de sorpresa y horror de los álbumes anteriores, eso no hace que sea peor obra ya que conserva todas las cualidades que han covertido a la serie en una de las imprescindibles del cómic mundial.

  Edición nacional/ España:Reservoir Books Guión:Carlos Giménez Dibujo:Carlos Giménez Formato:Cártone, 96 páginas Precio:18€   No es cierto. A veces las madres no tienen la culpa de no estar. ¡Ya le gustaría a ellas...! Las madres no tienen la culpa es el octavo álbum de Paracuellos una de las series más…
Guión - 8
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5

7.7

Emotivo

Nueva entrega de Paracuellos que nos nuestra la cara más humana de los niños y algunos adultos que vivíeron en los Auxilios Sociales.

Vosotros puntuáis: 9.54 ( 3 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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Abraham
Abraham
Lector
2 enero, 2018 0:04

Alguno lo podrá discutir,pero para mi el mas grande autor que ha dado este país.