Con motivo del estreno hace unos días de la segunda mitad de la serie de televisión
The Tick, el cómic por Ben Edlund
Ben Edlund, con tan solo 18 años, creó a The Tick (La Garrapata) en 1986 como mascota del boletín de noticias de la cadena de tiendas de tebeos New England Comics. La popularidad que alcanzó fue tal que dos años más tarde, en 1988, pasó a tener su propia colección. La serie original constó de 12 números escritos y dibujados por el propio Edlund en blanco y negro, quedando la trama del número anterior colgada. Años más tarde, Marc Silvia al guion y Mychailo Kazybrid a los lápices continuarían y acabarían esa historia; un número 13 que se recibió el nombre de “The Pseudo Edition” porque no estaba hecho por el creador de La Garrapata.
Edlund creó un cómic muy de la época. The Tick es un producto totalmente marcado por la década de los 80; una década que se cuestionó así mismo en lo que a superhéroes se refiere. Esa etapa estuvo influenciada, entre otros autores, por dos genios de la talla de Alan Moore y Frank Miller en obras como Miracleman, Watchmen, Daredevil: Born Again, Batman: Año Uno o El regreso del Caballero Oscuro. Cómics que traspasaban el medio y que cuestionaban el origen, el sentido de su existencia e incluso el final de unos personajes que venían marcados y encorsetados por dicho medio durante décadas. La principal diferencia entre Edlund y estos autores, es que The Tick era una sátira que desmitificaba y derribaba todos los mitos y tópicos del género, pero en ningún momento se tomaba en serio, cosa que sí hacían Moore y Miller.
The Tick era un mero pasatiempo, un divertimento, pero de los buenos. Las risas están garantizas con Edlund que demuestra gran habilidad y conocimiento del medio pese a su corta edad. La primera viñeta del número uno de The Tick marcaría para siempre toda la obra que se ha creado sobre este personaje: desconocemos el origen de La Garrapata, entre otras cosas porque ni siquiera él mismo lo recuerda, y se nos habla de una posible enfermedad mental. Eso es algo presente aquí y en las series televisivas, tanto en el caso de The Tick como en el resto de personajes; todos ellos se nos muestran con traumas, mentalmente inestables o con cierto grado de infantilismo. Y con esto algo tiene que ver el ser lector de cómics, es decir, The Tick lee cómics y novelas de dudosa calidad conduciéndole a un inevitable parecido razonable con Don Quijote. En cierto modo, Edlund no solo critica al medio sino también al lector.
Así pues, tenemos a un superhéroe de origen desconocido, no muy cuerdo, casi indestructible y con una fijación para impartir “justicia” (o lo que él entiende por justicia). Pero todo superhéroe que se precie debe tener un compañero. En este caso, Arthur es el sufrido sidekick de The Tick. Gracias a él, Edlund se sirve para hacer sangre a estos compañeros que nunca tienen el reconocimiento adecuado y que padecen las excentricidades de unos superhéroes narcisistas y ególatras. Pero el autor no solo se conforma con The Tick y Arthur para desmitificar este género, sino que crea una galería de superhéroes y supervillanos esperpéntica e hilarante. Destacan especialmente The Caped Wonder (Clark Oppenheimer), que no es ni más ni menos que un Superman/Clark Kent al que se le ridiculiza al máximo con cameo de Marlon Brando incluido; Oedipus, versión sui géneris de Elektra; y The Running Guy, un chico que corre tan rápido que al pasar dobla las palmeras (así da fe su logo). En cambio, por el lado de los supervillanos tenemos a The Terror, su nombre ya lo dice todo; Barry Hubris que era The Tick hasta que perdió legalmente este nombre de superhéroe al ser derrotado por The Tick; The Chainsaw Vigilante, un demente que ataca a gente que él cree que son superhéroes con su sierra eléctrica; Chairface Chippendale, un villano con cara de silla que en su búsqueda por el reconocimiento de la prensa, pretende inscribir su nombre en la Luna; los ninjas más inútiles que jamás hayan visto ustedes y un largo etcétera. Sinceramente, la galería de personajes que crea Edlund no tiene desperdicio y sirve precisamente para sus propósitos de farsa y derribo.
A lo largo de 12 números Edlund nos narra las peripecias de The Tick y Arthur que llegados a un punto se embarcan en un roadtrip inconcluso (acabado en el mencionado número 13) y que, visto en conjunto, la serie creada por Edlund carece de solidez narrativa. Es decir, más allá de la sátira la obra no va hacia ninguna parte, más o menos como la pareja protagonista ya que éstos al final regresan a The City después de su viaje relámpago a Nueva York, y en cierto modo, ahí reside parte de la gracia de The Tick, pero lo que está claro es que el cómic no daba para mucho más.
En 1993, Edlund escribe el número doce y abandona la serie para, un año más tarde, dar el salto a la pequeña pantalla con la serie animada que se estrenó en la cadena Fox Kids. Al igual que pasara con Las Tortugas Ninja, The Tick había sido el triunfo del cómic independiente. El paso de Edlund al medio televisivo no supuso la muerte editorial del personaje. De hecho, The Tick ha tenido una vida muy activa en el mundo del cómic. Sin ir más lejos, el año pasado se relanzó la serie con Cullen Bunn (Harrow County) como guionista. Además de esto, numerosas series y spin-offs han ido surgiendo con el paso de los años, en las que puntualmente Edlund regresaría, pero la obra había pasado ya a otras manos, ya que más allá de pequeñas colaboraciones, el camino que el creador de The Tick tomó cuando se metió de lleno en el mundo audiovisual fue el de quedarse allí para siempre.
The Tick: la serie animada
Lamentablemente para la elaboración de este artículo no ha sido posible acceder a la serie animada para hacer un visionado a conciencia y poder analizarla. A diferencia de las dos series con actores de carne y hueso que se encuentran disponibles en Amazon Prime Video, la primera incursión televisiva de The Tick no está en ningún servicio de streaming en nuestro país. Tampoco ha sido posible encontrarla en DVD. De este modo, pido disculpas por no poder profundizar en la serie en sí, pero sí que hablaré de ella y de lo que supuso en la carrera profesional de Edlund y que además todo esto nos servirá para contextualizar mejor a la obra.
La serie animada estuvo formada por 36 episodios de 20 minutos (lo que se conoce como media hora televisiva) a lo largo de 3 temporadas y fue emitida desde 1994 hasta 1996 en la cadena estadounidense Fox Kids. Townsend Coleman fue la voz de The Tick y Rob Paulsen y Micky Dolenz encarnaron a Arthur. Dentro del reparto de actores de doblaje destacan los siguientes nombres: Jim Cummings (Mr. Mental) conocido por poner la voz de Winnie The Pooh; Dan Castellaneta (Mole King) que da vida a Homer Simpson en la versión original, Roddy McDowall (The Breadmaster), mítico actor británico que se puso en la piel los simios Cornelius y Caesar en la saga original de El planeta de los simios, y Mark Hamill (Julius Pendecker), intérprete que más allá de Star Wars ha tenido una productiva trayectoria en el mundo del doblaje.
Esta primera incursión televisiva le aportó mucho profesionalmente a Edlund que se asentó definitivamente en el medio catódico. La serie obtuvo varias nominaciones a los Emmy y al propio Edlund le supuso ganar dos premios Annie como escritor y supervisor creativo. Recordemos que los premios Annie los viene entregando desde 1972 la ASIFA-Hollywood a la excelencia dentro del mundo de la animación.
El éxito de la serie televisiva convirtió a The Tick en un icono, expandiendo de este modo la marca a todo tipo de productos de merchandising, entre los que destaca el videojuego que salió para las entrañables consolas de 16 bits Sega Mega Drive y Super Nintendo en 1994 de la mano de Fox Interactive. A diferencia de la serie televisiva, el videojuego no tuvo muy buena acogida. Con Edlund en la cresta de la ola, al acabar la serie, dio el salto a la gran pantalla coescribiendo dos guiones de largometraje siendo uno de ellos de especial relevancia: Titan A. E. Ahí coincidió con dos importantes directores de animación como Gary Goldman (Anastasia) y el gran maestro Don Bluth (Fievel y el Nuevo Mundo). Además de esto, uno de las personas que también se encargó de coescribir ese guion era Joss Whedon, con el que iniciaría a partir de ahí una estrecha relación laboral. Con Whedon colaboró en Firefly (guion y producción) y Ángel (guion, producción y dirección). A estas colaboraciones habría que añadirle una pequeña historia que Edlund escribió y dibujó para la serie de cómics de Buffy, cazavampiros además de darle las gracias el propio Whedon en los títulos de crédito de la miniserie Dr. Horrible’s Sing-Along Blog.
Antes de pasar con la segunda serie de The Tick, me gustaría comentar otros de los trabajos importantes de Edlund y que tienen una relación más o menos directa con el mundo de los cómics y/o la animación. El creador de La Garrapata tuvo pequeñas colaboraciones a modo de guion en las series de animación Star Wars: The Clone Wars y The Venture Bros. También destacó su trabajo como guionista y productor de las series Gotham, Powers y Sobrenatural.
The Tick
En 2001 se estrenaba la primera versión televisiva de The Tick con imagen real en la cadena Fox. La serie solo tuvo una temporada de 9 episodios de 22 minutos de duración. El show fue cancelado debido al escaso éxito, los problemas de producción y al poco interés que la Fox puso en el proyecto. Ciertamente, la serie iba de menos a más. Hasta que no encontró su tono, no despegó por completo. Tal vez, con un poco más de promoción y de paciencia, la serie habría podido encontrar su sitio, pero, lamentablemente, eso no fue así.
La primera sensación que uno tiene al ver esta serie, y si me permiten la licencia para usar una palabra de escaso nivel académico, es lo cutre que es todo. Y ése es parte del encanto, tanto del The Tick del cómic como del televisivo. El universo de esta adaptación televisiva es especial y muy distante del real. Eso la acerca a la idea grotesca y de sátira de la obra original. The Tick lo encarna Patrick Warburton, el eterno novio de Elaine en la maravillosa Seinfeld, y Arthur es interpretado por David Burke. La pareja está acompañada por Liz Vassey(C.S.I) en la piel de Captain Liberty, un cruce entre Wonder Woman con el Capitán América, y un sublime Nestor Carbonell (Lost) que da vida a Batmanuel, una sátira del popular icono de DC. Batmanuel es de lo mejor de la serie y uno de los personajes más míticos y casposos creados jamás dentro del mundo de los superhéroes. ¿Alguien me podría decir cuáles son sus superpoderes? Creo que ni siquiera lo sabe él mismo. Unos años después, Carbonell se convertiría en el alcalde de Gotham en la trilogía que Christopher Nolan hizo sobre Batman (El caballero oscuro y El caballero oscuro: La leyenda renace).
Warburton está francamente divertido embutido en el traje azul. Su gesticulación facial y su voz acompañan perfectamente con el personaje. Su expresividad se ve favorecida por el hecho de que aquí The Tick no lleve el antifaz como así sucede en el cómic original y en las otras dos versiones televisivas de La Garrapata. Habría que mencionar que no es el único vínculo con Seinfeld de la serie, ya que Larry Charles es guionista y productor ejecutivo de este show. Charles fue uno de los hombres clave de la serie creada por Jerry Seinfeld y Larry David en sus primeros años de vida, tanto como escritor como productor, aunque no llegó a coincidir con Warburton. Con quien sí coincidió posteriormente este intérprete fue con Barry Sonnefeld. El realizador que ya había llevado a la gran pantalla el cómic de Men in Black con bastante éxito, se metió de lleno en esta serie tanto en la producción como en la dirección del episodio piloto. Después de esta colaboración, años más tarde volvieron a reunirse en la versión televisiva de Una serie de catastróficas desdichas, donde Sonnefeld repite las funciones de director y productor, mientras que Warburton da vida a Lemony Snicket.
De nuevo nos encontramos con unos personajes marginados, apartados y con, posiblemente, más de una tara. Habría que destacar la presencia de actores como Christopher Lloyd (Regreso al futuro), Ron Perlman (Hellboy) como el alcohólico superhéroe Fiery Blaze, Armin Shimerman (Star Trek: Espacio Profundo Nueve) encarnando a un The Terror que nos recuerda al Joaquín Reyes más chanante y Kurt Fuller (Midnight in Paris) como el malo malísimo Destroyo. La serie toca muchos temas relacionados con el mundo de los superhéroes: el sidekick, la identidad secreta, los grupos de superhéroes, la poca presencia de mujeres en este mundillo… Y más o menos todo esto está bien, pero la versión televisiva de The Tick adolece de dos defectos. Por un lado, arrastra la inconsistencia narrativa del cómic. No hay trama, solo un número de episodios inconexos que no van a ninguna parte más allá de la sátira de un género comiquero. Y ahí es donde está el segundo problema, y es que a esta serie le pasa lo mismo, salvando las distancias, que a la versión cinematográfica de Watchmen. Ambas son obras que cuestionan (con formas y finalidades totalmente diferentes) el mundo de los superhéroes; un mundo que pertenece ligado estrechamente al cómic. Cuando se adaptan estas obras a otro medio ya sea el televisivo o el cinematográfico, inevitablemente ese discurso se pierde por el camino, deja de tener razón de ser. Esto quiere decir que The Tick en versión cómic es mucho más efectivo y cumple más y mejor su función que la de su versión televisiva.
En resumen, la serie se deja ver. Tal vez con unos pequeños arreglos a esto que acabamos de comentar, más una mayor apuesta por parte de la cadena, podría haber tenido otra vida comercial bien distinta.
The Tick
El año pasado se emitió la primera parte de la temporada de The Tick; seis episodios que suponían el reboot televisivo del personaje creado por Edlund. El propio Edlund se encargaba de crear, escribir el piloto y producir junto a Sonnefeld esta nueva andadura del arácnido azul que constaba de 12 episodios. Al emitirse a través de un servicio en streaming, la duración de los capítulos se amplía ligeramente y se muestra variable. Es decir, pasamos de los 20-22 minutos propios de la televisión en abierto a unos episodios que oscilan entre los 22 y 29 minutos.
Lo primero que nos llama la atención de la serie producida por Amazon es precisamente el diseño de producción. Dejamos a un lado unos decorados pobres, las azoteas (algo muy característico en The Tick) y un entorno irreal y de cartón piedra a una producción que no ha escatimado en el presupuesto, a un entorno urbano y a pie de calle, con una factura y acabado visual de primer nivel. Este es el primer cambio que podemos ver, pero no el único. La comedia alocada, la sátira desmedida se transforma aquí en una comedia más oscura y además con bastante poso dramático. De esta manera, se soluciona uno de los principales problemas que arrastraba toda la obra hasta el momento, que era la inconsistencia dramática y narrativa. Tanto el cómic como la anterior serie no avanzaban, no profundizaban, simplemente iban dando tumbos sin rumbo fijo. Y no solo añaden una profundidad dramática, sino que ahora se crea una trama, una historia que se desarrolla a lo largo de la serie.
De este modo, el personaje mejor beneficiado por esto es Arthur. De hecho, este reboot bien podría llamarse Arthur y no The Tick, ya que el principal protagonista es el sidekick de La Garrapata, pasando este último a un segundo plano. Evidentemente, The Tick sigue manteniendo protagonismo, pero la serie cuenta la historia de Arthur y sus decisiones son las más importantes; las que definen y resuelven la historia.
Warburton cede su sitio a Peter Serafinowicz (Guardianes de la Galaxia). Éste interpreta a The Tick con el traje original, es decir, se recupera el antifaz que apareció en la anterior entrega. Personalmente, prefiero al bobalicón de Warburton que al refinado y no tan estúpido de Serafinowicz. Evidentemente, el paso de Warburton por Seinfeld hace que le tenga un cariño especial a este actor. Ocurre un hecho anecdótico con esta nueva entrega de The Tick, ya que todos los actores que lo han interpretado se reúnen en esta serie. Junto a Serafinowicz, que también hace de productor del show, Warburton aparece aquí como uno de los productores de la serie y Townsend Coleman, la voz de la primera Garrapata televisiva, se encarga de ponerle voz a Midnight, el perro erudito y autor del bestseller del momento que sobrevivió al accidente de Flag Five.
Griffin Newman (Decisión final) se encarga de dar vida a Arthur Everest, un personaje con un trauma infantil provocado por The Terror que ha marcado su existencia. Una vez más, el tema de la enfermedad mental se toca. Continuamente se hace referencia a que los personajes están locos. El sintecho Tinfoil Kevin, interpretado por Devin Ratray (les recomiendo su reciente trabajo en la serie Mosaic), es un claro ejemplo de esto. En esta ocasión, Arthur está acompañado por su hermana Dot (Valorie Curry), un personaje recurrente hasta el momento pero que no había tenido tal nivel de protagonismo hasta este reboot.
Con respecto al reparto, hay que destacar un nombre por encima del resto. Ése es ni más ni menos que el gran Jackie Earle Haley, que vuelve a las duras sesiones de maquillaje (como ya hiciera al interpretar a Freddy Kruger) encarnando a The Terror. En esta ocasión, se deja atrás el estilo Made in La Mancha a lo Muchachada de la primera entrega y se apuesta por un maquillaje más serio y más logrado. Haley, con una apariencia que recuerda a Magneto, protagoniza uno de los momentos más divertidos de la serie que es cuando está a la batería como si se tratara del protagonista de Whiplash. Sin ir más lejos, Haley toca este instrumento musical en la vida real. Recordemos que este actor ha dado vida a otros personajes del mundo del cómic como Odin Quincannon en la serie Preacher o Rorschach, siendo su interpretación lo mejor del Watchmen cinematográfico.
De nuevo, vuelven a tocarse temas relacionados con el mundo de los superhéroes: el origen, los grupos de superhéroes, la identidad secreta, los planes absurdos del villano de turno, las sátiras a personajes ya conocidos como en los casos de Overkill (Deadshoot-Punisher) y Superian (Superman-Hiperión)… La serie también tiene sus pequeños guiños como el momento en el que The Tick dice «Spoon» al sostener una cuchara o el recurrente gag, ya que sucede tanto en el cómic como la anterior serie, en el que The Tick cree que al arrancar el perchero de la casa de Arthur podrá acceder al cuartel secreto de éste.
Esta serie adolece el principal problema de la anterior: con el paso del cómic al medio televisivo se pierde la fuerza y la naturaleza del sentido de la obra original. Si bien es cierto, como se ha comentado antes, que sí que se solventa el problema de la consistencia narrativa y dramática, la serie no llega a cuajar del todo tanto en la parte de la comedia como en la parte del drama. Hay algo que falla y que hace que no encajen todas las piezas del engranaje para que el conjunto brille por completo. Sí, funcionan algunas cosas de manera aislada, pero le falta ese toque de calidad, de cohesión para estar ante una gran serie. Con esto, quiero decir que la serie está bien, aunque se queda un peldaño por detrás de lo deseable.
Los aficionados a este superhéroe de origen desconocido estarán de enhorabuena, ya que la serie fue renovada para una segunda temporada de 10 episodios que se emitirá a lo largo de 2019. Y es muy importante recalcar algo porque la alegría debe de ser doble. El anuncio de renovación se dio a conocer en un momento en el que Amazon había sacado la guillotina y había hecho una profunda limpieza en su catálogo. El piloto de The Tick fue presentado en 2016 junto a otras dos series, I Love Dick y Jean-Claude Van Johnson. Las tres pasaron el corte y tuvieron una primera temporada, pero solo The Tick verá una segunda entrega en la pequeña pantalla. Personalmente, considero una lástima que cancelaran la divertidísima serie de Van Damme (una especie de continuación de JCVD pasada de rosca). Si a esto le sumamos también la cancelación de One Mississippi y que ninguna de las tres comedias que se presentaron al programa de pilotos de 2017 obtuvieron un veredicto favorable, podemos decir que es un logro que The Tick vuelva a estar con nosotros, aunque claro, si hablamos de una garrapata que es casi invulnerable tampoco debería de tener mucho mérito.
En definitiva, recomiendo toda la obra que Edlund ha creado sobre The Tick a los aficionados a los superhéroes y a toda aquella persona que quiera acercarse a este mundillo con un tratamiento diferente y divertido. Especialmente, recomiendo el cómic original, ya que es ahí donde está lo mejor del autor. Las series televisivas se dejan ver, tienen elementos interesantes, pero no llegan a matar. No es lo mejor que verán en sus vidas, pero tampoco lo peor. Nadie puede predecir el futuro, pero tal vez Edlund dentro de 10 o 15 años vuelva con una nueva versión televisiva de The Tick. Por el momento lleva 3 y todavía le queda cuerda para rato.
Dirección - 6
Guion - 6
Reparto - 6
Apartado visual - 7
Banda sonora - 5
6
La nueva entrega de The Tick convence de forma moderada. Edlund da un giro en esta versión y nos lleva por nuevos derroteros. La mezcla de comedia y drama le da más profundidad a la serie, pero ambas partes no llegan a casar del todo.
Un muy completo articulo, por el cual los felicito y me recuerda los dossier sobre cine que solía hacer hace años «Dias de Cine» de TVE, solo que esta vez, enfocado al comic.
Agradezco sinceramente sus palabras. Tengo una profunda admiración por Dias de Cine, en especial cuando estaba dirigido y presentado por el maestro Antonio Gasset.
Un saludo.