No me quedaba otra elección si no quería sucunbir a la locura más absoluta o hundirme en un marasmo intelectual…
David Sala es un historietista francés nacido en 1973. Sus primeras obras las realizo con guiones de Jorge Zentner; Replay (Astiberri, 2002) y la serie compuesta por dos volúmenes Nicolás Eymerich, inquisidor (Astiberri 2003 y 2004) adaptación de las novelas de Valerio Evangelisti. En 2009 apareció su siguiente trabajo ya como autor completo, la serie de ciencia-ficción One of Us que consta de dos álbumes. Su siguiente obra aparecida en 2013 es Cauchemar dans la rue que es la adaptación de la novela Nightmare In The Street de Robin Cook. El jugador de ajedrez es su primera obra como autor completo que aparece publicada en nuestro país ya que ni One of Us y ni Cauchemar dans la rue han aparecido.
En los tranquilos salones de un paquebote en ruta hacia Argentina, el campeón del mundo de ajedrez se enfrenta, en una última partida, a un aristócrata vienés, cuyo increíble dominio del juego nació durante el nazismo.
Novela de ajedrez (Die Schachnovelle) fue escrita en 1941 y es la última novela escrita por Zweig antes de su suicidio. Se publicó de manera póstuma en 1943. Es una crítica a la barbarie nazi y hacia sus métodos de tortura. El protagonista, al igual que Zweig, se ve obligado a un exilio forzado para huir de los nazis; además con su figura nos nuestra sus mayores miedos, el triunfo del nazismo y el aislamiento y la privación de la libertad que otorga la lectura. Pero además de reflejar ese contexto histórico nos nuestra el proceso de deterioro psicológico que se produce en el Sr. B. Todas la cualidades de la novela están presente en la adaptación realizada por David Sala. El cual realiza un esplendido trabajo de adaptación de la novela al cómic aprovechando todos los recursos que ofrece el medio para narrar.
A pesar del tiempo que ha transcurrido desde su publicación, la historia sigue siendo actual, más en estos días que la derecha más rancia y nacionalista campa a sus anchas por un mundo empecinado en repetir sus errores. En la época en la que se escribió la barbarie y la sinrazón habían barrido a la cultura en Europa, hoy parece que quieren arrastrar al mundo entero. Esperemos que solo sean unos nubarrones antes de que vuelva a salir el sol.
En la primera parte del cómic, Sala y Zweig nos muestran la forma de vida de las clases privilegiadas que quedó destruida por la Segunda Guerra Mundial, cuando la nobleza tradicional fue sustituida por la nobleza empresarial. Vemos la melancolía que esto le producía a Zweig y que impregnaba todo su trabajo, con un punto triste cargado de añoranza romántica. Para ello se sirven del personaje del pasajero que sirve de narrador y de punto de vista del lector. A traves de él vemos a personajes como McConnor, epitome del capitalismo, arrogante y capaz de todo para obtener sus caprichos y a Czentovic que es una combinación de talento con ignorancia y arrogancia zafia, ambos representan para Zweig la nueva sociedad que viene a sustituir a la antigua encarnada por el Sr. B, que es noble, modesto y educado, todo un caballero. Estas diferencias también se observan en la forma de retratarlos de Sala, que aprovecha su aspecto físico para reflejar sus distintos caracteres retratando a McConnor como alguien enorme y excesivo como su carácter. La fealdad de Czentovic reflejará su personalidad plana y anodina. En cambio el Sr. B. es elegante y atractivo aunque su aspecto denota que algo no va bien. Pero todos los personajes no son sino peones en el juego que los autores proponen al lector.
En la primera parte Sala hace un buen trabajo, sobrio y virtuoso, pero no se aleja de la narración de Zweig, sin embargo cuando nos sumergimos en el pasado del Sr. B es cuando el cómic demuestra todo lo que puede aportar y se aleja de la narrativa del medio únicamente escrito. El Sr. B nos narra su historia explicando cómo las torturas nazis comenzaron su deterioro psicológico. La opresión y el aislamiento al que es sometido está retratado de una manera que Zweig no podría solo con palabras. Vemos cómo está atrapado dentro de la propia página y las viñetas son sus barrotes, los primeros planos se hacen interminables como los silencios estruendosos aunque se encuentren. La pausa, el dominio de los tempos, la posibilidad de reducir los espacios y multiplicar los planos, hacen que la sensación de opresión sea superior a la que se pueda mostrar en cualquier medio. Aquí la sensación de soledad y aislamiento es superior a la que se tiene al leer la novela. Pero el trabajo de Sala todavía brilla más cuando la personalidad del Sr. B comienza a disociarse entrando en una espiral de locura que Sala refleja a la perfección.
El trabajo de David Sala es de una belleza difícilmente alcanzable, consiguiendo un mezcla perfecta entre el mejor Breccia y pintores como Klimt. Su trabajo ha evolucionado mucho desde que se vio por última vez en nuestro país, su trazo se ha refinado y simplificado ganando en elegancia. El color es indisoluble del dibujo en este caso, usa unas acuarelas de tonos verdosos que potencian todo el trabajo, unificando y dotando de coherencia a la obra. Sus personajes son muy expresivos y su aspecto exterior refleja su personalidad. El único pero es que son un poco estáticos. Los decorados y trajes son excelentes, en especial el suelo de la sala donde juegan las partidas de ajedrez con ese tablero dispuesto a que los personajes jueguen su partida, con un gran trabajo de documentación, todos lo que salen son del mismo estilo reflejando la forma de vida de las clases acomodadas. Es una obra de primeros planos y miradas, de pausas. Estas le sirven a Sala para explorar los sentimientos de sus personajes. A partir del momento en el que el Sr. B comienza a contar su pasado el trabajo de Sala, abandona todo el clasicismo narrativo de la primera parte para mostrarnos primero el aislamiento y luego el descenso a la locura. Para ello usa múltiples recursos como los primeros planos de la cara del protagonista ocupando toda la página rodeados de planos más pequeños de los objetos que hay en su prisión. Son geniales ver como el papel de las paredes se derrite a la vez que la realidad lo hace para el protagonista, el desdoblamiento del protagonista en dos seres (uno blanco, el otro negro) y que las dimensiones también se desdoblen para ellos, etc… Todos ellos son utilizados con gran maestría convirtiendo El jugadores de ajedrez en el cómic, hasta el momento, mejor dibujado de lo que va de año. Francamente no se me ocurre cómo podría ser mejor.
La edición de Astiberri está a la altura que merece una obra como esta. Tiene buen papel, gran tamaño, buena reproducción y un diseño bello, lo que permite disfrutar del dibujo de Sala como se merece. Además del cómic se añaden varias páginas de extras con bocetos, estudios de personajes y colores.
El jugador de ajedrez es una historia que explora las consecuencias y sufrimientos provocados por el nacionalismo fascista y nos nuestra los mecanismos que desarrollan las victimas para combatir sus abusos. Unos mecanismos que dejan tocada la salud mental de esas víctimas. El trabajo de Sala demuestra que se puede ser respetuoso con una adaptación y además conseguir que tenga valor propio, añadiendo nuevas capas a la historia y aprovechándose de la posibilidades que da el cómic. Sin duda una de las mejores adaptaciones que ha dado el cómic.
Guión - 9.5
Dibujo - 9.5
Interés - 10
9.7
Obra maestra
David Sala está impresionante no sé si consigue mejorar la novela pero la enriquece creando imagenes que Zweig no imagino y que te transportan al mundo del señor B.
Qué bueno que Astiberri publique este tipo de obras y con la calidad que los caracteriza. Ojalá podamos conocer otras obras de David Sala
Las colaboración con Jorge Zentner (Replay y Eymerich, el inquisidor) las edito Astiberri y los siguen teniendo en catalago.