Los noventa echaron a andar y las páginas de la
Él se llamaba Yukito Kishiro, era natural de Tokio y con diecisiete años ya había ganado el premio de la
Entre 1984 y 1991 el tokiota ya había publicado varias historias cortas, de menos de cuarenta páginas, para editoriales como Shogakukan o Kadakowa-Shoten; pero nunca antes había probado suerte con una serie larga.
Hay veces que a la primera se acierta, y esa suerte fue la que tuvo Kishiro con Gunnm. La serie se publicó entre 1991 y 1995 y, entre medias, contó con una adaptación al anime; aunque éste no pasaría de los dos OVAs dado que no se vendieron bien en Japón. Algo que se suele achacar al abaratamiento de las producciones animadas de la época como consecuencia de la crisis asiática de los noventa, pues para muchos aficionados la adaptación pecaba de simple y no hacia justicia a la obra original.
El manga, por el contrario, sí que cosechó un éxito notable y tanto la originalidad de su ambientación como de su trama llevaron a que otros países quisieran importarlo aprovechando el descubrimiento occidental del cómic japonés.
Gunnm, que relataba la historia de Gally, una cyborg amnésica encontrada entre la chatarra que oculta habilidades de combate tan poderosas como misteriosas, fue uno de los primeros manga en cruzar el charco. Por aquella época, la mayoría de los países occidentales relacionaban el cómic japonés con una estética futurista exótica y estimulante; algo que causaba una atracción cultural irremediable y que se inició con obras como
Viz Media fue la encargada de editar la obra para los Estados Unidos aunque, desgraciadamente, lo hizo en una época en la que era habitual cambiar ciertos elementos de las obras originales para «adaptar» un producto oriental a un público occidental. Así, Gunnm sufrió diversas modificaciones que fueron más allá de la típica inversión del sentido de lectura. Los traductores llevaron a cabo modificaciones mucho más drásticas, desde el cambio de nombre de ciertos personajes o lugares hasta el cambio radical del título.
Por un lado, la serie dejó de llamarse Gunnm (que, según sus kanji en el título japonés, significa «arma» y «sueño») para ser
En España, Gunnm también sufrió estas modificaciones y tuvo una vida editorial marcada por cambios de formato a lo largo de varios años. En todo caso, ninguna de esas condiciones impidió a los aficionados disfrutar de las excelentes calidades de la obra desarrollada por Kishiro.
Hablar de Gunnm -o de Alita, ángel de combate– es hablar de uno de los mangas con mejor ambientación que ha dado el género. Un mundo claramente definido, atractivo y contundente, que alberga algunos de los personajes más interesantes que se pueden encontrar en las páginas de un cómic japonés.
La historia se sitúa en un futuro en el que la Tierra está devastada y sirve meramente de basurero para la población de Salem (Thipares), la ciudad flotante a la que sólo pueden emigrar los privilegiados. La protagonista, Gally, es una cybor cuyos restos aparecen en uno de los muchos desguaces de la ciudad. Todavía funciona, pero no tiene memoria de su vida anterior. Ido, un científico idealista pero pragmático, la reconstruye y le da un nuevo cuerpo. Su vida se complicará cuando descubra que, pese a no recordar nada, aún alberga un increíble potencial de combate que le permitirá, no sólo sobrevivir en un mundo apocalíptico, sino reencontrarse con su pasado.
El planteamiento argumental de la serie es simple, pues sigue el canon del protagonista amnésico que, con ayuda de una figura paternalista, da sus primeros pasos en un mundo altamente peligroso. Al principio serán unos pasos torpes, ingenuos y que tienen que ser auxiliados por esa figura protectora que, queriéndola salvar de un mundo miserable, no le permitirá desarrollar todo el potencial que alberga su personalidad. No obstante, un primer tomo le bastará a Kishiro para revertir esta situación y dar a conocer que Gally guarda un poderoso secreto que ella misma desconoce y que irá descubriendo, junto al lector, a través de las vivencias que vayan saliendo a su paso. Así, pronto descubriremos que, en realidad, será la protagonista amnésica quien proteja a ese profesor de carácter protector.
Si bien este primer tomo aún no desvela ninguno de los puntos fuertes de la trama que irá desarrollando el autor a lo largo de los próximos nueve tomos, sirve como una perfecta introducción a un mundo sumamente original y lleno de detalles en el que la vida, por estar altamente tecnificada, no vale nada. Nos encontramos pues ante un volumen introductorio en que conoceremos los detalles básicos de los dos personajes principales, Gally e Ido, tras su encuentro con el que podríamos considerar su primer enemigo mortal.
Gunnm es un manga de género seinen (para adultos), dada la crudeza de alguna de sus viñetas y una trama que, al menos en estos primeros capítulos, puede pecar de ser violenta o frenética. Es habitual encontrar cierta exageración argumental y estética en los primeros capítulos de la mayoría de mangas de un género que busca impactar por su propuesta adulta, cruda y directa. Podemos suponer que Kishiro, como tantos otros mangakas al iniciar una serie, se sintió obligado a «impactar» al lector ideal a través de la exageración de unas propuestas que los editores tienen bien estudiadas y rara veces fallan. En el caso de Gunnm, este primer tomo guarda los momentos necesarios de acción, con la necesaria madurez gráfica, para impresionar a un público adulto. Sin duda, esto es algo que puede lastrar la historia hasta cierto punto, pero la evolución argumental que experimentará la serie a lo largo de los próximos tomos es apabullante. Los temas fuertes de la serie y del género, dicho sea de paso, los encontraremos en los siguientes volúmenes (huelga decir que, entre ellos, el típico dilema de los sentimientos humanos en máquinas capaces de desarrollar una consciencia propia).
Quien ya haya leído la serie en alguna de sus ediciones anteriores y esté aprovechando la de Ivrea para conseguir la colección más fiel a la original que ha visto nuestro mercado, se estará frotando las manos con la idea de revivir las aventuras que aguardan a Gally. Su vida como cazadora guerrera, sus pinitos dentro de las carreras de Motorball o su papel como… En fin, una auténtica maravilla.
Pero lo que realmente diferencia a Gunnm del resto de obras del género es su impresionante apuesta gráfica. Kishiro se descubre como un maestro del dibujo y la narrativa visual cuyo arte no hará sino mejorar con cada número. Desde las complicadas escenas de los combates, desde todos los ángulos posibles, hasta los detalles de un mundo tremendamente vivo pero decadente, el arte del autor parece no conocer límite.
No es de extrañar, por su exacerbada y original ambienta, que la serie tuviera un enorme impacto en los noventa tanto en otros manga como en diversos productos audiovisuales. Son muchos los fans que Gally ha cosechado a lo largo y ancho del mundo; algunos de ellos bastante notables, como el director estadounidense James Cameron que, por cierto, siempre se ha mostrado muy interesado en una posible adaptación del cómic a la gran pantalla (no en vano se encuentra detrás de la película inspirada en el manga y dirigida por Robert Rodriguez que se estrenará a finales de este año, tanto en trabajos de producción como de guión).
Siendo justo debo decir que, tras leer este primer tomo, podemos no encontrar esa «excelencia» que cabe esperar de una obra que se antoja tan influyente como la que tenemos entre manos. Y es que, como la mayoría de primeros volúmenes, este tomo peca de introductorio y busca impactar con una serie de viñetas que, a día de hoy, pueden no sorprender tanto como en la época. Pero la aventura acaba de arrancar y el viaje, os lo aseguro, es prometedor. Si algo tiene Gunnm es que acelera como una máquina complicada, elegante y feroz que no para hasta alcanzar la potencia suficiente como para romper todas las barreras posibles. Algo que también sirve para definir a Gally, su protagonista, una de las heroínas más interesantes y autosuficientes que ha dado el manga.
Sobre la edición
La serie de Yukito Kishiro se ha visto publicada en España hasta en tres ocasiones distintas. Todas ellas en formatos tan dispares como los tiempos de publicación en que fueron editadas.
Alita llegó a nuestro país por primera vez en julio de 1993, de la mano de Planeta DeAgostini Comics y con un formato tipo comic-book. Era la época en la que los formatos manga aún no habían sido asimilados por el mercado nacional y 48 páginas de la obra (apenas dos capítulos) costaban unas 275 pesetas. La serie llegó occidentalizada, con la traducción del título que le había acuñado el mercado anglosajón: «Alita, Ángel de Combate». Más de un lector de aquella primera época se llevó toda una sorpresa cuando descubrió, en ediciones posteriores, que Alita se llamaba en realidad Gally.
Como también era habitual en aquella época, las colecciones se dividían en partes que contenían varios números. Por motivos de ventas, falta de costumbre del consumidor o por simple capricho editorial, lo que equivaldría al primer tomo japonés se publicó en seis comic-book diferentes que se publicaron entre julio y diciembre de 1993. La segunda parte se publicó entre abril y agosto de 1995 en cinco números de mismas páginas y precio que su antecesora. La tercera parte, publicada entre septiembre de 1995 y mayo de 1996, ya englobaba los tomos japoneses tercero y cuarto y se saldó con nueve comic-book de 48 páginas que, esta vez sí, vieron subido su precio a 295 pesetas. La cuarta parte se publicó hasta octubre de ese mismo año con las mismas condiciones de edición y recogiendo el quinto tomo japonés en cinco números. Los tomos seis y siete de la edición japonesa original se recogieron a lo largo de los diez tomos de la quinta parte española con la misma edición comic-book que las anteriores y un precio de 325 pesetas, entre noviembre de 1996 y agosto de 1997. Por último, la sexta parte de la edición española acuñada por Planeta DeAgostini recogió los tomos japoneses ocho y nueve en otros diez comic-book que mantuvieron formato y precio entre septiembre de 1997 y junio de 1998.
En definitiva, aquella primera publicación de Gunnm –que sirve como el ejemplo perfecto del caos que vivió la edición del cómic japonés durante sus primeros años de vida comercial en España- tardó algo más de tres años en completarse, con un total de 45 comic-book fraccionados en hasta seis partes a lo largo del tiempo. Además, como ya hemos visto, vino con el título y algunos nombres cambiados, a parte del sentido de lectura occidental.
Como curiosidad, aquella primera colección de la obra de Kishiro le costó 13.655 pesetas al aficionado que la completase con la suficiente paciencia. Ahondando aún más en la anécdota, aún con la diferencia entre las divisas en el tiempo y el cambio significativo entre el poder adquisitivo de aquella época y la actual, completar la primera edición de Gunnm a su precio original saldría a día de hoy más caro que hacerse con la actual de Ivrea (82 frente a 76,50 euros). Y eso que la calidad de esta última está a años luz de aquella primera, mucho más arcaica y experimental.
El mercado español volvió a recuperar Gunnm, de nuevo a manos de Planeta DeAgostini Cómics, entre 2002 y 2003. Ahora sí, la serie recuperaba el título y los nombres originales de los personajes a un precio de 7,95€. Esta nueva colección estaba basada en la Aizoban japonesa; una recopilación de sólo seis números que aquí nos llegó en un formato más grande, espejado y dividido en medios tomos. Un total de doce números que intentaron hacer justicia y dar una forma mucho más concreta y merecida a la obra de Kishiro. Aunque la edición seguía presentada ciertas particularidades que a día de hoy serían intratables para cualquier aficionado al manga, tenía la virtud de recopilar y presentar la serie en tomos de formato mayor, algo que sentaba de maravilla al dibujo espectacular del autor.
Esta segunda edición de Planeta DeAgostini también incluía nuevas historias cortas que se recopilarían posteriormente en
Finalmente, la tercera y última edición que ha conocido nuestro mercado es la recientemente publicada por Ivrea, que respeta el tamaño original japonés en tomos B6 (tankobon) con sobrecubiertas, sentido de lectura oriental y páginas a color (que en este primer tomo alcanzan las dieciséis) a un precio de 8,50 €. Una muy buena edición que sí, es más pequeña que las anteriores, pero que guarda y respeta mucho mejor tanto los detalles como los elementos estéticos y narrativos de la obra original. Los nombres, por ejemplo, son los de la edición japonesa, al igual que las portadas. La sobrecubierta y la cubierta, por otro lado, tienen detalles con tinta metalizada.
En definitiva, estamos ante la mejor edición que ha conocido la obra cumbre de Yukito Kishiro en nuestro país. Ivrea se ha portado bien y nos trae una edición que roza lo excelente a un precio atractivo. Quizás no estemos ante el mayor de los lujos, pues sabemos que a muchos les hubiese gustado un formato más grande, pero sí estamos ante una edición que intenta respetar al máximo la obra original. Una oportunidad única para aquellos que no tengan esta fabulosa serie o para aquellos que, teniendo ediciones anteriores, quieran disfrutarla de nuevo de manera fidedigna.
Valoración del primer tomo
Guión - 7
Arte - 8
Interés - 8
7.7
Acelerando
Ivrea ha recuperado una de las series manga básicas de la ciencia ficción japonesa. Adentrarse en Gunnm para conocer las aventuras de Gally (Alita) es perderse en un mundo perfectamente ambientado que sorprenderá tanto a los iniciados en el género como a los que no. Una oportunidad única para enamorarse de una historia que, a partir de ahora, no dejará de mejorar hasta alcanzar la excelencia.
Buenos días.
¿Sabemos si esta edición de Ivrea respetará el final original o pasará como la segunda edición de Planeta?
Un saludo.
Buenos días,
puede que aún sea pronto para asegurarlo, pero sospecho que no contará con el final original. Ese desenlace fue eliminado por el autor para dar continuidad a la serie con Last Order a principios del 2000.
Estamos ante una de esas peculiaridades editoriales (muy japonesas) en las que las «zancadillas» por parte de las editoras y el propio autor impiden recuperar la obra de manera «impoluta».
La particularidad completa de esta serie es que sus derechos en Japón están divididos. Mientras que la serie original es de Shueisha, el autor cambió Last Order a la competencia (Kodansha) por desavenencias con su editor.
Al final todo dependerá de hasta qué punto esté interesada Ivrea en editar también Last Order (cuyos derechos acaba de terminar Planeta para España) y enlazarla con la serie original. En ese caso, es obvio que irán a por el final nuevo y evitarán pillarse los dedos.
Sea como sea, editen la continuación o no, los japoneses tendrán la última palabra. Y como ya he dicho al principio, eso nos llevará al final «nuevo» que el autor ha querido canonizar. Por lo demás, como se explica en la reseña, todo será fiel a la serie original tal y como se publicó en su día (nueve volúmenes, mismo tamaño y respetando incluso las páginas a color).
Volviendo al tema de los derechos, destacar que Planeta editará próximamente Mars Chronicle, secuela de Last Order que terminará de explicar todo lo que hay detrás de la figura de Gally al desvelar un pasado desconocido por ahora.
De nuevo, un lío de editoriales y licencias. Imaginamos que Planeta persigue completar la saga para poder decir el día de mañana que publicó la franquicia entera. Quedaría por ver cuáles son los pasos de Ivrea cuando finalice la serie que ahora tenemos entre manos. De momento, disfrutemos de este reencuentro con la obra maestra de Kishiro.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Ya les pregunté, en su facebook, de Argentina por lo menos, contestan enseguida. Y no, es la versión modificada. Los japoneses directamente no dan la versión vieja.
Pena que no se pueda incluir como un extra, aunque sea…
Visual y narrativamente me ha parecido un prodigio. El tebeo se lee mejor sin diálogos, que se antojan casi accesorios para enriquecer la experiencia. La variedad de recursos y estilos, con viñetas que parecen expresionismo alemán, envuelto en un manga trepidante , adictivo y de narrativa cristalina. Si mejora argumentalmente la experiencia puede ser brutal.
Kishiro es un autor que se ha mostrado muy maduro en lo visual desde el primer minuto. Y eso, como bien dices, juega a favor de una narrativa directa y fácil de entender.
Te adelanto que, como indico en la reseña, a partir de ahora esta serie sólo hace que mejorar con tramas que harán madurar a nuestra protagonista y situaciones que darán giros interesantes al desarrollo de la historia.
Gracias por comentar!
Yo soy uno de los que empezó con ella en 1993. Y sí, el dibujo es espectacular desde el principio (y va mejorando!) pero la historia no despega hasta el 3º tomo Ivrea más o menos. En cuanto al falso final en realidad es el mismo que el oficial sólo que hipercomprimido y porque al final Kishiro quiso dejar su serie abierta para seguir explotándola. O sea, no cambia mucho, lo malo es que la 2ª parte (Last Order) va de más a menos y al final degenera en un torneo de artes marciales como si fuese Dragon Ball. En ese sentido, aunque no es mala, es un poco putada por su extensión y porque no mejora el principio ni mantiene el nivel. Me quedaré con mi antigua edición por todos esos detalles arqueológicos (final abolido, peculiaridades editoriales, tamaño comic-book…) porque son ya irrecuperables. Quizás si esto se vuelve a editar en tomazos…
¿Disculpad, sabéis si el primer tomo de esta edición de Ivrea posee todas las páginas de la obra original? Deseo adquirirla pero vi en un comentario en Amazon que afirmaba que le faltaban algunas al compararlas con la edición de Planeta.