Ponent Mon sigue con su labor de recopilación y difusión de la obra de
Son historias sueltas que los responsables de la editorial radicada en Tarragona han reunido con la finalidad de darle un hilo argumental común. No fueron pensadas en su momento para formar un álbum unitario y esto se nota tanto en la falta de coherencia artística del conjunto como en la poca eficacia del mensaje global que se pretende lanzar.
La idea es ensalzar el papel de las mujeres en el Lejano Oeste y denunciar la terrible represión machista que sufrieron; con discriminación, abusos, violaciones, torturas y asesinatos masivos. Esta es la teoría. En la práctica las historias propuestas por Serpieri y Raffaele Ambrosio son ambiguas ya que argumentalmente describen estos terribles atropellos pero visualmente algunos relatos potencian un erotismo caduco y fuera de contexto. Y la portada es una buena muestra de ello.
Pero vayamos por partes. El álbum está compuesto por 4 relatos.
La india blanca, que da título al recopilatorio se publicó por entregas en la revista italiana Orient Express entre los números 13 y 16, de agosto a noviembre de 1983. Es una historia larga de 46 páginas donde se relata el intento de rescate de una chica blanca secuestrada por una tribu india hace un tiempo. Es un escalofriante relato que denuncia la enorme intolerancia y el racismo de los colonos blancos respecto a los indios. Con un argumento similar al de la película Centauros del desierto (1956) de John Ford, es una historia plagada de violencia e intolerancia, espléndidamente dibujada por Serpieri. Se agradece su publicación en blanco y negro como se presentó en la revista originalmente y no en color como se editó posteriormente en álbum en Italia y Francia. El guion es del propio dibujante a diferencia de las tres restantes que están escritas por el guionista Raffaele Ambrosio.
La segunda y la tercera historia se estrenaron en Italia más o menos por la misma época. John and Mary, Mary and John data de febrero de 1978 y se publicó en el número 7 de la revista Lanciostory. Es un relato de 28 páginas donde se explica la dura y azarosa vida de dos personajes solitarios, Mary Dorser y John el trampero, dos seres atormentados pero con una dignidad muy particular que afrontan los peligros de la naturaleza con más comodidad que los de la civilización. Es la historia más hermosa del libro y está ilustrada con un arte primerizo pero lleno de aciertos.
Mujeres en la frontera, publicada en la revista Lanciostory, número 28 de julio de 1979, narra uno de los múltiples episodios violentos que una caravana de mujeres padece antes de llegar a su destino. Es una historia de 14 páginas protagonizada por tres mujeres diferentes que se unen frente a la adversidad. El arte de Serpieri es eficaz pero en algunas secuencias empieza a recrearse en la anatomía femenina de una manera superflua y entorpeciendo la narración.
El hombre que no tenía pulgares publicada en Lanciostory número 16 de abril de 1980 es la única historia realizada originalmente en color. Narra los vaivenes de una joven simonita (secta protestante) que huye de su tiránica familia para recalar en una tribu india nómada que nunca la acepta. Es acosada por un vaquero sediento de venganza que la utilizará para sus fines. Esta historia presenta un claro desfase entre lo que se cuenta y como se plasma en imágenes. Las peripecias de la joven rebelde son ilustradas como si de un relato erótico se tratase y la historia queda completamente desvirtuada. Además se nota una evidente inexperiencia del dibujante con el color que en algunos momentos resulta desagradable. En cambio la descripción del personaje femenino está llena de fuerza y dignidad.
El resultado final es un recopilatorio desigual y contradictorio. Si bien las dos primeras historias participan de lleno de la intención de reinvindicar el papel de la mujer en la colonizació del Salvaje Oeste, las dos siguientes presentan unos resultados más ambiguos debido a una puesta en escena equivocada a cargo de Eleuteri Serpieri.
Lo que no se puede pretender es que aceptemos una obra como la denuncia a los atropellos sufridos por la mujer en una determinada época y planificar secuencias de estos abusos y violaciones como si de escenas de amor o sexo se tratasen. En este aspecto Serpieri se equivoca estrepitosamente. El italiano es un gran dibujante pero la realización de estas escenas no refuerza el mensaje, al contrario lo desvirtúa, al darle un componente erótico a situaciones que en absoluto la tienen. Es un gran error de concepto.
Y todo esto lo prodríamos entender dentro de un contexto histórico: “en los setenta se hacía así” dirán algunos, pero entonces no me parece lícito vender el producto como una reivindicación feminista, que nos lo expliquen y lo contextualizen, pero que en ningún caso nos hagan creer que se trata de un libro revisionista con la historia oficial de la colonización del Lejano Oeste norteamericano.
Me gustaría saber cuál fue la reacción de Raffaele Ambrosio cuando vio sus historias ilustradas de esa forma. Cómo se sintió viendo que Serpieri entendía sus intenciones respecto a la masacre de las tribus indias y sin embargo no podía – o no quería – entender su enfoque respecto a la situación de la mujer en aquel contentexto histórico concreto. Lástima que no dispongamos de ninguna entrevista que nos lo explique. Y lástima que nunca podamos saber quien le dijo a Serpieri que dibujaba unas mujeres preciosas, quién nos hizo ese flaco favor… Un editor, seguramente.
En mi caso considero que tienen mucha más fuerza y que expresan con mucha más contundencia su mensaje, cualquier escena de violencia contra las mujeres incluida en Durango 2 de Yves Swolfs – que acaba de editar Yermo – que la mayoría de las presentes en este álbum.
En Francia estas historias incluidas en el álbum están intercaladas en dos tomos recopilatorios distintos, editados por Mosquito, un hecho que pone en su contexto los relatos y no los expone a un juicio para el que no están preparados.
La edición realizada por Ponent Mon, salvo el problema de enfoque explicado anteriormente, es excelente. El libro esta muy bien impreso, tiene buen papel y el artículo introductorio de José E. Martínez es muy interesante y lleno de datos útiles. La tesis sobre papel indispensable, pero forzadamente secundario, de la mujer colonizadora está bien expuesta por el articulista, lástima que algunos momentos de la obra no le hagan justicia. El precio está dentro de los estándares de estas ediciones.
El segundo tomo de la colección de Ponent Mon dedicada a los maestros del fumetto es interesante pero desigual. Si el primero titulado Lakota – de los mismos autores – era un excelente alegato en contra de la colonización salvaje del Oeste norteamericano por parte del hombre blanco perpetrada sin que les importase el destino de las naciones indias, en este segundo titulado La india blanca se pretende construir un mensaje feminista donde no lo hay. Este recopilatorio incluye dos historias excelentes con protagonismo femenino y otras dos, bien planteadas literariamente pero con una realización gráfica mucho más discutible.
Con todo el resultado final es un álbum interesante y atractivo que refleja a la perfección las contradicciones y las incoherencias propias de la época en que se publicaron estas desventuras de mujeres en la frontera.
Salut!
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 7
7.7
Incoherente
Un recopilatorio contradictorio pero atractivo
Otra joyita de Ponent Mon el dibujo simplemente magistral un 10, en cuanto a la critica de la obra en el articulo bueno pues que cambien el titulo del recopila torio pero eso para mi no afecta a la calidad de las historias que son bastante buenas, mi nota final 9 un imprescindible si te gusta el dibujo naturalista y el oeste americano.
Me ha gustado mucho el tomo, el análisis con el que coincido en todo y Serpieri sobretodo un absoluto monstruo del dibujo. Seguramente uno de los mejores dibujantes que ha parido el mercado italiano. Si bien es cierto que se le critica mucho por dedicarse casi en exclusiva a Druuna, creo de justicia reconocer que los dos primeros álbumes de Druuna: Morbus gravis y Druuna son dos de las mejores historias de ciencia ficción del cómic europeo. El final del segundo álbum, la verdadera naturaleza de la ciudad, lo hemos visto tantas veces después repetido por otros medios y autores que deberían de ponerle una estatua a Serpieri, o pagarle derechos.