Edición original: Non non ba to ore; Chikuma Shobô (1977).
Edición España: enero de 2010; Astiberri Ediciones (Colección Sillón Orejero)
Guión y dibujo: Shigeru Muzuki.
Formato: tomo de 416 págs. encuadernado en rústica con solapas.
Precio: 25,00 €.
Pese a las numerosas novedades publicadas cada mes, pese a lo nutridas que están las secciones de manga de las librerías especializadas y grandes superficies, resulta inevitable que las editoriales españolas mantengan alguna que otra deuda pendiente con los lectores. Una de las más significativas, la omisión de Shigeru Mizuki (Sakaiminato, Japón; 1922) –figura de seminal importancia dentro de la Historia del manga– de sus respectivos catálogos. Afortunadamente, Glénat y Astiberri Ediciones han demostrado estar dispuestas a saldar dicha deuda: la primera, con la publicación de la biografía Hitler durante el mes de octubre del pasado año; la segunda, con el lanzamiento de NonNonBa, hace apenas un par de meses, y la inclusión de Operación Muerte y GeGeGe no Kitarō dentro de sus planes de futuro. Y lo cierto es que la elección de NonNonBa como punta de lanza de la bibliografía de Mizuki parece especialmente acertada por dos razones: por servir como perfecta contextualización de las condiciones biográficas e históricas en las que este autor comenzó a dar los primeros pasos de su ya dilatada carrera profesional; y por el reclamo que puede suponer un título que se alzó con el Premio al mejor álbum en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême 2007.
Al igual que Una vida errante, obra comentada recientemente en Zona Negativa, el tebeo que hoy centra nuestra atención tiene un marcado carácter autobiográfico, enfocado claramente hacia la explicación de las filias temáticas de este autor. La narración nos retrotrae a los años 30 del siglo pasado, concretamente al pueblo costero de Sakaiminato. Allí, un chaval travieso y holgazán llamado Shige Muraki comienza a interesarse de forma ferviente por el mundo de los sobrenatural debido a la influencia de una anciana vecina apodada NonNonBa, quien relata a un impresionable Gege –así llamaban a Shige– todo tipo de historias relacionadas con los yôkai, entidades características del folclore japonés. Al mismo tiempo, se enfrenta a los quehaceres propios de un chaval de su edad: su desinterés por los estudios, los juegos de guerra con los que se entretiene junto a sus amigos, algún que otro problema familiar, los primeros intereses amorosos, etc. Pero por encima de todo, prevalece su fascinación por el mundo de lo oculto, por esas las misteriosas criaturas surgidas de la tradición popular que se esfuerza en capturar entre los límites de las viñetas que dan forma a sus historietas.
Páginas interiores de NonNonBa
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No es ésta una cuestión menor, atendiendo a las palabras con las que el autor comienza esta obra: “La vida es un enigma. Sin pensarlo mucho, me acabé apasionando por los fantasmas y el dibujo. Nunca hubiera imaginado que esas dos pasiones iban a ser mi salvación más adelante.”. Lejos de lo anecdótico, esta frase no solo se convierte en el eje central sobre el que se vertebra la trama de este manga, sino que también sintetiza a la perfección las claves de la longeva carrera profesional de su autor.
Al igual que Yoshihiro Tatsumi, Shigeru Mizuki pertenece a esa generación de autores que desarrollaron sus propuestas espoleados por los encargos de los kamishibai –“teatros de papel”– y las kashibon, o bibliotecas de alquiler, contribuyendo de forma activa a la variada oferta puesta a disposición de una sociedad en plena reconstrucción, tras el sinsentido de la II Guerra Mundial. Fue precisamente durante el traumático conflicto bélico cuando Mizuki perdió su brazo dominante –el izquierdo–, pero lejos de darse por vencido, aprendió a dibujar con su mano derecha, perfeccionando su dominio y estilo hasta irrumpir con fuerza como un mangaka a destacar entre sus contemporáneos. Como se puede deducir de las líneas precedentes, las historias narradas por NonNonBa, que en definitiva le inculcaron un profundo respeto e interés por el mundo de los yôkai, resultaron una influencia determinante en su obra. Poniendo como ejemplo más representativo su popular GeGeGe no Kitarō, Mizuki se sumergió de lleno en esa parcela del folclore que le ha reportado un estatus de leyenda viva en Japón, hasta el punto de que en Sakaiminato le han dedicado su propio museo.
Páginas interiores de NonNonBa
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Cabe preguntarse qué hace de NonNonBa una propuesta que sobresale entre las numerosas obras de corte autobiográfico al alcance de los lectores. Como una de las respuestas a esgrimir, podríamos comenzar resaltando esa extrañísima mezcla entre realidad y fantasía potenciada por el contraste entre el estilo realista de los fondos, y el punto caricaturesco de los personajes, completamente desatado y llevado por originales, divertidos y pintorescos derroteros en cuanto los yôkai cobran protagonismo. También resulta de gran interés tener la oportunidad de conocer el Japón rural de los años 30, concretamente un pueblo alejado del mundanal ruido de las capitales, en el que prima la inocencia y despreocupación de los chavales, en contraste con determinados comportamientos de los adultos. O podríamos subrayar lo gratificante de toparse con una autobiografía que se aleja del tono grave, lastimero y pretencioso tan común en este género. Es éste el retrato de una infancia aparentemente plácida que, pese a estar salpicada por algún que otro episodio traumático o desagradable, es rememorada por el autor desde una perspectiva nostálgica, amable y agradecida, especialmente apreciable en los pasajes protagonizados por su padre, cuyo apoyo resultó decisivo a la hora de que sus aspiraciones artísticas llegaran a buen puerto.
Al igual que la ya mencionada Una vida errante, NonNonBa se presenta como un retrato biográfico, testimonio de un tiempo, y relato del nacimiento de una pasión por hacer tebeos. Pero a diferencia de Tatsumi, Mizuki no parece rememorar ningún tipo de angustia existencial relacionada con sus preocupaciones artísticas –en buena medida debido a la diferencia de edad entre los protagonistas de ambas obras–, sino que parece centrarse en las experiencias vitales que han condicionado su bibliografía, y en la candidez con la que abordó sus primeros intentos de plasmar sus fantasías sobre el papel.
Precioso manga, que se antoja como la perfecta introducción al anunciado desembarco en España del resto de obras que integran la bibliografía de este clásico. Y a la (impaciente) espera de poder disfrutar con la lectura de Operación Muerte y GeGeGe no Kitarō, puedo expresar con rotundadid mi convicción de que cuando llegue el momento de rememorar los mejores tebeos del año en curso, NonNonBa figurará en un lugar destacado de mi lista particular.
- Entrada de la Wikipedia centrada en Shigeru Mizuki.
- Apartado de la página web turística de Sakaiminato, en el que se hace referencia al museo dedicado a la figura de Mizuki.
- Precisamente en relación a ese museo, Marc Bernabé dedica un post en su imprescindible blog Mangaland, donde también se preocupó de reseñar con la lucidez habitual este tebeo.
- Diferentes reseñas y comentarios a NonNonBa, publicados en la tebeosfera nacional por cuenta de El tío Berni en Entrecómics, Santiago García en Mandorla, Álvaro Pons en La cárcel de papel, Etrigan en El Cuarto Mundo, y Melo en el blog de la librería especializada Banda Deseñada,
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)
Gran artículo y gran manga..Demos gracias porque editen mas obras de este gran autor, aunque el precio no acompaña, pero si vale mucho la pena.
Muchas gracias, Karuo 😉 Ojalá no tardemos demasiado en poder disfrutar de otras obras de este autor. Efectivamente, el precio no acompaña, pero creo que el desembolso se ve recompensado.
Un saludo!
Yo lo he pedido a la biblioteca,a ver si llega algún día.
No puede uno desembolsar de forma tan frecuente 25 euros así como así,con tanta novedad en el mercado.
Últimamente me cuesta mucho soltar esa pasta por un sólo cómic.
Espero leerlo pronto…
Un saludo!
Maravillosa narración. La magia que desprende este manga desde que cae en tus manos hace más llevadero el precio que pagas por él. Una forma realmente original de abordar la infancia (la suya propia) por parte del autor.