Pues bien, Kick Ass nos cuenta la historia de
Como fan de los superhéroes Dave sueña esos mundos ficticios en los que los ladrones de pacotilla tienen miedo de robar, sabiendo que siempre habrá uno o varios vigilantes enfundados en coloridas y aguerridas mayas que les impedirán perpetrar sus crímenes. A sabiendas de que los criminales de hoy en día no pagan el merecido que deben, Dave no se lo piensa dos veces y adquiere por internet un traje de spandex con el decide salir a la calle y repartir justicia como Kick Ass… consiguiendo llevarse una verdadera paliza en el proceso.
Kick Ass es una de esas obras en las que se cuenta el camino del héroe, las motivaciones que hacen que éste decida luchar por unos principios de justicia más grandes que él mismo, pero todo ello aderezado con el inconfundible “toque Millar”, esto es, violencia a raudales, palabras malsonantes, hechos políticamente incorrectos y tantas referencias a la cultura pop como quepan por página.
Pese a que esta historia se nos venda como un “qué pasaría si de verdad un chico adolescente decidiera convertirse en superhéroe” no debemos dejarnos llevar por el engaño, pues los personajes y situaciones que se plantean en Kick Ass son un homenaje y herencia directa de los cómics que el propio protagonista homenajea. Donde sí se encuentra el sustrato realista es en el apartado de las consecuencias, pues el calvario que vive Dave desde su primera salida como héroe es digno de ser protagonizado por un Peter Parker con muy mala suerte. Sin embargo, ello no es un defecto de la historia si no tan sólo una de sus muchas características.
El punto en el que esta obra hace ser digna de mención como parte del noveno arte es en el análisis de la psicología del héroe, donde vemos que la razón para convertirse en un patrullero enmascarado están muy lejos de las ganas de impartir justicia y mucho más cerca de la locura, el ansia de poder, la inmadurez propia de la adolescencia, o el propio engaño, dependiendo de cada personaje y de cada situación la razón concreta para actuar de esa forma.
Un dato curioso sobre este cómic es que su adaptación cinematográfica se estaba fraguando a la vez que el guión de la obra, razón por la que los primeros compases de la película son casi idénticos al cómic, distanciándose la adaptación de la obra original cada vez más según se acerca el final de la cinta.
Mark Millar no está solo en la confección de esta obra, pues cuenta con la inestimable ayuda de John Romita Jr., el hijísimo de Marvel, que nos da un dibujo correcto que cumple su función. Y es que en este punto, diré que soy mucho más fan del dibujo de Romita Jr. llevado a cabo en su etapa en Amazing Spiderman junto a Roger Stern, del que más tarde efectuaría en esta obra o en la colección arácnida junto a JMS. Y es que, a mi parecer el uso de las técnicas digitales se traduce en Romita Jr. en un estilo que sin ser un mal dibujo, carece de la suficiente originalidad, siendo todos los rostros un calco del anterior. Ello no obsta para que el dibujo como he dicho, cumpla con la función que le es propia, traduciendo muy bien a imágenes el guión de Millar.
Kick Ass tuvo tanto éxito que contó con varias secuelas, las cuales serán reseñadas en esta casa, y que pese a ser muy entretenidas todas ellas, carecen de ese “efecto sorpresa” que supuso crear un superhéroe de la calle que a pesar de llevar a cabo una profesión poco realista teñida de tal, afrontaba unas consecuencias tristes y muy negativas a cambio de sus heroicos y alocados actos.
Sin duda, una obra más que recomendable para regalar estas navidades, así que no os lo penséis dos veces.
Guión - 8.4
Dibujo - 6.5
Interés - 7
7.3
Entretenido
Icon, el sello adulto de Marvel, puso en contacto a Mark Millar y John Romita Jr. para que estos construyeran a un héroe de la calle que todos quisiéramos leer.
Pues aquí Romita jr está a un muy buen nivel, el mejor Romita desde el Spiderman de Straczynski. Un poco injusta la reseña con el
Lo de siempre con Jr. Hay gente que detesta como evolucionó, pero mí me parece bastante mejor dibujante con este estilo «anguloso» que en sus primeros años, donde aún no había encontrado su propio camino y seguía el estilo canónico. Y se le podrá acusar de muchas cosas, pero lo de falta de originalidad a mí me parece bastante inadecuado cuando nadie dibuja así. Aquí es bastante más originalidad cuando era un dibujante naturalista más de los muchos que había entre finales de los 70 y principios de los 80. Otra cosa es que no guste como dibuja las caras.
Sobre Kick Ass, también lo de siempre: prefiero la versión de Vaughn a la de Millar.