Guardianes de la Galaxia nº 1: La búsqueda del escudo

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Edición original: Marvel Comics – 1990, 1991, 1992
Edición España: Panini Comics – mayo – 2017
Guión: Jim Valentino
Dibujo: Jim Valentino
Entintado: Steve Montano
Color: Evelyn Stein, Daniel Vozzo, Mike Thomas, Marie Javins
Portadas: Jim Valentino, Mike Zeck, Todd McFarlane, George Pérez, Steve Lightle, Rob Liefeld, Jim Lee, Art Thibert, Jim Starlin, Danny Bulanadi
Precio: 39,95 euros (tomo en tapa dura de la línea Marvel Héroes de 696 páginas)

 
Prólogo:

Tengo que reconocer que me ha costado un poco sentarme a escribir esta reseña. Mi intención era, tras La búsqueda de Korvac, dedicar una entrada a hablar de este tomo recopilatorio, por la obvia razón de que aquella aventura servía de prólogo para las aventuras de los Guardianes de la Galaxia de Jim Valentino. Sin embargo, las sucesivas relecturas de las aventuras recopiladas han ido provocando un progresivo desinterés por mi parte ya que, en mi opinión, estas historias aguantan bastante mal el transcurso del tiempo. Sin embargo, no quiero adelantarme aún a la parte del artículo en la que doy mi opinión personal, así que vayamos por parte.

En aquellos días…

En junio de 1990, mientras un servidor hacía la prueba de acceso a los estudios universitarios, la casa de las ideas rescataba de su nutrido fondo de armario uno de esos conceptos que dormitaban tras la consabida cancelación. Los Guardianes de la Galaxia constituían un concepto de los años sesenta al que Steve Gerber había dado en los años setenta la forma arquetípica con la que aquellos proscritos del futuro lucharían por la libertad de la Tierra y se enfrentarían junto a los Vengadores al Enemigo. Unos diseños atractivos, unos personajes singulares y un cosmos para recorrer. Aunque no habían contado con el favor del público, hay que reconocer que los Guardianes de la Galaxia escritos por el creador literario del pato Howard contaban con cierto predicamento entre la parroquia lectora. Los trabajos de don Steve han aguantado mejor que bien y se han ganado sobradamente la etiqueta de obras de culto, así que no fue extraño que la afición veterana y la que conocía a este equipo por su alianza con los Vengadores contemporáneos miraran con curiosidad una nueva colección para ellos, englobada dentro de los lanzamientos de ese año. Los Guardianes de la Galaxia formaron parte de una apuesta que incluía al Spider-Man de Todd McFarlane como autor completo, el Motorista Fantasma, el Namor de John Byrne, los Nuevos Guerreros o la adaptación al cómic de las aventuras de Robocop.

A la caza de un tesoro (o la arqueología sobre el tiempo presente)

La búsqueda del escudo es el título del primer arco argumental contenido en el tomo, el cual recoge en conjunto los veinte primeros números de la serie original, más las historias principales de los cuatro especiales de 1991 de los que se habló aquí. De hecho, La búsqueda de Korvac actúa a modo de precuela de la primera aventura del equipo en su colección, ya que se publicó al año siguiente del estreno de aquella. Al final de la historia, Yondu el arquero descubre entre sus pertenencias un libro que contiene las pistas para la obtención de un tesoro, que no es otro que una reliquia de más de mil años: el escudo del Capitán América. Este primer relato dejará claramente marcada la filosofía de Valentino respecto a la colección: uso de conceptos del presente para la creación de conceptos en el futuro. Las historias protagonizadas por los Guardianes serán algo así como una suerte de «¿qué pasó con…?» en la que personajes e ideas de éxito en esos primeros años noventa serán reciclados para la presentación de su versión futurista.

La primera aventura presenta una carrera entre los Guardianes y un grupo de forajidos llamado Fuerza por la consecución del viejo arma del abanderado. Teniendo en cuenta la condición de coetáneo del vengador –en origen- que ostenta Vance Astro y la relación que une al equipo con el Capitán América, es casi inevitable que se embarquen en una competición de búsqueda y superación de obstáculos que –¡cómo no!- terminará con una sucesión de duelos individuales en los que será el corazón y no el músculo el que acabe decantando la balanza a favor de Astrovik y sus camaradas. Con la adquisición del escudo, Vance conseguirá una imagen que ha sido icónica hasta prácticamente la actualidad (como demuestra su recuperación en la versión contemporánea del equipo elaborada por Dan Abnett y Andy Lanning). En el camino, Valentino presentará al Señor del Fuego como nuevo protector del universo y a un belicoso matriarcado que ha basado su civilización en las creaciones de Tony Stark, el Hombre de Hierro. Si a ello se suma la identidad del custodio del escudo, queda patente que aquello iba un poco de homenaje a los Vengadores.

Una vez determinado el destino del grupo más poderoso de la Tierra, tocó echar mano la que, por aquel entonces, era la franquicia estrella de Marvel: la Patrulla-X. En la siguiente aventura, los Guardianes acababan topándose con un mundo gobernado por la especie sapiens superior o, al menos, por lo que quedaba de ella. La comunidad mutante había huido de su planeta natal, colocándose bajo el mando de Magneto, hasta alcanzar un nuevo hogar. En este caso, el legado de Xavier, o, más concretamente, el de Lobezno (personaje estrella de la franquicia-X) ha sido subvertido por sus descendientes, que han empleado su poder para hacerse con el control del planeta. Un decadente pueblo mutante –limitado a nueve integrantes- ejerce su dominio sobre una población que es meramente humana. Aquí harán su aparición Rencor –una descendiente de Logan más próxima a Dientes de Sable que a su ancestro- y el receptáculo de la fuerza Fénix.

La siguiente historia presentará una curiosa combinación de franquicias que, a principios de los noventa, estaban en ascenso. Por un lado, tenemos a una nueva encarnación del Magus –la versión futura y maligna de Adam Warlock creada por Jim Starlin- que gobierna a la Iglesia Universal de la Verdad –una teocracia en expansión en el S. XXXI; por otro, tenemos al Motorista Fantasma de ese tiempo. El primer concepto venía a recordar que Jim Starlin había vuelto a Marvel y se disponía a recuperar buena parte de los conceptos que le habían hecho célebre en los setenta. El segundo era una revisión urbanita y encuerada del personaje que había peregrinado por el medio oeste hasta la década anterior.

Por último, los Guardianes regresan a una Tierra en la que una secta ha decidido seguir los mandamientos de otro justiciero muy de moda en las postrimerías del siglo pasado: el Castigador. Los miembros fundadores volvían al planeta que habían liberado, pero en el que jamás se sentirían a gusto, al ser, respectivamente, los últimos representantes de unas humanidades extinguidas y una persona desplazada del tiempo. El final de esta historia cierra el primer año y medio de la colección y abre la puerta a Garra –un nuevo guardián de aspecto felino- y a una nueva etapa en las aventuras de los Guardianes de la Galaxia.

Entre viaje y combate, Valentino aprovecha la ocasión para profundizar en las características de cada personaje y en las relaciones que les unen. Para empezar, deshace rápidamente la dualidad Halcón Estelar / Aleta Ogord, dando a cada personaje autonomía y rompiendo rápidamente su vínculo marital / sentimental. Lo que antaño era un amor que les daba fuerza, ahora se convierte en una manipulación por parte de Stakar hacia su esposa, que se suma a la creciente antipatía que el grupo tiene hacia aquél. «Aquél que sabe» o «uno que sabe» (según la traducción) se transforma en un manipulador que ha estado jugando con sus colegas desde antes de que estos pudieran conocerle y que rara vez comparte su conocimiento. Aleta le culpa de la muerte de sus tres hijos; Charlie 27 y Nikki no ocultan sus antipatías hacia él; Vance Astro se convertirá en un competidor por el amor de la dama Ogord; Martinex votará a favor de su expulsión, pese a que es su único confidente; Yondu Udonta recibirá palabras de consuelo y esperanza… hablando de este último, resulta difícil encontrar algo del saqueador cinematográfico en el estoico y tradicionalista arquero, pero, ya puestos, si en esa época me dicen que Sylvester Stallone iba a a ser Stakar… pero estoy divagando. En honor a la verdad, en esta primera fase el desarrollo de los personajes no es muy profundo. Nikki se presenta tan ardiente y voluble de espíritu como su naturaleza mercuriana; Charlie 27 es tan firme y sólido como su estructura joviana; Martinex es el científico analítico de exterior cristalino; Vance Astro es el corazón del equipo y, además, la enciclopedia que permite enlazar el pasado (presente en la continuidad regular) y el presente (el futuro en el que se ambienta la colección). El resultado es la consabida mixtura que sirve para que haya periódicos conflictos, potenciales triángulos amorosos y crisis de confianza, en la mejor tradición del género y de cualquier tipo de folletines.

En conclusión:

Mi impresión de estos tebeos es que, como indicaba al inicio, el paso del tiempo ha hecho más evidente el cartón y los hilos. En su momento, la afición veterana criticó el escaso parecido entre los Guardianes de esta colección y aquellos cuyas andanzas narrara Steve Gerber. Aquí y ahora, me ha quedado la sensación de que, literaria y gráficamente, Jim Valentino era en esos tiempos un autor muy limitado. Las aventuras son entretenidas y su lectura es bastante amena, pero tampoco dan para mucho. Con todo el potencial de un universo ambientado mil años en el futuro, la cosa se queda en una revisión un tanto pobre de los conceptos de moda en el momento. En la parte gráfica, hay que reconocer la solidez y permanencia del equipo creativo: Valentino tendría, salvo en ocasiones muy puntuales, el mismo entintador y la misma colorista. Sin embargo, don Jim no era lo que se dice un dibujante especialmente talentoso. La espectacularidad de algunas escenas no compensa la flojera de otras, especialmente de aquellas en las que se requiere cierta habilidad para la narrativa. Las expresiones faciales parecen todas realizadas con la misma plantilla, abundando las sonrisas de dientes rechinantes estilo «Liefeld». Los pretendidos diseños futuristas son bastante pobres y el resultado final es un tebeo que encaja bastante bien en el tópico de la década en la que fue concebido.

Los Guardianes de la Galaxia y otras novedades de 1990
Portada de Marvel Age, anunciadora de varias colecciones

  Edición original: Marvel Comics – 1990, 1991, 1992 Edición España: Panini Comics – mayo – 2017 Guión: Jim Valentino Dibujo: Jim Valentino Entintado: Steve Montano Color: Evelyn Stein, Daniel Vozzo, Mike Thomas, Marie Javins Portadas: Jim Valentino, Mike Zeck, Todd McFarlane, George Pérez, Steve Lightle, Rob Liefeld, Jim Lee,…
Guión - 7
Dibujo - 6.5
Interés - 7.1

6.9

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Captain Eo
Captain Eo
Lector
26 diciembre, 2017 11:28

Para mí Valentino es un dibujante sólo algo mejor que Liefeld, simplemente sabe algo más de anatomía.