Johnny Hazard 5. Daily strips 1950-1952

Con la llegada de la década de los 50, Johnny Hazard se convirtió en una serie de referencia para los aficionados al cómic y también para los amantes del género de aventuras en general. Su influencia se extendió a medios como la literatura, el cine y la televisión.

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Edición nacional/ España:Johnny Hazard. Daily strips 1950-1952 (Dolmen Editorial, enero 2018)
Guion:Frank Robbins
Dibujo:Frank Robbins
Formato:Tapa dura, 160 páginas
Precio:29’90€

 

Con el volumen de Johnny Hazard, daily strips 1950-1952 comienza la publicación del período más clásico de la serie. En este quinto tomo Frank Robbins concluye el periplo de su protagonista por tierras exóticas para preparar su llegada definitiva a Europa.

Cuando se celebró el centenario del nacimiento de su creador, Frank Robbins (1917-1994) ya hicimos en Zona Negativa un extenso análisis de la trayectoria de este autor fundamental en la historia de los cómics y también repasamos su obra emblemática Johnny Hazard.
Ahora que la editorial Dolmen ha entregado el quinto volumen del recopilatorio de las tiras diarias nos parece un buen momento para recordar todo lo dicho, para ampliar información sobre la serie y para analizar la evolución hasta el momento de esta colección que promete editar todas las dailies de este inquieto aviador.

Breve resumen argumental

La serie Johnny Hazard nace en plena Segunda Guerra Mundial. En su debut, el día 5 de junio de 1944, Robbins nos presenta a un joven aviador a punto de huir de un campo de prisioneros alemán a bordo de un avión robado para la ocasión. Ya en territorio amigo, conoce a una periodista llamada Brandy que desea unirse a una patrulla aérea para realizar reportajes de guerra y juntos lucharán contra los japoneses tanto en los cielos como en la tierra del frente oriental. El personaje de Brandy se revela tan poderoso que el artista de Boston no duda en darle el protagonismo absoluto en algunas de las historias.

El final de la guerra y la victoria de los aliados sorprende a los protagonistas enredados en luchas rocambolescas contra las tropas japonesas y contra bandidos chinos en el frente asiático. Tras liquidar las tramas Robbins emprende la difícil tarea de desmovilizar a sus personajes y dotarles de motivaciones que les permitan seguir vagando por los cielos de todo el planeta. La solución es convertir a Johnny Hazard en un piloto privado al servicio del mejor postor. A bordo de un avión de carga Hazard emprende viajes a la Guayana Francesa para liberar por encargo de su hermana a un hombre injustamente encarcelado, también volará a curiosos países sudamericanos que no existen para entregar armas sin su conocimiento y participará en diversas revueltas y revoluciones hasta que es contratado por el recurrente Sam Tronera y su socia Lady Mist para ejercer de piloto de un jet que subministra los pedidos de un restaurante que ofrece a sus clientes comida de todo el mundo.

Original de la tira del 28/08/1947

Este gancho argumental le dura a Robbins varias aventuras y en ellas establece un elenco de secundarios fijos capitaneados por Brandy, siempre valiente e impulsiva, seguidos por el carismático Bombín y los ya mencionados Sam Tronera y Lady Mist. Pero en el transcurso de una búsqueda de un tesoro en el desierto del Gobi, Hazard pierde de vista a sus compañeros en medio de una tormenta de arena e inconsciente es rescatado por una familia de arqueólogos con problemas domésticos. En este punto, llegados a los 4 años y medio de existencia de la serie es cuando Robbins da el cambio de rumbo más acusado a su strip y convierte a Johnny Hazard en un ciudadano del mundo siempre acechado por lo imprevisto y siempre dispuesto a unir su destino a curiosos personajes masculinos y a arrebatadoras compañeras femeninas. La última aventura del cuarto tomo titulada Pasaporte al Paraíso, pese a ubicarse en la ciudad birmana de Rangún, marca el inicio de la tendencia más urbana y más cercana al thriller que adoptará la daily strip a partir de ahora.

Algunos momentos estelares

Estos cuatro álbumes anteriores nos han dejado infinidad de secuencias para el recuerdo. Veamos algunas de ellas, siempre intentando no destripar ninguna trama.

Primer encuentro entre Brandy y Johnny. Tomo 1 (07/07/1944 a 13/07/1944)

Lucha a muerte contra el general Mariwana. Tomo 1 (06/01/1945 a 17/01/1945)

Lynn Forrest intenta escapar de Mr. Orquídea. Tomo 3 (22/09/1947 a 27/09/1947)

Tensión sexual entre la sra. Frost y Johnny. Tomo 4 (30/03/1949 a 02/04/1949)

Espectacular persecución por Rangún. Tomo 4 (08/09/1950 a 14/09/1950)

Son solo algunos ejemplos del extraordinario dominio de la narrativa que Frank Robbins demuestra en las tiras diarias de Johnny Hazard.

Donde estamos ahora

Cuando el tiempo se paró, es el subtítulo de este quinto volumen que recopila las tiras comprendidas entre el 23 de octubre de 1950 al 29 de marzo del 1952. Incluye 6 historias completas:
Sadie la sistema (23/10/1950 a 13/01/1951)
Transeúnte inocente (15/01/1951 a 21/04/1951)
El hombre rana (23/04/1951 a 21/07/1951)
Entre el diablo y las profundidades (23/07/1951 a 22/09/1951)
Cuando el tiempo se paró (24/09/1951 a 24/11/1951)
Con este anillo… Yo te desposo (26/11/1951 a 29/03/1952)

Partiendo de Rangún, Johnny recorre gran parte del tercio norte del continente africano incluyendo Argel y el desierto de Libia.
Si en la última aventura del álbum anterior nuestro piloto se enfrentaba a traficantes de drogas, en este álbum Hazard luchará contra ladrones de diamantes, se inmiscuirá en complots contra dirigentes políticos o intentará rescatar a jóvenes secuestradas.
Son tramas llenas de giros inesperados, personajes carismáticos y resoluciones sorprendentes. Robbins ha encontrado definitivamente el tono de su serie y explotará con mano maestra y firme todos sus puntos fuertes.

Evolución narrativa y gráfica

Cuando empezó su serie, Frank Robbins acababa de dejar la strip de aviación Scorchy Smith donde había solventado con soltura, talento y profesionalidad el reto de substituir a Noel Sickles. Su estilo estaba profundamente influido por este maestro del cómic y la ilustración y también por el de Milton Caniff.
A medida que le iba tomando el pulso a sus personajes y coincidiendo con el cambio de entorno que experimentan a consecuencia de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, Robbins va afianzando un tratamiento argumental propio y una narrativa gráfica personal.

Evolución gráfica del protagonista a lo largo de los años.

En sus primeras historias Hazard se enfrenta a enemigos pintorescos, pero de una pieza. Son personajes eminentemente malvados, obsesionados en la destrucción del enemigo. Gradualmente estos antagonistas van adquiriendo personalidad propia y nos encontramos desde histriónicos guerrilleros sudamericanos como Lámpara, mercenarios trasnochados como el mayor Riesgo, parejas humorísticas como Get Lost (Alelado) y Drop Dead (Difunto) o peligrosos psicópatas como Mr. Orquídea. Mención aparte merecen la pareja de ladrones Sadie la Sistema y Karats, un hallazgo que será imitado por infinidad de escritores en busca de personajes originales. La galería de secundarios también va enriqueciéndose a medida que Hazard se adapta a su condición de civil. A parte de Brandy – uno de los personajes femeninos más ricos e independientes del cómic clásico norteamericano – el piloto va asociándose con característicos de la envergadura del capitán Slocum “el almirante”, de Sam Tronera; empresario y jugador de billar, el sin par Bombín o de la Familia Frost con la que vivirá uno de los momentos más intensos y emotivos de su azarosa biografía.

Sin embargo, serán los personajes femeninos los que destacarán poderosamente en esta daily strip y le darán un carácter único. Son personajes independientes, astutos, decididos con personalidad propia y con infinitos recursos tanto si están en el lado “correcto” de la ley – como la mayor Sun Tan, Velvet, Lynn Forrest, Lady Mist e incluso la mojigata maestra Li’l Jill – como si están en el bando de los antagonistas. Sable, Tabriz, Tórrida son algunos de sus sugerentes nombres y algunas de ellas, como Lady Mist, pasarán con suma facilidad de un bando a otro sin ni siquiera despeinarse.
Paralelamente las tramas se vuelven más enrevesadas, los giros argumentales más sorprendentes y los desenlaces más originales. Las motivaciones de los protagonistas son a menudo altruistas, la de los personales secundarios son muy variadas y van desde la búsqueda de tesoros ocultos, la salvación de familiares en peligro o incluso el deseo de celebrar una boda. Lo que mueve a los antagonistas de nuestro personaje es la codicia; el motor universal de la sociedad de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.

Gráficamente la daily strip da un salto enorme desde unos principios titubeantes hasta el esplendor de la década de los 50. Los personajes toman cuerpo, sus gestos son más amplios, pero al mismo tiempo más naturales, sus expresiones faciales adquieren riqueza, los fondos son más ricos y realistas, la decoración, la maquinaria y los objetos cotidianos adquieren una importancia decisiva en las tramas y el paisaje se vuelve reconocible y determinante en la resolución de los conflictos.

Desde Scorchy Smith, Robbins ha dominado con ingenio la narrativa, pero en Johnny Hazard realiza un despliegue sin precedentes. Acelera o ralentiza la acción usando el encuadre y la repetición de movimientos. Alterna espectaculares secuencias de acción con escenas llenas de diálogos ingeniosos, sabe dotar de suspense cada momento importante, sabe atrapar al lector con giros narrativos sorprendentes y usar cada encuadre para expresar de manera clara y convincente todas estas sorpresas. Como hemos visto en los ejemplos anteriores, su dominio del lenguaje llega a extremos insospechados convirtiéndose en un maestro para futuras generaciones de narradores.

El “Frank Robbins touch»

Rafael Marín, director de la Colección Sin Fronteras y prologuista de los 5 tomos que se han editado hasta ahora, hace hincapié en el influjo que Frank Robbins ha ejercido en diferentes autores de diferentes medios. Cita a Ian Fleming – creador de James Bond -como uno de los principales seguidores de Robbins, especialmente en el diseño de personajes antagónicos, también nombra a Carlos Giménez y Jordi Bernet por su estilo narrativo y visual y por supuesto a Steven Spielberg y su Indiana Jones que tantos puntos en común tiene con nuestro piloto.

También podemos destacar los referentes usados por Robbins a la hora de urdir sus aventuras. Desde Terry and the pirates de Milton Caniff y el Scorchy Smith de Noel Sickles en su primera etapa a películas como El hombre que sabía demasiado (1934) y Los 39 escalones (1935) de Alfred Hitchcock en este período de transición. Curiosamente la primera versión de El hombre que sabía demasiado está ubicada en Suiza y Londres, pero en el remake realizado por el mismo Hitchcock en 1956 la acción transcurre en Marrakech, un entorno muy similar al de la historia Transeúnte inocente (1951) con la que tiene evidentes elementos comunes.

Pero existe un estilo característico de Robbins que nace a finales de los 40 y que florecerá a lo largo de la década siguiente.
Este estilo está plenamente implicado en la cultura occidental del momento y como hemos visto con los ejemplos anteriores marcará tendencia muchos años después. Una de las principales características de este “toque” es la independencia de su protagonista. Como los personajes americanos de Fritz Lang, Johnny Hazard no es ningún superhombre sino un hombre corriente. Hazard representa al ciudadano medio que no está adscrito a ningún organismo oficial (policía, ejército, servicio secreto…) pero que se ve constantemente envuelto en peligrosas aventuras. El azar suele ser el motor de estas aventuras y el protagonista a menudo se ve inmerso en ellas por accidente. Como Roger O. Thornhill, protagonista de la película Con la muerte en los talones (1959) de Alfred Hitchcock, el piloto deberá enfrentarse a sucesos que no le incumben, que no entiende y que no domina pero que le arrastran hasta una espiral de malentendidos, persecuciones y peligros que deberá evitar a toda costa.

Otra característica del estilo de Frank Robbins es la acusada personalidad de sus personajes femeninos. Aquí los referentes son tanto Milton Caniff con sus Burma, Dragon Lady y Raven Sherman, como la Shangaï Lil de Alex Raymond en Jungle Jim e incluso los personajes femeninos de las películas de Howard Hawks como La fiera de mi niña (1938), Sólo los ángeles tienen alas (1939) o Luna Nueva (1940). Las mujeres de Johnny Hazard no son comparsas, sino que ejercen de protagonistas. Brandy no se revela como la novia eterna al uso. Su trabajo no es un adorno, sino que forma parte de su personalidad y es fuente de conflicto en la pareja, además no necesita la ayuda de un hombre para resolver los retos que se le plantean. Por su parte, la mayor Sun Tan es por graduación un oficial de rango superior al capitán Johnny Hazard y además ejerce un liderazgo indiscutible llegando a salvarle la vida a nuestro protagonista. Lynn Forrest, Paraíso, Velvet… todas tienen personalidad propia, todas están llenas de vida y con vida propia y no están sujetas al yugo de padres, esposos o hijos. Desgraciadamente este aspecto no fue recogido por Albert R. Broccoli y Harry Saltzman en su franquicia de películas dedicadas a James Bond.

Finalmente, la tercera característica del arte de Frank Robbins podríamos definirla como un cruce de géneros narrativos. En Johnny Hazard, el autor utiliza el thriller, la aventura exótica y la comedia de situaciones para urdir sus tramas. Sus personajes se ven embarcados en rocambolescas peripecias que pondrán a prueba su ingenio, su resistencia y su capacidad de adaptación al entorno. Para ello Robbins será pionero en la utilización de un marco reconocible como elemento narrativo. Puentes, mercados, templos religiosos, estaciones de metro, monumentos históricos, embajadas y calles transitadas son los escenarios escogidos para que Hazard y sus compañeros esquiven peligros, huyan de sus enemigos y utilicen los elementos que disponen como armas defensivas. Este recurso lo veremos repetido más tarde hasta la saciedad en películas, series de televisión e incluso en comic de superhéroes.
Modernidad, humanismo, emoción e innovación son las cuatro patas en las que se sustenta el “Frank Robbins touch”

La edición de este quinto tomo de la serie por parte de Dolmen Editorial es impecable. Superados los errores de rotulación del primer tomo y las consecuencias de decisiones arriesgadas en la traducción, el material entregado es extraordinario. La reproducción de las tiras es perfecta y el tamaño adecuado para su lectura. El papel es bueno y no brilla. El precio no es popular pero tampoco abusivo.

Conclusión

Cuando, acompañado por Velvet, Johnny Hazard se sube a un carro de heno para proseguir viaje y cruzar la frontera entre Birmania y la India, no puede imaginarse que empieza una etapa que le llevará a recorrer medio mundo.

Estamos a las puertas de la Europa de posguerra. Johnny Hazard, guiado por su creador, visitará las principales capitales del Viejo Continente buscando la tranquilidad y el sustento, pero su camino se verá perturbado por innumerables y rocambolescos acontecimientos. La próxima década de esta serie se convertirá en uno de los momentos más gloriosos del cómic de prensa norteamericano.
Atrás han quedado casi 8 años de historias que partiendo del gran conflicto bélico del siglo XX han derivado hacia unos escenarios exóticos y hacia unas tramas aventureras. A partir de ahora Robbins se impondrá la exigencia de dotar de mayor realismo el contenido de su serie y de otorgar a su protagonista el arduo cometido de policía involuntario de medio planeta. Europa espera a Johnny Hazard y no hay mejor puerta de entrada que París, la ciudad de la luz y del amor… Al menos esto es lo que cree nuestro intrépido piloto.

Salut!

  Edición nacional/ España:Johnny Hazard. Daily strips 1950-1952 (Dolmen Editorial, enero 2018) Guion:Frank Robbins Dibujo:Frank Robbins Formato:Tapa dura, 160 páginas Precio:29’90€   Con el volumen de Johnny Hazard, daily strips 1950-1952 comienza la publicación del período más clásico de la serie. En este quinto tomo Frank Robbins concluye el periplo…
Guión - 10
Dibujo - 10
Interés - 10

10

Sobresaliente

Arranca el período más clásico de una de las mejores daily strips de la historia

Vosotros puntuáis: 9.16 ( 12 votos)
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Jose Manuel
Jose Manuel
Lector
15 febrero, 2018 18:44

Magnifica serie y fantástica edición por parte de Dolmen. Espero que dure muchos años.

Arturo Porras
16 febrero, 2018 19:30

Estupenda entrada, Tristan, como todas las que has dedicado a las strip clásicas. Una gozada. Y bueno, aquí un entregado fan de Frank Robbins y su Johnny Hazard. Poco más que añadir que es una pequeña maravilla, recomendable a más no poder.
La colección Sin Fronteras es un pozo inagotable de alegrías, pero también de lloros para mi cartera. En fin, si permites sugerencias, espero como agua de mayo un post sobre Mandrake, una de las pocas que desconozco y no tengo segura su compra. Un empujoncito no vendría mal 😀 .
Saludos